Revista Música

La graminola – número 43 – 20 de septiembre de 2018

Publicado el 19 septiembre 2018 por Perendengon

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.

Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En “Los Pioneros” rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección “También es Música” le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música española.

Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.

NUESTRA PORTADA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Cuando entró en lista ya nos dio la impresión de que el verano podía ser suyo. Álvaro Soler hace méritos para convertirse en el poseedor de la canción del verano y de momento asalta el número 1. Junto a él, la novedad de la entrada en lista de un nuevo tema de C. Tangana.

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La sección de “Los Pioneros” de hoy se queda en España y está protagonizada por El Aviador Dro y sus Obreros Especializados, auténticos precursores del tecno en nuestro país.

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Los protagonistas de la músico de los 70 del día de hoy son Tommy James & The Shondells y nos regalan los oídos con un auténtico clásico del rock de siempre.

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La música de los 70 nos llega de la mano de una artista mayúscula como es Patti Smith. Si a eso le sumamos que la canción que nos ofrece es obra de Bruce Springsteen y que cayó en sus manos por casualidad, pues que más se puede pedir, simplemente sentarnos a disfrutar de su sonido.

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El póster central de nuestra revista de hoy es una auténtica joya … y la semana que viene también porque dividimos esta gran obra en dos partes para disfrutarla como es debido. Nos la trae ese talento indestructible que es Brian Wilson quien 40 años después terminaría el álbum que no fue capaz de grabar con sus eternos The Beach Boys. Todos a sonreir con la primera parte dedicada a “Smile”.

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Entre las tres canciones que nos trae la lista de los 80 destaca la que puede considerarse como una de las precursoras de la música de DJs en nuestro país: MAX-MIX.

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La única canción que disfrutarermos en el apartado dedicado a la década de los 90 es un tanto atípica ya que nos llega desde Brasil pero no es samba, ni bossa-nova ni nada por el estilo, sino que es una balada, algo que llama poderosamente la atención. Éste era el terreno en el que se movían los chicos de aquí al lado que se hacían llamar So Pra Contrariar y que se presentaban en nuestro país en ese instante.

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El último repaso a las listas de otras épocas tiene como protagonistas a Yves Larock y a un dúo de hermanos que nos invitan a rumbear en cada disco. Ya sabéis quien son.

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La sección de “También es Música” finaliza hoy su recorrido por las canciones más veraniegas que han acompañado nuestras vidas. Llega el momento de cerrar capítulo y lo hacemos con tres canciones que hablan del verano pero con la pena de que se acaba. A partir de la semana que viene retoma esta sección su formato habitual con música hecha de esas otras maneras.

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La contraportada de esta semana viene como siempre con tres canciones para disfrutar, pero el protagonismo más claro se lo lleva Paul McCartney de cuya mano nos llega la novedad de hoy. Acaba de publicar nuevo álbum y a pesar de ser ya un abuelillo sigue manteniendo intacto su talento. Ojalá todos los músicos estuviesen hechos de su pasta.

LA LISTA DE LA GRAMINOLA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Iniciamos como siempre el recorrido a través de la música que semanalmente nos ofrece nuestra revista favorita con el repaso a las novedades más ¿destacadas? que presenta la lista de actualidad que estrenábamos el pasado domingo día 16 de septiembre. En esta ocasión tenemos cambio en el número uno y una nueva entrada. Vayamos con ellas (no hay más remedio).

Tras un segundo ciclo de tres semanas en el puesto más alto de la lista, Luis Fonsi y Demi Lovato abandonan esa posición tan privilegiada, parece que en esta ocasión definitivamente, con su “Échame la Culpa”. En total han sido diez las semanas que han ocupado el liderato, lo cual no está nada mal. Su sucesor es un joven artista que llevá algún tiempo pegando fuerte con unas canciones desenfadas e impregandas de ritmo latino, siendo capaz de mantenerse de momento lejos de los sonidos reggaetoneros que tanto nos apabullan. Estoy hablando de Álvaro Soler.

En breve saldrá al mercado el segundo álbum de su carrera titulado “Mar de Colores” y como anticipo publicó poco antes del verano un sencillo titulado “La Cintura” que habla de un joven que no tiene ningún salero para bailar pero a fuerza de mover la cintura va aprendiendo, algo que le sucede a él mismo ya que nunca ha sido un virtuoso del baile. Continuando con su progresión artística ha conseguido en esta ocasión situarse en el número uno, por lo que queda claro que habrá que seguir de cerca su carrera en los próximos tiempos.

La única entrada de la semana que presenta la lista graminoleña redunda en el sonido de siempre y nos llega de la mano de un madrileño que poco a poco se ha ido abriendo camino en el panorama musical de nuestro país a base de rapear y hacer reggaetón, así como darse una publicidad bastante más que evidente a base de crear polémica tanto con las letras de sus canciones como con sus declaraciones.

Se trata de C. Tangana quien ya levantara cierto revuelo con la letra tachada de machista de su primer éxito, “Mala Mujer”, y que ahora acentúa su inmersión en la música latina del momento buscando abrirse camino en el mercado Hispanoamericano.

La canción elegida para la ocasión lleva el título de “Bien Duro” y está inspirada en la España de finales de los 70, en la que las drogas y la delincuencia juvenil con personajes como “El Vaquilla” o “El Torete” adquirieron una tremenda popularidad. Por este motivo no es de extrañar que el videoclip promocional haga constantes guiños a películas como “Navajeros”, “Perros Callejeros” y similares. Triunfar no sé si triunfará pero pasar desapercibido ya os digo yo que no.

LOS PIONEROS

Para ser pionero dentro de la música no es indispensable haber iniciado la carrera musical en los 50 o los 60, simplemente basta con ser innovadores y de repente sorprender a todos con un sonido nunca hecho antes y una imagen y una capacidad de atraer bastante grande. Tampoco es exclusivo de artistas norteamericanos o británicos, aquí también tenemos algunos casos. Los protagonistas de hoy encajan en estas premisas ya que son españoles y su sorprendente aparición se produciría a finales de los 70, en plena ebullición de “La Movida”. Ellos son El Aviador Dro y sus Obreros Especializados, más popularmente conocidos como Aviador Dro y que a base de música moderna realizada con sintetizadores se convertirían en el grupo pionero en hacer tecno en nuestro país.

El grupo nacería gracias a la inquietud de dos jóvenes amigos llamados Servando Carballar y Arturo Lanz que se sentían atraídos por la música electrónica que realizaban bandas como Devo o Kraftwerk y que desde el primer momento se mostraron interesados en la involucración en causas culturales y sociales, convirtiéndose en únicos en su especie. Era la época en la que el tecno-pop surgió con una inusitada fuerza y ellos iban a ser los responsables de que algunos músicos de nuestro país decidieran dar el paso y realizar este tipo de música, algo nada habitual.

Tras pasar por algunos grupos y proyectos menores, ambos pondrían un anuncio en una revista destinado a personas interesadas en formar un grupo musical con la única premisa de ser amantes del “Krautrock”, que es como se conocía a la forma de hacer música de los alemanes Kraftwerk, su auténtica fuente de inspiración. Tras el oportuno cásting, el grupo quedaría formado por ellos dos y Juan Carlos Sastre, Gabriel Riaza, Andrés Noarbe, Manuel Guío y Alberto Flórez. Aviador Dro son en ese instante una realidad.

Así pues, hoy no nos vamos demasiado lejos en el tiempo y nos situamos a principios de los 80 para dar la bienvenida a los pioneros de la música electrónica en nuestro país para disfrutar de algunos de sus temas más importantes y representativos, auténtica historia de la música hecha en España.

LA CHICA DE PLEXIGLÁS

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En el año 1980 se dan a conocer al quedar en tercera posición en el Concurso de Rock Provincia de Madrid, lo que les daba derecho a publicar un sencillo. La canción elegida sería su carta de presentación y, como no podía ser de otra manera, iba a provocar todo tipo de reacciones. Es lo que tiene el innovar y ofrecer algo que no se ha visto y escuchado antes, o te adoran o te odian.

Su puesta en escena era excepcional. Lucían monos negros y gafas de protección de las que usan los soldadores industriales y en sus actuaciones en directo lanzaban octavillas en las que exponían su manera de entender la vida bajo una ideología que ellos denominaban “Revolución Dinámica”, basada en la lucha contra las dictaduras, el fascismo o la Iglesia. Si a eso le sumamos una música que nunca antes se había hecho en nuestro país nos encontramos ante un cóctel explosivo que pillaría con el pie cambiado a todos los aficionados a la música moderna de nuestro país.

De esta manera no es de extrañar que ese primer sencillo no tuviera demasiada trascendencia comercialmente hablando, aunque con el paso de los años y gracias al éxito que la banda fue alcanzando posteriormente terminaría convirtiéndose en una especie de canción de culto. Podría decirse que “La Chica de Plexiglás” es el primer tema de tecno español en aparecer en el mercado.

SELECTOR DE FRECUENCIAS

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Lo cierto es que en sus primeros momentos no lo tuvieron nada fácil. Fueron muchos los que no les tomaron en serio. Pensaban que eran un grupo sin futuro, estrafalario, raro y que no iba a calar en el público. Su puesta en escena era considerada por esos críticos como ridícula y su manera de hacer música no acababa de encajar. No se daban cuenta de que lo único que sucedía es que iban por delante de los tiempos, iban muy por delante de los demás.

Afortunadamente sí que hubo gente que se dio cuenta de su potencial. En el año 1979 se estrena en Radio 3 de Radio Nacional de España un programa dedicado a la música de grupos y solistas que ofrecen cosas nuevas, presentado por Xabier Moreno. Éste asiste a una de sus actuaciones en vivo y se da cuenta de que eran unos auténticos visionarios y que iban un paso por delante de todos los demás, dándoles la oportunidad de grabar con discos “Chapa” un primer EP con cuatro canciones. La maquinaria se había puesto en funcionamiento.

Sin embargo, su repercusión mediática no es la esperada y las ventas del disco tampoco, por lo que las puertas comienzan a cerrarse para ellos, dándose cuenta de que iba a ser muy complicado que ningún sello discográfico apostara por ellos. Por este motivo toman una decisión fundamental para entender la historia de la música española desde aquel momento, la de crear su propio sello bajo el nombre de DRO, siglas de “Discos Radioactivos Organizados”. Esta discográfica fue básica para que tantos y tantos grupos españoles que empezaban y por los que nadie se decidía a apostar terminaran abriéndose camino en el mundo de la música de nuestro país.

De esta manera aparecería en el mercado el que iba a ser su primer álbum, titulado “Alas Sobre el Mundo”, con el que iban a a dar el paso definitivo para darse a conocer como es debido y llamar la atención de más público y, sobre todo, de los críticos especializados en la materia. Se trata de un disco que puede considerarse como el verdadero “catecismo” del tecno hecho en nuestro país. Con él empezó todo.

Dentro de ese disco se incluye una de las canciones más importantes de su carrera. Se trata de su primer gran éxito y de una de las composiciones más espectaculares del tecno español. En ella dan muestra de todo lo que eran, tanto en su manera de hacer música, como en la forma de entenderla. Estoy hablando de esa auténtica joya que es “Selector de Frecuencias”.

EL COLOR DE TUS OJOS AL BAILAR

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Desde ese momento no solamente se convirtieron en el grupo de tecno español más popular y de mayor éxito sino que también mantuvieron la etiqueta de innovadores y avanzados a su tiempo porque su evolución era constante a la hora de componer e interpretar. Su imagen era uno de los iconos del pop español de los 80 y ya nadie les consideraba ridículos sino todo lo contrario.

De esta manera, la inteligencia a la hora de entender cada momento de Servando Carballar les haría ir siempre un paso por delante de los demás, por lo que fueron los primeros en darse cuenta de la evolución que estaba mostrando el tecno de los ochenta hacia un sonido más bailable y discotequero, algo que plasmarían bien a las claras en el álbum que publicarían en el año 1985 bajo el título de “Cromosomas Salvajes”.

Este disco está considerado por muchos como el mejor de toda su carrera y además es el que más ventas les ha reportado en su larga trayectoria. En él se incluyen algunas de las canciones más significativas del tecno español, siendo una de ellas la que más viene a mostrar esa evolución hacia un sonido más discotequero aunque sin perder en ningún momento su verdadera esencia tecno.

Me estoy refiriendo a “El Color de tus Ojos al Bailar”, una espectacular canción con una estructura muy trabajada y una puesta en escena espectacular. Ese “dub dub dub …” del comienzo es ya parte de la historia de la música de nuestro país y los coros femeninos añaden un toque novedoso a lo hecho hasta ese instante. Eso por no hablar del trepidante ritmo de tiene esta composición. Yo no sé cual sería el color de los ojos, pero que nos pusieron a bailar es toda una realidad.

Ya sabéis que lo normal es que la sección de “Los Pioneros” cuente con tres canciones cada semana, pues bien, en esta ocasión voy a hacer una excepción y por el mismo precio os voy a ofrecer una cuarta composición ya que dentro de este “Cromosomas Salvajes” se incluía la que para mí es el mejor tema de toda su carrera. Así que vamos con la “bola extra” de hoy.

LA CIUDAD EN MOVIMIENTO

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Como ya os digo, este disco se sumergió un tanto en las aguas de la música más bailable, lo que algunos catalogarían como más comercial (como odio ese calificativo). Pero no todas las canciones que integran el álbum tienden a esa evolución, algunas de ellas mantienen todas y cada una de las constantes que habían caracterizado su sonido hasta ese instante. La que viene a continuación, el regalo extra de esta semana, es una de ellas.

Se trata de una canción que lleva implícita otra de sus señas de identidad, la inspiración a la hora de crear sus letras de temas de ciencia ficción, distópicos, mitológicos, futuristas y similares. En esta ocasión su fuente de inspiración sería nada más y nada menos que Orwell, uno de los auténticos reyes de la distopía.

Además, este tema fue grabado con la tecnología más adelantada del momento. Cierto es que ahora esos medios están obsoletos, pero por aquel entonces, año 1985, el sistema digital daba sus primeros coletazos y como no podía ser de otra manera, ellos iban a ser de los primeros en dominarlo a la perfección. Con todos estos condicionantes nos es de extrañar que nos regalaran otra auténtica joya como es “La Ciudad en Movimiento”.

Aún en nuestros días, Aviador Dro y Sus Oberos Especializados siguen en activo. Durante todos estos años no han parado de evolucionar y tras convertirse en los auténticos pioneros de la música tecno en España han sido capaces de adentrarse en la música electrónica de nuestros días inspirando también a los que desde nuestro país intenta abrirse camino en este estilo.

Autodidactas, únicos, creadores, auténticos, innovadores, avanzados, visionarios, espectaculares. Todos estos calificativos encajan a la perfección con su música, su talento y su importancia en nuestra música. Convivieron con el resto de los artistas de “La Movida” que en un primer momento les miraban por encima del hombro considerándolos unos bichos raros.  Incluso lo de utilizar nombres en clave como “Sincotrón”, “Biovac N”, “32-32”, “Multiplexor”, “Hombre Dinamo”, “Placa Tumbler” o “Derflex” para denominar a los miembros del grupo al principio se consideró como una chorrada y no mucho tiempo después se transformaría en una tónica habitual para otros grupos. Afortunadamente, terminarían por darse cuenta de que eran uno de los suyos, eran uno de los nuestros.

LISTA DE LOS AÑOS 60

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Tras disfrutar de la sección pionera a la española del día de hoy, comenzamos con el habitual repaso a las listas de éxitos de “La Graminola” de otros tiempos, para lo que nos situamos en el 16 de septiembre de 1968, momento en el que se producía la entrada en nuestro ránking de un gran clásico del rock de todos los tiempos y que hace muy pocas semanas disfrutábamos en la versión de Billy Idol.

Sus protagonistas son Tommy James & The Shondells, un grupo que se encontraba en el mejor momento de su carrera por aquel entonces y que tras unos inicios vinculados al rock & roll más genuino habían ido evolucionando hacia un sonido más pop, abranzando el denominado “Bubblegum Pop”. Sin embargo, la evolución que estaba teniendo la música a finales de los 60, retornando de algún modo al sonido revival del rock de finales de los 50 les llevaría a realizar algunos cambios a la hora de componer que darían como resultado el que iba a ser el mayor éxito de toda su trayectoria.

De esta manera, volverían de algún modo a sus raíces para regalarnos todo un clásico como es “Mony Mony”, un tema intenso de principio a fin, con un contundente inicio de batería y un riff de guitarra continuo que es ya historia de la música. Con ella nos visitarían durante 41 semanas para alcanzar el puesto número 2 como mejor registro. Además, supondría el asalto definitivo al mercado discográfico de los Estados Unidos que se les había resistido hasta ese instante.

La elección del título de esta canción tiene una curiosa historia tras de sí. Una vez que estuvo terminada no acababan de encontrar el título definitivo, algo importantísimo ya que se repetía hasta la saciedad en la letra. Mientras estaban en el estudio de grabación, Tommy y otro de los miembros de la banda subieron a la azotea del edificio para tomar un poco de aire y darse un respiro. Desde allí divisaron el rótulo luminoso de un edificio llamado “Mutual of New York Building”, en el que aparecían sus siglas: “M.O.N.Y.” Al verlo se dieron cuenta de que ése iba a ser el título de su nuevo y definitivo éxito.

LISTA DE LOS AÑOS 70

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Viajamos diez años hacia adelante y nos situamos en el 16 de septiembre de 1978 para darnos cuenta de que la lista que se estrenaba aquel día no presentaba ninguna novedad en forma de entrada, por lo que toca improvisar y ya os aviso que el tema de hoy es una canción descomunal, compuesta por un artista descomunal e interpretada por otra no menos descomunal. Todo un clásico, toda una joya.

En el año 1978 Bruce Springsteen se encontraba enfrascado en la grabación de su álbum “Darkness in the Edge of Town” y entre las canciones que en un primer momento iban a ser incluídas en el mismo había una que no acababa de convencerle. Finalmente tomaría la decisión de no incluirla en su nuevo trabajo.

En el estudio de al lado se encontraba Patti Smith, que estaba trabajando en las canciones de su nuevo álbum, “Easter”. La hicieron llegar la canción desechada por Springsteen e inmediatamente la tomó como suya. Modificó un tanto la letra a su manera, la dotó de unos arreglos propios y la incluyó en su álbum, convirtiéndose en uno de los éxitos más rotundos de su carrera y en un auténtico himno. Por supuesto que me estoy refiriendo a “Because the Night”.

La figura de Patti Smith es fundamental en la historia de la música. En el año 1975 inició su carrera siendo denominada de inmediato como “La Madrina del Punk”, convirtiéndose en una defensora feminista de este estilo de música y en una referencia para muchos de los que vinieron después gracias a su manera de hacer poesía con unos temás contundentes y directos. Una auténtica artista con letras mayúsculas.

EL ÁLBUM DE LA SEMANA

El álbum que protagoniza el póster central de “La Graminola” de esta semana es un disco muy especial. Se trata de un disco que posee el récord de tiempo en ser acabado, ya que fue iniciada su grabación en el año 1964 y hasta 40 años después no aparecería en el mercado. Un disco descomunal, fundamental en la historia de la música, que comenzó siendo un proyecto de The Beach Boys y acabó siendo publicado por Brian Wilson en solitario.

Como muchos os estaréis imaginando estoy hablando de “Smile”, un álbum conceptual que surgió como acompañamiento de esa espectacular composición que es “Good Vibrations” y que por distintos motivos no acabó de ver la luz en su momento, convirtiéndose en un álbum inacabado cuando Brian Wilson cayó atrapado por las drogas y sus trastornos mentales, que le dejarían incapacitado durante muchos años, y dando al traste con cualquier posibilidad de continuidad en el grupo. Lo que estaba claro es que sin él “Smile” no podía salir adelante.

Muchas fueron las causas que impidieron que el disco viera la luz en el año 1964 firmado por The Beach Boys, pero lo cierto es que la espera de 40 años mereció la pena porque un talento como el de Wilson, ya recuperado para la causa musical una vez superados sus problemas mentales y de adicciones, daría como resultado un disco difícil de igualar como es este maravilloso “Smile”.

BRIAN WILSON / SMILE

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El disco de Brian Wilson, publicado en el año 2004 poco después de ser presentado en directo, presenta una estructura un tanto distinta a la original prevista para ser publicada en el año 1964 al frente de The Beach Boys. Algunas canciones han sido modificadas, incluso alguna ha cambiado de título, otras han sido suprimidas y hay algunas nuevas, pero la esencia final se mantiene intacta, con un sonido espectacular que lo convierten en una auténtica obra de arte.

Wilson estructuró el álbum en lo que el denominó tres movimientos. El primero de ellos se basa en los principios de la historia de Estados Unidos como nación, mostrando un compromiso patriótico bastante pronunciado. El segundo movimiento es el más personal e íntimo, ya que en él Wilson aborda el tema de la infancia y la paternidad. Para cerrar, el tercer movimiento se adentra en el terreno de la vida, mostrando en alguna de sus canciones unas letras bastante irónicas. De esta manera, la tierra, el agua, el fuego y el aire están representados metafóricamente en las composiciones que lo integran.

Dado que el total de canciones es de 17 y hay mucho que contar de cada una de ellas, en el número de hoy nos ocuparemos de las que forman parte del primer y segundo movimiento, para centrarnos la semana próxima en las del tercero. Como siempre os digo, agarraos que viene curvas y preparad vuestros oídos para disfrutar a lo grande del descomunal talento de Brian Wilson.

MOVIMIENTO 1:

Como os comentaba hace un momento, el disco está estructurado en tres movimientos. Lo cierto es que “Smile” podría calificarse como una especie de ensayo sobre la existencia, interpretada ésta al estilo “Wilson”. Este primer movimiento es el más genérico de todos ya que habla de la historia de América, sorprendiéndonos a todos con un patriotismo que hasta ese instante no había sido seña de identidad ni del grupo ni del propio Brian Wilson. De todas maneras tampoco es para sorprendernos demasiado porque esa capacidad de sorpresa siempre ha sido una de las señas de identidad de este grandísimo genio.

El disco es abstracto tanto en su concepción como en su música. Que nadie busque surf-rock o sonidos similares en él, aunque es inevitable que algunas gotas puedan aparecer en alguna de sus canciones. Estamos ante un trabajo fruto del talento de un Wilson cada vez más aislado del resto, sumergido en su propio mundo y en las alucinaciones que el consumo de drogas le provocaban. Eso sí, el disco en su conjunto no tiene desperdicio.

Algunas de las canciones fueron modificadas por Wilson con respecto a la versión original que iba a figurar en el que debía haber sido un trabajo con The Beach Boys en el año 1964. En algunas ocasiones esas modificaciones fueron fruto de adaptarlas a los tiempos que corrían cuando por fin lo acabó, año 2004, pero en otras muchas la causa no es otra que el estado en el que se encontraba cuando compuso las canciones originariamente era tal que no recordaba bien ni la letra ni la música. No hacen falta más comentarios al respecto, creo yo.

El álbum se abre precisamente con una de esas modificaciones con respecto al original. El tema con el que se da el pistoletazo de salida a esta joya lleva el título de “Our Prayer/Gee” y es una combinación entre uno de los temas instrumentales de la primera versión y un clásico del doo-wop obra de otro de los grupos punteros de los años 60.

La primera parte de esta “fusión” es “Our Prayer”, una breve introducción instrumental aderezada con unos coros mágicos, con la que Wilson demuestra que su talento compositor no tiene límites. De inmediato aparecen las primeras notas de un clásico del doo-wop que está considerado por muchos de los entendidos en la materia como el primer éxito de rock & roll de la historia de la música. Se trata de “Gee”, una canción originaria del grupo de The Crows que combinada con la introducción instrumental nos dejan un momento espectacular para iniciar nuestra andadura por el álbum.

A continuación llega uno de los temas más importantes del disco. Una composición mayúscula que pese a que el álbum no vio la luz en un primer momento, terminó convirtiéndose en uno de los clásicos de The Beach Boys.

Muchas fueron las causas por las que el álbum no fue finalizado en el año 1964. Una de ellas fue el fuerte enfrentamiento que Wilson mantenía con el resto del grupo a la hora de decidir que tipo de música realizar. Él era partidario de abandonar definitivamente el surf-rock para adentrarse en otros terrenos y hacer música de mayor calidad. Estaba obsesionado con pasar a la historia con el mejor álbum que jamás se hubiera concebido. Por su parte, el resto de los miembros de la banda eran partidarios de continuar con el mismo estilo de siempre, ya que con esa manera de hacer música habían logrado alcanzar el estrellato. Las posturas estaban muy distantes y la tensión no paraba de crecer.

De cualquier modo, en mi modesta opinión, creo que algo de envidia también se palpaba en el ambiente, porque mucho apostaban los demás por continuar haciendo “surf-rock” pero en cuanto pudieron fueron publicando algunas de las canciones compuestas por Wilson para Smile en sucesivos discos del grupo. Tontos no eran, no.

La canción que viene a continuación es uno de los ejemplos de lo que os estoy comentando, ya que se convertiría poco después en uno de los clásicos de la banda. Se trata de una canción para la que Wilson utilizó una de sus técnicas llamativas de las que era tan amigo. Para lograr el sonido de piano que él quería colocó un cajón lleno de arena en el salón de su casa y sobre él situó el piano. Era un obsesivo a la hora de lograr sonidos y no escatimaba ningún esfuerzo a la hora de lograrlo.

Con estas premisas, no es de extrañar que “Heroes & Villains” se convirtiera en una de las composiciones fundamentales de “Smile”. Una canción que habla de los sueños que Wilson tenía y que muchos consideran autobiográfica. Una letra ambientada en los tiempos del oeste americano haciendo un guiño también a la historia de su país.

Otra de las causas por las que las relaciones de los demás miembros del grupo con Brian se fueron al garete fue la decisión que éste tomaría de contratar un letrista ajeno al grupo. Mientras se movieron en las aguas del surf-rock las letras hablaban de amores, de playa, de sol … y de surf, sin mayores pretensiones. Brian quería letras más profundas, que dijeran cosas pero estaba tan enfrascado en las labores de composición de la música del álbum que no tenía tiempo para crear las letras. Tenía las ideas en su cabeza, pero carecía de tiempo material para plasmarlas en palabras.

Por este motivo contrataría a Van Dyke Parks, uno de los letristas más ilustres de la época, para que fuera el encargado de crear las letras que encajaran en lo que él quería contar con su música, algo que no hizo otra cosa que empeorar las relaciones con sus compañeros de fatiga. Se sentían ninguneados porque daba la impresión de que The Beach Boys se estaban convirtiendo en únicamente el grupo de acompañamiento de Brian Wilson.

Con todas estas premisas no es de extrañar que la versión de algunas de las canciones que fueron compuestas en el año 1964 y definitivamente terminadas 40 años después sufrieran profundas modificaciones. Una de las más notables se produce en el tema que viene a continuación, el cual cambia incluso de título.

Esta canción llevaría inicialmente el título de “Do You Like Worms?” que traducido nos pregunta si nos gustan los gusanos, título sugestivo para darnos cuentas el momento mental que Wilson estaba atravesando. Lo curioso del caso es que cuando se puso manos a la obra en el año 2004 para acabarla se dio cuenta de que recordaba la melodía pero había olvidado totalmente la letra, por lo que acudió de nuevo a Parks para que le ayudase.

Entre los dos fueron capaces de terminarla añadiendo algunas modificaciones y transformándose en “Roll Plymouth Rock” una canción que irradia sonido de los auténticos Beach Boys en cada una de sus notas.

El álbum fue concebido por Wilson como un disco conceptual, motivo por el cual hay muchas partes instrumentales así como momentos muy especiales de voces sonando a coro como si de un instrumento más se tratase. De esta manera, algunas de las composiciones que lo integran son simples introducciones a los temas principales con una duración bastante breve, como sucede con la canción que aparece de manera inmediata en el disco.

Se trata de “Banyard”, una auténtica rareza de menos de un minuto de duración, que cuenta con sonidos de animales en su repertorio y que sirve como aperitivo a los temas que llegan a continuación. Definitivamente algo no funcionaba del todo bien en su cabeza, pero ahí es donde radicaba su todo su encanto.

Tras esta breve introducción llegan dos canciones enlazadas que tienen como punto común que ninguna de ellas son obra del talento compositor de Wilson ya que pertenecen ambas a otros artistas. Se trata de dos canciones que forman parte del legado de la música tradicional americana y que supone el punto álgido de ese homenaje que tributa a su país en este primer movimiento.

La primera de las canciones es “The Old Master Painter”, un tema compuesto por Beasely Smith en el año 1949, versionado en múltiples ocasiones y cuya letra habla de la grandeza del paisaje Americano gracias a la labor del Creador. Todo muy místico y religioso.

Esta composición enlaza sin solución de continuidad con “You Are My Sunshine”, uno de los temas más representativos del country más autóctono. Una canción popular publicada en el año 1939 que para que nos hagamos una idea está considerada como el auténtico himno oficial del estado de Louisiana. Con esto está todo dicho.

Realmente no se reproducen ambas canciones íntegras sino que son dos extractos de las mismas con una duración que no llega a los dos minutos. Con esta combinación Wilson intenta darle un aire místico y magnánimo a este primer movimiento, haciendo una excepción con un resultado final que no lleva su marca como compositor. Aún así la mezcla resultane es excepcional.

Llega entonces el momento de terminar ese primer movimiento, esa primera parte del álbum y, como no podía ser de otra manera, lo hace con una pequeña sinfonía en la que las continuas subidas y bajadas de tono son habituales y en la que el acompañamiento de piano se hace patente con una parte final coral al más puro estilo Beach Boys. Por mucho que cambiase, por mucho que progresase no podía renunciar a su esencia primitiva.

La letra de esta canción habla sobre los pensamientos que los trabajadores de nacionalidad china tenían mientras trabajaban en la construcción del ferrocarril en los Estados Unidos. Una escenificación que llega a la perfección con la utilización del bajo y los coros vocales para imitar el sonido que producían estas personas mientras trabajaban. Una vez más nos encontramos a un Wilson perfeccionista a la par que genial.

Se trata de una de las canciones que más problemas le causó en su día con sus compañeros de grupo, ya que su letra es enrevesada y metafórica hasta decir basta y el resto de la banda no acaban de entenderla. Pese a ello The Beach Boys la incluirían en el álbum que publicarían en el año 1969 bajo el título de 20/20.

Esta canción llevaría inicialmente el título de “Cabin Essence” pero en la versión final publicada en el año 2004 Wilson la transformaría en “Cabinessence”, todo junto, vayan ustedes a saber porqué.

MOVIMIENTO 2

Tras abordar el tema más patriótico y temperamental en el primer movimiento del álbum, se inicia el segundo en el que Wilson se muestra más intimista que nunca. Llegan una serie de canciones que por muchos están consideradas autobiográficas, yo no llegaría a tanto, en las que cuenta muchas de las sensaciones que manifestaba en el momento en las que las compuso. Siempre le costó relacionarse con los demás, vivía encerrado en su propio mundo, pero con las canciones que vienen a continuación abriría su corazón de par en par.

Para empezar nos ofrece una canción que ha recibido distintas interpretaciones. Las ideas que fluían por su cabeza a la hora de componer los temas que forman parte de este álbum eran tantas y su manera de entenderlas y manifestarlas tan complejas que era muy complicado algunas veces saber que es lo que realmente nos quería decir.

Esta canción se titula “Wonderful” y en ella Wilson utiliza la voz de una chica para contar lo que a él realmente le pasaba por la cabeza. Sus relaciones familiares fueron siempre bastante tormentosas. Las disputas con sus hermanos dentro de grupo eran constantes y todos le consideraban una especie de bicho raro. Su padre fue una persona autoritaria en exceso con él, eso por no hablar de la jugarreta que les regaló a todos cuando sin su permiso decidió vender los derechos de sus canciones por su cuenta y quedarse con el dinero. Así las cosas, para empezar Wilson nos habla de las obsesiones que le pasaban por la cabeza en las relaciones entre padres e hijos.

La versión inicial de esta composición era bastante más sencilla que la que finalmente publicó Wilson. Además había una estrofa que había sido omitida en su momento y que él recuperaría para la ocasión, dotándola de mejores arreglos y un atrayente sonido de órgano como acompañamiento.

Como ya os comentaba antes, algunas de las canciones fueron retocadas en la versión definitiva, pero la que se lleva verdaderamente la palma es la que aparece a continuación ya que podría decirse que la modificación que sufre es tan grande que podría considerarse una composición distinta. Por no conservar no conserva ni el título. Os lo cuento.

Cuando fue compuesta por Wilson su título era “Look”, pero cuando fue etiquetada para su posterior remasterización se produciría un error y lo haría como “I Ran”, siendo ésta su nueva denominación en un primer momento. Como vemos todo muy lioso, aunque la historia no acaba ahí.

Cuando 40 años después Wilson se puso manos a la obra para finalizar su trabajo, las cintas que contenían la parte vocal de esta canción no aparecerían por lo que se encontraría con una composición totalmente instrumental de la que no recordaba la letra. Gracias nuevamente a Parks conseguiría salvar la situación reescribiéndola por completo, actualizando su sonido y originando una versión que, además, cambiaría nuevamente de título.

El resultado final llevaría la denominación de “Song For Children”, una composición con unos espectaculares arreglos orquestales que vuelve a hablar de sus tormentos de niñez y de sus relaciones familiares. Una canción muy transformada que muestra el lado más intimista de Wilson.

El movimiento 2, la parte más vital e íntima de “Smile”, es bastante más corta en cuanto al número de canciones que lo integran si lo comparamos con el primer movimiento, pero la intensidad que tienen estas composiciones es tan grande y la profundidad de las letras tan evidente que lo convierten en el gran atractivo del disco, exceptuando, claro está, la mítica canción que lo cierra y que analizaremos en su momento.

A continuación nos encontramos nuevamente con una canción que prácticamente tuvo que ser reescrita de principio a fin. Lo único que se conservaba de ella eran los primeros esbozos que Wilson creo en su momento, es decir, una pieza totalmente instrumental que únicamente se rompe con un coro que entona solamente las palabras “niño” y “padre del hombre”. Como vemos una vez más las relaciones familiares salen a colación.

De esta manera, de nuevo la labor de Parks sería fundamental porque volvería a ayudarle a reescribir su letra, dejándonos como resultado una canción con un estilo lento y pesado en el que se relata como Wilson tuvo que madurar antes de tiempo, dejando muy pronto de ser un niño, algo que le obsesionaría sobremanera intentando convertirse en el hombre que siempre quiso ser pero que tanto le costaba alcanzar.

La canción en cuestión lleva el sugerente título de “Child is Father of the Man” y podría decirse que es en la que Wilson más se abre a los demás. Una especie de interludio que enlaza con la siguiente composición con la que se cierra el movimiento 2, la parte más vital de este magnífico “Smile”.

La manera que Wilson elige para cerrar esta parte más intimista del disco es una de las canciones más importantes del mismo. De hecho en un primer momento iba a ser el tema principal sobre el que iban a girar el resto de las canciones, protagonismo que le sería finalmente robado por “Good Vibrations”, pese a lo cual en ella se condensa todo lo que Wilson opinaba de la situación que él y el resto de The Beach Boys estaban viviendo en aquel instante.

Está escrita en sentido metafórico y aborda distintas situaciones que estaba viviendo en aquel momento. Hay cierta parte de crítica hacia la Guerra del Vietnam, tema muy recurrente como todos sabemos, un pequeño espacio para la espiritualidad y la búsqueda de sí mismo, pero sobre todo expone las diferencias que existían entre el resto de la banda y él a la hora de entender la música y la manera de vivir.

Y qué mejor que utilizar para ello el tema del surf-rock, haciendo alusión al estilo musical que les había convertido en auténticas estrellas y del que de alguna manera Wilson había empezado a renegar buscando otro tipo de música más evolucionada y de mayor calidad.

De esta manera, Wilson cierra el segundo movimiento con “Surf’s Up”, una canción en la que se burla de la anterior etapa del grupo, utilizando el surf-rock como una metáfora de lo que había sido hasta ese momento y lo que quería ser a partir de entonces. El surf es el pasado, una etapa quemada y el impulso hacia un futuro mejor en el que pueda encontrarse a sí mismo y, sobre todo, realizarse como músico.

Para que os hagáis una idea de la manera en la que veía el surf-rock en aquel momento os contaré que durante una discusión con sus hermanos en la que éstos defendían seguir utilizando ese estilo mientras que él quería evolucionar dándose cuenta de que tarde o temprano pasarían de moda, se produciría un momento genial. Sus hermanos le dijeron en un momento determinado que al menos su música le gustaba a sus fans, a lo que Wilson contestó que ni a los surferos les gustaba ya el surf-rock. Ante esa contestación, ver, oír y callar.

Aquí lo dejamos por hoy. Nos queda un buen puñado de canciones de “Smile” por desmenuzar, las correspondientes al movimiento 3 y de las que disfrutaremos la semana que viene. Así que ya sabéis, no os podéis perder el póster central de “La Graminola” dentro de siete días.

LISTA DE LOS AÑOS 80

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Continuamos ya con la segunda parte de la revista de esta semana y para ello viajamos hasta la década de los 80 para hacernos eco de las tres novedades que presentaba nuestra lista de éxitos que se publicaba el 18 de septiembre de 1988. Como en botica, tenemos de todo.

Ya os he hablado en alguna ocasión que durante la década de los 80 se hizo bastante habitual la publicación de algunos recopilatorios que recogían grandes éxitos del momento de la música para bailar, debidamente enlazados y remezclados por algunos de los DJs más populares de nuestro país. Estas creaciones fueron bautizadas como “megamix” y durante unos cuantos años, cada verano aparecía una nueva entrega que alcanzaba gran popularidad entre el público.

De todas estas “sagas” que fueron apareciendo en el mercado, la más exitosa sería la denominada “Max Mix”, que lograba cada nueva edición batir sus propios registros en cuanto a ventas. De cada una de ellas se grababa una especie de resumen de todo lo que contenía, con una duración no demasiado larga, con el objetivo de que fuese emitida por las radiofórmulas de nuestro país, gracias a lo cual alguna de ellas terminaría formando parte de nuestra lista.

Así pues, la primera de las tres entradas que registraba la lista graminoleña que estrenábamos aquel día era precisamente una de las entregas de este recopilatorio de remezclas. Se trataba de “Max Mix 6” y contaba con la música de gente como Tom Hooker, Kylie Minogue, Mel & Kim, Kurtis Blow, B.B.Q Band, Macho Gang, David Lyme, Ceejay y 49ers.

La formula terminaría agotándose ya que cada nueva entrega estaba obligada a evolucionar y reinventarse, algo que no era fácil. En esta oportunidad contarían con la novedad de introducir temas de otros tiempos así como abandonar el italo-disco como ritmo de referencia. De cualquier modo podría decirse que este tipo de discos serían la primera semilla al boom que poco tiempo después iba a suponer la irrupción como auténticas estrellas de los más afamados discjockeys de todo el mundo.

Por cierto, muchos os preguntaréis que pinta una grabación como ésta en la lista graminoleña. Todo obedece a que en aquella época no se separaban como se hacer ahora, las listas de ventas y éxitos de recopilatorios con respecto a la de los distintos artistas, por lo que era habitual que de vez en cuando alguna de estas canciones interpretadas por varios artistas se colara en nuestro ránking.

La segunda entrada de la semana nos la traía una de las grandísimas figuras de la música internacional de aquel momento y que poco a poco se iría convirtiendo en un juguete roto hasta acabar desapareciendo no hace mucho tiempo víctima de sus adicciones. Estoy hablando de la inimitable Whitney Houston.

Acababa de publicar su disco “Whitney” con el que había dado su salto definitivo al estrellato, convirtiéndose en una de las artistas que más discos vendía y logrando el reconocimiento generalizado de su música y, sobre todo, de su grandísima voz. Ya estaba a la altura de los más grandes.

Hasta ese instante se había movido siempre en el terreno de las baladas aprovechando esa impresionante capacidad vocal que poseía, pero con este nuevo álbum iba a sorprender a muchos con la inclusión de algunas canciones muy movidas, hechas para bailar con un ritmo trepidante, entre las que se encontraba la que colocaba en nuestra lista aquel 18 de septiembre de 1988.

Se trata de “Love Will Save the Day”, la canción más intensa de todo el álbum en la que utilizaría incluso el sonido de xilófonos y botellas de vidrio para darle un mayor ritmo. Los resultados de la “nueva Whitney” en nuestra lista sería bastante buenos ya que nos acompañaría durante 27 semanas para alcanzar el top 13. Un nuevo registro en el que iba a moverse a la perfección.

Vamos ya con la tercera y última entrada que registraba la lista graminoleña de aquella semana. Nos la traen tres madrileños que se habían convertido en el grupo más popular y de éxito de nuestro país desde hacía algunos años y que publicaban nuevo álbum con el difícil propósito de igualar, al menos, el listón que habían colocado con el anterior. Estoy hablando de Ana Torroja, Nacho Cano y José María Cano, estoy hablando de Mecano.

Tras el descomunal éxito logrado con “Entre el Suelo y el Cielo” publicaban un nuevo trabajo bajo el título de “Descanso Dominical” con el que iban a volver a lograr una cifra de ventas al alcance de muy pocos pero un tanto por debajo de las del anterior disco. Nos encontrábamos con un Mecano que iba adentrándose en diferentes estilos y que iba a sorprender a propios y extraños con el primer sencillo que aparecería en el mercado, la canción que entraba en nuestra lista aquel día.

Se trata de “No Hay Marcha En Nueva York”, una peculiar canción que habla irónicamente del sueño americano y que muestra diversas singularidades en cuanto a su sonido. Para empezar se mueve en un estilo cercano al swing con acompañamiento de saxo incluido. Las voces de Ana y José María suenan muy bajas, casi en un susurro y, por si fuera poco, esta composición no cuenta con un estribillo propiamente dicho porque la parte en la que éste se supone que figura cambia de letra en cada una de las estrofas. Original hasta decir basta.

LISTA DE LOS AÑOS 90

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Nos situamos ahora en la década de los 90, concretamente en el 20 de septiembre de 1998, momento en el que estrenábamos nueva lista graminoleña que contaba como principal atractivo una única nueva entrada que nos llegaba desde Brasil de la mano de una banda hasta ese momento desconocida en nuestro país pero que gracias a la canción con la que se estrenaban en nuestro ránking favorito se haría bastante popular.

Se hacían llamar So Pra Contrariar y al frente de ellos se encontraba Alexandre Pires quien algunos años después iba a iniciar una desigual carrera en solitario. Hasta aquel momento habían alcanzado únicamente popularidad en su país con algún que otro éxito menor, pero en el año 1998 iban a publicar un tema con el que no solamente se iban a convertir en uno de los grupos punteros en Brasil sino que iban a dar el salto al territorio internacional incluyendo España.

La canción con la que lograrían el hasta ese momento mayor éxito de su carrera llevaría el título de “Cuando Acaba el Placer”, una lacrimógena balada que habla del amor en todas sus fórmas. A veces se me hace muy complicado entender como un grupo que hace la misma música de siempre de repente cala en el público como nunca antes lo había logrado, misterios de la música. Por eso me gusta tanto.

Con esta canción permanecerían en lista durante 14 semanas para alcanzar el puesto 24 como mejor registro, unos números discretos pero que servirían como una especie de introducción a lo que iba a suceder un año después con una grandísima colaboración con Gloria Estefan. Pero ésta ya es otra historia que os contaré cuando toque.

LISTA DEL NUEVO MILENIO

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Llega el momento de rematar la faena en lo que a repaso a listas de otras épocas se refiere y para ello nos situamos en el 14 de septiembre de 2008 para recordar las dos canciones que pasaban a formar parte de la familia graminoleña aquel mismo día, que nos llegaban a ritmo de dance y de rumba.

Si de rumba hablamos en el nuevo milenio está claro que los protagonistas no pueden ser otros que los catalanes Estopa, un dúo que se ha convertido con el paso del tiempo en imprescindible en el mundo del pop de nuestro páis. En el año 2008 publicaban nuevo disco con el que iban a repetir éxito como venía siendo habitual desde su aparición en el mercado musical español.

Su nuevo álbum llevaba el título de “Allenrock” y era un homenaje a su cornellá natal. En él mostraban su sonido de siempre y entre las canciones que se publicaron como sencillo aparecía este “Cuerpo Triste”. No es de las canciones más exitosas de su carrera pero se deja escuchar.

La segunda entrada en lista de aquella semana nos llegaba desde Suiza. Nos acercábamos cada vez más al año 2000 y los DJs empezaban a alcanzar cierta popularidad. Era el preámbulo al vuelco de la industria musical que estaba apunto de producirse y que perdura en nuestros días.

En esta oportunidad me da la impresión de que nos encontramos ante uno de esos casos en los que un productor y dueño de un sello discográfico se quiere dar el capricho de dar el salto al otro lado y convertirse en protagonista absoluto publicando algunas composiciones propias.

El productor y Dj del que estoy hablando es Yves Larock y en el año 2008 iba a lograr el mayor éxito de su carrera a nivel internacional con “Rise Up”, un tema eminentemente bailable cuyo éxito no se repetiría con sus creaciones posteriores. En nuestra lista peramanecería durante 15 semanas para alcanzar el top 21.

TAMBIÉN ES MÚSICA

Casi sin darnos cuenta, el verano se nos ha escapado de las manos. Atrás quedan esos tres meses que tanto y tanto esperamos durante el resto del año y que en cuanto a la música se refiere nos dejan momentos inolvidables … para lo bueno y para lo malo, todo hay que decirlo.

Durante las últimas semanas hemos llevado a cabo un recorrido por las canciones que hicieron historia en algún momento en las fechas veraniegas, intentando que vinieran a nuestra memoria buenos recuerdos de esa mágica época del año. Pero todo lo que empiea tiene que acabar y hoy cerranos los capítulos que le hemos dedicado al asunto con tres canciones que en su momento servían para decir adiós a los meses estivales. Así pues, las canciones de “También es Música” del día de hoy no son canciones de verano propiamente dichas pero van a servirnos para que cerremos etapa, al menos, hasta el año que viene.

DANZA INVISIBLE / EL FIN DEL VERANO

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

La primera canción de despedida estival que os ofrezco en el día de hoy nos llega desde Málaga, bonita tierra en la que el verano se saborea de una manera especial gracias a sus playas. En el año 1989, el que posiblemente sea el grupo más importante de esa provincia dentro del mundo de la música publicaba un disco grabado en directo en el que se incluía un tema completamente nuevo que nos viene como anillo al dedo para decirle al verano “hasta el año que viene”.

Danza Invisible se encontraban en un momento espectacular de su carrera por aquel entonces. Se habían convertido en uno de los grupos preferidos por el público español y su música lograba los elogios generalizados de la crítica especializada. Tras la publicación de su álbum “Música de Contrabando” pensaron que había llegado el momento de publicar un disco en el que se recogieran todos los éxitos que habían cosechado hasta ese momento, que eran muchos, y qué mejor que hacerlo con un álbum grabado en vivo y en directo.

Este disco no tiene desperdicio ya que es una auténtica gozada poder disfrutar de las versiones en directo de sus grandes clásicos hasta aquel momento dado que sus conciertos eran de lo mejor para pasar un buen rato en aquella época. Junto a esos grandes éxitos no podía faltar un tema inédito, una canción que con su título ya nos dice todo lo que quieren mostrarnos. Se trata de “El Fin del Verano”, un tema en el que don Javier Ojeda se lamenta amargamente de que ese tiempo de amar, divertirse y disfrutar se acabe. Nosotros también lo lamentamos, pero es lo que hay.

BELLE & SEBASTIAN / I KNOW WHERE THE SUMMER GOES

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Está claro que no todos los grupos y solistas están dispuestos a componer e interpretar canciones de verano, no va con su estilo, pero nadie esta exento de cantarle al momento en el que éste llega a su fin. Sirva como ejemplo la canción que viene a continuación, un tema de un grupo escocés al que no se le pasaría ni por la imaginación sumergirse en la facilona música veraniega pero que cayeron en la tentación de cantarle, incluso llorarle, al final del verano.

Se trata de Belle & Sebastian, en mi opinión uno de los mejores grupos de indie británico desde hace mucho tiempo, quienes nos tienen acostumbrados a ofrecernos muy buena música, incluso cuando le cantan a algo tan obvio como la sensación de vacío que nos deja el final de los meses de estío. Cuando uno es bueno, lo es en cualquier circunstancia.

En el año 2003 se preguntaban de manera amarga dónde se iba el verano cada año dejándonos ese tremendo vacío en nuestras vidas. Un tanto excesivo en cuanto a dramatismo, pero está claro que con “I Know Where the Summer Goes” hacen la pregunta del millón. Yo también querría saber donde demonios se mete el verano durante esos nueve meses en los que no le vemos el pelo.

DÚO DINÁMICO / EL FINAL DEL VERANO

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Pero si hay una canción que por autonomasia se identifica con la finalización del verano, ésa es la que llega a continuación. Un clásico de nuestra música que data del año 1963 y del que estoy convencido que muchos nos acordamos cada año cuando llega la cruda realidad del fin de las vacaciones.

Se trata de la canción de Manuel de la Calva y Ramón Arcusa, es decir, El Dúo Dinámico, que podría considerase como el auténtico himno de despedida al verano de cada año. Un tema que habla de la triste sensación que nos deja despedirnos de ese amor que hemos conocido en esa época (como si eso fuera tan fácil) y que en un primer momento llevaría el título de “Amor de Verano” para transformarse casi de imediato en “El Final del Verano” que es como el público en general la conocía mayormente. Lo dicho, adiós al verano de 2018.

El final del verano ha llegado y también el final al repaso a las canciones del verano que hemos ido realizando durante las últimas semanas. A partir de la semana que viene retomamos el formato habitual de la sección de “También es Música” que vendrá, como siempre, cargado de música … o algo parecido.

LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA

Hoy no hay exculsa que valga para perderse la contraportada de nuestra revista. Las tres últimas canciones vienen cargadas de encanto, naturalidad y calidad. Así que al tajo y a disfrutar del remate final.

EFEMÉRIDE

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

El 20 de septiembre de 1973 desaparecía un cantautor de pura cepa en el que la mala suerte se cebó hasta la saciedad. Un grandísimo artista que peleo duro para lograr triunfar y cuando por fin lo hizo no pudo disfrutar del momento ya que un accidente de aviación se lo llevaría por delante. Un perfecto desconocido para muchos, pero un artista de una tremenda sensibilidad y un talento descomunal. Él es Jim Croce.

La efeméride de esta semana tiene como protagonista a un cantautor norteamericano que tras pelear mucho por abrirse camino en el mundo de la música, componiendo e interpretando con una sensibilidad al alcance de muy pocos, terminaría de manera trágica justo en el momento en el que el éxito iba a abrazarle. Estoy hablando del genuino y auténtico Jim Croce.

En un primer momento iniciaría su carrera junto a su mujer a través del dúo Jim & Ingrid Croce, gastándose todo el dinero que tenían en la publicación y promoción de un primer disco que no tendría la repercusión deseada. Todo parecía indicar que la aventura musical de Jim Croce y su esposa llegaba al final casi antes de empezar y lo peor de todo es que acabarían arruinados. Así las cosas, el cantautor abandonó la música y terminó trabajando de camionero, aunque no se trataría de un adiós sino de un simple hasta luego.

En su nuevo oficio, Croce recorría grandes distancias conduciendo su camión, teniendo mucho tiempo para que su cabeza creara nuevas canciones, por lo que la idea de retomar su carrera musical cada vez estaba más cerca, eso sí, en esta ocasión sin la compañía de Ingrid, a quien sustituiría por su gran amigo de siempre Maury Muehleison. Esta nueva fórmula daría resultado y su carrera empezaría a despegar.

En el año 1972 publicaría el que iba a ser su disco definitivo. Su título sería “I Got a Name” y desgraciadamente iba a convertirse en un disco póstumo ya que en plena promoción de su nueva creación, junto con su inseparable amgio Muehleison, sufría un accidente de aviación que les costaría la vida a ambos. De esta manera no podría ver como salía a la venta en las tiendas de discos, ni escuchar sus canciones en las emisoras de radio, ni contemplar, por fin, el éxito de su música. Como suele suceder en estos casos, su muerte provocaría un interés mayoritario por su trabajo y “I Got A Name” alcanzó una gran cifra de ventas, algo que no es de extrañar escuchando sus magníficas canciones, como la que os ofrezco a continuación.

Se trata de “Time in a Bottle”, su canción más popular y una de sus mejores creaciones. Escuchándola nos preguntamos hasta donde podría haber llegado de no haber fallecido pero podemos hacernos una idea disfrutando de la calidad de este tema. Una melodía que es una auténtica caricia para los oídos y que se publicaría un año después de su fallecimiento.

LA EDAD DE ORO DE LA MÚSICA ESPAÑOL

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

El pop español de los 80 está repleto de buena música y de grupos que hacían de la sencillez su virtud. Su música gustaba al público y los críticos se mostraban amables con su sonido, pero por las razones que fueran no acababan de romper a la hora de vender discos y ya sabemos lo que eso significa. Los protagonistas de la música en español de nuestra contraportada de hoy son un caso de los más significativos de lo que os estoy contando. Son La Granja y hacían muy buena música.

El apartado que semanalmente le dedicamos a la música hecha en nuestro país nos llega hoy de la mano de un grupo que surgió a finales de los 80 y que durante casi diez años nos hizo disfrutar de muy buena música. Sin embargo, su obsesión por convertirse en unos auténticos superventas les haría arrojar la toalla desperdiciando una prometedora carrera. Estoy hablando de los mallorquines “La Granja.

Desde el primer momento dieron muestra de ser capaces de crear melodías pegadizas que calaban entre el público, no exentas de cierta calidad. Además, sus conciertos eran bastante contundentes, mostrando una cara muy distinta a la que enseñaban en las grabaciones de estudio que se incluían en sus discos.

Su andadura se inició en el año 1986 pero sería en el año 1992, con la publicación de su cuarto álbum bajo el título de “Deliciosamente Amargo”, cuando lograrían tocar cima. Este disco está considerado como el mejor de su carrera y en él se incluyen un puñado de canciones que se convertirían en las preferidas del público, alcanzando unas cifras de ventas más que considerables.

Entre ellas se encontraba “Fuimos Chicos Rebeldes”, un tema que se convirtió en una especie de himno entre los más jóvenes y que ofrecía un pop sencillo a la par que de calidad.

Posteriormente publicarían su disco más ambicioso, “Medicina Natural” con el que pensaban consolidarse definitivamente como uno de los mejores grupos nacionales, pero sus ventas estuvieron por debajo de las cosechadas por su anterior álbum lo que les sumió en una especie de depresión que procaría que en el año 1996, tras terminar su gira, pusieran fin a su andadura.

NOVEDAD

LA GRAMINOLA – NÚMERO 43 – 20 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Un ilustre veterano que superados los 70 sigue dándole a todos clases de como se hace buena música. Lo hizo en The Beatles, lo siguió haciendo con The Wings y su carrera en solitario es excepcional. El señor Paul Mccartney publica un nuevo disco y demuestra que pese al paso de los años se encuentra muy en forma. Cuantos deberían aprender de artistas como él.

La semana pasada nos hacíamos eco en la contraportada del último y genial disco publicado por Paul Simon el pasado viernes 7 de septiembre. Esa misma fecha otro de los ilustres veteranos de la música internacional, cuenta el mozo ya con 75 años de edad, hacia lo propio regalándonos otra entrega más de la buena música que habitualmente nos ofrece. Se trata del otro Paul, se trata de Paul McCartney.

Tras cinco años de silencio, Mccartney vuelve a ofrecernos un disco con la calidad excepcional de la que siempre hace gala y en el que se mueve a la perfección tanto en el terreno del pop como del rock, haciendo además algún guiño al folk. Incluso muestra su cara de multinstrumentista total ya que además de sus habituales interpretaciones al bajo y al piano se atreve con la guitarra, la armónica, los sintetizadores e incluso la batería. Impresionante.

El nuevo álbum lleva el título de “Egypt Station” y según palabras del propio autor se trata de un disco conceptual inspirado en una pintura que comenzó a crear y que dejó abandonada hace algún tiempo. Además de cantar y componer, también pinta. Quíen le hubiera pillado con 40 años menos. Es broma.

El disco está repleto de buena música y grandes momentos y valga como muestra el botón de uno de los temas de adelanto que han servido para llamar la atención de un público fiel de todas las edades. Se trata de “Come On To Me” y su sonido es excepcional.

Ya sabéis que “La Graminola” también tiene su correspondiente página en Facebook. Os recomiendo que os hagáis miembros porque ahí siempre hay contenidos adicionales, siendo el auténtico colaborador de cabecera nuestro buen amigo Kim que, por ejemplo, ya se hizo eco de este álbum nada más salir al mercado y nos ofreció un avance bastante recomendable. Os vuelvo a dejar el enlace por si decidís seguir mi consejo.

LA GRAMINOLA. LA REVISTA MUSICAL QUE SE LEE Y SE ESCUCHA.

Esto es todo por hoy. Solamente os queda esperar siete días para un nuevo número de vuestra revista favorita. Se pasan en seguida.

Hasta entonces, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


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