La función incalculable de ciertos libros en una vida todavía porosa, atenta, expectante. Pienso en la Anthologie des Poètes de la NRF que compré en 1939 (quizá antes) y fue en seguida un eje de veleta, una delegación de lo desconocido reclamando y mordiendo noche y día. Deslumbramiento de los poemas insospechados, prestigio de nombres que no adherían aún a una biografía, a un retrato (Jouve, Saint-John Perse; y después, en 1945, ver una foto de Perse, esa cara de tendero jovial, como la cara de Rouault que acabo de conocer en un film…). También la antología de Kra, leída en 1935, mal entendida porque entonces mi francés tan lamentable. Doble magia, la locura: Rimbaud, Anne, Anne, fuis sur ton âme, me veo copiando La Comédie de la Soif antes de devolver el libro, y todo Mallarmé, el misterio absoluto con de pronto la delicia: un sens trop précis rature ta vague littérature — Y los otros, pronto aislados de tanto poema sin resonancia: Valéry, Apollinaire, Carco (y éste después, enteramente hallado con Jésus-la-Caille y La Bohême et Mon Coeur). Noches de plazas, de capuchinos, de ardientes nadas; el llanto con Léon-Paul Fargue: Et peut-être qu’un jour, pour de nouveaux amis… El amor mirando desde una tacita de café; el precio de un silencio, la vuelta a casa por arboledas y gatos. Reverdy, que nadie quería en mi grupo, y Michaux, y el exquisito Supervielle — Me basta recordar el volumen, las grandes letras NRF, y de ahí salta Perse, salta Jouve. Y cuando digo Kra (con el naranja de la tapa) entonces Rimbaud, fulgurante y rabioso, Cendars y Laforgue — después en los dos tomos amarillos del Mercure, después Laforgue payaso dulcísimo fabricando cosquillas, gimiendo, gato entre las piernas que acaricia, araña suave, se hace ovillo y entonces te traen el diario y ella se ha muerto, pero de todas maneras mañana la temperatura seguirá en paulatino ascenso.
Julio Cortázar
Diario de Andrés Fava
Editorial: Alfaguara
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(Mate amargo. Distracción. Somebody loves me — dulce voz de Dinah Shore. Es que me aburre explicar. Haraganería. Y ésta es otra prueba de lo que quiero decir. Explicar es siempre significar un hecho, un objeto, un sistema de ideas, una convicción, una comprobación. Justamente lo que he dejado atrás. Ahora siento que nada interesa en cuanto explicación; apenas si interesa la explicación porque nos devuelve el y al hecho, objeto, etcétera. Horror de las mediatizaciones. Una cadena: Fulano ama un libro sobre Cézanne, a quien le gustaba la pintura. ¡Qué lejos de la pintura se queda Fulano! O esto: hay un horror sagrado, Keats hace Hyperion porque Hyperion es su horror sagrado. Middleton Murry se ocupa de Keats porque lo atrae Hyperion; yo leo a Middleton Murry porque me gusta Keats. Pero hay un horror sagrado, y no es Middleton Murry).
Julio Cortázar
Diario de Andrés Fava
Editorial: Alfaguara
Foto: Julio Cortázar