La Gatoteca es un cat café pero no es un café con gatos. No es una cafetería por la que pululan mininos. Es una casa en la que sus dueños, los gatos, te invitan a pasar, a compartir un rato con ellos y a tomar algo si quieres. Porque en este peculiar espacio en Lavapiés, lo importante son los felinos, que pasan el rato encantados con los humanos que se acercan a acariciarles, mimarles y cuidarles.
La Gatoteca
La Gatoteca es la sede física de la Asociación Abriga (Asociación Benéfica por el Rescate e Inserción de Gatos en Adopción). Su objetivo es servir de casa de acogida a gatos adultos sin hogar y permitir que puedan encontrar una familia de adopción. Mientras este momento llega, los felinos viven tranquilos en este espacio donde los 20 voluntarios de la organización se encargan de su bienestar.
La Gatoteca
Eva Alexander Aznar es la impulsora de la cafetería felina española, un tipo de sitio que ya existe en Tokio, en París, San Petesburgo, Budapest, Viena o Munich. Se reconoce “una enamorada de Japón y de los gatos”. Ella o los voluntarios de Abriga dan la bienvenida y explican despacio el funcionamiento del local. “Primero, hay que conocer el decálogo de normas de La Gatoteca al respecto de cómo tratar a los gatos, para garantizar una buena experiencia para las personas y los felinos”, explica Álex.
Después, colocan una pulsera que servirá para medir el tiempo que la persona está dentro del espacio y calcular la donación correspondiente. El tiempo mínimo, media hora, son 4 euros y una hora, 6 euros aunque a los socios o a través de bonos sale más barato. Todo el dinero va a garantizar el funcionamiento de Abriga, recoger más gatos (pueden tener hasta 20 a la vez) y programas de ayuda a felinos sin hogar. Los gatos tienen resueltas aquí todas sus necesidades. La asociación cuenta con un convenio con la clínica Labrador para las revisiones veterinarias de los animales y con la presencia de los veterinarios naturales KineVet. “La mayor parte de los gatos viene aquí con alguna dolencia o algún trauma y tratamos de poner todos los medios para que mejoren”, afirma Alex.
Surco, de La Gatoteca
Una vez está todo claro, procede buscar algo de beber. La primera consumición está incluida en la entrada y el espacio de bebidas es autoservicio por la voluntad. No se sirve alcohol y no se puede entrar con vidrio. Una vez dentro de la sala de gatos, se puede hacer lo que se quiera, leer un libro, conectarse a internet a través del wifi gratuito, charlar, jugar con los gatos… Y si uno se encariña mucho de alguno, tanto los voluntarios como los veterinarios están allí para asesorar a la persona de modo que se pueda concretar la adopción. De hecho, las fotos de Bernardita, Roco, Pixulina, Pulguita, Pancho, Vida, Surco y Alba, los ocho primeros inquilinos de La Gatoteca, adornan el recibidor con la fecha de entrada junto a su nombre. Lo ideal sería que también tuvieran fecha de salida.
La Gatoteca
En las dos amplias salas, se reparten grupos de amigos, señores mayores, parejas jóvenes que no pueden tener gato en casa y familias con niños. Los pequeños son muy bienvenidos, porque para Abriga es fundamental educar en el respeto a los animales cuanto antes y así, los chavales aprenden a tratar a los gatos y quizá, a quedarse con uno para siempre. La Gatoteca tiene una pequeña tienda de artesanía relacionada con mininos y programará cuentacuentos, conciertos en acústico, charlas, conferencias sobre el mundo gatuno para incrementar la formación y el interés de la sociedad sobre estos animales y acabar con los mitos.
¿Habéis querido tener gato y no habéis podido? ¿Sabéis de alguien que lo disfrutaría? ¿Qué os parece la idea?
Los datos: La Gatoteca. Calle Argumosa, 28. Horario: todos los días desde las 10:30 a las 22:30. Lunes desde las 14:30. A las 22 dejan de admitir nuevas visitas.
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*Fotos: Sergio Rodríguez