El fútbol es un deporte colectivo donde se enfrentan dos equipos formados por once jugadores en un espacio claramente definido. En constante lucha por la conquista del balón. Con el objetivo de introducirlo el mayor número de veces posible en la portería rival y evitar que este entre en la propia portería.
Desde el momento del pitido inicial del partido por parte del árbitro, los dos equipos realizan, dentro del espacio de juego, un conjunto de acciones individuales y colectivas, siempre dentro de los límites de las reglas del juego, con la finalidad de alcanzar la victoria.
El equipo en posesión del balón ejecuta acciones individuales y colectivas ofensivas que permiten no perder la posesión y progresar con el objetivo de hacer gol. Mientras, el equipo sin la posesión del balón ejecuta acciones individuales y colectivas defensivas que procuran evitar la progresión y sufrir el gol. Intentando de manera simultánea la recuperación del balón para cambiar de rol e intentar llevar la iniciativa del juego (con balón).
(Fuente: marca.com)La variedad y la simplicidad de las acciones, la precisión y la velocidad con la que se ejecutan, su armonía y plasticidad, unido a la coordinación con la que se realicen, inciden y tiene repercusión en el juego del equipo.
Los efectos de todo ello se traducen en modelos o estilos de juego o formas de jugar. Según el grado de personalidad de cada equipo a la hora de desarrollar el fútbol.
En muchos casos, ese estilo propio y peculiar, llega a convertirse en el sello de identidad de un equipo, o de un país, por la fidelidad con que se practica y se mantiene a lo largo del tiempo.
El modelo o estilo de juego idóneo de cada equipo es aquel que recoge y aglutina las mentalidades y cualidades de todos sus jugadores. Que no frustre de alguna manera las iniciativas de éstos. Que los haga funcionar de alguna manera de forma individual y colectiva y les posibilite disfrutar y rendir como equipo.
Para poder jugar y competir, al mismo tiempo, son necesarios jugadores con inteligencia futbolística, bien dotados en los aspectos físicos, técnicos y tácticos, y psicológicamente fuertes. Todo esto acompañado de humildad y generosidad necesaria para actuar como equipo.
Toda la capacidad o talento de los jugadores (suma de los aspectos físicos, técnicos, tácticos y psicológicos) va a ser insuficiente cuando el equipo acometa los distintos procesos del juego.
Un deporte como el fútbol es también una actividad que requiere de entrenadores con sus conocimientos actualizados. Que sean originales y con personalidad propia, y que, sin perder de vista los resultados, no coarten las posibilidades del equipo. Es decir, no traumaticen el rendimiento del equipo, a costa de imponer por encima los resultados.
(Fuente: estadiodeportivo)Uno de los objetivos que se les plantean a cualquier entrenador es conseguir que sus jugadores logren jugar en equipo, respetando las individualidades. El fútbol es un deporte colectivo en el que cada jugador necesita, durante el juego, de la colaboración de los demás compañeros.
Un entrenador tiene que conocer y dominar la táctica, para optimizar y racionalizar los recursos de que se dispone. Pero también es preciso entrenar para mejorar y formar jugadores de talento; planificar, adecuándose a los medios y al espacio disponible; aprovechar correctamente los jugadores, buscando siempre el rendimiento del equipo.
Por lo tanto, tenemos que tener claro que los resultados son una consecuencia del trabajo realizado.