Revista Televisión
"Glee" despidió su tercera temporada hace unas semanas. Su tercer año no sólo ha sido el menos visto, sino que ha sido, con diferencia, el peor. El año en el que la mayoría de los personajes se ha vuelto muy odioso; el año en el que los números musicales seguían abundando, pero siendo menos conocidos, y por lo tanto, más aburridos. En mi caso, "Glee" se ha convertido en la serie que puedes ver mientras haces otras cosas. De hecho, es el momento perfecto para bajarse del carro para hacer desaparecer a los miembros de "New Directions" de mi vida seriéfila. De aquí en adelante, spoilers de esta temporada.
No sé por dónde comenzar el análisis de este despropósito de año. Creo que por los pocos aciertos que ha tenido: el capítulo "Yes/No" (3x10), el mejor de la temporada. Con diferencia.Roz Washington (NeNe Leakes), la archienemiga de Sue Sylvester y convertida en aliada en la season finale. Sugar Motta (Vanessa Lengies) durante los primeros capítulos (luego desapareció). Y el Santanazo. Bitch Becky. "Somebody that I used to Know".Y dejo de contar, porque el resto ha sido un auténtico suplicio (cada vez que recuerdo el episodio dedicado a Michael Jackson me entran escalofríos). Desde esa crisis existencial de Quinn, que luego sufrió un accidente de tráfico, del que se recuperó de la noche a la mañana, a la insoportabilidad de Mercedes (nunca una falsa diva fue tan "hostiable"). O la atracción que sintió Puck por Shelby mientras lo que intentaba era desacreditarla como madre para que Quinn recuperase a Beth (curioso que luego no la hayan vuelto a nombrar). La visita de Ricky Martin nos dejó una versión bastante aceptable de "La isla bonita", pero tener que escuchar "I'm Sexy and I know it" en español fue peor que una tortura china. El momento gorila de San Valentín fue de vergüenza ajena. El drama de Beiste no ha pegado nada esta temporada (¿a santo de qué meter una trama así en una serie como esta?).
Pero si hay algo totalmente absurdo y mamarrachuzo ha sido el embarazo de Sue. Tal cual lo oís. Sue Sylvester está embazarada. No sabemos de quién ni de cuanto (en el 3x21 ella misma broma con que ni lo sabe), pero está en estado. No voy a negar que ver a Sue ejerciendo de madre va a tener su gracia, pero no quita para que sea una trama sin pies ni cabeza. Algo así como ha ocurrido con la boda de FinChel. Todo muy serio, y todo muy surrealista. Al final, ha tenido que ser el propio Finn quien les pusiese los pies en la Tierra para detener semejante estupidez. Y ganar los Nacionales con actuaciones tan mediocres no tiene ninguna coherencia. Y ese ser llamado Unique: sin palabras. Y, ya lo siento, pero Brittany ha terminado convirtiéndose en una caricatura de sí misma, y tiene ya muy poca gracia (lo del baile de dinosaurios sin gomina...). ¿Y lo de dedicarle un capítulo a Tina?
La season finale ha servido como despedida a todos los miembros de "New Directions" que se gradúan este año y que, por tanto, abandonan el instituto. Pero ha sido una despedida inútil, ya que sabemos que todos volverán el año que viene, por lo que nos da lo mismo que Rachel esté en Nueva York (con lo loca que ha estado por ir a Broadway ya pueden inventarse una excusa bien gorda para traerla de nuevo a Ohio). Así que el año que viene, todos (excepto los del Glee Project que sólo tenían asegurado su paso por la tercera temporada) regresarán. Y no creo que vaya a ser testigo. Aunque ver una serie y comentarla/criticarla por Twitter tiene su gracia, si la serie no la disfrutas es una pérdida de tiempo. De todos modos, me conozco, y sé que la season premiere la veré.