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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.
Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En “Los Pioneros” rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección “También es Música” le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música española.
Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.
NUESTRA PORTADA
LA LISTA DE LA GRAMINOLA
La lista graminoleña de actualidad de esta semana nos trae nada más y nada menos que tres nuevas entradas, aunque sus protagonistas son bastantes más hasta llegar a un número de once, ya que priman las famosas colaboraciones entre distintos artistas que tanto se llevan en los tiempos que vivimos. Además, el título de la primera de estas novedades parece premonitorio ya que es “1, 2, 3” y por él vamos a empezar.
El título de esta canción no sé si viene dado porque 3 son los protagonistas que la recrean o si obedece a que está estructurada en tres partes en las que se combinan uno detrás de otro tres estilos que están rompiendo en la actualidad, es decir, reggaetón, latino y rap. Un tres en uno como se suele decir.
Esta canción sirve como adelanto de lo que va a ser el segundo trabajo de la mexicana Sofía Reyes y para la ocasión ha contado con uno de los artistas mas representativos del reggaetón como es el norteamericano de ascendencia portorriqueña De la Guetto y uno de los reyes del hip-hop de actualidad y asiduo desde hace unos cuantos años a nuestras listas como es Jason Derulo. El resultado es una amalgama de estilos interpretada en español e inglés con muchas pretensiones pero que ofrece más de lo mismo. Veremos cuales son sus resultados en el ránking graminoleño.
La segunda entrada de esta semana es la única que está protagonizada por un solo artista y habrá que seguirla con bastante atención durante las próximas fechas ya que la responsable es la cantante que ocupa el puesto más alto del ránking desde hace 17 semanas acompañada de Young Thug. Estoy hablando de la cubana de nacionalidad estadounidense Camila Cabello.
En esta ocasión nos regala (por decir algo) un tema más tranquilo, una balada que habla de lo adictivo que puede llegar a ser el amar a otra persona, con un sonido … como os diría yo … raro, creo que la palabra más adecuada es raro. No se puede hacer predicciones en esto de la música de hasta donde puede llegar este tema, pero me da a mí la impresión que tan alto como con “Havana” no va a ser posible. En definitiva una canción más que no pasará a la historia.
Pero la palma en cuanto a colaboradores se la lleva la tercera entrada en la lista que estrenábamos el pasado domingo 13 de mayo de 2018 ya que en ella participan tres solistas y un grupo formado por cuatro integrantes, ahí es nada. Por cierto también es el tema de mayor calidad de las tres entradas de esta semana, aunque lo cierto es que el listón no estaba colocado demasiado alto ni mucho menos.
Los protagonistas principales son los británicos Piers Agget, Kesi Dryden, Amir Amor & DJ Locksmith quienes juntos dan cuerpo a una de las bandas de música electrónica más aclamada en la actualidad en el Reino Unido y que responde al nombre de Rudimental. Junto a ellos colaboran los también británicos Jess Glynne, una cantante por la que beben los vientos por tierras británicas, y el prácticamente debutante Dan Caplen. Pero la auténtica guinda al pastel la pone uno de los raperos más prestigiosos de los Estados Unidos como es Macklemore, inmerso en distintos proyectos tras su separación ¿definitiva? de su habitual colaborador Ryan Lewis.
Todos juntos han dado cuerpo a un tema titulado “These Days” con el que están arrollando en el Reino Unido, ofreciendo un sonido plagado de distintos giros y que no suena mal del todo. Como ya digo no se convertirá en un clásico pero promete buenos números en nuestra lista. Con ella finalizamos el repaso de esta semana. Tampoco ha sido tan grave ¿no?
LOS PIONEROS
Si hablamos de pioneros del rock en su estado más puro, de manera inmediata nos viene a la mente la figura del gran rey, la figura de Elvis Presley. Pero si hubo un artista que estuvo muy cerca de convertirse en una seria alternativa a Elvis, ése es el protagonista de la sección pionera de esta semana. Un cantante que lo tenía todo para convertirse en el número uno indiscutible del mundo del rock & roll y al que le pasaría factura sus continuos escándalos que irían diluyendo su carrera poco a poco. Estoy hablando del a pesar de todo grandísimo Jerry Lee Lewis.
Es difícil condensar en tres canciones lo que él aportó al mundo del rock & roll, pero las tres composiciones que vienen hoy a la revista creo que son las más significativas de su carrera y nos ayudaran a conocer todo lo que fue, todo lo que hizo, todo lo que se equivocó.
WHOLE LOTTA SHAKIN’ GOIN’ ON
Desde muy joven mostraría su faceta más polémica. Contrajo matrimonio por primera vez cuando tan sólo contaba con 16 años de edad, operación que repetiría hasta en siete ocasiones antes de cumplir las 30. Uno de esos matrimonios sería el que originaría su caída definitiva como veremos más adelante. Su precocidad no solamente la mostró a la hora de contraer matrimonio sino que también en el mundo de la música ya que a muy temprana edad empezó a componer sus propias canciones y a tocarlas al piano. Ingresó en una escuela religiosa para tocar música exclusivamente de este ámbito y terminaría siendo expulsado por interpretar canciones religiosas a ritmo de boogie. Genio y figura.
Su manera de tocar el piano eclipsando totalmente al sonido de las guitarras, le llevaría a ser conocido bajo el apodo de “The Killer” (El Asesino) y no pasaría desapercibido para las casas discográficas que de manera inmediata se fijarían en él. La publicación de su primer sencillo, a la postre su primer gran éxito estaba al caer.
Corría el año 1957 y un sello discográfico le propuso grabar un clásico de Big Maybelle que pensaban que encajaba a la perfección con la manera de tocar y cantar de Jerry. Éste introdujo sus propios arreglos apoyándose en su frenética manera de tocar el piano y como resultado obtendría una canción prácticamente nueva que se convertiría en su carta de presentación a lo grande. Se trata de la irrepetible “Whole Lotta Shakin’ Goin’ On”.
GREAT BALLS OF FIRE
A partir de ese momento su carrera estaba lanzada y todos sabían que iba a convertirse en uno de los artistas más conocidos del mundillo del rock en aquella época. No pasaría desapercibido absolutamente para nadie. A finales de aquel año 1957 llegaría el momento culminante de su carrera con la publicación de su canción más emblemática, el mayor éxito de su carrera que iba a convertirse en uno de los más grandes clásicos del rock & roll y que ocasionaría un nuevo escándalo en una de sus actuaciones en directo. Vayamos por partes.
Como muchos ya os habréis imaginado me estoy refiriendo a la mítica “Great Balls of Fire”, una canción que se convertiría en un número uno absoluto a nivel mundial y que mostraría al Jerry Lee Lewis más enérgico, intenso y rockero. A todo esto habría que añadir posiblemente también el calificativo de “polémico” ya que en una actuación en vivo provocaría un tremendo escándalo con su comportamiento, convirtiéndose en una de las historias más alucinantes que el mundo del rock haya vivido. Os la cuento.
Jerry fue invitado como telonero a un concierto de Chuck Berry que por aquel entonces era una de las más destacadas figuras del rock. Él afirmaba que estaba al mismo nivel que Berry y no estaba dispuesto a ser su segundo plato por lo que decidió reventar el espectáculo. Para ello, mientras actuaba e interpretaba “Great Balls of Fire” encandilando a todos los asistentes, sacó una botella de coca-cola llena de gasolina, la rocío sobre el piano y le prendió fuego, originando un tremendo alboroto. Por si fuera poco, tras terminar su “labor” exclamaría “A ver si supera esto el negro ése”. Desde ese mismo instante sería conocido como “The Killer” y su comportamiento fuera de los escenarios sería tan popular como su música.
HIGH SCHOOL CONFIDENTIAL
Escándalos al margen, su carrera iba ascendiendo meteoricamente y se había convertido ya en una de las referencias del rock a nivel internacional. Sus discos se vendían de manera espectacular y sus actuaciones en vivo no defraudaban a nadie. Llegaría entonces el momento de dar el salto al mundo del cine, algo que por aquel entonces era bastante habitual entre las grandes figuras de la música, sobre todo del rock & roll.
La película en cuestión llevaría el título de “High School Confidential”, se estrenaría a principios del año 1958 y obtendría un grandísimo éxito. Ni que decir tiene que su banda sonora también triunfaría a lo grande logrando unas considerables ventas, gracias sobre todo al tema central de esta película, otro de los grandes clásicos de su carrera. Lo que no podía imaginarse Jerry es que éste iba a ser su último gran éxito porque un nuevo escándalo iba a terminar llevándoselo por delante.
Jerry contraería matrimonio a finales del año 1958 con la hija de un primo suyo, algo no demasiado bien visto pero aceptado aunque fuera a regañadientes. El gran problema radicaba en que la chica tenía únicamente 13 años de edad, por lo que el escándalo saltó de manera inmediata. En Estados Unidos, sobre todo en el sur, eran bastante habituales en aquella época los matrimonios entre jóvenes de muy corta edad, por lo que más o menos pudo sortear la situación sin que repercutiera en exceso en su carrera, pero en Europa en general y en el Reino Unido en particular no pensaban de igual forma.
Para seguir promocionando su carrera, Jerry viajó a Inglaterra acompañado de su mujer y cuando trascendió que ésta tenía 13 años de edad se ocasiona un tremendo alboroto. Su popularidad cae en picado, apenas vende un puñado de entradas para sus conciertos que tienen que ser cancelados y es acusado de escándalo público siendo tachado de pederasta, su carrera empieza a desmoronarse en ese preciso instante. Envuelto en una tremenda polémica suspende su gira europea y regresa bastante abatido a los Estados Unidos, donde su éxito también empieza a resentirse.
A partir de ese momento sus discos apenas se venden, le resulta muy difícil que nadie le contrate para actuar en directo y su caché desciende considerablemente. Su sello discográfico intenta rehabilitarle con la publicación de un nuevo disco pero fracasa estrepitosamente. Por si fuera poco, su segundo hijo fallece de manera trágica cuando solamente cuenta con 3 años de edad y Jerry cae en una profunda depresión adentrándose en el mundo de las drogas y el alcohol. Su final es ya más que una evidencia.
Escándalos aparte, la figura de Jerry Lee Lewis es fundamental dentro de la historia del rock & roll. Muchos piensan que de haber sabido llevar su carrera de otra manera podría haberle hecho sombra como líder absoluto del rock al mismísimo Elvis, pero su carácter indomable y su comportamiento errático le pasarían factura hasta terminar destruyéndole. Con el paso del tiempo su figura terminaría siendo reconocida debidamente y en el año 1989 se estrenaría una película titulada “Great Balls Of Fire” protagonizada por Dennis Quaid y Winona Ryder que narra de manera bastante veraz todas sus andanzas. Una película muy recomendable para disfrutar de buena música y conocer la vida de un auténtico pionero.
LISTA DE LOS AÑOS 60
Comenzamos ya el repaso habitual a las listas de otros tiempos, a ese vistazo nostálgico a otras músicas, a otras canciones. Ya os aviso que en el número de hoy he tenido que ir improvisando sobre la marcha ya que en alguna de las listas no se produjo ninguna nueva entrada, como sucede con la relativa a los años 60, así que he intentado buscar alguna canción que encaje perfectamente en las fechas de las que nos ocupamos.
La lista que estrenábamos el 13 de mayo de 1968 no presentaba ninguna novedad destacable, por lo que me he permitido ofreceros como compensación una de las canciones más representativas de aquel año que además es una de las canciones más emblemáticas de la música de los años 60, en gran medida por una maravillosa película que se estrenaría al año siguiente. Además, de algún modo puede colocarse sobre ella la etiqueta de “pionera”. Me explico.
La canción a la que me estoy refiriendo no es otra que “Born To Be Wild”, del grupo canadiense Steppenwolf, un grandísimo clásico de la historia de la música que está considerado como el auténtico precursor de lo que poco después iba a ser el heavy metal. Se publicó aquel año 1968 pero su éxito más absoluto lo obtendría un año después cuando fue incluído como tema central de la banda sonora de la mítica película “Easy Rider”, protagonizada por Dennis Hooper y Peter Fonda, siendo adoptada inmediatamente como un auténtico himno por el ambiente “motero”. Una grandísima canción que curiosamente no formaría nunca parte de la lista graminoleña. Un auténtico misterio, una considerable injusticia.
LISTA DE LOS AÑOS 70
Nos trasladamos ahora al año 1978, concretamente hasta el 13 de mayo, para hacernos eco de la única entrada que presentaría la lista graminoleña que se estrenaba ese mismo día. Una canción interpretada por un artista español que se encontraba en su mejor momento y que representaría a España en el Festival de Eurovisión de ese año.
Hacía ya algunos años que el canario “José Vélez” había adquirido una gran popularidad en nuestro país y su música triunfaba tanto en España como en Latinoamérica. Era uno de nuestros artistas más reconocidos y además su simpatía le había convertido en uno de los preferidos del público. Por todos estos motivos no es de extrañar que fuese el elegido para representar a España en Eurovisión, era una apuesta bastante segura.
La única condición que impondría para aceptar la invitación sería que el vídeo promocional se grabara en su Gran Canaria natal algo que se llevaría a cabo sin mayores problemas. De este modo, “Bailemos un Vals” se convertiría en otro de los éxitos de su carrera. Una canción con un compás muy similar al de un vals tradicional que nos representaría en Eurovisión y que nos dejaría ese famoso estribillo que decía aquello de “voulez vous dancer avec moi? ¿Quieres que bailemos un vals?
En su participación eurovisiva lograría un honroso noveno puesto, excepcional posición si la comparamos con los resultados que se han obentido en los últimos años. En nuestra lista también lograría unos resultados bastante aceptables, acompañándonos durante 24 semanas para llegar a ocupar el puesto número 15 como mejor registro.
EL ÁLBUM DE LA SEMANA
Hoy viajamos hasta Escocia. Y si hablamos musicalmente de Esocia hay que ir a Glasgow. Y si hablamos del Glasgow musical hay que hablar de nuestros protagonistas de hoy, un grupo que ha sido más profeta lejos de sus fronteras, sobre todo en España y alrededores, pero que con el paso del tiempo ha visto reconocida su calidad también en su país natal. Estoy hablando de Texas.
Así pues, el póster central de “La Graminola” del número de hoy está protagonizado por su álbum de debut, en mi modesta opinión el mejor de toda su carrera y en el que se encuentran las canciones de mayor calidad que nunca hayan sido capaces de componer e interpretar. Su título es “Southside” y ya os digo yo que después de él ya nada volvería a ser igual.
Corría el año 1988 cuando Ally McEarline conocía a una joven de dieciocho años llamada Sharleen Spiteri y de manera inediata se decidió a crear su propia banda, atraído por su forma de cantar. De esta manera, junto con el hermano de Ally, John, a los que se sumarían Eddie Cambell, Mykie Wilson y Stuart Kerr darían forma a un grupo que llamarían Texas, nombre escogido por la admiración que sentían hacia ese clásico del cine titulado “París-Texas”.
Sharleen abandonaría su trabajo como peluquera para volcarse con su carrera musical junto a sus chicos y tan sólo un año después, en 1989 aparecería en el mercado su primer trabajo, titulado “Southside”. Se trata de un álbum con una manera de hacer música sencilla, sin estridencias, sin efectos especiales, simplemente sus instrumentos sonando como ellos sabían tocarlos y la voz atrayente de Sharleen, no hacía falta más.
La canción elegida como primer sencillo, que serviría como carta de prensentación, sería “I Don’t Want A Lover”, y se convertiría en su primer gran éxito y uno de sus temas más populares. A mí me encanta. Ese comienzo con una guitarra que parece quejarse para dar paso a la batería, iniciar en plan suave e ir subiendo poco a poco la intensidad según avanza la música … Mejor deleitemonos escuchándolo.
La uniformidad del sonido de todas las canciones que configuran este álbum es otra de las características más marcadas del mismo. Las guitarras muestran una pureza excepcional y la combinación entre las eléctricas y las acústicas ofrecen un sonido inconfudible y junto a ellas la batería siempre acompaña con una gran intensidad. Pero si hay algo que destaca sobremanera sobre todo lo demás es la voz de Sharleen, dulce siempre e intensa cuando el ritmo lo requiere.
Esta constante se pone de manifiesto también en el segundo tema que aparece en el disco. Una canción con el mismo ritmo, con la misma intensidad y con un sonido que a mí personalmente me conquistó desde el primer momento en el que lo escuché. Se trata de “Tell Me Why”, otra gran canción.
Salvando las distancias, en este primer disco su sonido puede asimilarse al de uno de los grandes como son The Pretenders. Además, al igual que Crissie Hynde eclipsaba al resto de su grupo, Sharleen Spiteri hacía lo propio, por lo que muy pronto se convertiría en la auténtica imagen de la banda y en la principal protagonista de su carrera.
Su versatilidad a la hora de interpretar era más que evidente siendo capaz de moverse con los temas más contundentes, en los que el resto del grupo más brillaba, como en los medios tiempos y las baladas. Como muestra sirva el botón del tercer tema del álbum, una balada con un marcado estilo de blues en la que Sharleen pone su voz al servicio del sentimiento más marcado. Otra grandísima canción titulada “Everyday Now”.
Antiguamente era bastante habitual que en cada disco se incluyera al menos un tema instrumental. Muchos lo consideraban como un auténtico relleno y por este motivo con el paso del tiempo esta construmbre se iría perdiendo, pero lo cierto es que estas composiciones no estaban exentas de calidad y en la mayoría de las ocasiones servían para que el protagonismo del resto de los miembros del grupo mostraran sus credenciales y su talento. Sinceramente yo las echo de menos en los discos que se publican en la actualidad, salvo contadas excepciones.
La canción que da título al álbum es una de estas composiciones. En apenas dos minutos de duración, los componentes masculinos de la banda desarrollan todos sus argumentos para mostrarle al público la calidad con la que eran capaces de desenvolverse con sus instrumentos. Una canción con un sonido a blues sureño de toda la vida en el que las guitarras lo llenan todo.
Lo más curioso del caso es que su éxtio en el Reino Unido sería bastante relativo, ya que si bien el álbum al completo sí que logró unos buenos resultados en cuanto a ventas, los sencillos que fueron apareciendo en el mercado, a excepción de “I Don’t Want a Lover” no llegaron demasiado arriba en las listas de éxitos de su Escocia natal y alrededores.
Sin embargo, en el resto de Europa, sobre todo en el sur y de manera más clara en nuestro país, su popularidad iría en aumento y sus canciones llamaría poderosamente la atención del público, convirtiéndose en una de las más claras revelaciones del año, logrando unas ventas bastante superiores a las obtenidas en el Reino Unido, por lo que no es de extrañar que nuestro país fuese uno de sus preferidos a la hora de ofrecer sus actuaciones en directo.
Otra de las canciones que obtendría el favor del público español sería “Prayer for You”, una canción que a mí me parece una genialidad, con un sonido marcado por la guitarra acústica y en la que Sharleen exprime la dulzura de su voz como nunca.
En este álbum nos encontramos un sonido bastante cercano al rock, como ya digo y salvando las distancias me recordaba a los primeros discos de The Pretenders. Desgraciadamente, poco a poco fueron adentrándose más en el terreno del pop abandonando sus raíces más rockeras, motivo por el cual, y sin despreciar lo más mínimo el resto de sus trabajos, “Southside” es el disco que más me gusta, y aunque he de reconoceros que tengo su discografía al completo, pienso que como este álbum no hay otro.
Sin duda alguna es el más completo de toda su trayectoria y su sonido muestra una frescura que en sus siguientes discos perderían de alguna manera. Cuando me compré el disco lo exprimí hasta el máximo y escuchar canciones de la calidad de “Thrill as Gone” una y otra vez merecía mucho la pena.
En líneas generales el disco recibiría muy buenas críticas y algunas de las canciones que en él se incluyen tienen una calidad excepcional. Eso es lo que sucede con la que en mi opinión es la mejor composición de todo el disco, pese a no haber sido elegida para ser publicada como sencillo.
Me estoy refiriendo a “Fight the Feeling” una canción que muestra un característico riff electrico que sería una especie de hilo conductor durante todo el álbum, prensentando un sonido bastante identificable, un sonido que podría calificarse como “made in Texas”. Un canto a la superación y a luchar contra las adversidades que a mí personalmente me encanta.
Como estamos pudiendo comprobar, Sharleen se mueve a la perfección tanto en el terreno de las baladas como a la hora de aportar su voz a las canciones más intensas, habilidad que iría puliendo con el paso del tiempo mostrándonos un falsete que en este primer trabajo brilla por su ausencia. Su figura iría madurando en el futuro haciéndose cada vez más grande hasta el punto de terminar dando la impresión de que Texas eran ella misma y cinco músicos que la acompañaban.
Cuando Sharleen interpretaba los temas más lentos, cuando se adentraba en el terreno de las baladas era cuando exprimía al máximo su manera de interpretar, mostrando su capacidad para imprimir a su manera de cantar un sentimiento que convertía esas composiciones en algo único. En este aspecto destaca sobremanera en una sencilla canción de amor titulada “Fool for Love”.
Sé que la coletilla de “me encanta” la estoy utilizando mucho a la hora de ir describiendo la música que compone este disco, pero es que se trata de uno de mis preferidos de siempre. Aunque todavía estábamos en un panorama musical lleno de creatividad, las ideas empezaban a escasear y el sonido que triunfaba empezaba a ser repetitivo, algo que se rompía con este maravilloso “Southside”.
Una de las cosas que más me gustaba de su sonido era la manera en la que eran capaces de combinar la guitarra acústica con la eléctrica, creando un clímax único y dotando de originalidad a la mayoría de sus canciones. Eran capaces de mostrarse contundentes y emotivos al mismo tiempo y eso no estaba al alcance de muchos. Por lo que se vería más adelante tampoco lo estaría al de ellos mismos con la evolución que irían mostrando su estilo con el paso de los años, pero ésa es otra cuestión.
En este sentido, “One Choice” es el tema que mejor muestra esa especie de fusión acústico-electrica que es prácticamente la seña de identidad de este su álbum de debut.
Llega el momento de rematar la faena, llega el final de fiesta con la canción que cierra el disco. Para ello nos ofrecen un tema pausado, lento y romántico como si quisieran despedirse de la manera más dulce posible dejándonos con ganas de más.
Se trata de una balada que cuenta con una introducción instrumental de 40 segundos de duración, para mayor lucimiento de la parte masculina de la banda, a la que Sharleen le da cuerpo con su voz más dulce y melódica. Un baladón de los de pañuelo titulado “Future is Promises” con el que ponen un auténtico broche de oro a su primer larga duración y al póster central de “La Graminola” del número de hoy.
Con esta carta de presentación se pusieron en órbita pero lamentablemente su sonido tan intenso y personal iría dando paso a otro más comercial y cercano al pop. La discográfica propone y dispone en estos casos y aunque su popularidad iría en aumento y los resultados de sus siguientes trabajos fueron excepcionales, de algún modo perderían esa “autenticidad” que habían mostrado con “Southside”. Con el paso del tiempo llegarían los experimentos y la bajada a los infiernos, pero ésa es otra historia.
LISTA DE LOS AÑOS 80
Tras nuestra doble página central, continuamos con el repaso a las listas de otras décadas y para ello viajamos hasta la que se estrenaba el 15 de mayo de 1988 que presentaba como grandísima novedad la entrada en lista de una de las canciones más importante de finales de los 80 en lo que al pop español se refiere. Su protagonista es el inimitable y único Tino Casal.
Pero para contar como es debido la historia de esta canción hemos de ponernos en antecedentes. Corría el año 1984 cuando la gira promocional de su álbum “Hielo Rojo” estaba llegando a su fin. En una de sus actuaciones en directo, Tino sufriría una torcedura en su tobillo que le provocaría un fuerte esguince. Pese a las recomendaciones médicas de tratarse y guardar reposo, él se automedicaría a base de calmantes y antinflamatorios sin dejar de seguir subiéndose al escenario durante dos meses más.
Como no podía ser de otra manera, la lesión fue a más y terminaría sufriendo una necrosis que casi le cuesta la vida. De hecho recibiría incluso la extrema unción, aunque afortunadamente, por esta vez, iba a burlar a la muerte consiguiendo recuperarse, aunque muy lentamente, teniendo que ir en silla de ruedas durante una buena temporada y con secuelas importantes que le llevaría a partir de ese momento a tener que utilizar un bastón, algo que él, una vez más, utilizaría como adorno de sus indumentarias y se convertiría en una de sus señas de identidad a partir de ese instante.
Muchos aprovecharían esa larga convalecencia para darle por acabado artísticamente. En el mundo de la música, si no se te ve, si no se te escucha, si no se sabe nada de ti terminas por “caducar”, pero Casal demostraría de la pasta de la que estaba hecho e iba a reinventarse para volver, y a lo grande, al primer plano del panorama musical español.
Bajo la producción de Julián Ruiz, Tino se marcharía a Londres para grabar un nuevo disco, centrándose en lograr la mayor perfección en uno de sus temas que iba a ser el gran atractivo del mismo y que se iba a convertir en un grandísimo éxito y en una de las mejores canciones de finales de los 80 en nuestro país, alcanzando también cierto éxito a nivel internacional.
Para esta gran ocasión, Casal contaría con la colaboración de la mismísima London Philarmonic Orchestra junto a la de ese genio de la producción que llevaría a la cima del éxito a The Alan Parsons Project llamado Andrew Powell. Con semejantes colaboradores y con un Casal que se encontraba en un momento de voz verdaderamente espectacular nacería su versión del clásico de Barry Ryan de 1968 “Eloise”.
El éxito que cosecharía con esta canción sería descomunal. Tino había puesto toda su energía en este tema hasta el extremo de que tardaría nada más y nada menos que seis semanas en terminar su grabación, ya que quería que quedara perfecta, algo que finalmente conseguiría.
Normalmente, cuando algún artista versiona un tema de otro el original siempre está por encima. En esta ocasión no sería así, ya que la versión de Casal sería considerada como muchísimo mejor que el original, hasta el extremo de que en el Reino Unido le propondrían publicar una versión en inglés y el propio Barry Ryan reconocería la gran calidad de la versión.
Los británicos quedaron cautivados con los registros a los que el asturiano fue capaz de llegar con esta canción, así que volvió a meterse en el estudio de grabación para llevar a cabo la versión en inglés. Lo cierto es que el bueno de Casal estaba capacitado para muchas cosas, pero los idiomas no eran lo suyo y su vocalización en inglés era bastante floja, por lo que tras intentarlo durante unas semanas, finalmente decidió declinar la oferta y volver a España donde se había convertido ya en uno de los referentes musicales del momento.
En nuestra lista permanecería durante 34 semanas llegando a alcanzar el puesto número 1, como no podía ser de otra manera. Ésta sería la última ocasión en la que disfrutaríamos de su música en las listas graminoleñas ya que en septiembre de 1991, cuando regresaba de una noche de fiesta en una de las discotecas de moda del modernismo madrileño, el coche en el que viajaba se empotraba contra una farola y Tino fallecía de camino al hospital sin que el personal sanitario pudieran hacer nada para salvar su vida.
LISTA DE LOS AÑOS 90
Como estamos pudiendo comprobar, las listas graminoleñas que estamos analizando en el número de hoy no están siendo demasiado pródigas en cuanto a novedades se refiere, tónica que continúa con la que se estrenaba el 17 de mayo de 1998 que registraba también una única nueva entrada, protagonizada de igual forma que la lista de los 80 por uno de los grandes artistas de nuestro país que también fallecería de forma trágica. Estoy hablando del indispensable Antonio Vega.
Habían transucrrido cuatro años desde la publicación de su anterior trabajo y no por falta de creatividad sino más bien por falta de salud, ya que en esos tiempos los problemas con las adicciones de Antonio le estaban llevando a un camino sin salida que terminaría llevándoselo por delante. No es de extrañar entonces que sus habituales seguidores estuviesen encantados de que aquel año 1998 saliese al mercado un nuevo álbum bajo el título de “Anatomía de una Ola”.
Nos encontramos ante uno de sus discos más tranquilos e intimistas, con un sonido acústico bastante marcado al que el propio Antonio calificaba como un auténtico mar de sonido en el que cada una de las canciones que lo integran es una ola, una de las cuales alcanzaba la playa de nuestra lista donde permanecería durante 24 semanas para llegar al top 16.
La canción en cuestión es “Mi Hogar en Cualquier Sitio”, un tema con la habitual sensibilidad que siempre la ha dado Antonio a sus canciones con unos arreglos de guitarra verdaderamente espectaculares. Buena música, como siempre.
LISTA DEL NUEVO MILENIO
Siguiendo las líneas marcadas en el día de hoy por las listas graminoleñas, la que se estrenaba el 11 de mayo de 2008 tampoco presentaba ninguna nueva entrada que llevarnos a los oídos, así que aprovechando la coyuntura voy a darme el gustazo de ofreceros una canción que triunfaba en aquella época de una banda estadounidense que a mí me parece de lo mejorcito que corre por ahí y que tras nueve años en la carretera por fin rompieron a lo grande convirtiéndose en profetas en su tierra.
Me estoy refiriendo a Kings of Leon, un grupo formado por los hermanos Caleb, Nathan y Jared Followill y su primo Mattheww Gollowill y que toman su nombre del del padre y el abuelo de los tres hermanos que se llaman Leon. Como vemos absolutamente todo queda en casa.
Llevaban publicando discos desde el año 1999 y aunque en el Reino Unido y parte de Europa sí que estaban cosechando el favor del público, en los Estados Unidos no eran capaces de conectar con el público debidamente. Las cosas cambiarían en el año 2008 con la aparición en el mercado de su cuarto álbum titulado “Only By The Night” que les convertiría en una de las bandas más aclamadas de aquel año en Norteamérica lanzándoles definitivamente al éxito.
Se trata de un grandísimo disco con muy buenas canciones entre las que destaca “Use Somebody”, un auténtico lujo de una de las grandes bandas norteamericanas de los últimos tiempos.
TAMBIÉN ES MÚSICA
La semana pasada dedicábamos esta sección a tres actores que triunfaron en su momento en destacadas series televisivas. Pues bien, aprovechando este hilo conductor, en el número de hoy no vamos a abandonar el mundo de la televisión que tantas y tantas veces se vincula estrechamente con el de la música. En esta ocasión vamos a ocuparnos de los temas centrales de tres series de bastante éxito en distintas épocas que se hicieron bastante populares aunque su simpleza fuese más que evidente. Así pues, nuevamente la sección que se encarga de esa “otra música” se adentra en la televisión.
Para empezar viajamos hasta los años 70, concretamente hasta el año 1978, para recordar el tema central de una serie basada en una novela escrita por Alberto Manzi titulada Orzowei. Esta canción se haría bastante popular en gran medida a que sería obra de un dúo italiano especializado en bandas sonoras de películas y que desde hacía algunos años se había encargado también de poner música a algunas series televisivas producidas en su país.
Este dúo estaba formado por los hermanos Guido y Maurizio de Angelis y artísticamente se hacían llamar Oliver Onions. Bastante populares en el panorama cinematográfico italiano, dos años atrás habían logrado un rotundo éxito con el tema central de otra serie, “Sandokan”, y en el año 1978 repitirían fórmula con “Orzowei” haciendo muy popular aquello de “Corre muchacho ya, no te detengas más”. Éramos unos tiernos niños y nos conformábamos con muy poco para ponernos a cantar y bailar, ¿no creéis? Por cierto, os dejo la versión en italiano ya que la versión en español no la he encontrado.
Seguimos nuestro recorrido de hoy por la música de algunas series televisivas de éxito con uno de esos casos en los que la audiencia la respalda de tal modo, en gran medida de manera sorprendente, que permanece en antena durante prácticamente diez años, concretamente entre 1977 y 1986. Una de esas series familiares y simplonas que se emitían por televisión española los sábados por la tarde y cuyos personajes adquirieron una tremenda popularidad. Estoy hablando de “Vacaciones en el Mar”.
El capitán Stubing y su hija Vicky, la Directora Julie McCoy, el camarero Isaac, el Doctor Adam Bricker y el Sobrecargo Smith son los nombres de los protagonistas de esta serie que vista desde el transcurso del tiempo resulta un tanto … como diría yo … empalagosa, aunque cuando permaneció tanto tiempo en antenta y con una cuota de popularidad y seguimiento tan grandes algo tendría, digo yo.
Está claro que si cada semana durante diez años escuchas una y otra vez el tema central de esta serie, que sonaba siempre al principio del correpondiente capítulo en su cabecera de presentación, esa canción termina convirtiéndose en una de las que conforman la banda sonora de tu vida. El tema en cuestión corría a cargo de un cantante norteamericano llamado Jack Jones que al parecer tenía bastante aceptación en los Estados Unidos, aunque por aquí, a excepción de por esta canción, era un perfecto desconocido.
Así que aquí os dejo para vuestro deleite este “Love Boat” que al igual que la serie resulta un tanto … empalagoso. Demasiada dulzura para mi paladar.
Para quitarnos tanta dulzura vamos a cerrar la sección de esa otra música del número de hoy con otro tema central de una serie televisiva bastante más reciente y, sobre todo, de bastante más calidad, ya que con el paso de los años el nivel de estas canciones ha subido de manera más que evidente.
La mayor calidad se refleja tanto en la serie en sí como en su tema central. Se emitió en nuestro país entre los años 2003 y 2007 y sin ser una serie rompedora ni convertirse en un clásico sí que es cierto que logró buenos índices de audiencia. Su título: “The O.C.” que no quiere decir otra cosa que “Condado de Orange”.
La música de cabecera de esta serie correría a cargo de una banda denominada “Phantom Planet” que un año antes del estreno de la misma había publicado un álbum bajo el título de “The Guest” y entre las canciones que lo integraban estaba este “California” que se convertiría en el mayor y único éxito verdaderamente reseñable de su carrera. Después de esto poco más, pero creo que la canción merece bastante la pena.
Estos son solamente tres de los numerosos temas que podrían venir a esta revista en esta sección relacionados con las bandas sonoras de series televisivas. Como habréis comprobado hay de todo, como en botica, por lo que será habitual que retomemos de vez en cuando el tema, unas veces para disfrutar de buena música, que la hay y otras … vosotros ya me entendéis.
LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA
Vamos ya con la página más atípica de la revista ya que normalmente las despedidas suelen ser tristes, pero en nuestro caso son despedidas para disfrutar de buena música y endulzarnos los oídos hasta dentro de siete días que volvemos. Así pues, todo el mundo a disfrutar de las tres últimas canciones que “La Graminola” nos ofrece a continuación.
EFEMÉRIDE
La efeméride de hoy viene de la mano del que puede considerarse precursor del funk y del rap, el a veces estrafalario y siempre genial Johnny Guitar Watson, genio y figura durante toda su carrera.
Nos encontramos ante un personaje peculiar donde los haya pero que además se convirtió en figura esencial para entender la evolución que la música fue experimentando a partir de los años 70. Un guitarrista excepcional pero que terminó siendo abducido por el personaje que representaba y adquiriendo más popularidad por sus extravagancias que por su música, que era buena, muy buena.
Durante sus primeros tiempos, finales de la década de los 50 y toda la década de los 60, se convirtió en uno de los referentes del blues y el soul que se hacía en los Estados Unidos. Su manera de tocar la guitarra, su creatividad y su capacidad de improvisar colocaron a Johnny Guitar Watson en uno de los niveles más altos de la música de aquella época.
Con la llegada de los 70, atraído por el auge que la música disco estaba logrando en esos instantes, decidiría darle un giro total a su carrera, convirtiéndose en uno de los símbolos más significativos del funk, transformando no solamente su música sino que también su imagen y su forma de comportarse, convirtiéndose en un auténtico showman con un aspecto marcadamente chulesco, con dientes dorados, sombreros de ala ancha, llamativos y coloridos trajes, gafas de sol y anillos y cadenas de oro gigantescos.
Justo en ese instante llegaría su época dorada y de mayor éxito hasta el punto de que su capacidad de constante innovación le llevaría a convertirse en el auténtico precursor, el auténtico pionero del rap. Con la llegada de los 80 poco a poco empezó a perder fuelle, al igual que la música disco, pero nos dejaría muchos momentos brillantes como por ejemplo este “Superman Lover”, posiblemente su tema más reconocido, con el que rendimos el merecido homenaje para conmemorar el vigesímo segundo aniversario de su muerte.
LA EDAD DE ORO DE LA MÚSICA ESPAÑOLA
Empezaron a todo trapo y apuntaban buenas maneras, pero las discrepancias entre los miembros del grupo terminarían por acabar con ellos. Se hacían llamar RH+ y solamente uno de ellos tendría continuidad y éxito.
En la historia de la música española ha sido bastante habitual que surgieran grupos y solistas que de entrada lograrían un considerable éxito para de manera inmediata desaparecer del mapa, algo que durante los primeros años de la década de los 80 sucedería bastante a menudo en nuestro país. El caso de RH+ es bastante curioso, porque si bien su carrera fue bastante efímera, los mimbres eran bastante buenos y uno de sus componentes lograría el éxito definitivo poco después con su propio grupo.
Javier Vargas fue el fundador del grupo tras haber formado con anterioridad otra banda mientras realizaba el servicio militar aunque sin demasiado éxito. Antes de la aparición de RH+, Javier había formado parte del grupo de acompañamiento del mismísimo Miguel Ríos como guitarrista, pero necesitaba más, necesitaba su propio grupo y lo por fin lo lograría.
De esta manera nacerían RH+, un grupo de corte claramente rockero y que con su irrupción parecía que podían tener recorrido. Su carta de presentación llegaría en el año 1983 con la canción “Transparente Maniquí”, que se convertiría en todo un éxito. Sin embargo, las discrepancias entre los miembros del grupo sobre el estilo que querían trabajar les llevaría a separarse tras publicar tan solo dos discos. Eso sí, uno de esos miembros, Nacho Campillo, poco después lograría el éxito con su propia banda, Tam Tam Go.
NOVEDAD
Kylie Minogue está de vuelta y acaba de publicar nuevo disco. En él sorprende a propios y extraños con un sonido renovado con el que hace una pequeña incursión en el mundo del country sin abandonar sus habituales registros de música para bailar. Un disco diferente a todo lo que ha hecho durante su carrera. Un disco que cuanto menos llama la atención.
Acaba de salir al mercado el último disco de estudio, y ya van 14, de la australiana Kylie Minogue, una de las artistas femeninas del planeta pop con mayor prestigio y recorrido, quien siendo ya una ilustre veterana sigue codeándose con las artistas más jóvenes que han ido surgiendo con el paso de los años. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero puestos a comparar creo que Kylie las supera a casi todas ellas.
La australiana no para de reinventarse y sin perder sus habituales señas de identidad de música concebida principalmente para bailar, en esta oportunidad ofrece un álbum titulado “Golden” en el que el toque country está muy presente. De esta manera, su sonido eminentemente electrónico no se pierde pero da un ligero giro hacia tonos más cercanos al pop y unos arreglos de guitarra con el genuino sabor del country. Un disco bastante original y recomendable, incluso para los que no sean demasiado fans de Kylie.
El primer sencillo del álbum muestra bien a las claras las modificaciones experimentadas ofreciendo un sonido bastante original que podría denominarse country-dance. Se trata de “Dancing”, un tema en el que el sonido de la guitarra lleva el mando al principio para terminar rompiendo con un reconocible sonido electrónico que invita a bailar y a disfrutar de la música. Un magnífico retorno a la actividad musical de la siempre admirada Kylie Minogue.
Las críticas que ha recibido este disco han sido en general bastante generosas, hasta el punto de decir que “Dancing” es una de las mejores composiciones de su carrera. Exagerado o no, lo cierto es que en esta ocasión Kylie nos ha sorprendido a todos con un sonido bastante especial.
Esto ha sido todo por hoy. Hemos tenido buena y variada música y en siete días renovaremos el repertorio en el siguiente número de “La Graminola”.
Hasta entonces, Graminoleños.
JUAN JOSÉ GOMARIZ