Las palabras periodista y metro pueden provocar que más de uno se ponga nervioso e insista en invitar a un vinito. Valenciano, eso sí. Pero no teman, no va a hablarles de periodismo de investigación y de que, por fin, la profesión parece que sirve para algo. Para contar las cosas que alguien quiere que no se cuenten. Y que se siente reconfortada y reconciliada con la vida y con la profesión. Qué va.
Les va a hablar del vídeo que un joven de Petrer ha grabado, en plan home made, en el metro de Barcelona. El chico, Enzo Vizcaíno, canta a cámara, ukelele en ristre, las bondades de su breve currículum. Buena voz, imaginación y morro no le faltan. Estos ingredientes han hecho que el videocurrículum del alicantino haya recibido en dos días 206.000 visitas en Youtube y subiendo.
Es el viral del momento. Del momento del paro desbocado, donde el paro juvenil es del 50%, y las propuestas originales son una alternativa para llamar la atención. Y desde luego, lo ha conseguido. Las entrevistas de los medios se suceden, las propuestas laborales, en cambio, tardan en llegar. Diferenciarse o morir.
Muchos jóvenes siguen su ejemplo. Construyen su marca personal en redes sociales, tienen su propia página web, su blog, canal de Youtube. Pero ni por esas. De vez en cuando, suena la flauta, o el ukelele, y alguno de ellos es noticia porque ha encontrado empleo. De lo suyo. Y su caso es analizado en seminarios de Marketing como case study. Como aquel creativo que pagó anuncios en Google con el nombre de los directivos de las empresas donde soñaba trabajar para que cuando aquellos se googlearan –confiesen, ustedes también lo hacen- se toparan con el currículum del candidato. Y sí, encontró trabajo. De lo suyo. Y en España. El mismo país que deniega una beca a un joven científico gallego que investiga en el CERN, a pesar que la Sociedad Europea de Física le ha otorgado el premio al mejor físico del continente, un galardón que se entrega cada dos años.
Mientras tanto, los jóvenes talentos españoles se ven obligados a mendigar trabajo en el metro como último tren, antes de la fuga.