A lo largo de mi vida me han comentado, infinidad de veces, que soy muy fuerte y que tengo mucho valor de llevar mi enfermedad "como si tal cosa". Yo les respondo, "que es algo que hay que hacer, si quieres seguir viviendo y disfrutando de la vida; que no soy fuerte, que cualquier persona que tenga ganas de vivir y de saborear todos los pequeños detalles, luchará y se hará fuerte, aunque no lo sea".
La mayoría tenemos miedo, sobre todo al principio, cuando nos diagnostican la enfermedad. En mi caso, siempre he tenido pánico de los hospitales, de las agujas y de las pruebas dolorosas, pero la vida te enseña a vivir con valentía, a levantar la frente y encarar los problemas. Te enseña que hay que luchar, que en una enfermedad crónica no te puede echar hacia atrás, ni arrugar, ni esconder..... has de sacar pecho y decir " ¡aquí estoy yo! ".
Aunque hay veces que te desinflas como un globo y parece que esa fortaleza huye de ti. Pero son épocas en las que estás pasando por un mal momento, donde se juntan varios problemas y donde parece que no vas a levantar cabeza. Pero en esas épocas es cuando más fuerte te haces, intentando salir hacia adelante y no dejandote arrastrar por la pena y la tristeza que te provoca la situación en la que te encuentras.
Con el paso del tiempo, la enfermedad crónica acaba convirtiéndose en parte de ti, la fortaleza mental ya la tienes bien asumida, aunque como he dicho anteriormente, haya altibajos según en el estadio de la enfermedad en que ten encuentras o según la época de tu vida en que estás más sensible.
Saber que es una enfermedad para toda la vida te obliga a pensar de manera diferente y a dar prioridad a tus cuidados y a mejorar tu calidad de vida.
¡Ojo! que ser fuerte no quiere decir que haya que aguantar estoicamente todos las molestias, los achaques y todas las pruebas dolorosas sin decir "pío". En este tema yo soy de las más cobardicas, pues como he mencionado más arriba, las agujas me dan terror. Qué contradicción ¿verdad?.
De todos modos, sabemos que son cosas por las que debemos pasar, una y otra vez, y que lo mejor que se puede hacer es no pensar hasta llegado el momento y, una vez pasado, olvidar y volver a disfrutar de tu vida, de tus amigos, de tu familia.........
Ana Hidalgo