Revista Cultura y Ocio
LA FRUTA REDONDA DEL AMOR,
su última puerta, que a Dios nos lleva, o corazón adentro, a tierras frescas, donde fermenta el tiempo y por una vez adquiere sobre labios un sentido. La fruta redonda del amor. Vale la pena empeñar la vida en subir al árbol que la tenga. Pero no siempre la mano llega. Vivir es más difícil. A veces vivir es vivir sin amor, y alentar escondido. Pero también nos nutre lo perdido.
Santiago Montobbio
