14. Espontáneos. Otra vez.
Si el año pasado Jimmy Jump esquivó los controles de seguridad e irrumpió en la gala de los Goya, este año le tocó al 'muletilla', un chaval con chaqueta pirata que reivindicó el rodaje de un western en Extremadura y que, sorprendetemente, logró permanecer en el escenario casi medio minuto. Pero el colmo de los colmos llegó un rato después, cuando un grupo de la organización Anonymous saltó al patio de butacas. ¿Qué tipo de seguridad es ésa que todos los años acuden 'espontáneos' a los Goya? Lo dicho, bochornoso.
El 'muletilla' e Isabel Coixet
13. ¿Quién es Jan Cornet?
Que la realización pinchara alguna cámara mientras aún estaba enfocando puede pasar, pero que dude de si Jan Cornet es Jan Cornet o el que está sentado a su lado, como se apreció durante la presentación de los nominados al actor revelación, no tiene perdón.
12. Discursos largos no, larguísimos
Como siempre, los ganadores de los Goya aprovechan la ausencia de música que calle sus discursos -como sí sucede en los Óscar- para explayarse en sus agradecimientos. Así lo hicieron Kike Maíllo o Lluís Homar, a quien, curiosamente, le siguió un vídeo-tutorial sobre cómo ser breve.
11. El rap.
El Langui comenzó a cantar un rap sobre el cine al que se unieron Juan Diego o Antonio Resines, quien apenas vocalizaba, y que provocó el bochorno de la mayoría de los espectadores. ¿O es que alguien no sintió vergüenza?
10. El número musical de apertura.
Flojo, flojo, flojo. Con lo fácil que hubiera sido arrancar la gala con un monólogo al estilo de Eva Hache, que para eso era la presentadora.
9. 3 horas de duración.
Y eso que, en el número musical de apertura, Belén Rueda mencionó que la gala duraba únicamente una hora y media...
8. Eva Hache no hace gracia.
La presentadora de 'El club de la comedia' tiene chispa, carisma y cara dura, pero su guión en los Goya no explotaba ninguno de esos aspectos. Para más inri, la genial intervención de Santiago Segura la eclipsó del todo, haciendo que incluso la propia Eva Hache pidiera en su cuenta de Twitter que Segura presente la gala el año que viene.
7. "Internet no es alternativa, sustituto ni siquiera complemento".
El discurso del presidente de la Academia, Enrique González Macho, contó con la particularidad de ser leído por tres personas, él mismo y sus dos vicepresidentas, y creó polémica al afirmar que Internet no forma parte de la actividad económica del cine. Esta manifestación se entiende como un rechazo a explorar las posibilidades del cine en la Red, que aunque González Macho diga que son cosa del futuro, pertenecen al presente. Y, si no, que se lo pregunten a Filmin.
6. Los consejos de Kike Maíllo a la joven actriz Claudia Vega. Que el ganador del Goya a la mejor dirección novel haga ponerse de pie a su joven actriz para aconsejarle que estudie y trabaje duro resulta un poco bochornoso. Que esto es una entrega de premios, no un colegio.
5. 'Arrugas' rompe moldes. Como bien señaló Ángel de la Cruz al recoger el premio al mejor guión adaptado, que 'Arrugas' haya sido considerada en más de una categoría aparte de la de película de animación, supone un paso hacia delante para el cine español.
4. Las reacciones más sinceras: María León, Kike Maíllo y Jan Cornet.
La primera no pudo evitar mostrar sus nervios de favorita segundos antes de que se conociera la ganadora del Goya a la mejor actriz revelación, mientras que Maíllo se mostró exultante y, Cornet, muy sorprendido.
Kike Maíllo, mejor realizador novel por 'Eva'
3. Juan Diego el rapero. Puede que el rap fuera bochornoso, pero las pintas de Juan Diego, con esas cadenas doradas, merecen ser recordadas.
2. La reaparición de Silvia Abascal. La actriz sufrió un ictus cerebral en abril de 2011 y hasta la noche de los Goya no había vuelto a aparecer en público. Su salida al escenario supuso el momento más emotivo de la gala, en parte por la ovación que le dedicó la grada, en parte por su "Qué alegría estar" y también por esas lágrimas de Juanjo Artero.
1. Santiago Segura sobre cómo vota un académico. Lo dejó claro. Santiago Segura hubiera sido mejor presentador de los Goya que Eva Hache. Su reivindicación de 'Torrente 4', seguido de un monólogo sobre los vicios de los académicos a la hora de votar a los mejores intérpretes, hizo que Antonio Banderas se desternillara de risa y que los espectadores, en nuestras casas, despertáramos de una gala larga y soporífera. Lo mejor de todo: que tiene toda la razón.