Cuando te realizan el trasplante renal, dejas de dializarte y la fístula no se utiliza. Y aunque el trasplante funcione correctamente, no está indicado cerrar la fístula arteriovenosa, a menos que te dé problemas como:
- Una dilatación importante que moleste demasiado
- Causa problemas circulatorios
- Cuando sobrecarga el corazón debido a que la fístula tiene un gran tamaño.
Generalmente los médicos intentan mantener la fístula para facilitar la realización de hemodiálisis en caso de que fuera necesario.
Mi experiencia personal fue: que la primera se detuvo ella sola sin sentirla apenas al año de mi primer trasplante. Y la segunda, con mi actual injerto, estuvo funcionando durante 16 años, sin ningún tipo de molestia .
Luego, de repente, tuve una trombosis en la fístula por insuficiencia de flujo y por falta de utilización, que hizo que se detuviera totalmente. Este tipo de trombosis es bastante frecuente y no es posible prevenirla ya que la causa fundamental de la misma es la falta de uso .
Las causas por las que una fístula puede trombosarse después del trasplante pueden ser:
- Falta de utilización y
- Aumento de la viscosidad de la sangre debido al aumento del hematocrito y uso de esteroides (hiperlipemia)
Mi consejo es que cuides la fístula como cuando te realizaban la hemodiálisis, con el fin de mantenerla funcionante para el caso de que hubiera rechazo o alguna otra complicación que hiciese necesario la hemodiálisis. Además, cualquier molestia que observes, o calor o rojez en la zona, acude inmediatamente al hospital.
Ana Hidalgo