En la serie del Homenaje a los Blogueros, por donde han pasado casi 70 personas, todas de ellas muy interesantes, hay una pregunta que dice:
– ¿Qué es lo que menos te gusta de España y de los español@s?
Nuestra amiga Marta Colomina (@martacolomina), en su Homenaje particular, contestaba:
– La tontería que hay.
Hoy quiero detenerme en la respuesta de Marta Colomina, porque también comparto su opinión, sólo que me centraré en la tontería en el mundo empresarial, o lo que he denominado, la gomina de la empresa. Porque seamos sinceros, hay demasiado estirado, demasiado engominado enfundado en traje a medida que está más pendiente en las reuniones de que no se le arrugue la raya del pantalón que de los temas que se trata; gente que por los pasillos más que andar, se contonea, desfila como un pavo real engalanado; gente que si no tiene el último modelo de móvil se siente un desgraciado; gente que para creerse alguien precisa hablar alto con el celular en cualquier transporte público; gente que se siente más importante cuando la arman en los restaurantes por llevar corbata y demostrar "este se va a enterar quien soy yo"; gente, en definitiva, que a menudo confunde lo que soy (persona) con lo que hago (personaje)... Creo que en esto, estamos todos de acuerdo, es difícil de rebatir... A menudo que uno sube por la pirámide empresarial, la tontería y la gomina aumentan...
Aquí conviene, por no discriminar, hablar de ellos y también de ellas, porque algunas van a las reuniones y a trabajar como si fuesen de Noche Vieja: excesiva pose, excesivo tacón, excesivo perfume, excesivo escote, excesivo cuidado del detalle... todo demasiado perfecto y, por tanto, demasiado artificial... Olvidamos a menudo lo que decía Demócrito: "Las cosas más agradables se convierten en desagradables cuando no reina la moderación"; o como decían los clásicos: "Nada en exceso".... Lo explícito pierde todo su glamour, precisamente por eso, por explícito... La elegancia no tiene tanto que ver con la cantidad como con la calidad. Mostrarse y exhibirse mucho es síntoma de inseguridad o de necesidad de reconocimiento...
Eso sí, luego, cuando hablamos del capital erótico, o cómo el atractivo físico y la seducción influye en las relaciones personales y profesionales (ver post El capital erótico: el impacto del atractivo físico en las carreras) mucha gente se echa las manos a las cabezas... Seguimos viviendo, como ha apuntado Eduardo Galeano en más de una ocasión, en la cultura del envase, esto es: "El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo, y la misa más que Dios. La cultura del envase desprecia los contenidos"... Así es, la fachada sobre su interior... lo que pasa es que funciona, al menos eso parece... Hay que buscar el equilibrio, todo ayuda, todo suma, pero en su justa medida...
Por último, también habría que hacer un Ranking de tontería o gomina por profesiones. No todas huelen a postizo igual, algunas bastante más que otras... Me reservo citarlas, aunque creo que coincidiríamos bastante...
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