Revista Libros

"La flor púrpura" - Chimamanda Ngozi Adichie

Por Marapsara

Hace poco vi, aquí, un vídeo del discurso de esta señorita en Oxford, 2009, y me maravilló su forma de hablar, el punto de vista tan interesante que daba a las cosas que decía, y sus ojos (no necesariamente en ese orden) así que me pareció que lo más sensato sería buscar sus libros.
Aunque C.N.A. es nigeriana, estudió en EE.UU. desde los 19 años y fue allí donde comprendió hasta qué punto África es una gran desconocida para el resto del mundo. Por ejemplo, a su compañera de habitación en la universidad le resultaba muy extraño que Chimamanda hablase tan bien inglés (o que no mostrase un aspecto desnutrido y enfermizo, supongo). Otro ejemplo es el de un alumno norteamericano que tras leer su novela interpretó que todas las familias nigerianas sufrían los mismos dramas que sus protagonistas (la respuesta de ella: "I told him that I had just read a novel called American Phsycho...", no tiene desperdicio).
La flor púrpura no es autobiográfica, aunque se pueda pensar en un principio por haber nacido la autora en el mismo lugar que la protagonista, proceder como ella de una familia de clase media-alta y estar narrado en primera persona.
La novela gira en torno a la inestabilidad política de Nigeria y a los peligros que conlleva el fanatismo por cualquier religión, poniendo como ejemplo a un padre de familia que, aunque ayuda económicamente a sus vecinos, viste con las mejores telas a su mujer e hijos (y viven en una casa estupenda), hace donaciones (a veces incluso anónimas) y por supuesto no descuida su cita diaria con la misa, ¡ay! no se lo piensa dos veces antes de darle una paliza a su mujer, o a su hijo, o a su hija, en todo momento en nombre de un dios (por supuesto) en el que por algún motivo ha decidido creer... supongo que no confiaba en que, sin esa ayudita externa, su sano juicio (llámalo sentido común, llámalo sensatez, o llámalo equis) fuera suficiente para ser una buena persona.
Aunque este personaje es capaz de aparecer y provocarnos arcadas, también tenemos a Kambili, su hija, que nos cuenta su historia desde el principio deleitándonos con su timidez, su dulzura y su capacidad de observación y regalándonos frases tan deliciosas como ésta cuando, ya lejos del yugo opresor de su padre, se enamora de un sacerdote (enamora... realmente existen tantas formas de querer a una persona que, en fin):«Me habría gustado decirle lo cálida que me resultaba su presencia allí y que mi color favorito había pasado a ser el tono marrón rojizo de su piel.»
Cada uno lo interprete a su manera.

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