Revista Música

La graminola – número 11 – 8 de febrero de 2018

Publicado el 07 febrero 2018 por Perendengon

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.

Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En “Los Pioneros” rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección “También es Música” le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música en directo.

Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.

NUESTRA PORTADA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

La lista de actualidad de esta semana viene con una reentrada que ya ha repetido esta acción hasta en cuatro ocasiones, por lo que nos ofrece a cambio una curiosidad de uno de los artistas que forman parte de ella. Una auténtica sorpresa que no voy a desvelaros. Si queréis conocer la historia, ya sabéis, a leer la sección dedicada a “La Lista de La Graminola”.

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

La sección más auténtica, la de “Los Pioneros”, está protagonizada por un grupo que no necesita presentación alguna: “The Beach Boys”. Auténticos cinco estrellas.

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El repaso a la lista de los 60 nos presenta todo un clásico de la música soul como es “Soul Finger”, interpretado por una espectacular banda instrumental denominada “The Bark-Kays”. Música de calidad.

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

La lista de los 70 nos presenta la música de uno de los temas más conocidos de un dúo español que obtuvo el reconocimiento internacional antes de triunfar en nuestro país. Si no conoces a “Baccara” no has vivido musicalmente hablando la década de los 70.

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

La página central vuelve a estar protagonizada por “El Boss”, ya que desgranamos canción a canción el segundo de los discos que componen esa obra maestra que es “The River”.

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El repaso a la lista ochentera está protagonizado por dos artistas italianos. Uno nos pone a bailar agarrados y el otro a bailar desenfrenados. No os lo podéis perder.

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La novedad más destacada de la lista de los 90 viene de la mano de un dúo que lo estaba petando por aquel entonces, Amistades Peligrosas. Junto a ellos el buen pop-rock de Ocean Colour Scene.

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

Una única novedad para cerrar el repaso a las listas de esta semana. Viajamos hasta principios del año 2008 para regocijarnos de la música y la belleza de una de las artistas más asiduas de nuestras listas, la inconfundible “Rihanna”.

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

La sección más disparatada de la revista viene con musica muy variada, pero con el denominador común de la locura. Una canción dedicada a un bicho, otra a un modelo y una salsa eléctrica nos visitan en el día de hoy.

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Os preguntaréis que tiene que ver el Capitán Trueno con la música. La respuesta está en la efeméride que recordamos en la contraportada. Junto a ella un tema de los grandes en vivo y una novedad recién salida del horno. Una despedida a lo grande.

LA LISTA DE LA GRAMINOLA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

Era de esperar. Después de que la semana pasada nos llevásemos al oído hasta cuatro nuevas entradas en la lista de actualidad de “La Graminola”, en esta ocasión tenemos que conformarnos con una reentrada que, además, ya ha pasado por esta revista hace apenas mes y medio. Como no se trata de ser repetitivos y la canción tampoco es que sea la octava maravilla, obviaré hoy repetir el videoclip de “Mama” interpretada por Jonas Blue & William Singe. Supongo que me comprendéis.

A cambio voy a dejaros aquí una auténtica curiosidad en forma de canción de los principios de la carrera de uno de los artistas que tienen uno de sus temas en la lista actualmente. Para ello viajamos hasta Colombia para fijarnos en el primer e inesperado proyecto de un jovencito de tan sólo quince años que respondía al nombre artístico de Juanes.

Corría el año 1987 cuando fundó un grupo denominado Ekhymosis, hasta aquí todo muy normal. La gran curiosidad es que su estilo era muy distinto en esos primeros tiempos al que luego le llevaría al estrellato al inciar su carrera en solitario, ya que su música se movía en las aguas del heavy metal llegando incluso a telonear en Bogotá en el año 1995 a los mismísimos Bon Jovi. Ver para creer.

En su país natal lograrína un éxito rotundo, aunque su mayor logro sería una balada titulada “Solo”, aunque como podéis comprobar muestra todas las características habituales de los temas más tranquilos de cualquiera banda de rock duro que se precie.

He de confesaros que aun siendo una cosa rara, prefiero esta canción a la mayoría de las que integran la lista de actualidad de esta semana. Llamadme rancio y repetitivo, pero es como pienso.

LOS PIONEROS

La sección que dedicamos a los genuinos “padres de la música” está dedicada en el día de hoy en exclusiva a uno de los grupos más significativos de los años 60, con una historia llena de enfrentamientos y desventuras pero cuyo sonido es historia del rock, siendo considerados como una de las bandas cuya compenetración vocal llega a límites extraordinarios. Con todos vosotros los maravillosos Beach Boys.

Un grupo formado en California por los hermanos Brian, Carl y Dennis Wilson, su primo Mike Love y un amigo llamado Al Jardine, que iban a revolucionar el panorama musical de los 60 con las armonías vocales que mostraban en sus canciones. Luchas de egos al margen, la figura de Brian Wilson es indispensable para entender no sólo lo que el grupo fue capaz de ofrecer sino lo que es hacer buena música en general.

Es imponsible condensar en solamente tres canciones la carrera de este grupo y muy complicado elegir entre la gran cantidad de obras maestras que fueron capaces de crear, por lo que en un futuro volverán a aparecer por esta sección sin ningún lugar a dudas. Sirvan pues como ejemplo tres de sus canciones más representativas.

SURFIN’ USA

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Para abrir boca vamos con una de las canciones de sus comienzos. Concretamente con la que daba título a su segundo disco, “Surfin’ USA” y que pone bien a las claras entre que aguas iban a moverse en cuanto a estilo se refiere. Si hablamos de un grupo californiano de principios de los 60 tenemos que hablar del surf-rock.

Este estilo estaba emergiendo justo en el momento en el que el grupo se formó por lo que de manera inmediata su casa discográfica les obligaria de alguna manera a hacer este tipo de música. Lo mejor de todo es que por muchos grupos y artistas que compusieran e interpretaran canciones de este tipo, ninguno lograba los resultados que sus voces conseguían. No es de extrañar pues que de manera inmediata lograran triunfar.

Esta canción fue escrita por Brian Wilson, basándose en uno de los temas más representativos de Chuck Berry titulado “Sweet Little Sixteen”, motivo por el cual éste último aparece en los créditos como coautor de la composición.

FUN, FUN, FUN

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Nos vamos ahora hasta el año 1964, momento en el que publicaban otro de sus discos más reconocidos y en el que se incluía una canción que iba a originar un enfrentamiento brutal en el seno de la familia Wilson, algo que se veía venir desde hacía mucho tiempo, todo hay que decirlo.

El padre de familia, de nombre Murry era el manáger del grupo y más que unir se puede decir que dividía. De hecho la relación acabaría como el rosario de la aurora ya que tras una gran discusión con sus hijos precisamente por la canción que viene a continuación terminaría siendo despedido, aunque antes de que se llevara a efecto esta situación a efectos jurídicos terminaría vendiendo los derechos de muchas de las canciones del grupo de sus hijos y quedándose con el dinero. Como vemos todo era amor y fraternidad.

La canción no es otra que “Fun, Fun, Fun”, otro de sus grandes clásicos, y la polémica vendría de la mano de su letra. En ella se narraba la alocada vida que llevaba la hija del propietario de la casa discográfica que promocionaba sus discos y dado el conservadurismo de la sociedad americana de aquella época, de algún modo se consideraba escandalosa, por lo que papá Murry hizo todo lo posible porque no se publicara. Todos sabemos que finalmente saldría al mercado y triunfaría a lo grande.

HELP ME RHONDA

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Para cerrar la música pionera de la revista de hoy vamos a avanzar solamente un año, para colocarnos en 1965 momento en el que publicarían otro de sus grandes clásicos. Una canción que además he de reconoceros que es una de mis preferidas de The Beach Boys.

Se trata de “Help Me Rhonda” y tiene una peculiaridad muy clara. La voz cantante del grupo, el auténtico solista era Mike Love, él era el que llevaba el mando y de alguna manera capitaneaba ese engranaje vocal que tanto seducía a todo el mundo. Pues bien, en esta canción sería la primera vez en la que esa labor no recaería sobre él sino sobre Al Jardine, quien demostraría que era capaz de hacerlo con la misma precisión que su compañero, poniendo de manifiesto una vez más que sus voces encajaban en cualquier tipo de formación que pudieran pensar.

El talento de todos los miembros del grupo era grandísimo pero el de Brian Wilson era superlativo. No exagero si os digo que por mucho que intentemos encontrar a alguien que pueda tan siquiera acercarse a él en este aspecto no lo encontraremos, por muy grande que sea el otro artista, y mira que los hay grandes.

Era tan perfeccionista que en ocasiones terminaba poniendo de los nervios al resto de los miembros del grupo. Hacía repetir una y otra vez las canciones cuando se encerraban en el estudio de grabación e interrumpía constantemente a los músicos hasta que lograba el sonido que él queria. Para que os hagáis una idea llegó en una ocasión a colocar pinzas de ropa en las cuerdas del piano para obtener un sonido único. El que verdaderamente era único era él mismo.

Algún día reincidiré en contaros cosas de él porque su vida está llena de situaciones muy especiales. Llegó un momento en el que se enfrentó al resto de la banda porque ellos querían seguir haciendo la música desenfadada que hacían y él quería más, mucho más. Esas disputas le llevarían a engancharse al LSD y a sufrir constantes alucinaciones que le harían salir del grupo. Posteriormente caería en manos de un médico llamado Eugene Landy que resultó ser un impostor y le perjudicó notablemente.

Este individuo le diagnostico una esquizofrenia paranoide, le apartó de todo el mundo recluyéndole en una habitación, tratándole a base de drogas. Afortunadamente se descubriría tiempo después el pastel y un comité de médicos declararía que Brian era mucho más lúcido de lo que parecía y simplemente tenía un trastorno bipolar, que debidamente tratado le permitiría hacer una vida normal. No solamente conseguiría volver a vivir sino que volvería a componer y a crear música como solamente él sabía.

Ya os digo que su biografía es apasionante y algún día seguiré contando cosas de él, pero mientras tanto sirva la sección de “Los Pioneros” de hoy para rendirle un pequeño pero merecido homenaje.

LISTA DE LOS AÑOS 60

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

Llega el momento de darle el primer empujón al recorrido que hacemos semanalmente por las listas graminoleñas de décadas pasadas y, como siempre, empezamos por la de los 60, tiempos de cambio, tiempos de buena música.

Hoy vamos a centrarnos en la lista que estrenábamos el día 4 de febrero de 1968, en la que se producía una nueva entrada de esas que dejan huella. Un auténtico clásico del soul en el que sobran las palabras. Sobran porque viene de la mano de un grandísimo grupo instrumental que sufriría en sus propias carnes un trágico acontecimiento.

Se trata de The Bar-Kays, formado por un grupo de músicos de estudio que aparecía en muchas de las canciones que se grababan en los estudios del sello discográfico “Stax”, una discográfica especializada en música negra. No es de extrañar entonces que su estilo musical se moviera prinicipalmente en aguas del soul y que en los años 70 evolucionara hacia el funk.

Su álbum de debut llevaría el título de “Soul Finger” y la canción que le da título lograría un éxito rotundo. Una melodía que hemos escuchado hasta la saciedad y que pasen los años que pasen sigue sonando de vez en cuando. Sin duda alguna la calidad a la hora de tocar de todos y cada uno de sus miembros era más que evidente y nuestra lista sabría apreciarlo porque permanecerían en ella durante 42 semanas alcanzado el puesto número 3.

Lo más impresionante de esta canción y del grupo en sí es que el éxito les iba a llegar apenas un año después de sufrir una catástrofe tremenda. En uno de sus viajes durante una gira, en diciembre de 1967, el avión en el que viajaban se estrelló en el Lago Monona, muriendo cuatro de sus integrantes. Únicamente salvaría la vida el trompetista Ben Cauley quien con el bajista James Alexander, que viajaba en un avión distinto, recompondría el grupo continuando con una carrera plagada de éxitos. Un auténtico ejemplo de superación.

LISTA DE LOS AÑOS 70

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Nos trasladamos ahora hasta el día 4 de febrero de 1978, momento en el que se estrenaba una nueva lista graminoleña que presentaba como gran novedad una única entrada protagonizada por un dúo bastante peculiar. Dos españolas que cantaban en inglés, que lograrían el éxito gracias a un contrato en Alemania y que llegarían a representar a Luxemburgo en el festival de Eurovisión. Como podéis comprobar todo muy internacional.

Los que seáis de mi quinta ya os estaréis imaginando que estoy hablando de Baccara, dos españolas que de manera inesperada se convertirían en grandes protagonistas durante los últimos años de la década de los 70. El dúo se formó casi por casualidad. María Mendiola y Mayte Mateos eran dos de las bailarinas que formaban parte del ballet de TVE. Entablaron amistad y la primera de ellas animaría a la segunda a adentrarse en el mundo de la música.

Sin embargo, tardarían en ser profetas en su tierra. Su imagen era demasiado seria para muchos, con María siempre vestida de negro y Mayte de blanco, con unos vestidos muy elegantes y una pose demasiado seria. En España nadie apostó por ellas pero un cazatalentos alemán que las vio actuar en directo por mera casualidad les ofrecería viajar hasta Alemania y firmar allí un contrato discográfico. Su carrera daría en ese momento un vuelco descomunal.

Su debut a lo grande llegaría en el año 1978 pero en 1979 podría decirse que confirmarían la alternativa con otro éxito grande de la mano de una canción que se haría muy popular en toda Europa y las reafirmaría en nuestro país. Se trata de “Sorry I’m A Lady”, un tema con el que permanecerían en lista durante 29 semanas alcanzando el puesto 8 como mejor registro.

Baccara muchas veces han tenido que soportar algunos calificativos un tanto despectivos, tachándolas de un grupo prefabricado y sin mayor mérito. Sin embargo fueron las primeras artistas españolas en lograr llegar al número uno en el Reino Unido. Algo tendrían.

EL ÁLBUM DE LA SEMANA

Como lo prometido es deuda, y a sabiendas que seguramente os dejé la semana pasada con los dientes largos, la página central del número de “La Graminola” de hoy se ocupa del segundo disco de los dos que forman ese genial trabajo titulado “The River”, producto del gran talento del jefe del planeta música, Bruce Springsteen.

THE RIVER (DISCO 2)

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

La semana pasada, al analizar el disco número uno de esta maravilla de trabajo, hablábamos de que todo él no dejaba de ser un conjunto de vivencias, personales en la mayoría de las ocasiones, que van sucediendo a lo largo de la vida, con el matiz de que casi todas las composiciones tenían un ritmo atronador y contundente, salvo alguna excepción.

Pues bien, en este segundo disco las tornas se cambian y en los ritmos que en él aparecen predominan las baladas y los medios tiempos. El Boss se nos pone más meláncolico pero sigue ofreciendo música excepcional, como la que llega de la mano del primer tema que aparecen en esta segunda parte.

El comienzo es extraordinario, lo que significa que el nivel de este segundo disco no va a desentonar con respecto al primero. Este inicio llega de la mano de una canción que habla del mundo de las drogas, en la persona de una ex-novia de Springsteen que terminaría cayendo en esas garras. Los sueños que habían imaginado juntos se fueron al garete, como bien nos cuenta en “Point Blank”.

Muchas veces, los artistas a la hora de interpretar sus canciones las hacen grandes por el sentimiento que ponen en ellas. Éste es un claro ejemplo. La melodía dulce y tenue del principio marcada por el triste sonido de piano realza aún más la voz desgarrada como nunca del Boss. Una maravilla de canción.

Como si tratase de sorprendernos, como si su objetivo fuese el de romper bruscamente con el principio de este segundo disco, a continuación llega una composición que nos hace pasar de un momento íntimo y una música pausada a otro en el que la diversión es la nota predominante y el ritmo se convierte en agotador.

Se trata de “Cadillac Ranch”, una de las canciones más marchosas y rockeras de “The River”, además de una de mis preferidas. La letra es desenfadada totalmente y el ritmo trepidante, con un sonido que provocaría que se convirtiera en una de las preferidas del público en sus actuaciones en vivo. Por si fuera poco, el solo de saxo que el bueno de Clarence Clemons nos regala le pone la guinda a un sabrosísimo pastel.

Por cierto, el título de la canción se basa en una escultura con el mismo nombre ubicada en Amarillo (Texas)  que muestra las figuras de diez cádillacs. Música a todo ritmo a través del mundo del motor.

Sin solución de continuidad, como si intentara que la fiesta no decayera en ningún momento, a continuación llega otra de las canciones más intensas del disco que enlaza a la perfección con la que acabamos de escuchar. Nuevamente nos pone a toda velocidad con puro rock & roll.

Se trata de “I’m a Rocker”, una auténtica declaración de intenciones, una canción que muestra simplemente rock, con una letra rockera y una música rockera. Los teclados son el acompañamiento perfecto pero lo que aquí mandan son las guitarras. Otro grandísimo tema.

Muchos estaréis pensando que el inicio sosegado que mostraba el disco con “Point Blank” y eso de que esta segunda entrega es más relajada y repleta de baladas no se cumple ni mucho menos. Tranquilos porque de manera inmediata llega nuevamente la melancolía, el romanticismo y la buena música lenta.

Lo hace con momentos mas pausados y relajados, gracias una primera canción de este estilo que también es una auténtica maravilla. Ya sé que me repito mucho pero es que es literal. Por si a alguien no le ha quedado claro, “The River” es una maravilla. Pero centrémonos en la canción que viene a continuación.

Me estoy refiriendo a “Fade Away”, publicada como segundo sencillo del disco, una preciosa balada que habla de ese amor roto por una infidelidad. Nuevamente el Boss se mueve en su lado más triste y melancólico porque según palabra suyas, la situación más dolorosa por la que una persona puede atravesar es por la de verse traicionada por un gran amor.

Esta canción viene acompañada de una curiosidad. En un primer momento no se interpretaba en las actuaciones en directo, ya que Springsteen consideraba que era muy lenta y eso podía cortar el ritmo de los conciertos. Sin embargo, Steve Van Zandt le reconoció que este tema era uno de sus preferidos y que debían interpretarlo en vivo. Dicho y hecho, a partir de ese instante “Fade Away” pasaría a formar parte del repetorio en vivo y el público bien que lo celebraría.

La melancolía y la tristeza se hacen todavía más evidentes en el siguiente tema. Una canción tremendamente sencilla en la que la voz de Springsteen se deja llevar por el pausado y dulce sonido del piano, en una melodía que habla de la soledad que siente aquellas personas que ven finalizar una relación sentimental.

Con una letra escrita en sentido marcadamente metafórico, “Stolen Car” narra las andanzas de un ladrón de coches que lleva a cabo sus fechorías con el único objetivo de ser detenido para de esta manera hacerse visible a los demás y sentir que existe, ya que tras perder el amor de la mujer a la que ama le ha dejado sumido en el peor de los estados, la soledad.

Estamos comprobando como, efectivamente, este segundo disco se muestra un tanto más melancólico y triste, predominando las baladas sobre los temas más intensos que prácticamente llenaban el primero. La impresión que da es que cada uno de los discos que integran “The River” se muestran muy cercanos a los discos que le precedieron y siguieron, me explico. El primer disco muestra cierto continuismo con su anterior trabajo “Darkness on the Edge of Town, de hecho algunas de las canciones que en él aparecen fueron descartes de este trabajo. La segunda entrega de “The River”, por su lado, está considerada como un anticipo de lo que iba a ser su siguiente trabajo dos años después, el desesperado “Nebraska”.

Una de las cosas que quedan bastante claras es que cuanto más intimista, cuanto más triste, cuanto más lento es el tema que el Boss nos regala, la participación de su banda se ver en cierto modo reducida a aquel músico que mejor encaja en cada momento con la melodía. Hasta en esto Springsteen cuidaba el más mínimo detalle. Creo que éste es el principal motivo por el que en el momento en el que llega una canción más intensa y vital y la totalidad de la E Street Band se pone en funcionamiento, la adrenalina nos sube a todos como la espuma.

Esta circunstancia se hace muy palpable en “Ramrod”, una canción que perfectamente podía haber sido incluida en el primer disco toda vez que se muestra más vitalista y fue uno de los descartes de “Darkness on the Edge of Town”, pero ya sabemos que romper cambiando el ritmo de vez en cuando no viene nada mal.

Poco a poco nos vamos acercando al final del disco y es entonces cuando el Boss nos regala el momento más calmado con tres canciones que encajan a la perfección entre sí y en el que nuevamente el amor y el desamor llevan el protagonismo con unas melodías ideales para bailar “agarrados”. Un fin de fiesta espectacular para escuchar con los ojos cerrados y los oídos bien abiertos.

Para empezar esta especie de trilogía final, Springsteen nos ofrece una de las mejores canciones de todo el disco, aunque también es una de sus grandes olvidadas. En cierto modo me sorprende que esta composición no haya tenido mayor trascendencia en su carrera, pero claro está, cuando se lleva una trayectoria tan larga y un talento tan grande es normal que puedan producirse estas situaciones.

Esta canción es “The Price You Pay” y habla de lo que es en sí la vida de cualquiera de nosotros. Vas pagando el precio que corresponde a cada una de las situaciones que van aconteciendo. Una letra preciosa y una interpretación de la E Street Band espectacular, como siempre.

A continuación llega uno de los momentos culminantes del disco, con la canción más desgarradora, triste y agoníca de todas. Un tema que redunda en el sinsabor del amor que se acaba y del estado depresivo en el que el protagonista acaba sumido.

Podría decirse que es el colofón final de Springsteen a la hora de narrar los momentos de ánimo más bajos que una persona pueda atravesar, y lo hace con una canción que dura algo más de ocho minutos y en la que muestra su voz más desgarrada y desesperada. Se trata de “Drive All Night”, una auténtica joya que nos va acercando al final del disco de una manera llena de calidad … y ansiedad.

Llegamos entonces a la última canción del disco que continúa con el estilo y el sonido que ofrecen los dos anteriores temas y la mayoría de las composiciones que aparecen en este segundo disco. Una balada maravillosa que resume a la perfección lo que el Boss nos ha querido contar en todo el álbum.

El título de este cierre es “Wreck on the Highway” y se sirve de la historia de un conductor que presencia un accidente mortal sin detenerse a ayudar y según continúa conduciendo se va dando cuenta de su error y de lo que es realmente la vida. Una metáfora con la que el Boss nos quiere enseñar que la vida está llena de “accidentes”, unas veces trágicos, otras veces fundamentales que nos ayudan a valorar más la compañía de los seres queridos que algún día no estarán.

Ya os comentaba la semana pasada, al analizar el primer disco, que este trabajo es mi preferido de Bruce Springsteen y me alegraría mucho si os he ayudado a que algunos de vosotros empecéis a pensar más o menos como yo. “The River” es un único álbum formado por dos discos y 20 canciones, pero a buen seguro que podrían haberse publicado dos álbumes distintos de 10 canciones cada uno y con distintos títulos y no me cabe ninguna duda de que ambos habrían logrado un descomunal éxito.

Hasta aquí llega nuestro póster de hoy, pero tranquilos que la semana que viene tenemos otro por lo menos igual de espectacular.

LISTA DE LOS AÑOS 80

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

Llega el momento de enfilar el repaso a las listas graminoleñas de las décadas más recientes. Como siempre empezamos por la de los 80 cuyo protagonismo más absoluto lo tiene la música italiana, con dos nuevas entradas que nos llegan desde ese país con música tanto actual como para el recuerdo. Vamos con la primera.

La lista del 7 de febrero de 1988 llegaba con un debut muy importante. Por primera vez irrumpía en nuestras listas un artista italiano que iba a convertirse en los siguientes años en uno de los más destacados del panorama musical y que lograría más de un número uno graminoleño. Un cantante que ya ha pasado en alguna ocasión por estas páginas y que lo seguirá haciendo. Estoy hablando de Eros Ramazzotti.

Acababa de publicar su álbum “En Ciertos Momentos” y como primer sencillo aparecería en el mercado “Fantástico Amor”, la clásica canción romántica made in Ramazzotti que serviría como carta de presentación en nuestras listas y con la que alcanzaría el puesto 7 después de permanecer en ella durante 32 semanas. Buenos registros que serían superados con creces con su siguiente canción, que pasará por aquí no demasiado tarde.

La otra entrada de la semana llega también de italia como ya os digo, de la mano de un joven cantante que saltó a la fama prácticamente de un día para otro gracias a uno de esos habituales “medleys” que tanto se prodigaban por aquella época. Ese medley tendría una segunda parte que sería la que entraría en la lista que estrenamos aquel 7 de febrero de 1988.

El cantante en cuestión atendía al nombre de Francesco Napoli y sería otro de esos casos en los que gracias a las casualidades conseguiría abrirse camino en el mundo de la música. Tras participar en varios festivales musicales en Italia sería reclutado por una discográfica alemana que le proporcionaría la publicidad que necesitaba, logrando un inesperado éxito gracias a los clásicos de la música italiana debidamente remezclados.

El año anterior había logrado un grandísimo éxito con su tema “Balla, Balla”, un medley en el que recogía esas grandes canciones italianas de todos los tiempos (comme prima, volare …) con unos arreglos discotequeros que sirvieran para poderlas bailar al estilo de los 80. El filón que supuso esta canción sería debidamene explotado con una especie de continuación que llevaría el título de “Balla, Balla 2” y con la que repetiría prestaciones aunque un poco más leves. Con esta canción que no era otra cosa que más de lo mismo permanecería en lista durante 23 semanas alcanzando el top 13.

LISTA DE LOS AÑOS 90

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Saltamos en el tiempo los diez añitos de rigor para situarnos en la lista que estrenábamos el día 8 de febrero de 1998 que venía con dos nuevas entradas, una de las cuales suponía la despedida de un dúo que en las últimos años había logrado un éxito inesperado y, en mi opinión, desproporcionado.

Muchas veces se crean nuevos grupos, en este caso nuevo dúo, sin que sus componentes tengan la más mínima coincidencia en cuanto a estilos musicales, únicamente llevados por hacer dinero o, en este caso, por el inicio de una relación sentimental. Esto es lo que sucedería con la aparición en el panorama musical español de Amistades Peligrosas.

Ella, Cristina del Valle, había hecho sus pinitos varios años atras como solista adoptando el nombre artístico de Cris, tras abandonar su puesto de funcionaria en la Comunidad de Madrid, pero el éxito no le sonrió demasiado. Él, Alberto Comesaña, había sido el vocalista y líder indiscutible de una de las bandas más irreverentes de La Movida, Semen Up. Pues aunque parezca mentira, tras conocerse en un programa de la televisión autonómica gallega iniciarían primero una relación sentimental y casi de inmediato musical que les llevaría a lograr la repercusión y el éxito que no habían logrado con sus anteriores proyectos.

Pero todo lo que empieza tiene que acabar y cuando se mezcla lo profesional con lo sentimental, en el momento que una de las facetas no funciona se va todo al traste. Y eso les sucedería a ellos, que se les acabaría el amor y el grupo se fue al garete. Para despedirse como Dios manda publicarían un único trabajo titulado “Nueva Era”, en el que se incluía como canción más destacada “Nada que Perder”, con la que entrarían en la lista ese 8 de febrero de 1998, permaneciendo en ella durante 33 semanas para alcanzar el puesto 3 como mejor registro. No estuvo mal la despedida, no.

El mundo de la música está repleto de situaciones como la suya, dúos basados en una relación sentimental que cuando llega a su fin termina con su carrera juntos. Lo cierto es que su caso fue exagerado en todo momento. Nadie alcanzaba a entender como artistas tan distintos podía iniciar ese proyecto, nadie entendió que arrasaran comercialmente como lo hicieron, y cuando decidieron dejarlo acabaron como el rosario de la aurora. En el útlimo disco, cada uno de ellos grabó su voz por separado para no coincidir en el estudio de grabación y una vez separados ambos siguieron actuando con otro acompañante bajo el nombre de Amistades Peligrosas, lo que les llevaría a entablar una dura disputa judicial que acabaría con los derechos del nombre del grupo en manos de Cristina. Ciertamente nunca se habrán aburrido.

La segunda entrada de esa semana llegaría desde el Reino Unido, de la mano de uno de los muchísimos grupos que había ido surgiendo en los últimos años dentro del movimiento que se dio en llamar “britpop” y del que los máximos exponentes fueron Oasis y Blur.

Uno de esos grupos atendía al nombre de Ocean Colour Scene, popularmente conocidos como OCS, y que acababan de tocar techo en su carrera con la publicación de su álbum “Marchin’ Already”, donde se incluía este “Travellers Tune”, única composición que formaría parte de las listas graminoleña, con la que obtendrían unos discretos resultados al permanecer en ella durante 6 semanas y alcanzar únicamente el puesto 35.

Este grupo se creo gracias a la disolución de otros dos grupos, The Boys y The Fantatics, y siempre tuvieron la etiqueta de grandes músicos y música de calidad. Como siempre ha sucedido en el mundo de la música, cuando el britpop fue dejando paso a otros estilos con la llegada del 2000, se realizaría la correspondiente criba y muchos se terminaron quedando por el camino, entre ellos OCS.

LISTA DEL NUEVO MILENIO

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

Acabamos el recorrido a las listas graminoleñas de la revista de hoy con la única novedad en forma de entrada que presentaría la lista que se publicaba el día 3 de febrero de 2008. Una canción de una cantante que empezaba a convertirse en una referencia musical a nivel mundial y que en nuestros días está considerada como una de las artistas más importantes del pop internacional. Estoy hablando de Rihanna.

La de Barbados había irrumpido como un auténtico relámpago en el mundo de la música e iba a demostrar que había llegado para quedarse. Acababa de publicar su tercer disco, “Good Girl Gone Bad”, con el que iba a conseguir el espaldarazo definitivo para convertirse en una estrella de talla mundial. Dentro de ese disco se incluía una canción titulada “Don’t Stop the Music” que iba a formar parte de nuestra lista desde ese día y durante 43 semanas, quedándose a las puertas del número uno, teniendo que conformarse con el segundo puesto como mejor posición. De cualquier forma, lo mejor estaba por venir.

Para este tema Rihanna contaría con la colaboración estelar en parte de la letra de Michael Jackson, algo que le traería algunos quebraderos de cabeza. En esta canción la cantante interpreta en varias ocasiones el famoso “mama-say, mama-sa, ma-ma-ko-ssa” que Jackson había incluido en su famosa canción “Wanna Be Startin’ Somethin”. La de barbados le pidió permiso para incluir esa melodía y Jackson se lo concedió sin mayores problemas. Lo que ella no sabía es que él había tomado esa parte de la canción de un tema del cantante camerunés Manu Djbango sin ningún tipo de permiso y éste había acabado denunciándole.

Como no podía ser de otra manera, la denuncia del camerunés se haría extensiva a la propia Rihanna quien finalmente tendría que pagarle la compensación económica que fijó la justicia. Lo que empezó siendo una colaboración estelar terminaría convirtiéndose en una auténtica pesadilla, pero como suele decirse en estos casos, que le quiten lo bailado porque el éxito cosechado compensaría con creces los quebraderos de cabeza.

TAMBIÉN ES MÚSICA

Dejamos atrás ya el repaso a las listas graminoleñas para sumergirnos en la sección que nos muestra esas otras maneras de hacer música y esos momentos únicos que nos han deparado artistas de todos los colores. Vamos pues con tres canciones que también son música, que también merecen su espacio en “La Graminola”.

Para empezar vamos a viajar hasta el año 1974 con un grupo de sevillanas que había logrado ya bastante éxito y que iba a alcanzar una tremenda popularidad gracias a una canción con una letra disparatada hasta decir basta. Estoy hablando de “Los Doñana” y su famoso “El Alacrán”.

El ritmo en sí de la canción no es nada nuevo, ya que se trata de una de sus habituales sevillanas, pero la letra, ¡ay la letra! Hay que tener en cuenta que construir la letra de una canción dedicada a un alacrán es un tanto complicado, pero de la impresión de que se les fue la mano un poco:

“Se le cortan las uñitas, si señor. Se le corta una patita, si señor. Y por qué no otra patita, si señor. Se le sacan los ojitos, si señor. Y los hay amarillitos, si señor. Y también verdecitos, si señor. Y me sigo preguntando. ¿El qué? Que como se mata el bicho y se mata así”

Pues sí, yo me sigo preguntando no como se mata el bicho sino como éste pudo ser el mayor éxito de su carrera.

La segunda entrega de la música más especial de “La Graminola” de hoy nos lleva al Reino Unido y nos acerca al año 1991, momento en el cual un peculiar grupo liderado por los hermanos Richard y Fred Fairbrass se presentaba en sociedad con una canción de esas que no te pasa desapercibida ni pos su música, ni por su letra, ni por su estructura, ni por su puesta en escena.

Está claro que esta banda, llamada Right Said Fred no va a pasar a la historia de la música por sus cualidades, pero lo sorprendente es que con su sencillo de presentación lograrían llegar al número uno en sus tierras a pesar de ser un auténtico disparate de principio a fin. Ni que decir tiene que su paso sería bastante efímero.

Hay cosas que no tienen explicación y ésta es una de ellas. Un cantante sin voz, una música con un ritmo un tanto extraño repleto de altibajos y parones y un videoclip que roza el esperpento no fueron capaces de evitar que “I’m Too Sexy” fuera una de las canciones más vendidas en el Reino Unido en el año 1991.

Cerramos la sección de hoy con otra canción de unas características similares a la que acabamos de disfrutar, para lo que viajamos en nuestra particular máquina del tiempo hasta Alemania en el año 1986.

Se trata de una canción de esas prefabricadas en la que los sonidos pregrabados y artificiosos de una caja de rimos acompañados de una cansina y repetitiva melodía del teclado de un sintetizador y con la guinda de una voz que más que cantar recita y con un tono que por momentos se vuelve desagradable.

Muchos me diréis que a lo mejor me estoy pasando y que estoy siendo demasiado crítico, pero a pesar de que esta canción puede considerarse un bodrio, en Alemania y el centro de Europa lograría muy buenos resultados. Yo solamente os diré que este “Electrica Salsa” de los alemanes “Off” … también es música.

LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA

Vamos ya con la contraportada de esta semana, con el habitual broche de oro ha todo lo que hemos ido disfrutando hasta este instante, que ha sido mucho. No por ser la última página es menos destacable que las demás, así que no os entretengo más y os dejo con las tres últimas canciones de hoy.

EFEMÉRIDES

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

El recordatorio de hoy nos hace viajar hacia el año 1973 para conmemorar una fecha fundamental para el rock español en general y para ese gran grupo que fueron Asfalto en particular.

Nos situamos en el día 8 de febrero de 1975 y viajamos hasta la localidad burgalesa de Aranda de Duero donde José Luis Jiménez, Lele Laina, Julio Castejón y Enrique Cajide ofrecen la primera actuación en directo de su carrera. Se hacen llamar Asfalto y este concierto podría considerarse como el disparo de salida de una nueva forma de hacer música en nuestro país que iba a traer en un futuro grandísimas consecuencias.

Asfalto están considerados como los auténticos padres de lo que dio en denominarse “rock urbano”. Hemos de situarnos en el contexto político español que viviía por aquel entonces los últimos años del franquismo y los primeros de la transición, por lo que hacer rock y que tuviera repercusión no era tarea fácil.

Lucir melenas y pantalones ajustados, hacer un rock más intenso de lo habitual y ofrecer en muchas de sus canciones letras crudas y comprometidas eran sus señas de identidad por lo que no lo tendrían nada fácil. Dentro de este movimiento habría tendencias de todo tipo pero la de Asfalto, que sabía combinar a la perfección el sonido cañero de las guitarras con música de flautas y violines, calaría de manera inmediata en el personal.

Una de las canciones míticas de este grupo y, por consiguiente, del “rock urbano” en general es la que os presento a continuación. Un tema dedicado a un personaje de cómic de hace mucho tiempo que tiene auténtica magia. Me estoy refiriendo a “Capitán Trueno”.

El “rock urbano” tendría una vida que abarcaría entre los años 1973 y 1978. Según se fueron acercando los 80 su trascendencia fue perdiendo fuelle pero su impronta había quedado marcada para muchos jóvenes músicos que se irían abriendo camino años después. De hecho, este movimiento terminaría convirtiéndose en la verdadera raiz del heavy metal que arrasaría a partir de ese momento, por lo que podría decirse que sin Asfalto bandas como Barón Rojo, Obús o, más recientemente Mago de Oz no habría existido o, al menos, no habían alcanzado el éxito y la popularidad que han obtenido.

MEJOR EN DIRECTO

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

Cuando una banda es grande, sus actuaciones en vivo tienen que serlo a la fuerza. Eso es lo que les sucede a Dire Straits cada vez que se suben a un escenario.

La genialidad que siempre ha rodeado al grandísimo Mark Knopfler vivió su máximo apogeo mientras estuvo al frente de Dire Straits, una banda con corto recorrido pero que nos dejó un puñado de discos de una tremenda calidad y al que añoramos cada vez más. ¿Que no daríamos muchos porque volvieran a unirse y publicar un nuevo disco?

El año 1985 fue su gran año ya que fue cuando publicaron el mejor disco de su carrera y uno de los mejores álbumes de la década de los 80, el afamado “Brothers in Arms”, donde se incluía la canción que viene hoy a esta contraportada. Además la incorporación al grupo del saxofonista Chris White ese mismo año sería la guinda que le faltaba al pastel.

Las canciones en las que él intervenía lograban dar un salto de calidad aún mayor al sonido del grupo y la más característica de las composiciones en las que pudo brilar es sin duda alguna “Your Latest Trick”, un tema que interpretado en directo termina por convertirse en brillante.

Esta versión en directo es simplemente mágica. El inicio a golpe de bongos para dar paso al sonido del saxo es magistral y escuchar de fondo el acompañamiento del público cada vez que White toma las riendas la hace todavía más grande.

NOVEDAD

LA GRAMINOLA – NÚMERO 11 – 8 DE FEBRERO DE 2018

La novedad de esta semana nos la presenta un joven grupo español que en tan sólo tres años se ha hecho un hueco en el corazón de los amantes del pop sencillo y sin mayores pretensiones. Se trata de Taburete que con su nuevo disco “Tres Tequilas y un Mezcal” muestran que siguen creciendo con un sonido más elaborado y mayor presencia de metales.

Cualquier nuevo grupo que intenta abrirse camino en el mundo de la música necesita una buena promoción y una gran publicidad y ésta llega en algunas ocasiones por motivos muy distintos a los puramente profesionales. Esto es lo que les ha sucedido a los madrileños Taburete que gracias a que empezaron a ser más conocidos porque su vocalista es Willy Bárcenas, hijo del ex-tesorero del PP Luis Bárcenas, consiguieron que sus canciones llegaran a un público más amplio e ir creciendo paso a paso como banda.

Su marca de fábrica es el pop sencillo y comercial, con un sonido limpio y reconocible que de algún modo ha mejorado en cuanto a arreglos y musicalidad en este nuevo disco titulado “Tres Tequilas y un Mezcal”. Estas variantes se aprecian a la perfección en el tema que abre el álbum, “México D.F.”, en el que la sección de instrumentos de metal le da un aire distinto a su música.

Si os soy sincero, y aun reconociendo que la calidad de su sonido ha crecido considerablemente, yo me quedo con la música de sus primeros momentos, más sencilla y más atrayente, pero ya os digo que es una opinión muy personal.

Esto es todo por hoy, Graminoleños. Pensad que ya queda menos para el próximo jueves y nuestra cita semanal con la buena música.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


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