Jugar en la Selección es el sueño de la mayoría de los chicos del mundo cuando empiezan a practicar fútbol. Para algunos, la ilusión se esfuma cuando van llegando a la adolescencia y ven que no podrán desempeñarse como futbolistas profesionales. Otros, logran vivir del fútbol, pero ven como el sueño de jugar para su país se va diluyendo a medida que pasan los años y no reciben el llamado. Sin embargo, Carlos Saucedo nunca perdió las esperanzas. A los 33 años, y luego de haber recibido algunas convocatorias a la Selección boliviana, pero sin haber ingresado, hizo su debut este martes como titular, por las eliminatorias, frente a Uruguay. Y que debut…
Saucedo tuvo su noche soñada.
Bolivia, lejos de los puestos de clasificación, recibía a Uruguay por la décima fecha de las eliminatorias sudamericanas, y necesitaba ganar para seguir con alguna mínima esperanza de llegar a Brasil 2014. Rápidamente, a los cinco minutos, el debutante Saucedo abrió la cuenta y, a los 26, su compañero Gualberto Mojica amplió la cuenta. Ya en el segundo tiempo, a los cinco y a los nueve minutos, el delantero de San José puso el partido 4-0 (Luis Suarez descontó luego para Uruguay) y cerró así la noche de su vida para dejarle a Bolivia una pequeña ilusión mundialista.
La semana pasada, la discusión en la elección de la figura se daba entre dos enormes cracks como Lionel Messi y Radamel Falcao. Esta fecha, no hubo duda alguna y el premio se lo llevó un jugador mucho más humilde, que ni siquiera logró dar el salto a Europa en toda su carrera, pero que ayer tuvo su noche de gloria, que nunca olvidará, y bien merecida tiene esta sección.