“A la Garriga s’hi viu molt bé” | La Garriga es uno de esos lugares que forman parte de nuestra familia sin que hayamos vivido nunca allí. Su proximidad a Bigues i Riells, por un lado, y a la cordillera del Montseny, por el otro, la han convertido en ese lugar de infancia y juventud que siempre ha estado próximo a sitios a los que el verano y los fines de semana nos llevaban para huir de la gran ciudad, como son la urbanización de Can Barri o Santa Maria de Palautordera.
También es un lugar que tenemos presente día a día en el interior de casa, ya que la mesa y las sillas del comedor llevan el sello de una de sus tiendas de muebles. De esa época en que ir a amueblar la casa a la Garriga era todo un must.
Vista panorámicas del centro de la Garriga (Parroquia de Sant Esteve), desde la zona de la Doma
La Garriga dels garrics
Hablar de la Garriga nos obliga a comenzar hablando de “garrics” (chaparros en castellano, quercus en latín). Un arbusto-árbol, típicamente mediterráneo y muy abundante en la zona, cuyo nombre parece ser que motivó el topónimo por el que conocemos la población: La Garriga.
No obstante, dado que no tenemos demasiados conocimientos de botánica, aquí dejamos la divagación.
Un lugar de paso y de reposo
Desde los romanos hasta nuestros días, la Garriga ha sido un lugar de paso. Por allí atravesaba la Via Augusta romana, en el tramo que unía Ausa con Barcino e Iluro, y allí es donde el margen del Congost se convertiría en un fantástico eje de comunicaciones entre las comarcas del Vallès y Osona. Y por allí pasarían, paralelos al curso del río, el trazado de la línea de ferrocarril hacia Puigcerdà, y el de la carretera N-152, actualmente reconvertida en la autovía C-17.
La Via Augusta | Procedente de Narbona (Narbo) entraba en la Hispania Citerior y se bifurcaba a la llegada a Caldes de Malavella (Aquis Voconis o Aquae Calidae). Mientras que una ramificación iba de Blanes (Blanda) hasta Barcelona (Barcino), la otra unía Hostalric (Seterrae) con Terrassa (Égara) y Sabadell (Arraona). Ambas ramificaciones volvían a unirse a la altura de Martorell (Ad Fines).Dicen que la proximidad de la Garriga a la cordillera del Montseny hace que la población tenga un clima privilegiado, con el valor añadido de que cuenta con aguas termales naturales, consideradas las más calientes de toda Catalunya. Esas dos características hicieron que históricamente se convirtiese en un lugar ideal para ir a descansar y a “tomar las aguas”.
Acceso principal al Hotel Termes la Garriga desde el carrer dels Banys
De hecho, la existencia de un manantial de aguas termales, en lo que hoy en día es el centro de la Garriga, se cree que fue razón suficiente para que los romanos se estableciesen allí. Presencia que queda certificada por los diferentes restos arqueológicos localizados tanto en la zona de Can Terrers, como en la Doma.
De la época dorada de la Garriga como centro termal todavía se conservan dos establecimientos que siguen en pleno funcionamiento, y que siguen manteniendo esa exclusividad de antaño: el Gran Hotel Balneari Blancafort y el Hotel Termes la Garriga.
El Balneari Blancafort fue fundado en 1840, y siempre ha sido un lugar de lujo a donde se trasladaba la aristocracia y la burguesía para “tomar las aguas”. Durante la Guerra Civil se usó como “hospital de sang”.
La Garriga y su origen rural
Aunque el turismo de veraneo le diese un aspecto burgués, la Garriga tiene un origen rural 100%. De ahí que una buena selección de los lugares de interés turístico estén relacionados con esos orígenes, especialmente los que están situados fuera del núcleo urbano, y que te permiten viajar en el tiempo para imaginarte cómo era el lugar allá por el medievo.
Castell de Rosanes
Qué visitar | La Doma, el parque de Can Terrers, el castell de Rosanes y Can Nualart
La Doma
Situada junto a la carretera C-17, la Doma es un espacio formado por la antigua iglesia parroquial, la domería y el cementerio viejo.
El nombre de la Doma deriva de la palabra latina hebdomada (semana), que se refiere a los turnos semanales que hacían los clérigos que asistían la parroquia y los lugares que dependían de ella, como sant Pere de Vallcarquera, sant Cristòfol de Monteugues, sant Pau de Montmany y la capilla dels sants Gervasi i Protasi, ubicada en la masía de Can Nualart.
Conjunto de la Doma
Sant Esteve de la Doma
Sant Esteve de la Doma fue la iglesia parroquial de la Garriga desde mediados del siglo X hasta la primera mitad del XVIII, cuando se sustituyó por el nuevo templo que hay en el centro de población.
Església de Sant Esteve de la Doma. Un templo con aspecto de fortificación. El actual campanario se construyó sobre el románico original, de estilo de espadaña.
El edificio, con aspecto de fortificación, data del siglo X, aunque no se ha conservado ningún vestigio del templo original. La nave central, que es actualmente la parte más antigua, fue construida en el siglo XII en estilo románico, mientras que el resto de elementos arquitectónicos (nave lateral, puerta de entrada, capilla, sacristía, campanario, conjuratorio y coro) son del siglo XVI.
Los edificios de la domería se reformaron en el siglo XVIII y están conectados con la sacristía mediante un pasillo subterráneo.
El reloj de sol que hay en una de las paredes de Sant Esteve de la Doma tiene diferentes características interesantes, como por ejemplo que se pintó con sangre de toro.
El templo no está abierto al público en general, pero se puede acceder con una visita guiada.
El cementeri vell
A pesar de ser un cementerio de pequeñas dimensiones, en el cementerio de la Doma hay diferentes obras arquitectónicas y escultóricas de gran valor artístico, como el panteón de la familia Fargas.
Panteón de la familia Fargas
El panteón es una construcción funeraria de estilo neogótico, con rosetones, gablete, tracerías y gárgolas, obra de Emili Sala i Cortés, el arquitecto que construyó la Casa Batlló, posteriormente reformada por Antoni Gaudí.
En ese cementerio está enterrado el arquitecto más importante de la Garriga, Manuel J. Rapali i Mayol.
Algunos restos arqueológicos encontrados en el lugar dejan entrever que ya se realizaron entierros en la zona en época romana.
El parque de Can Terrers
El espacio conocido como de Can Terrers es un gran parque de aventuras situado a las afueras de la Garriga, a donde se puede acudir en familia a disfrutar de los diferentes juegos para niños, ir de picnic, pasear a pie o en bicicleta.
Vistas hacia el parque de Can Terrers desde los restos de la vila romana
La zona está dividida en dos por la N-152z. A un lado de la carretera están los restos de la vil·la romana de Can Terrers, desde donde se puede disfrutar de unas vistas panorámicas espléndidas sobre el conjunto del parque y algo más allá. Al otro lado, está el parque, limítrofe a la antigua masía de Can Terrers, de la que coge el nombre.
Can Terrers es un conjunto de construcciones rurales de época medieval, declarados bien cultural de interés local, y que está formado por un edificio noble, una masía y la capilla de Santa Maria del Camí.
Santa Maria del Camí
La pequeña capilla de Santa Maria del Camí es una magnífica muestra del arte románico que todavía se conserva en la Garriga, y que formaba parte del monasterio del mismo nombre.
Capilla de Santa Maria del Camí, que fue el templo del desaparecido monasterio que hubo en ese lugar de la Garriga
Como curiosidad, y a modo de periodismo rosa, explicar que la historia del monasterio está relacionada con dos hijas de Guifré el Pilòs: Emma y Cixilona. Emma de Barcelona, que fue la primera abadesa del monasterio de Sant Joan de les Abadesses, fundó el de Santa Maria del Camí, y nombró a su hermana, Cixilona de Barcelona, abadesa. De ahí la relación de Cixilona con la Garriga, en donde falleció y en donde está enterrada.
La capilla, que está cerrada al publico conserva en su interior el sarcófago y la lápida funeraria de la abadesa Cixilona, con la inscripción: “Ací reposa Quíxol, de bona memòria, consagrada a Déu i filla de Guifré, comte. Que Déu la perdoni. Amén. La qual va morir 8 de les calendes de Març, de l’era 983; any de l’encarnació del senyor 945; anys 8, regnant Lluís, fill de Carles, rei.” [Texto traducido al catalán desde el latín original.]
Vil·la romana de Can Terrers
De los restos arqueológicos que se conservan se deduce que fue un conjunto de edificios que formaban parte de una explotación rural dedicada a la producción de vino, y que ocupaba una extensión de 5000 m2.
Vista parcial de una sección de los restos arqueológicos de la Vila romana de Can Terrers
Entre las diferentes dependencias se ha identificado una zona de baños calientes típica de las casas romanas, pero que se alimentaban con agua que calentaban manualmente, y no procedía de ningún manantial natural.
El espacio está señalizado y es de acceso libre. Eso sí, tal y como indican en uno de los carteles informativos, se pide hacerlo con el máximo cuidado y respeto, por la fragilidad del conjunto arquitectónico.
El castell de Rosanes
El castell de Rosanes, que de hecho no es un castillo sino una masía fortificada, es el edificio más importante que hubo en la Garriga en época medieval y, una excelente muestra de ese tipo de construcciones.
Castell de Rosanes
Situado a las afueras del pueblo, la parte más antigua del edificio data del siglo XII aunque existe la evidencia de que tiene más de 1000 años de historia, porque consta documentada la existencia de una torre anterior en el mismo lugar.
Como resume el cartel informativo que hay junto a la puerta de entrada, la masía se fue ampliando a lo largo de los siglos. En el XIV se edificó la capilla, y en el siglo XVI se construyeron nuevas estancias, pero manteniendo el aspecto fortificado inicial.
Fue tras la última ampliación, en el siglo XVIII, cuando la construcción dejó de tener aspecto defensivo, para tener el de una simple masía. Las necesidades defensivas de siglos anteriores habían desaparecido y, a partir de aquel momento, las prioridades arquitectónicas se centraron en crear espacios adecuados para cumplir con la función agrícola-ganadera propia de las casas rurales de la época.
La estirpe de los Rosanes | Se inicia en 1189 con Ramon de Rosanes. Su descendiente, Galceran III de Rosanes, se convertiría en consejero del rey Martí l’Humà, tras el viaje que el rey y su esposa, la reina Maria de Luna, hicieron a la Garriga para disfrutar de una cura de aguas termales, en el siglo XIV. Tras la muerte del rey, último representante del Casal de Barcelona, Galceran III de Rosanes participó activamente en las negociaciones para decidir quién le sucedería, apostando por Jaume d’Urgell, quien acabó perdiendo frente a Fernando de Antequera… aunque eso es otra historia.Can Nualart
Can Nualart es otro de los conjuntos de edificios de carácter rural que se conservan en la Garriga, y que forman parte del inventario de patrimonio arquitectónico de Catalunya. Otra muestra del carácter rural de los orígenes el pueblo.
Masia de Can Nualart
Data del siglo XIII, y está formado por tres edificios: la portería, la vivienda y la capilla que, como ya hemos comentado, dependía de la parroquia de la Doma.
Capilla de Can Nualart
Interior de la capilla de Can Nualart
En la actualidad, la masía y las tierras continuan en manos de la familia Nualart, quienes siguen con la actividad agrícola, centrada principalmente en la producción de aceite de oliva a partir de dos variedades de aceitunas: Vera (autóctona del Vallès Oriental) y Blanqueta.
Para saber más sobre la familia Nualart:
Tomàs Nualart i Bosch
Els Nualart es desprenen del ramat. El9nou.cat
La transformación de la Garriga y el boom del turismo modernista-termal
El confort que ofrecía la ubicación, el clima y las aguas termales hizo que a finales del siglo XIX y principios del XX, la Garriga se convirtiese en uno de los destinos de veraneo preferidos de la burguesía catalana, que quería dejar atrás los problemas salud y de salubridad de la gran ciudad.
Mientras que algunos optaron por elegir localidades al lado del mar, tales como Arenys de Mar, Caldetes, Sitges o Vilanova i la Geltrú, otros se decantaron por la tranquilidad de las zonas de interior, entre las que se encontraba La Garriga.
La llegada de ese turismo de alto poder adquisitivo y su apuesta por tener una segunda residencia en el lugar provocó que un paisaje predominantemente rural se transformase en el de una población modernista de primer orden, gracias a las construcciones de viviendas de veraneo, donde confluyeron los estilos arquitectónicos predominantes en la época como el novecentismo, el modernismo y el eclecticismo.
Las reformas y mejoras crearon un paisaje urbano y social que estableció las bases de cómo sería la Garriga que conocemos hoy en día.
El Passeig de la Garriga
Qué visitar | Selección de residencias de “modernismo de verano”
Siguiendo la recopilación de casi 50 edificios que han hecho desde el centre de visitants, hemos elaborado un mapa que permite realizar un recorrido por la arquitectura modernista más representativa de la Garriga, dándose un tranquilo paseo por la población.
Interior de la Casa Raspall (Casa Mercè Mayol). Modificación realizada sobre una masía del siglo XIV por Manuel J. Raspall en 1903, para su madre
El recorrido, además de hacer ir zizzageando por las calles de la Garriga, invita a recorrer el quilómetro largo de longitud que tiene una de sus avenidas más emblemáticas del pueblo, el Passeig, que se extiende desde la Illa Raspall hasta el inicio de la zona de Can Terrers, con una buena muestra de residencias de “modernismo de verano” a lado y lado.
En el caso de que se prefiera realizar el paseo con una visita guiada, existe la posibilidad de realizarlo el segundo sábado de cada mes.
Can Raspall | Situado en pleno centro del casco antiguo, es un edificio público y se puede acceder de manera libre. Más info: La construcció modernista de Can Raspall.
Illa Raspall | Es un conjunto de casas, declarado “Bé d’interès nacional”, integrado por la Casa Barbey, la Torre Iris, la Casa Reig “la Bombonera” y la Casa Barraquer; un ejemplo inequívoco del modernismo de verano, con el sello de Manel J. Rapall. | Las cuatro casas son de propiedad privada, por lo que no se puede acceder al interior. Solamente es posible visitar los jardines de la Casa Barbey, con una visita guiada. Más info: Senyalització del patrimoni. l’Illa Raspall.
El oscuro recuerdo de la Guerra Civil
A pesar de que la Garriga no fue un objetivo estratégico ni por la presencia de tropas ni por la existencia de alguna industria militar, encontrarse situada en medio de una de las vías de huida de los refugiados republicanos y las brigadas internacionales hizo que la guerra acabase golpeándola cuando casi estaba a punto de finalizar.
Indicaciones en la ruta sobre la memoria histórica de la Guerra Civil
De aquellos años quedan diferentes lugares que han contribuido a marcar la memoria histórica de la Garriga, y que vale la pena incluir en un recorrido temático, que el propio Ajuntament de la Garriga ha trazado dentro del núcleo urbano, incluyendo el refugio antiaéreo de la estación, el hospital de sangre (que se instaló en el Gran Hotel Balneari Blancafort) y las casas que se destinaron a la acogida de refugiados.
Que visitar | El refugio antiaéreo, el aeródromo de Rosanes y el memorial de la Doma
El refugio antiaéreo
Dado que la guerra aérea fue una de las partes más mortíferas de la Guerra Civil, hizo que la población republicana optase por buscar refugios seguros para la población que vivía en la retaguardia. En 1937, la Generalitat de Catalunya creó la Junta de Defensa Pasiva quien, a través de una circular que envió a todos los ayuntamientos, estableció las pautas que se tenían que seguir en las diferentes localidades para intentar poner a salvo a la población civil, especialmente con la construcción de refugios antiaéreos.
Túnel del refugio antiaéreo
En 1938, la Junta local de la Garriga y los propios vecinos construyeron un refugio antiaéreo, a pico y pala, situado junto a la estación del ferrocarril. Un lugar que ayudó a salvar muchas vidas, especialmente durante los bombadeos que realizó la aviación italiana al final de la guerra.
El refugio, que se conserva en perfectas condiciones, se ha musealizado y se puede visitar de manera guiada. Las visitas se realizan todos los sábados, a las 12h. Y también está abierto a poder visitarla mediante visitas concertadas para grupos.
El aeródromo de Rosanes [Casa Esteve Fernández]
Dentro de este recorrido por la memoria histórica también se debe incluir una visita al aeródromo de Rosanes, un campo de aviación de origen civil que en 1937 acabó convertido en aeródromo de guerra cuando el jefe de la aviación de Sabadell tomó posesión del campo en nombre del ejército republicano, para cubrir los frentes del Segre y del Ebro, y colaborar en la defensa aérea de Barcelona.
Cartel informativo desde donde parte la ruta para recorrer el campo de aviación de Rosanes
El espacio es de libre acceso, y se puede visitar siguiendo un recorrido señalizado alrededor del perímetro del campo. Todavía conserva los refugios, la torre de control, los edificios de mando, el comedor, el hangar y la garita de vigilancia.
Fotografía de una escuadrilla de pilotos, expuesta en refugio antiaéreo. (Exposición permanente del refugio antiaéreo)
Casa Esteve Fernández | El origen del aeródromo es de principios de los años 30. Concretamente de 1933, cuando el empresario argentino, Esteban Fernández, mandó construir un campo de aviación particular, así como una casa, un hangar y una piscina. El conjunto, obra del arquitecto Xavier Turull i Ventosa, tiene el gran valor de ser el único ejemplo de arquitectura racionalista que se construyó en el Vallès Oriental. Más info: Casa i hangar Esteve Fernández a la Garriga, 1933.El memorial de la Doma
El cementerio de la Doma también es uno de los lugares que se deben incluir en la ruta por la memoria histórica de la Garriga. A propuesta de la asociación la Garriga Secreta, este 2021 se ha inaugurado un memorial sobre el lugar en donde está la fosa común de la Guerra Civil: el memorial de la Doma.
El memorial de la Guerra Civil en el cementerio de la Doma
Con la dignificación del lugar se ha querido rendir homenaje a todos los que fallecieron -vecinos y forasteros- durante los años de la Guerra Civil y posteriormente, a consecuencia de la represión que se desató, cuyos nombres constan en las placas que se ha colocado próximas al lugar que ocupa la fosa, recubierto con adoquines.
¿Cómo visitar la Garriga?
Una excelente sugerencia para empezar el recorrido por la Garriga es ir al Centre de Visitants, un mix entre oficia de turismo y centro de interpretación que te ayuda a hacer una primera aproximación al pueblo, a su patrimonio y a su historia.
En la parte expositiva se puede ver la evolución de la Garriga desde la época romana hasta la actualidad. Y en la oficina de turismo puedes obtener información detallada sobre diferentes itinerarios turísticos, como alguno de los que hemos incluido en el post.
Para saber más:
Centre de Visitants
Ctra. Nova, 46
La Garriga – Vallès Oriental
www.visitalagarriga.cat
Curiosidades | Gastronomía, Netflix y meteorología
La “botifarra de la Garriga”
La tradición charcutera en la Garriga es notable, y la fama de sus “botifarres” indiscutible. De ahí que se haya creado la marca “botifarra de la Garriga” como uno de los elementos diferenciadores del lugar.
La botifarra cuita es la típica de la población, y se sigue elaborando a la manera tradicional: carn, cansalada, sal i pebre. No obstante, la innovación gastronómica también ha llegado al mundo de la charcutería, y esos cuatro ingredientes básicos se han ido complementado con otros tantos que hacen que podamos encontrar muchísimas nuevas variedades: de rovellons, d’alls tendres, de ceba, d’escalivada…
Foto: botifarradelagarriga.cat
Clúster del mueble de calidad
Aunque no tenemos demasiada información sobre el origen histórico de porqué la Garriga ha sido, y en menor medida, sigue siendo uno de los clústers del mueble de calidad del país, hemos querido incorporarlo como uno de los elementos que le dan carácter al lugar.
Lo que sí que no nos podemos resistir a incluir en este apartado es una mención a la empresa Rechapados Ferrer. ¿Y por qué? Pues porque es una empresa de la Garriga relacionada con el mundo del mueble, que desde mediados de los años 60 se especializó en la fabricación de tableros de ajedrez, y que gracias a Gambito de Dama ha hecho que la Garriga salga mencionada en diferentes medios de la prensa internacional, al utilizar sus tableros en esa serie de Netflix. ¿Lo habías oído comentar?
Imagen final de la serie de Netflix “Gambito de dama”. [Foto: Netflix]
La Saligarda
Y por cierto, antes de acabar, una recomendación: si decidís ir de visita a la Garriga, elegid un día que no sople la Saligarda. Quizás el día sea nítido y soleado, pero seguro que hará mucho frío… ¿Y qué es la Saligarda? Pues un tipo de viento que sopla en exclusiva en esa población vallesana.
Dicen que se genera por la diferencia de altura entre la plana de Vic y la plana del Vallès. Conduce la niebla de Osona hacia el Vallès a través del Congost, y cuando llega a la Garriga la transforma en aire gélido. Por ello, mientras que la mayoría de poblaciones vecinas suelen amanecer atrapadas en medio de la niebla, la Garriga siempre lo hace bajo un sol radiante, pero con una sensación de frío espectacular.
La Saligarda explicada por Marcel Mauri en su página de Facebook | “La Saligarda és el vent catabàtic que bufa a la Garriga a causa del drenatge de la boira present a la Plana de Vic. Quan bufa aquest vent, la sensació és de fredor i d’humitat molt acusada en aquesta població vallesana, que és la primera que rep de forma directa l’aire fred canalitzat pel riu Congost. Per tan, podríem afirmar que “La Pubilla” és la causa de “La Saligarda”, o que ambdós fenòmens tenen una relació causa-efecte.
Què són i perquè es produeixen els vents catabàtics? Són vents ‘de drenatge’ entre dues masses d’aire de diferents característiques i es produeixen per equilibrar la pressió i la densitat d’aquestes. Dins d’una massa de boira, la densitat i la pressió són més altes que les seves zones circumdants; i aquí rau l’origen d’aquest flux.
Els vents catabàtics que tenen com origen la boira són freds i humits, provocant una sensació força desagradable i de desconfort a la zona ‘afectada'”.
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