La fuga de cerebros se extiende al fútbol

La marcha al extranjero de los mejores talentos españoles para trabajar se amplía al fútbol, donde todos los equipos, excepto Madrid y Barça, están perdiendo a sus mejores jugadores por la crisis

Fuente: au.eurosport.com

Un dato: ocho de los once jugadores de la selección española de fútbol que durante gran parte del segundo período se enfrentaron a Haití en partido amistoso juegan fuera de España. Esta proporción era impensable hace pocos años, pero hoy ya no sorprende, puesto que es otra de las nefastas consecuencias de la terrible crisis económica que está destrozando el país. La fuga de cerebros que están sufriendo todos los sectores de la sociedad española durante los últimos tres años se ha agudizado en el fútbol de manera alarmante, pues todos los clubes de la Liga española, salvo Real Madrid y Barcelona, están vendiendo a sus mejores jugadores porque ya no pueden pagarles los salarios que les ofrecen en el extranjero. Primero fue Torres, luego Silva y más tarde Mata y Cazorla. Y ahora le ha tocado el turno al sevillista Navas, que abandona el equipo de sus amores para ofrecer sus excelencias en el Manchester City. Y no será el último, aunque en el combinado español no llegarán a ser más los emigrantes porque, salvo el valencianista Soldado, el resto son aportados por Barça y Madrid, únicos clubes capaces de mantener a sus estrellas.
Esta emigración forzosa se veía como positiva hace años, cuando se empezó a comprobar con satisfacción que los profesionales españoles podían competir en todos los sectores económicos, incluido el fútbol, con posibilidades de éxito. Pero hoy, el importante incremento de la marcha al extranjero del talento formado y pagado en España se está convirtiendo en una sangría sin límites. Evidentemente, no es lo mismo ir a trabajar a cualquier país del mundo con un contrato millonario, como se van las figuras del balompié, que emigrar con un contrato de trabajo con un sueldo medio, como firma la mayoría de los futbolistas españoles sin pedigrí distribuidos por casi todas las ligas del mundo, o que salir con una mano delante y otra detrás en busca de nuevas oportunidades, como les pasa a gran parte de los emigrantes. Pero la única característica común de todos ellos es que dejan de producir en España para hacerlo en otro país, lo que se traduce en dilapidar los recursos que la sociedad española ha invertido en su formación. Sin duda alguna, un nefasto negocio.

Fuente: misdeportesfavoritos.net

Los datos en el fútbol son significativos. Actualmente hay 184 futbolistas profesionales españoles jugando en 37 campeonatos del orbe, así como una veintena de entrenadores, según Marca, o 193 de los primeros, según As . Aunque la Premier inglesa es la que más reúne (24), seguida de la Super League griega (21), hay profesionales del balón en campeonatos tan exóticos como Australia (1), Tailandia (4), Islandia (1) o Azerbaiyan (1). Es evidente que la gran mayoría de estos jugadores se han marchado porque aquí no les ofrecían un puesto en condiciones. Y esto es lo malo, que la crisis está destrozando las posibilidades de los clubes y empresas españolas. Porque este fenómeno migratorio se ha intensificado sin remedio. Según un informe del Centro Internacional del Estudio del Deporte, el número de futbolistas españoles que han probado suerte en el extranjero pasó de 34 en el 2011 a 184 esta temporada que acaba de finalizar, lo que significa un incremento del 435%. Tremendo dato que avala el deterioro del fútbol español por la caída de los salarios y la inseguridad de su cobro.
Como no podía ser de otra manera, todo esto no es más que un reflejo de las dificultades que está sufriendo la sociedad española, con más de seis millones de parados y más de la mitad de los jóvenes sin posibilidades de ganarse la vida trabajando. Esto ha provocado que durante los dos últimos años se hayan producido más salidas de españoles que llegada de extranjeros con el objetivo de trabajar, como había ocurrido la última década. Y entre estos, la gran mayoría son jóvenes que han ayudado a que el número de residentes españoles en el exterior se haya incrementado en más de 390.000 personas desde que comenzó la crisis en 2008, según el Censo de Españoles Residentes en el Extranjero. De hecho, más de 82.000 trabajadores hicieron las maletas en busca de una oportunidad laboral en otros países en el 2012, lo que representa un incremento del 5,5% respecto al 2011. Esto hace que ya sean 1,6 millones de ciudadanos españoles mayores de edad viviendo y trabajando fuera, según dicho censo.

Fuente: levante-emv.com

Y para que esta tragedia no se quede en meros datos, es necesario recordar los dos últimos casos de jóvenes talentos que se han visto obligados a abandonar el país y que han saltado a las portadas de los medios de comunicación por culpa de los nefastos recortes y de la negligente gestión de las autoridades. Son  los de los científicos Nuria Martín, única española que ha participado en la obtención de células madre humanas por clonación y a la que echaron con un ERE del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, y el de Diego Martínez, mejor físico joven de Europa al que se le negó la beca del programa Ramón y Cajal por falta de liderazgo internacional. Y hay más.
Si bien, habría que destacar que en el fútbol existe un factor diferenciador que convierte en sangrante la situación. Y es que mientras clubes como Valencia, Sevilla, Atlético, Betis o Málaga pierden año a año a sus estrellas ante la imposibilidad de pagarles como antes de la crisis, Barça y Madrid continúan contratando a lo más llamativo del mercado, lo que acrecienta todavía más la diferencia de potencial entre los dos grandes del campeonato español y el resto. Esto provoca que muchos de los buenos jugadores de los clubes otrora potentes opten por cambiar de aires para poder optar a títulos, tanto nacionales como internacionales. Sin opción de formar parte de las plantillas de los superpoderosos Madrid y Barça, la élite  futbolística española está optando por dinamizar el mercado europeo, reforzando a los gigantes continentales, en evidente detrimento de la ya mal llamada mejor Liga del mundo.