La figura del fin de semana: Betis, ese chico molesto

En medio de una liga conocida por las grandes diferencias de juego, presupuesto y jerarquía entre los dos equipos grandes y los demás, que hacen lo que pueden ante la constante ostentación de las potencias, el Real Betis ha sabido convertirse, incluso estando en segunda división hasta hace dos temporadas, en una ya clásica molestia para el Barcelona y el Real Madrid.

Esta vez, a pesar de venir de una de las derrotas más duras de su historia en el clásico ante el Sevilla, plantó cara ante el irregular equipo merengue, se llevó una victoria importantísima para olvidar el mal trago del fin de semana pasado y agrandó su expediente de equipo incómodo para los gigantes, que sufren por demás en cada visita al estadio Benito Villamarín.

Hace dos años, cuando corría la temporada 2010/11 y aún peleando en la segunda categoría por regresar a la elite del fútbol español, el Betis, ya bajo la conducción de José “Pepe” Mel, dio su primer gran paso en esta sana costumbre de inquietar a los que más tienen. Ante el Barcelona por los cuartos de final de la Copa del Rey, y después de sufrir un demoledor 5-0 en el Camp Nou, reaccionó y le dio un susto en Sevilla, donde ganó 3-1 con dos goles antes de los diez minutos. En ese entonces pasó desapercibido, pero ya era todo un indicio de lo que estaba por venir.

Si bien la victoria del sábado pasado fue la primera vez que pudo traducir esta capacidad de agrandarse en las difíciles en la obtención de tres puntos, logró incomodar al Barcelona a pesar de sufrir una nueva derrota como visitante e incluso puso en jaque al Real Madrid, campeón de esa edición, con el que perdió 3-2 en un partido lleno de polémicas, en el que una grosera mano de Sergio Ramos dentro del área fue totalmente ignorada por el árbitro.

Mientras el Barcelona se aleja de los demás a pesar de la insistencia del valiente Atlético Madrid, el Betis se encarga una y otra vez de demostrar que no es para nada necesario tenerle miedo a los grandes. En vez de quejarse tanto sobre las diferencias, por más que lo ideal sería que no existieran o al menos no sean tan grandes, los dirigidos por Mel eligen otro camino y a la vista están los resultados. ¿Se animarán los demás a imitarlos?