Hoy nos vamos a tomar unas sidras al barrio de la Arena de Gijón, concretamente a la sidrería La Fueya de Tomás, situada en la calle Marqués de Urquijo 12. Si bien es un local con bastantes años, fue su actual dueño, Tomás Biorge, quien, tras el cierre de Casa Justo, decidió hace menos de dos años tomar las riendas de su propio negocio. A pesar del poco tiempo que lleva abierto, el equipo acumula una buena experiencia profesional y eso le ha granjeado una buena fama entre su clientela.
Es un local amplio con zona de mesas frente a la barra y un comedor al fondo, además del altillo que no tienen acondicionado. Decoración sencilla, con gusto y limpio. Sidra escanciada por profesionales con buena cadencia, ni pitorros, ni escanciadores. En 2016, gano el premio a la mejor sidrería en el campeonato de Gijón de Sidras, y algo tiene el agua cuando la bendicen.
Dispone de menú del día y de menús especiales, además de una carta amplia, que recoge todas las opciones que cabria encontrar en una sidrería, con tapas, ensaladas, revueltos, arroces, potes, pescados y carnes, además de sus postres caseros. En cuanto a la sidra, diferentes palos que van cambiando a lo largo de la temporada. En esta ocasión tenían, Castañon, Trabanco Cosecha Propia, Val de Boides D.O.P., y J. Tomas.
Para nuestra visita optamos por pedir los siguientes platos para compartir, cuatro adultos y tres niños. Empezamos con una ensalada mixta, con lechuga, tomate, cebolleta, bonito, esparrago, aceituna y huevo, todo ello servido sin mezclar. La idea no es mala, porque siempre hay algún repunante al que no le gusta alguna cosa. Chorizo a la sidra, bastante ricos. Chipirones afogaos, muy ricos y tiernos. Patatas Lucio, o lo que es lo mismo, patatas fritas con huevos rotos, sencillo pero rico. Por último escalopines al cabrales, acompañados de patatas y con la salsa, suave, aparte. Además de entrante nos pusieron, gentileza de la casa, un par de tapas de chorizo, bastante rico.
De postre pude probar, el suflé de fresa y la tarta de la abuela. Estaban buenos, pero escogería el suflé. Con tres botellas de sidra J.Tomás y dos botellas de agua Fuensanta, por 90€.
Me quedo con ganas de probar alguna otra cosa, como los potes, o algún pescado, así que prometo volver.
Buen servicio y buen producto para definir lo que debe ser una sidrería. Un tres lametones.