Revista Música

La graminola – número 14 – 1 de marzo de 2018

Publicado el 28 febrero 2018 por Perendengon

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.

Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En “Los Pioneros” rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección “También es Música” le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música en directo.

Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.

NUESTRA PORTADA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

Todavía no ha llegado la primavera y ya nos llegan los primeros sones del verano. La única novedad destacable de la lista de actualidad es la entrada de un tema con ritmos veraniegos que nos ofrecen Enrique Iglesias & Bad Bunny, que en esta ocasión nos invitan a bañarnos.

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Por segunda semana consecutiva la sección de “Los Pioneros” está dedicada a un artista que aprovechando el fenómeno revival de finales de los 70 nos puso al día con la música del pasado. Hoy nos visita el señor Shakin Stevens.

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Versiona que algo queda, o eso debieron de pensar los chicos de Los 3 Sudamericanos que colocaron en la lista graminoleña de los 60 una versión que hicieron del mágico tema de Chico Buarque titulado “El Funeral del Labrador”. No será la última vez que lo hagan, avisados quedáis.

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La lista graminoleña de los 70 nos ofrecerá únicamente una nueva entrada, que vendrá de la mano y, sobre todo, de la gran voz, de uno de nuestros mejores artistas de la historia que nos visitará habitualmente. Ese gran artista que algún día fue Camilo Sesto.

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Cuando más asentado parecía el sonido de The Electric Light Orchestra, nada más iniciarse los 80 sorprenderían a propios y extraños con un álbum en el que las guitarras se hicieron a un lado para darle todo el protagonismo a los sintetizadores. Un disco absolutamente sorprendente e indispensable. Hoy saboreamos en nuestra doble página central ese gran álbum que fue “Time”.

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La lista de los 80 está protagonizada en exclusiva por un más maduro Miguel Bosé que había dejado atrás su época vinculada al fenómeno fans. El día 28 de febrero de 1988 colocaba en la lista una canción que ya ha pasado por aquí en una versión realizada 20 años después. Cada una a su manera tiene su aquél. Vosotros la escucháis y vosotros decidís.

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¿Qué significado tiene la imagen de la derecha? Para saberlo tendréis que visitar la página dedicada a la lista de los 90. Merece la pena y no es la única novedad.

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El final del repaso a las listas de otros tiempos llega como siempre con la lista del nuevo milenio que viene cargada de novedades. Para empezar Juanes asalta el número uno y artistas como Leona Lewis, Melocos o Santana, los dos últimos muy bien acompañados, protagonizan las tres nuevas entradas del 24 de febrero de 2008.

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La penúltima página del número de hoy está dedicada a la música infantil de hace muchos, muchos años. Seguro que más de uno recordaréis estas tres canciones dedicadas a una simpática gallina, a un hidalgo caballero y a uno de los juegos de mesa más populares.

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Todo lo que empieza tiene que acabar y nuestra revista también. Eso sí, la última página nos trae a tres monstruos de la música, The Who, Bruce Springsteen y Little Stevens. Un final de fiesta verdaderamente apoteósico.

LA LISTA DE LA GRAMINOLA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

Ya esá aquí, calentita, recién salida del hornno la lista semanal de “La Graminola”. La estrenábamos el pasado domingo y después de unas semanas de tregua nos obsequia con un nuevo ritmo de reggaetón, con una de esas habituales colaboraciones en la que en esta ocasión la voz cantante la lleva uno de nuestros artistas patrios de mayor éxito en los últimos años. De casta le viene al galgo.

Se acerca el verano y a partir de ahora vamos a ver como se incrementa la presencia en la lista de canciones de este estilo y que escucharemos hasta la saciedad durante la época estival. El otro día ví en alguno de los telediarios que el “reggaetón” es ya la música más escuchada en todo el mundo y he de reconoceros que sentí auténtico terror. El mundo en el que vivimos es un auténtico caos, por lo menos musicalmente hablando, pero es lo que hay.

Pero vayamos al grano, la única entrada de la semana está protagonizada por Enrique Iglesias, quien se ha especializado en publicar cada primavera una canción con visos de convertirse en uno de los temas del verano. Creo que le hemos perdido definitivamente, pero hay están sus ventas y su caché, contra eso no se puede debatir. En esta oportunidad nos trae un tema titulado “El Baño” en el que ha contado con la colaboración especial del portorriqueño Bad Bunny, uno de los artistas más exitosos en la actualidad en lo que a reggaetón se refiere. Lo más grave de todo es que este señor, el conejo malo, tiene en estos momentos no uno ni dos, sino tres canciones en nuestra lista. Prefiero no hacer más comentarios, creo que no hacen falta.

Más adelante seguiremos repasando listas graminoleñas pero de otros tiempos. Os garantizo que el nivel mejora considerablemente. Algo es algo.

LOS PIONEROS

La semana pasada iniciábamos el primero de los tres capítulos que vamos a dedicar a algunos de los artistas que se vieron influenciados de tal manera por la música de rock que se hizo en los 50 y en los 60 que enfocaron su carrera a hacer música con ese mismo estilo o a versionar los grandes clásicos del rock & roll más puro y auténtico. Hoy afrontamos la segunda entrega que va a estar protagonizada por el galés Shakin’ Stevens.

Su verdadero nombre era Michael Barratt y cuando apenas tenía 17 años ya formó su primer grupo buscando como tantos otros el éxito. Alternaba su pasión por la música con su trabajo como lechero en su Cardiff natal y no fue hasta principios de los 80, superados los 30 años de edad, cuando le llegaría por fin el éxito. En el momento en que decidió enfocar su carrera hacia la música “retro” calaría en el público de una manera contundente. Vamos pues con tres de sus canciones más representativas, todas con auténtico aire pionero.

YOU DRIVE ME CRAZY

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Como ya os contaba la semana pasada, a principios de los 80 surgió una especie de efecto retro que dio lugar a la aparición de grupos y solistas que empezaron a ofrecer música al más puro estilo del auténtico rock de finales de los 50 y de la década de los 60. Algunos se especializaron únicamente en versionar grandes clásicos de aquella época, pero otros no se conformarían solo con eso sino que también compondría nuevos temas pero siempre con la seña de identidad del sonido de más de 25 años atrás. Shakin’ Stevens sería uno de los que mayor éxito lograría alternando versiones con nuevas canciones.

Su manera de cantar recordaba mucho a la de grandes artistas de antaño y el mayor éxito de su carrera le llegaría en el año 1980 con una canción compuesta por él mismo que sonaba al rock de siempre por los cuatro costados. Un sonido que nos retrotrajo a todos a épocas pasadas y gloriosas del rock & roll. Estoy hablando de “You Drives Me Crazy”.

El ritmo de esta canción recuerda claramente a muchas de las canciones del mismísmo Elvis Presley, algo que no es fruto de la casualidad. En primer lugar era de esperar que la música del “Rey del Rock” fuera la gran inspiración de su manera de componer e interpretar. Además, antes de que su carrera despegase definitivamente, Stevens había interpretado el papel de Elvis en una obra teatral que se representó en Londres, un musical basado en la vida de su ídolo y que fue fundamental para que se decantase por esta manera de hacer canciones. Las críticas que recibió por su interpretación fueron muy buenas y a partir de ese instante supo el camino que debía tomar su carrera.

GREEN DOOR

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Si componiendo nuevos temas era capaz de ofrecer el nivel que acabamos de comprobar, a la hora de versionar los grandes clásicos de épocas pasadas no se quedaba atrás. Otra de sus canciones más conocidas y con la que alcanzaría un grandísimo éxito sería todo un clásico de los años 50 que cautivó en su momento a los afortunados que vivieron in situ el nacimiento de nuestros queridos pioneros.

Se trata de una canción versionada hasta la saciedad cuyo original data del año 1956 y que logró llegar ya por aquel entonces al número uno a ambos lados del Atlántico gracias a la interpretación de Jim Lowe. Su título es “Green Door” y desde hace más de 60 años llevamos todos preguntándonos que se esconde detrás de esa puerta verde. Escuchando la versión de Stevens, la ignorancia se lleva mucho mejor.

La trascendencia que tuvo durante la primera parte de la década de los 80 la música “revival” de Shakin’ Stevens fue tal que hasta se llegaron a versionar algunas de sus nuevas creaciones. Así pues, vamos a cerrar la sección de “Los Pioneros” del día de hoy con otro de sus grandes temas, uno de mis preferidos, que tan sólo dos años después de aparecer en el mercado sería versionado de una manera bastante especial.

CRY JUST A LITTLE BIT

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Lo más habitual en estos artistas que se convirtieron de algún modo en portavoces de la música “pionera” era que sus canciones tuviesen un marcado ritmo para bailar desaforadamente, pero por supuesto no podían faltar en su repertorio grandes baladas que interpretadas debidamente nos trasladaban a los momentos más románticos de los años 50 y 60. Para poner el broche de oro vamos con una de esas maravillosas canciones para bailar agarrados.

Es otro de sus grandes éxitos, una balada compuesta por el propio Stevens con una base sonora de la época dorada del rock pero con ciertos toques más modernos. Los arreglos son típicos de los años 80, pero su letra, su ritmo y esa manera de encajar los coros en un segundo término rezuma a la música que conquistó los corazones de los primeros enamorados del rock & roll. Disfrutemos pues de la maravillosa “Cry Just A Little Bit”.

Lo curioso del caso es que apenas dos años después, en 1985, la cantante de country Sylvia publicaría una versión de este tema, que aunque no tendría la trascendencia de la versión original sí que lograría un buen puñado de ventas. El sonido retro, el sonido revival, el sonido pionero siempre está presente y siempre da para encajarlo en cualquier otro estilo. Con portavoces como Shakin’ Stevens todo era más fácil.

LISTA DE LOS AÑOS 60

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Llega el momento de empezar a repasar la actualidad musical que mostraban las listas graminoleñas de otras épocas y como siempre empezamos por la década de los 60, viajando hasta el día 25 de debrero de 1968 y degustar la única nueva entrada que se produjo aquel día.

Durante aquella época era bastante complicado para los cantautores de habla hispana, entre los que hay que incluir a los españoles, desarrollar su labor sin que la censura o, lo que es peor, los dirigentes políticos de cada uno de sus países intentaran acallarlos. Afortunadamente su voz siempre terminó imponiéndose, aunque en algunos casos con letras modificadas convenientemente.

Eso es lo que sucedería con la canción que protagoniza la única entrada de nuesta lista sesentera. Un tema originalmente compuesto por el brasileño Chico Buarque en el año 1967 y que se trata de una clara crítica a la dictadura militar que gobernaba por aquel entonces en su país, transformándose de una manera inmediata en una de las denominadas “canciones prohibidas”. Esta manera de componer le acarrearía grandes problemas, siendo arrestado en el año 1968 y exiliándose a italia dos años más tarde.

La canción en cuestión lleva el título de “El Funeral del Labrador” y entraría en la lista interpretada no por Buarque sino por un grupo procedente de Paraguay integrado por Alma María Vaesken, Casto Darío Martínez y Johnny Torales, que respondía al nombre de “Los 3 Sudamericanos” y que logró durante gran parte de los 60 y principios de los 70 un tremendo éxito en nuestro país.

La letra de esta versión fue debidamente “edulcorada” para no atribuirle ningún tipo de matiz político y nos acompañaría en la lista durante 23 semanas alcanzando el top 16. Se realizaron bastantes más versiones de esta composición y si os soy sincero yo no me quedo ni con ésta ni con la de Buarque sino las que nos obsequiaron “Barbara & Dick”, aunque ya sabeís: para gustos … colores.

LISTA DE LOS AÑOS 70

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Damos el salto de rigor en el tiempo de diez años para situarnos en el día 25 de febrero de 1978, con una lista en la que se producía una única entrada pero de las de prestigio, ya que viene protagonizada por uno de los cantantes españoles más grandes de todos los tiempos y que durante la década de los 70 y parte de la de los 80 cosecharía un éxito tremendo.

Me estoy refiriendo a Camilo Sesto, un asiduo a las listas como iréis comprobando con el paso de las semanas, cuya descomunal voz se convirtió en la gran protagonista de la historia de la música melódica española. En aquel momento acababa de publicar un nuevo disco bajo el título de “Entre Amigos” y en él daba un pequeño giro a su carrera con una situación que hasta ese instante no se había producido.

Desde que inició su carrera en solitario, tras abandonar el grupo en el que dió sus primeros pasos como cantante, de nombre Botines y haciendo una música totalmente rockera, una de sus principales señas de identidad, además de su voz, había sido que la totalidad de las canciones que se incluían en sus discos habían sido compuestas por él mismo, algo que iba a cambiar en este nuevo álbum.

En esta oportunidad gran parte de las canciones del disco estaban compuestas por dos ilustres compositores como eran Juan Carlos Calderón y Albert Hammond, lo que no sería ningún impedimento para que el éxito le siguiera sonriendo, como sucedería con “Y No”, la canción que protagonizaba la única entrada de la semana y que alcanzaría el puesto 6 como mejor registro tras 38 semanas de permanencia.

Los más jóvenes tendrán una imagen de Camilo Sesto bastante distorsionada, algo normal dado que de repente algo falló en su mente y terminó por convertirse una caricatura de sí mismo, pero lo cierto es que es uno de los más grandes entre los más grandes. Su descomunal voz está al alcance de muy pocos elegidos y el cénit de su carrera llegaría con su interpretación del papel principal en la obra teatral de “Jesucristo Superstar”. Guardemos pues en nuestra memoria todos esos grandes momentos que nos ofreció y que seguirán apareciendo por estas páginas.

EL ÁLBUM DE LA SEMANA

Pasito a pasito ya hemos llegado a la doble página central de la revista de hoy, ese póster transformado en música que va a desgranar en esta ocasión un gran disco que fue grabado sin demasiadas pretenciones pero que significaría de algún modo el último gran álbum de una de las bandas más prestigiosas de la década de los 70 y que al entrar en los 80 vería decaer de forma notable su rendimiento.

Con el grandísmo Jeff Lynne a la cabeza, The Electric Light Orchestra, o lo que es lo mismo, la ELO se convirtieron en uno de los grupos más grandes y originales del rock sinfónico de los 70, con un sonido inimitable y de una calidad excepcional. Con la llegada de los 80 introducirían ciertos cambios en su estilo que no encajarían como ellos querían, pero todavía les daría tiempo para publicar en el año 1981 el disco que analizamos a continuación. Su título, “Time”.

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

Sé que muchos pensaréis que éste no es el mejor disco de su carrera, y he de daros la razón, pero he querido traerlo aquí porque me encanta y creo que tiene grandes canciones, pero sobre todo porque fue el último disco de gran éxito y buen nivel de su trayectoria. A partir de aquí nada sería igual y la decadencia se apoderaría de ellos, con un Jeff Lynne más preocupado de otros proyectos al margen del grupo.

“Time” es un álbum conceptual que narra la historia de un hombre que es trasladado en el tiempo hasta el año 2095 en un mundo dominado por la tecnología, por lo que se ve atormentado entre la lucha por adaptarse a su nueva situación o la de seguir recordando y añorando su vida en el año 1980 del que procede.

Como vemos la historia es muy futurista por lo que el sonido del disco tiene que serlo también a la fuerza. Esa fue la gran variante en el estilo del grupo que dejaría atrás sus maravillosos arreglos orquestales y la sección de guitarras para dar paso al predominio de un sonido electrónico marcado por la música de los sintetizadores. Como cualquier álbum conceptual que se precie el comienzo tiene que contar con un pequeño prólogo y un inicio espectacular y ellos no se saltaron esa premisa. En un primer momento se escucha una voz robótica y metálica que va dando paso a distintos sonidos hasta desembocar en una de las mejores canciones del disco con un sonido “tecno” muy apreciable. El hombre se encuentra ante el crespúsculo y ellos nos lo cuentan en este espectacular “Twilight”

He de deciros que el gran mérito de este disco radica en que su grabación fue un tanto forzada. Me explico. Sus relaciones con su discográfica no eran demasiado buenas ya que, como en tantas y tantas ocasiones, el camino que ésta quería que siguieran era muy distinto al que Lynne y los suyos quería tomar, por lo que se vieron obligados a publicarlo a regañadientes por exigencias contractuales. No es de extrañar que los ánimos para meterse en el estudio de grabación no fueran los más adecuados pero de todas formas fueron capaces de crear un disco innovador y muy especial con un sonido que sorprendería gratamente a todos.

La segunda canción del disco sigue con la narración de las desventuras de su protagonista, todo aderezado con un sonido lleno de artificios y de música de sintetizadores, utilizando el recurso de las voces “enlatadas” a las primeras de cambio. Su título es “Yours Truly, 2095” y en ella se cuenta como el hombre conoce a una androide de la que se siente inmediatamente atraído, lo que provoca nuevas dudas en su mente, recordando a los seres queridos que ha dejado atrás en su viaje en el tiempo.

De algún modo, este cambio de estilo, este cambio en el sonido de su música fue el que indicaría que su recorrido podía estar empezando a llegar a su fin, o cuanto menos que todos los miembros continuaran juntos. Estaba claro que no todos estaban de acuerdo en evolucionar como lo hicieron. Alguno pensó que el cambio había sido demasiado drástico y que si la manera en que habían hecho música hasta ese instante había funcionado no era necesario cambiarla, pero Lynne, el verdadero y único líder del grupo pensaba todo lo contrario.

Pero el talento de Lynne era tan grande que era capaz de conseguir que el nuevo sonido de la ELO, aun sin contar con la sección de guitarras y sumergirse de lleno en el mundo de los sintetizadores, seguía siendo inconfundible. Sus canciones sonaban distintas, pero seguían sonando a ellos.

Además no podían evitar hacerle un guiño a sus composiciones de siempre, como por ejemplo en “Ticket to The Moon”, una balada en la que el protagonista de la narración reflexiona sobre su vida en el año 1980, echando de menos muchas cosas. En esta ocasión el sonido ELO es dodavía más profundo, con la introducción de un violín y esos eternos coros en falsete que siempre fueron marca de la casa.

Cuando un grupo apuesta por cambiar de forma tan drástica su estilo se juega mucho ya que corre el riesgo de que su público de siempre, y en su caso era un público muy numeroso, no lo encaje bien y puedan empezar a quedarse en el camino. De alguna manera eso es lo que les sucedería a ellos, no todos fueron capaces de entender estas modificaciones.

La ELO es una de mis bandas preferidas de siempre. Siempre me ha atrapado su música de sus primeros tiempos en la que combinaban a la perfección buen rock con esos mágicos arreglos orquestales. La mezcla del sonido de sus guitarras con el de los violines rozaba la perfección y el talento a la hora de componer de Lynne hacía lo demas. En este sentido yo debo de ser una especie de “rara avis” ya que cuando publicaron “Time” con un estilo tan alejado de estas características me sentí igual de atraído por su música. Seguían siendo igual de buenos que siempre.

Como ya os digo, esa no sería la opinión generalizada entre sus habituales seguidores, muchos de los cuales se sentirían defraudados con los cambios. Los números cantan y por primera vez en su carrera, uno de sus sencillos no era capaz de entrar debidamente en las listas de éxitos, lo cual era un síntoma muy evidente. Se trata de “The Way Life’s Beant To Be”, en el que narran como el protagonista de la historia camina por las calles de siempre pero cien años después, asumiendo que ya nada volvería a ser como antes. Algo parecido a lo que les sucedería a sus creadores.

La opinión generalizada sobre este disco es que fue una manera de quitarse del medio uno de los tres trabajos a los que estaban obligados por contrato a sacar al mercado, y aunque en algún momento el propio Lynne reconoció que en un primero momento fue así, no es menos cierto que pusieron todo su empeño por llamar la atención, por crear algo nuevo y que sirviera para convertirles en mejores músicos. Hay opiniones al respecto para todos los gustos, pero y creo que “Time” realmente mereció la pena.

Cualquier disco conceptual que se precie tiene entre sus canciones al menos un tema totalmente instrumental y ellos no quisieron saltarse esa norma no escrita. El título de esta composición instrumental es “Another Heart Breaks” y nos muestra un sonido limpio y relajado que habría firmado cualquiera de los artistas vinculados al tecno-pop que estaba empezando a irrumpir en aquella época. Con ella cierran la primera parte de la narración del protagonista de la historia.

Como estamos comprobando, el disco poco a poco ha ido decayendo hacia unos tonos tristes y melancólicos como consecuencia del estado de ánimo del viajero en el tiempo, cada vez más trise y meditabundo por la situación en que se ha visto inmerso sin proponérselo. Entonces es cuando llega la canción más melancólica del álbum con un tema tan recurrente como es el de la lluvia.

Cuando se trata de contar historias en las que la pena y la tristeza lo llenan todo, la mejor manera es apelar a la lluvia, algo que se ha repetido y seguirá haciéndolo a lo largo de la historia de la música una y otra vez. Os reto a que encontréis una canción que hable de este fenómeno atmosférico y muestre una letra optimista y vitalista. Ya tenéis deberes para esta semana. Centrándonos en lo puramente musical, “Rain Is Falling” nos muestra al atribulado protagonista mirando caer la lluvia a través de la ventana. La lluvia es la de siempre, idéntica a la que caía en el año 1980, pero parece tener más capacidad de entristecerle dado su precario estado de ánimo.

El sonido muestra a continuación un pequeño giro, dejando atrás esa música triste y lenta para retomar un estilo más intenso y con más ritmo, aunque la narración de la historia continúa mostrando la desesperación que invade el estado de ánimo del viajero.

El estilo ha cambiado pero la voz de Lynne sigue sonando como siempre. Cierto es que las guitarras han dado paso a los sintetizadores pero en muchas de las canciones el efecto resulta ser bastante similar, sobre todo en una de ellas que escucharamos un poco más tarde.

Retomando el hilo de la narración nos llega “From the End of the World”, la canción que cambia el rtimo del disco y que nos cuenta como el viajero intenta hacerle llegar a su novia del pasado una carta en la que expresa todo lo que siente por ella, dándose cuenta de que su situación es irreversible al fracasar en el intento. Sonido con más ritmo, letra igual de dramática.

Las críticas hacia el disco fueron de todo tipo. Los más puristas, los que siempre habían elogiado su música desde sus primeros tiempos se dividieron entre los que lo consideraron una tremenda equivocación y los que quisieron darles un margen de confianza. Eso sí, también habría gran parte de la crítica especializada que elogiaría su cambio de estilo llegando algunos a denominar a “Time” como la ópera rock del futuro. Cro que ni tanto ni tan calvo.

Llega entonces el momento más espectacular del disco. La historia se va acercando a su final y la música empieza a crecer de una manera espectacular para traernos las mejores canciones de todo el álbum. Además la narración introduce ciertas dudas por primera vez entre los que estamos asistiendo a ella ya que deja en el aire la posibilidad de que todo sea un simple sueño, una simple pesadilla.

La canción que nos lleva a dudar sobre si la historia es ficción o realidad lleva el título de “The Lights Go Down” y para mí es el tema de mayor calidad de todo el disco. Un medio tiempo con ciertos toques cercanos al reggae que ofrece un sonido que a mí me parece una auténtica maravilla.

Llegamos ahora a mi momento prferido del disco, con una canción que resume a la perfección lo que significó “Time” musicalmente hablando. Creo que es el momento estelar del álbum con una canción intensa, mágica, llamativa y que en gran medida rinde tributo a los profesionales de la información en la radio. Quizás exagere, pero creo que es un momento único en su carrera.

Estoy hablando de “Here Is the News”, una canción que se supone habla de la forma de dar las noticias en ese hipotético año 2095, aunque a mí me suena a muy actual. Una composición mágica, con un inicio totalmente radiofónico con los teclados tomando el mando, escuchándose de fondo los pitidos de las señales horarias y dar paso a un sonido de sintetizadores inconfundible. Una canción única y espectacular.

El inicio de esta canción ha sido utilizado como sampler en multitud de ocasiones, tanto en programas radiofónicos, bandas sonoras, campañas publicitarias … De hecho, la cadena radiofónica estatal de Holanda lleva más de treinta años utilizándolo en sus emisiones, habiéndose convertido en un sonido de referencia para dicha cadena.

Enlazando con esta canción nos adentramos entonces en un tema que continúa con el estilo de la anterior pero con un ritmo mucho más melódico y tranquilo. La originalidad en esta ocasión radica que se utiliza este tema como un gran contraste entre la que la antecede y la que vendrá a continuación, ambas de una intensidad total además de ser las dos canciones de mayor éxito de todo el álbum.

Su melodía tiene una influencia “beatleliana” total, tanto por su música como por la manera de cantar de Lynne y los coros de sus compañeros. Su título es “21st Century Man” y es una especie de claudicación del protagonista de la historia que finalmente se rinde a la evidencia y pasa a considerarse a sí mismo como un ciudadano más del nuevo siglo.

Cuando se concibe un disco conceptual como éste, el orden de las canciones es fundamental para narrar la historia que nos cuente y en muchas ocasiones no sigue el habitual en cualquier otro disco, en el que normalmente las canciones más destacadas, las que serán publicadas como sencillos aparecen en puntos estratégicos, casi siempre al principio del disco. En el caso de “Time” nos encontramos con que la canción principal de este disco, la que fue publicada como primer sencillo aparece en penúltimo lugar, unicamente por delante del epílogo de la historia.

Se trata de “Hold on Tight” la canción con el ritmo más rockero de todo el disco pero en el que nuevamente las guitarras son sustituidas por los sintetizadores. Un tema que lograría un gran éxito y que como primer sencillo engancharía al público para asomarse a esa magia que quería mostrar el álbum al completo.

En cuanto a su letra, como final real de la historia, lanzan un mensaje al optimismo de que el futuro es una auténtica incógnita y que quien sabe si no tardando mucho puede volver a girar de manera inesperada llevando a nuestro viajero de vuelta a su casa. De momento no le queda otra cosa que esperar y confiar.

Podría decirse que nos encontramos ante una canción de contrastes. En su letra incluye una estrofa interpretada en francés, sin ninguna explicación concreta al respecto, y el videoclip no incide en ningún momento en la historia que narra el álbum. Está grabado en blanco y negro y en su momento se convirtió en el videoclip de mayor gasto de la historia de la música. Como ya digo no cuenta nada de la historia del viajero en el tiempo, sino que se trata de un tributo a las películas de mayor éxito de los años 40. Esto es lo que se llama jugar a dos bandas.

El disco llega a su fin con un breve epílogo de apenas minuto y medio de duración en el que se viene a resumir que el mensaje que realmente han querido mostrar es que todo está en el tiempo, todo dependel del tiempo, todo se reduce a “Time”.

Esa claro que “Time” es el disco más controvertido de la carrera de The Electric Light Orchestra pero hay que situarse en el contexto del momento en que fue publicado para darse cuenta de que esa controversia quizás sea gratuita. El álbum esta grabado después de “Xanadu”, con una música totalmente disco, y antes de la aparición de “Secret Messages”, un álbum de tributo al rock & roll más clásico, por lo que podría decirse que estaban intentado demostrar que eran capaces de moverse a la perfección en distintos registros.

“Time” está considerado como una especie de capricho de Jeff Lynne y sus críticas y sus ventas estuvieron por debajo de las logradas con sus anteriores trabajos, pero a mí me parece un muy buen disco. Creo que si éste hubiese sido el primero de su carrera o hubiese grabado por otro grupo de los que emergían en aquellos tiempos de principios de los 80 habría sido considerado como un álbum de obligada escucha. Se rindieron a la música de sintetizadores y sus seguidores más puristas se sintieron defraudados, pero de algún modo nos mostraron el sonido que iba a dominar gran parte de los años que llegaron a continuación.

LISTA DE LOS AÑOS 80

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

Entramos ya en la recta final del repaso a las listas de décadas anteriores y para empezar seguimos en los 80 aunque nos situamos a finales de esa maravillosa época. Concretamente vamos a centrarnos en la lista que se estrenaba el día 28 de febrero del año 1988 que contaba con la entrada de una canción que ya ha pasado por nuestra revista pero en una versión diferente.

A finales del año 1987 Miguel Bosé publicaba un nuevo disco demostrando su total madurez y que ya había dejado atrás definitivamente su época de “fenómeno fans”. Su título era “XXX” y podría decirse que era el disco más sencillo que había publicado hasta ese momento en su carrera. No tenía el aura de misterio y atracción total que había mostrado en sus dos anteriores trabajos, “Bandido” y “Salamandra”, pero contenía buenas canciones, siendo la más popular y exitosa la que entraba aquel día en la lista.

Estoy hablando de “Como un Lobo”, canción que permanecería en la lista durante 20 semanas alcanzando el puesto 14, unos registros algo discretos y claramente inferiores a los logrados por la versión que protagonizaría 20 años después acompañado de su sobrina Bimba Bosé como hemos saboreado hace pocas semanas en estas páginas de “La Graminola”. Ahora tenéis todos los datos, vosotros decidís si os quedáis con el original o con la copia. Difícil elección.

LISTA DE LOS AÑOS 90

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

Damos el salto de diez años de rigor para situarnos en el día 1 de marzo de 1998 y repasar las dos novedades en forma de entrada que presentaba la lista que se estrenaba ese día. Dos temas bastante normalitos, pero ambos con su aquél. Vamos con la primera que nos llega desde Gran Bretaña.

Eternal estaba formado por Easther Bennett, Vernie Bennett y Kelle Bryan y llevaban algún tiempo haciendo música cercana al rhythm & blues aprovechando la buena combinación de sus melodiosas voces. Acababan de publicar un recopilatorio que en un primer momento se suponía iba a ser un punto y seguido y prácticamente fue un punto y final.

Entre las canciones que se incluían en este álbum de grandes éxitos se econtraba un tema inédito con el que iban a entrar en las listas graminoleñas por primera y única vez, además de convertirse en el mayor éxito de su carrera. Se trata de una bonita balada titulada “Angel of Mine” con la que conquistarían al público de nuestro país. Durante 26 semanas nos acompañarían en la lista alcanzando el top 10.

Por diferencias entre las componentes del grupo, tras la correspondiente gira de promoción del recopilatorio, Kelle Bryan abandonaría a sus compañeras, quedando como únicas integrantes del desde ese instante dúo las hermanas Bennett. Éste sería el principio del fin ya que únicamente publicarían con esta nueva formación un disco más, tras lo que decidirían dejarlo. Como suele decirse, fue bonito mientras duró.

La otra entrada de la semana llega de la mano de un trío instrumental de música electrónica que en aquella época estaba emergiendo de manera convincente hasta alcanzar el éxito que hoy en día tiene este estilo. Un grupo de un recorrido muy corto y que prácticamente obtendría un único éxito digno de reseñar, precisamente el que entraba en lista aquel 1 de marzo.

La canción en cuestión llevaría el título de “Sunchyme” y además de ser su sencillo de debut y canción de mayor éxito de su trayectoria, es una versión en plan electrónico de esa maravillosa canción que es “Life in a Northern Town” de ese gran grupo que fueron The Dream Academy.

La canción aguantaría el tirón hasta la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol que tuvo lugar en Francia ese mismo año, convirtiéndose en una de las canciones más escuchadas en ese verano. En lo que se refiere a nuestra lista, permanecerían en ella durante 16 semanas alcanzando como mejor registro el puesto 22.

LISTA DEL NUEVO MILENIO

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

Cerramos el repaso a las listas graminoleñas del número de hoy de “La Graminola” con las novedades más destacadas que presentaba la que estrenábamos el 24 de febrero de 2008. Y lo hacemos a lo grande porque disfrutaremos de la música de cuatro buenas canciones: el nuevo número uno y las tres nuevas entradas. Así que a toda pastilla comenzamos con el repaso a estos cuatro temas.

Por supuesto vamos a empezar por la novedad que se producía en el liderato de la lista. Tras diez semanas ocupando lo más alto, El Arrebato y su “Himno del Sevilla F.C.” cedían el testigo a uno de los cantantes latinoamericanos más importantes a nivel internacional como es el colombiano Juanes, un asiduo a nuestras listas.

Acaba de publicar un nuevo álbum titulado “La Vida es Un Ratico” y como carta de presentación publicaría como primer sencillo una canción que le ratificaría definitivamente como gran artista a nivel internacional, convirtiéndose en su canción más vendida después de su eterna “La Camisa Negra”. Se trata de “Me Enamora” y con ella permanecería en lista durante 52 semanas ocupando lo más alto de la misma durante 15 de ellas.

La clave del éxito del colombiano ha radicado principalmente en saber conjugar ritmos latinos con un sonido puramente pop, aunque en los últimos tiempos se ha latinizado en exceso, en mi modesto entender, prodigándose mucho en colaboraciones con otros artistas que creo que no le benefician demasiado. Cuando saca a relucir su guitarra llega a más gente y crea mejores canciones. Esperemos que no tarde en retornar a la buena senda.

A continuación vamos con las tres entradas que registro la lista de ese día y para empezar viajamos hasta el Puerto de Santa María en Cádiz, de donde viene el grupo que lograría con la canción que viene a continuación el mayor éxito de su corta carrera para la que contaría con una colaboración de auténtico lujo.

Melocos se habían convertido en los últimos meses en uno de los grupos de mayor proyección en el panorama musical español calando sobre todo en el público adolescente. Hacían un pop sencillo y pegadizo que llevaba un sonido que recordaba al pop español de toda la vida. Por aquella época triunfaba en televisión una serie dirigida precisamente al público más joven que se llamaba “Física y Química” y para aprovechar el tirón que tenía entre el público sus responsables decidieron publicar un disco que contenía canciones de distintos artistas españoles que disfrutaban del favor de los jóvenes de nuestro país, entre los que se encontraban ellos mismos.

La canción que ellos aportarían al disco sería una balada titulada “Cuando Me Vaya” y en ella compartirían protagonismo con Natalia Jiménez, la vocalista de “La 5ª Estación”, uno de los grupos que se habían convertido en referencia musical en nuestro país tras regresar de su periplo por tierras mexicanas donde realmente consiguieron hacerse un lugar en el mundo de la música. Este tema permanecería en lista durante 46 semanas alcanzando el top 8.

Vamos con la segunda de las entradas de aquella semana, en mi modesta opinión la de más calidad de las tres que se produjeron ese día. Y es que cuando el señor Carlos Santana acaricia las cuerdas de su guitarra los demás no tenemos otra cosa que hacer que ponernos de pie y aplaudir. Grande donde los haya.

No vamos a descrubrir aquí ahora a Santana, uno de los mejores guitarristas del mundo y que fue el primero en fusionar el rock con la música latina. Siempre había publicado sus discos apoyándose casi exclusivamente en su manera de tocar la guitarra, pero en el año 2000 esa tendencia cambairía de alguna manera gracias al tremendo éxito que cosecharía con el que iba a convertirse en el álbum más vendido de su carrera, “Supernatural”. En esta ocasión empezaría a contar con vocalistas de prestigio para que le pusieran voz a su música y, sobre todo, a su guitarra.

Desde ese instante, todos los discos que ha ido sacando al mercado han contado con la voz de distintos artistas, todos ellos de reconocido prestigio, que le han dado un empujón significativo a sus ventas. En el año 2008 publicó un recopilatorio titulado “Ultimate Santana” en el que se incluía este “Into the Night”, un tema completamente nuevo al que pondría voz Chad Kroeger, vocalista y alma máter de uno de los grupos canadienses más importanes de los últimos años como son “Nickelback”.

Que los tiempos estaban cambiando musicalmente hablando estaba claro ya que a pesar de la calidad de la canción y del prestigio de su protagonista principal, únicamente permanecería en lista 2 semanas para ocupar el puesto número 37. Además ésta ha sido la última ocasión en la que el señor Santana ha colocado una de sus canciones en nuestras listas. Lo dicho, los tiempos están cambiando y no se si a mejor o peor. (bueno sí lo sé pero prefiero callármelo).

Para cerrar el repaso a las distintas listas graminoleñas vamos con la tercera y última entrada de la lista del 24 de febrero de 2008. Se trataba del primer sencillo publicado a nivel internacional de una joven artista londinense que en muy poco tiempo conquistó al público tanto europeo como norteamericano logrando un tremendo éxito con su tema de presentación en sociedad. Estoy hablando de Leona Lewis.

Lo mejor de todo es que su éxito llegó en gran medida fruto de la casualidad. Leona fue la ganadora del concurso de nuevos talentos de la televisión británica “The X Factor”, cuyo premio consistía en la grabación de su primer disco. En ello estaba cuando de repente se cruzó en su camino y de manera inesperada incluiren él una canción obra de dos compositores de prestigio que iban a lanzarla de manera inmediata al éxito.

Al mismo tiempo, Jesse McCartney, otro joven cantante británico, se encontraba trabajando en la publicación de su álbum y había compuesto a medias con Ryan Tedder, cantante de OneRepublic, una canción titulada “Bleeding Love” que en principio iba a ser el tema estrella del álbum. Sin embargo, la discográfica se opondría a la inclusión de esta canción ya que consideraban que no iba con la forma de interpretar de McCartney y no tenía el empuje necesario como para obtener buenos resultados. Que Dios les conserve la vista, porque el oído lo tenían muy perjudicado.

Ni que decir tiene que Tedder montaría en cólera aunque de manera inmediata encontraría nuevo acomodo para su canción. Escuchó la voz de Leona y de manera inmediata se sentiría cautivado por ella, ofreciéndole grabarla e incluirla en ese álbum de debut. Ella no dudaría un momento en aceptar el regalo y de esta manera iniciaría su carrera discográfica con muy pero que muy buen pié.

Esta canción sería un rotundo éxito en todo el mundo llegando al número uno de las listas de ventas de ambos lados del Atlántico. Aquí en España también cosecharía grandes resultados ya que permanecería en la lista graminoleña durante 50 semanas alcanzando el cuarto puesto como mejor registro. Una vez más, los “entendidos” de una discográfica se la pegaron bien pegada.

TAMBIÉN ES MÚSICA

Ya sabéis que en esta sección me gusta poner de vez en cuando música infantil, música dirigida a los niños que lograría en muchas ocasiones un éxito desproporcionado y que otorgaría una notable popularidad a los artistas que la interpretaban. No hay público más exigente ni agradecido que el de los niños y ya os he comentado en varias ocasiones que en la actualidad la música para los más pequeños de la casa prácticamente no existe, lo cual me parece una pena y un tremendo error.

A pesar de ser una música dirigida a un sector muy concreto de la población, si los artistas en cuestión daban con la tecla tenían garantizado el éxito y el respeto de grandes y pequeños. El gran problema radicaba en que la mayoría de estos grupos estaban formados por niños y cuando crecían y les cambiaba la voz todo se acababa, pero como decía el otro, que les quiten lo bailado. Así pues hoy nos vamos a volver niños por unos momentos y recordar tres canciones infantiles que vendieron una cantidad tremenda de discos, superando en muchas ocasiones a artistas consagrados.

Ya os conté en su día la historia del dúo que se convertiría en el grupo más importante de la música dirigida a los más pequeños. Se trata de Enrique y Ana, una combinación que nació por pura casualidad ya que en un primer momento se trataba de promocionar la carrera como solista de Enrique del Pozo con una música dirigida al público en general pero que terminaría redireccionándose hacia la música infantil gracias al desparpajo de Ana Anguita quien con su manera de bailar conquistaría al público español desde el momento en que apareció en televisión.

Como no se tenía muy claro en un primer momento si finalmente se iba a apostar por el dúo y por la música para los peques, Ana publicaría ella sola una canción que puede considerarse mítica dentro de la música infantil. Una canción que escucharíamos hasta la saciedad y que sería la confirmación de que a sus ocho años de edad era capaz de ofrecer mucho. ¿Quién no recuerda la historia de la atribulada gallinita que solita se quedó? Efectivamente estoy hablando de “La Gallina Cocoua”.

Finalmente la apuesta sería por el dúo, un grandísimo acierto ya que Enrique y Ana se convertirían en un auténtico fenómeno de masas dentro del panorama musical infantil de nuestro país.

Vamos ahora con otro dúo pero en esta oportunidad formado por dos niños que allá por el año 1979 y gracias a una serie televisiva de dibujos animados alcanzarían también mucha popularidad y un tremendo éxito. La combinación de una buena serie de animación y una canción de cabecera adecuada siempre ha proporcionado grandes momentos.

Los hermanos José Andrés y Juan Pedro Aparicio tomaron el nombre artístico de Botones y su lanzamiento no pudo ser más afortunado. Fueron los elegidos para poner voz al tema central de la banda sonora de la serie de animación que se emitía ese año por televisión española “Don Quijote de la Mancha”, titulado “Don Quijote y Sancho” y se colarían incluso en la lista de los discos más vendidos en nuestro país, ahí es nada. Algunos decían que eran los “Pecos en versión infantil” y no seré yo quien diga que no cantaran bien, pero desparpajo y espontaneidad a la hora de moverse e interpretar no es que les sobrara mucho, la verdad, bueno ahora que lo pienso eso les sucedía también a los Pecos.

Cuando os digo que la música infantil de aquellos tiempos movía masas baste con decir que el primer álbum que publicaron estos dos chavales estuvo producido por el mismísimo Juan Pardo, una auténtica estrella en nuestro país. Cuantos jóvenes grupos habrían querido empezar su carrera con semejante padrino y sin embargo quienes se llevaron el gato al agua serían unos tiernos niños.

Enrique y Ana allanaron el terreno para que fueran sirgiendo nuevos grupos infantiles que irían logrando diferente fortuna. En el año 1979 surgirían un grupo formado por cinco niños, dos chicas y tres chicos, que iban a superar incluso a los anteriores, convirtiéndose en la banda infantil que más discos vendió durante el tiempo en el que estuvieron juntos.

Para su creación se hilaría muy fino ya que se elegiría a unos niños que supieran cantar, supieran bailar y que además llevaban una indumentaria que encajaba a la perfección con el nombre que habían adoptado. La idea fue la de crear un grupo que tomaría el nombre de Parchís y que en cada actuación fueran vestidos con los colores de  las fichas del famoso juego, es decir, uno de verde, otro de rojo, otro de amarillo y otro de azul. Tras realizar un largo y cuidadoso cásting, los responsables decidirían que el grupo estuviera formado no por cuatro sino por cinco niños, siendo el quinto integrante el que haría las funciones de dado y, por consiguiente, vestiría siempre de blanco, aunque en los primeros momentos lo haría de negro, no me preguntéis el motivo porque lo ignoro.

De esta manera, Tino, Yolanda, Gema, David y Óscar darían cuerpo a un grupo que alcanzaría la fama y el éxito tanto en nuestro país como en Latinoamerica y que sería parte fundamental en la banda sonora de los niños de la época. Vendieron millones de discos ya desde el momento de su prensentación con esta “La Canción de Parchís”.

Como vemos, en los 70 y parte de los 80, la música par niños tenía un tirón tremendo y cualquiera de las discográficas que trabajaban en España tenían en nómina algún grupo de estas características. A buen seguro que en algún momento pasarán por aquí algunos otros ejemplos que nos devuelvan a nuestra más tierna infancia.

LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA

Llega el momento de rematar la faena y nos adentramos ya en la última página de la revista, donde damos un repaso a la actualidad y a grandes momentos de la música. La de hoy no tiene desperdicio, es auténtica pata negra.

EFEMÉRIDE

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

Celebramos hoy 1 de marzo el cumpleaños de una de las figuras fundamentales de la historia del rock, por su carisma, su manera de cantar, sus canciones y lo que significó en su momento junto a su grupo The Who. Un auténtico mito viviente y una grandísima leyenda como fue, es y será Roger Daltrey.

El 1 de marzo de 1944 venía al mundo Roger Daltrey, un personaje fundamental para entender la evolución que manifestaría el rock a finales de los 60 y que serviría para abrirle el camino a la mayoría de las bandas que triunfarían en la siguiente década. Junto a otros auténticos monstruos como Pete Townshend, John Entwistle y Keith Moon fundó en el año 1962 un grupo que en un primer momento tomaría el nombre de The Detours para acabar convirtiéndose en una banda de referencia como fueron The Who.

Se convirtieron en un auténtico icono para la juventud de aquella época y en los grandes abanderados del movimiento “Mod” que reivindicaba la rebelión de los jóvenes no siempre por los mejores métodos. Su manera de hacer música llamaría de inmediato la atención y sus actuaciones en directo se convertirían en únicas, tanto pos su intensidad y manera de actuar sobre el escenario como esa especie de ritual que seguían al final de sus conciertos destrozando todos sus instrumentos, algo inusitado en esa época e imitado hasta la saciedad posteriormente.

Si hablamos de Roger Daltrey y de The Who hay que hablar de su canción más representativa. Un tema compuesto por Townshend que se convertiría en una especie de himno oficial de la juventud de toda condición, la mítica “My Generation”.

Los excesos y la polémica siempre han rodeado la figura de Rogel Daltrey, pero es que desde muy pequeño apuntaba maneras. Cuando contaba únicamente con tres años de edad se tragó un clavo oxidado que tuvo que ser extraído mediante una operación quirúrgica que le dejaría bastante tocado ya que un par de años después tuvo que ser tratado urgentemente de una úlcera de estómago caudada por el óxido. Genio y figura.

MEJOR EN DIRECTO

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

Springsteen ya ha pasado por nuestro particular escenario en otra ocasión, pero lo de hoy es simplemente inigualable. Un momento único e inimitable, os lo garantizo.

En las distintas contraportadas que hemos ido disfrutando a lo largo de las últimas semanas hemos podido vivir momentos espectaculares de actuaciones en directo de grandes artistas. Sinceramente creo que en el día de hoy llega la mejor de todas, una intepretación en vivo del mismísimo “Boss” que es imposible mejorar. El vídeo dura algo más de ocho minutos pero os pido por favor que no os perdáis ni un sólo instante del mismo, merece la pena, y mucho, de principio a fin.

Pongámonos en situación. Verano del año 2013, Leipzig (Alemania). Bruce Springsteen ofrece un concierto acompañado de su inseparable E Street Band, cuando de repente le llega hasta el escenario un cartel de uno de los asistentes con el título de una canción que quiere que interprete. Springsteen se la muestra al público sorprendido y no duda un momento en improvisar una actuación que iba a convertirse en memorable.

La canción en cuestión es “You Never Can Tell” del grandísimo Chuck Berry, un auténtico clásico de la historia del rock. Para los que no caigáis de que tema se trata os diré que es el que suena en la famosa escena de la película “Pulp Fiction” en la que John Travolta se marca un espectacular baile acompañado de Uma Thurman. Ni que decir tiene que Springsteen y los suyos jamás habían tocado esta composición y mucho menos en directo, así que la improvisación será total.

Totalmente sorprendido, Springsteen empieza a aleccionar a sus músicos que poco a poco van tomando conciencia de como salir de este lío. Le van dando alguna nota, el propio Boss improvisa la letra y el público alucina. Por fin parce que lo tienen y Springsteen comienza a tararear la música que tan mágica sonaba en la versión de Berry. Tras varios tarareos, lanza el habitual “here we go … one, two, three …” y todos sus músicos comienzan a tocar con un sonido impresionante mientras él comienza a cantar. Escuchar como improvisa la sección de metales te pone la piel de gallina.

Hacer lo que él y su grupo llevaron a cabo aquel día esta a la altura de muy pocos. Improvisar sobre un escenario es muy complicado pero si lo hace gente de su talla parece algo muy fácil. Hoy en día se me ocurre que muy pocos de los artistas que triunfan en la actualidad, al margen de algunos de los más veteranos, serían capaces ni tan siquiera de acercarse a lo que acabamos de presenciar. Por algo es el auténtico “jefe”.

NOVEDAD

LA GRAMINOLA – NÚMERO 14 – 1 DE MARZO DE 2018

No abandonamos del todo el mundo de la música de Bruce Springsteen ya que la novedad de la semana nos la trae su auténtica mano derecha sobre el escenario y uno de sus más grandes amigos, Steve Van Zandt, o lo que es lo mismo, Little Steven. Su último álbum suena a auténtica E Street Band por los cuatro costados. Genial.

Este disco no es realmente una novedad de los últimos días ya que se publicó a mediados del año pasado, pero como el mercado musical español está un poco atontado con tanto reggaetón y demás zarandajas similares, hasta ahora no ha tenido tiempo de percatarse que el señor Van Zandt había publicado un nuevo disco en solitario con un sonido espectacular y una calidad excepcional. Su título es “Soulfire”.

Nos encontramos ante un disco de puro rock & roll en el que la guitarra de Little Steven suena como nunca arropando a esa voz suya tan característica, desigual, a veces inflexiva a veces rota y desgarrada. Lo mejor que se puede decir de este álbum es que si cualquiera de las canciones las hubiera interpretado Springsteen estaríamos ante uno de sus mejores trabajos de los últimos tiempos. Por momentos suena más al Boss que los últimos discos del Boss.

Como muestra deleitémonos con la canción que da título al disco, una composición que no hace sino demostrar que todos los músicos que han rodeado al Boss a lo largo de su carrera tienen un talento fuera de lo normal.

Con este auténtico lujo cerramos la revista de hoy. En tan solamente una semana estamos de regreso e intentaremos seguir dejando el listón igual de alto.

Hasta entonces, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


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