Revista Viajes
Pocas ferias tienen tanta fama por el boca a boca como la Feria de Albacete. Sólo así se explica que hace pocos años ganara por votación popular el concurso de La mejor fiesta de España organizado por Telecinco.
Como fan incondicional que soy de esta feria, os invito a conocerla mediante este post que está basado en el documental que realizamos en la Asociación de Informadores Gráficos con motivo de la Conmemoración del III Centenario de la Confirmación de la Feria de Albacete (2010) y que lleva por título:
Para la elaboración de este documental contamos con la participación de algunos albaceteños célebres cuyos testimonios y recomendaciones podréis encontrar también entre estas líneas.
La Feria de Albacete es tan antigua como la propia ciudad. En 1375, el Marqués de Villena concedió a Albacete la oportunidad de convertirse en una Villa independiente de Chinchilla. Fue el empujón necesario para que el Concejo de Albacete ordenara el traslado de la Feria al corazón de la ciudad.
Desde entonces, han sido millones las personas que han recorrido el paseo de la Feria o las que se han dado cita en el célebre Pincho, dispuestas a disfrutar de la amplia variedad de actividades culturales, gastronómicas y lúdicas que llenan estos días de momentos inolvidables. Su progresiva popularidad y el gran trabajo de quienes cada año la hacen posible hicieron que en 2008 fuera declarada de Interés Turístico Internacional.
La Feria arranca el 7 de septiembre con la Cabalgata de Apertura. Se trata de uno de los momentos de más participación: decenas de carrozas, peñas, manchegos y charangas son los encargados de acompañar a la Virgen de los Llanos hasta su Capilla situada en el interior del Recinto Ferial, donde miles de personas la visitan del 7 al 17 de Septiembre.
Toda la ciudad es Feria, pero el epicentro de la misma se encuentra situado en el Paseo, el parque de Los Jardinillos, la Plaza de Torosy el Recinto Ferial, más conocido como La Sartén. El Ferial constituye un ejemplo de arquitectura tradicional manchega. Este singular edificio está compuesto por tres anillos circulares conocidos como Los Redondeles, a los que se accede a través de una avenida principal a la que todos llaman El Rabo de la Sartén
A lo largo del tiempo, El Ferial ha sufrido distintas reformas y ampliaciones. En 1784, Antonio Cuesta sumó los dos círculos concéntricos. En los años siguientes se mejoraron materiales y se añadieron otros elementos estéticos. Sin duda, una de las reformas más importantes tuvo lugar en 1912: Daniel Rubio fue el responsable de la instalación, en el corazón del círculo interior, de este maravilloso templete modernista de hierro conocido tradicionalmente como El Templete de la Música.
El Templete es el edificio más bonito y representativo de la Feria y, como afirma Pedro Piqueras, después de un año sin verlo, cuando vuelve a llenar nuestras retinas es como si nos hiciera cambiar.
Estos días seguiré hablando sobre las bondades de la Feria de Albacete, sobre sus tradiciones, sobre sus suculentos manjares y de las claves para aguantar durante 11 días el ritmo frenético al que los albaceteños estamos más que acostumbrados :)
¿La conocéis? Un abrazo y, ¡buena Feria!