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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.
Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En “Los Pioneros” rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección “También es Música” le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música española.
Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.
NUESTRA PORTADA
LA LISTA DE LA GRAMINOLA
La lista de actualidad de esta semana presenta una única entrada que nos llega de la mano de dos de los chicos más malos del panorama musical reggaetonero del momento. Dos tipos que van de auténticos por tener un comportamiento bastante inadecuado y que encima presumen de ello. Más allá de las carencias que presenta su música, el que estos dos individuos decidan colaborar juntos y logren el éxito que están logrando es que algo falla no solamente en el mundo de la música sino en la sociedad en general. Os cuento sus historias.
El primero de estos dos ejemplares responde al nombre artístico de Anuel AA, cuyo nombre real es Enmanuel Gazmey, y es portorriqueño de nacimiento. Esta joya se vio involucrado a principios del año 2016 en un asunto de posesión ilícita de armas y relaciones con un conocido mafioso de su país lo que le llevaría a ser arrestado al salir de una discoteca y condenado a 30 meses de prisión que tuvo que cumplir uno tras otro.
Lo curioso del caso es que durante su estancia en prisión no interrumpió su carrera musical y llegó a publicar un sencillo incorporando su voz a través del teléfono, llamando poderosamente la atención del público más joven de su país que poco más o menos que lo convirtió en un auténtico ídolo. Ver para creer.
No le va a la zaga su compañero de fatigas. Se trata del neoyorquino Daniel Hernández, conocido artísticamente como 6ix9ine, que también ha tenido graves problemas con la justicia. En su caso todavía más denigrantes si cabe ya que se confesó culpable cuando solamente tenía 17 años de edad de haber abusado sexualmente de una niña de 13 años y exhibir posteriormente un video de los hechos en internet. Fue condenado a varios meses de prisión por este motivo y por posesión de drogas. Todo un ejemplo para los jóvenes.
Con tantas cosas en común era cuestión de tiempo que terminaran trabajando juntos y para la ocasión nos ofrecen “Bebe”, cantando totalmente en español, el tema que colocan en nuestra lista esta semana y que mucho me temo nos va a acompañar durante bastante tiempo.
LOS PIONEROS
Todos y cada uno de los artistas que nos han ido visitando cada semana en esta sección son parte de la historia de la música moderna y tienen el denominador común de haber sentado las bases para que un estilo determinado de música haya evolucionado a lo grande. Dentro de estos grupos y cantantes los ha habido más grandes y menos grandes, es inevitable, pero el que nos visita en el día de hoy es grande entre los grandes ya que es pionero en distintas facetas como ahora veremos. Su música inspiró a muchos otros, su manera de manejarse en escena fue copiada por el mismísimo rey del pop y ayudó a crear uno de los sellos discográficos más emblemáticos de la historia de la música. Me estoy refiriendo al grandísimo Jackie Wilson.
Nos encontramos ante uno de esos casos en los que la música acudió al rescate de una vida muy disipada y que olía a un triste desenlace, aunque lo cierto es que de manera inesperada, trágica y agónica acabaría años después con motivo de un golpe de mala suerte. Creció en un ambiente bastante complicado con un padre alcohólico que le llevaría a él mismo a empezar a beber a la edad de quince años y hacerse asiduo de correccionales y similares.
En un primer momento el boxeo vendría a su rescate, llegando a ser campeón local de su categoría, pero afortunadamente apostaría definitivamente por la música que le llevaría a las alturas, dejándonos durante su carrera un buen número de grandes clásicos de la música gracias a su ritmo y a su inconfundible voz. Hoy vamos a disfrutar de tres de ellas para rendir un merecidísimo tributo a uno de los más grandes pioneros de la historia de la música moderna.
REET PETITE
Durante unos cuantos años Wilson fue dando ciertos bandazos en el mundo de la música. Formó parte de varios grupos sin trascendencia que ofrecían actuaciones en vivo en locales nocturnos. Su gran oportunidad le iba a llegar en el año 1952 cuando The Dominoes estaban buscando nuevo vocalista tras la marcha de Clyde McPhatter. Cuando le escucharon cantar no tuvieron ninguna duda y le ofrecieron el puesto el cual aceptó de manera inmediata.
Tras cuatro años cosechando éxitos con ellos, Wilson decidió abandonar el grupo en el año 1957 para iniciar su carrera en solitario. Para ello contactaría con un joven compositor que quería abrirse camino en el mundo de la música y que sin saberlo iba a convertirse en uno de los personajes más importantes de la historia de este mundillo. Su nombre era Berry Gordy.
Gordy estaba obsesionado con crear música que llegara a todos los públicos. Me explico. En aquella época, la música hecha por negros era seguida casi en exclusiva por los negros, mientras que los blancos la dejaban ciertamente de lado. Él quería conseguir que la música hecha por los de su razo llegara a ser comprada también por los de raza blanca y con su colaboración con Wilson iba a romper todos los esquemas y cambiar de arriba abajo el mundo de la industria discográfica.
Así las cosas, Gordy compuso un descomunal tema en un primer momento titulado “Reet Petite (The Sweetest Girl in Town” que Wilson interpregó con su tremenda voz dando unos resultados excepcionales. Con un ritmo trepidante se convirtió en uno de los primeros éxitos del rock & roll y por primera vez en la historia, una canción compuesta e interpretada por negros se vendió de manera espectacular entre el público blanco. A partir de ese momento todo iba a cambiar de manera grandiosa.
La trascendencia que tendría esta canción va más allá de llegar a más o menos público o a un sector u otro de la población. Sus ventas fueron tan grandes que tanto Wilson como Gordy ganaron bastante dinero con ella, lo que llevaría a este último a crear uno de los sellos discográficos más importantes de la historia de la música como fue la “Tamla-Motown” que no haría sino repetir el fenómeno de que a partir de ese instante la música “negra” llegase a todo tipo de público.
LONELY TEARDROPS
A partir de ese instante la popularidad de Wilson subiría como la espuma e iba a convertirse en uno de los artistas más seguidos e imitados del momento. Su inconfundible voz, la intensidad que le daba a sus interpretaciones y la calidad de su música le encumbrarían como una de las figuras emergentes más importantes de finales de los 50. En pocas palabras, un auténtico pionero.
Además, Wilson daría muestras de su gran personalidad ya que desde el primer momento tuvo muy claras las ideas. La música que le ofrecían se encuadabra en el estilo habitual que triunfaba en aquella época, el famoso y aclamado do-wop, y él quería cambiar la situación evolucionando hacia otro sonido. Y bien que iba a conseguirlo.
En el año 1958 llegaría otro de sus grandes momentos gracias a otra de las composiciones proporcionada por Gordy. En esta ocasión se trataba de una preciosa balada titulada “Lonely Teardrops” con la que iba a demostrar que tenía muy claro lo que se proponía. Cuando la recibió pensó que sonaba como muchas otras canciones de la época y él quería ser distinto, por lo que introdujo algunos cambios, mejoró los arreglos y de esta manera cosechó el segundo gran éxito de su carrera.
Ésta sería la última canción que interpretaría sobre un escenario en su vida, algo que ya os contaré con más detalle al final del artículo.
I’LL BE SATISFIED
Como estamos comprobando, la figura de Jackie Wilson fue fundamental en muchos aspectos y todavía nos queda otro más por descubrir, relacionado con lo que ofrecía en todas y cada una de sus actuaciones en vivo.
Su intensidad sobre el escenario era espectacular y el ritmo que imprimía a sus canciones ponía al público en órbita desde el primer momento. Esa manera de manejarse en sus conciertos le valdría el recibir el apodo de “Mr. Excitement” y serviría de referencia para muchos de los artistas que vendrían a continuación del mundo del incipiente rock & roll. Sin ir más lejos, el mismísimo Michael Jackson reconoció en su día que Wilson era su principal fuente de inspiración a la hora de dar cuerpo a sus coreografías tan espectaculares.
Su colaboración con Gordy se mantendría todavía durante algún tiempo hasta que se produjo la fundación de su sello discográfico, lo que inevitablemente traía consigo que el sonido de las canciones que éste componía para él tuviesen ese regustillo de sabor “Motown” que tan popular iba a hacerse en muy poco tiempo. Eso sí, siempre con el toque personalísimo de Wilson que le daba un aire más rockero en cuanto podía.
Uno de los temas más representativos de esta especie de fusión entre el rock & roll y el sonido “Motown” es sin duda alguna “I’ll Be Satisfied”, otro de sus grandes clásicos que interprentado en directo con su habitual intensidad se convirtió en uno de los favoritos del público.
Su meteórico ascenso al estrellato le llevaría a cometer muchos excesos y el mucho dinero que ganó se iba a la misma velocidad que llegaba por lo que su situación económica comenzó a complicarse, más si cabe cuando con el paso de los años su popularidad fue decreciendo y no llegaban nuevos éxitos. Podía decirse que empezaría a vivir de las rentas y éstas cada vez eran más bajas.
Además, sus dos matrimonios se fueron al garete y tenía que pasar a sus dos exmujeres unas pensiones bastante grandes por lo que su actividad era frenética hasta el punto de que encadenaba un concierto con otro, algo que le terminaría pasando factura de manera muy trágica.
A finales del año 1975 actuaba en el “Latin Casino” de Nueva Jersey. Cuando interpretaba “Lonely Teardrops” sobre el escenario, caía al suelo de manera inesperada ante un público que en un primer momento creía que todo era parte del espectáculo. La realidad era muy distinta ya que acababa de sufrir un infarto. Al caer se golpeó la cabeza contra el suelo y cayó en un coma profundo del que no despertaría.
Su final sería eterno y agónico ya que permanecería en estado vegetativo durante casi 19 años, hasta que en 1984 nos dejó definitivamente a los 46 años de edad. Una manera muy triste e inmerecida de desaparecer un artista grandioso que como hemos podido comprobar fue innovador y pionero por los cuatro costados. Jackie Wilson, uno de los más grandes entre los más grandes.
LISTA DE LOS AÑOS 60
Iniciamos ya el habitual recorrido por las listas graminoleñas de otras épocas y para ello viajamos hasta el 21 de octubre de 1968 y descubrir cuales eran las tres nuevas entradas que se producían en la lista que estrenábamos ese día. Tres canciones con aires muy mediterráneos procedentes de España, Grecia e Italia.
Para empezar vamos a trasladarnos a tierras helenas, de donde procedía el grupo The Aphrodite’s Child que es posible que para muchos sean unos perfectos desconocidos. Si os digo que uno de sus componentes atendía al nombre de Loukas Sideras no os dará ninguna pista, pero si os cuento que su vocalista era Demis Roussos muchos empezaréis a haceros una idea. Por así decirlo, la guinda la ponía el tercer miembro de este grupo, su teclista, que era nada más y nada menos que el señor Vangelis.
Vivirían tiempos difíciles con la situación política de su país. Con la llegada de un gobierno militar al poder en el año 1967, decidirían marcharse de su tierra con la intención de instalarse en el Reino Unido, pero allí no les concederían el correspondiente permiso de residencia por lo que terminarían ubicándose en París donde darían sus primeros pasos en el mundo de la música tan sólo un año después.
En ese momento sorprenderían a propios y extraños con la publicación de un sencillo con un sonido que fundía el rock con la música barroca y sinfónica, convirtiéndose de alguna manera en uno de los primeros grupos en sumergirse en lo que se denominaría “rock sinfónico”. Su éxito sería fulminante.
La canción en cuestión llevaría el título de “Rain and Tears” y se basaba en la pieza barroca del “Canon en Re Mayor” del músico alemán Johann Pachelbel. Una melodía única en la que los teclados de Vangelis aderezados con la aguda voz de Demis Roussos encajan a la perfección.
En nuestra lista permanecerían durante 18 semanas para alcanzar el top 20.
La segunda entrada de aquella semana nos llega desde España de la mano de uno de nuestros cantautores más grandes, Joan Manuel Serrat. Un artista que atravesaba por el momento más involucrado y politizado de su carrera, algo que le estaba ocasionando ciertos sinsabores como vimos hace unas semanas con motivo de la polémica originada por su frustada participación en el Festival de Eurovisión con el famoso “La La La”.
Acababa de publicar un álbum titulado “La Paloma” y en él se incluían algunas canciones que se adentraban en terrenos un tanto delicados para la época en la que se compusieron. Entre ellas se encontraba la que colocaba en nuestra lista aquel 21 de octubre de 1968, su primera composición en castellano, aspecto que ayudaría a incrementar sus ventas en todo el país.
La canción en cuestión es “Manuel”, un tema que se adentra una vez más en el mundo de la guerra civil española y que, como suele suceder en estos casos y en épocas como aquella, cada uno la interpretaría a su manera, aunque todos sabemos realmento lo que Serrat quería decir con ella.
Polémicas políticas aparte, estaba claro que la música de Serrat calaba en el público en general, por lo que no es de extrañar que en nuestra lista cosechara buenos resultados, permaneciendo en ella durante 32 semanas para alcanzar el puesto número 9 como mejor posición.
Para terminar nuestro recorrido por tierras mediterráneas, la protagonista de la tercera y última entrada en la lista graminoleña de los 60 que hoy estamos recordando nos llega desde Italia. Una artista con una tremenda personalidad y que iba a lograr el mayor éxito de toda su carrera, ofreciéndonos un clásico que perdura con el paso de los años.
Su nombre es Nicoletta Strambelli, aunque se dio a conocer artísticamente como Patty Pravo. Inició su carrera musical en el año 1966 pero su espaldarazo definitivo le llegaría dos años después con una canción que le llegó de rebote ya que fue rechazada previamente por algunas artistas de la talla de Gigliola Cinquetti por poner un ejemplo. La letra de la canción, que hablaba de una mujer manejada por los hombres a su antojo, no atraía demasiado a los cantantes italianos a los que fue ofrecida.
Ella aceptó finalmente a regañadientes grabar esta canción y con su tremenda interpretación con una voz por momentos susurrante y grave, por momentos potente y poderosa, cautívó totalmente al público primero de su país y posteriormente del resto de Europa, logrando un gran éxito también en España, corroborado por los números que presentó en nuestra lista: 43 semanas de permanencia y top 3. “La Bámbola” se convirtió en uno de los clásicos de la música italiana de los 60.
En Italia continuó cosechando bastante éxito y se convirtió en una de las artistas más populares del momento. Sin embargo, el listón tan alto que colocó con el éxito de esta canción fuera de su país provocaría que a partir de ese instantes sus resultados de ventas y popularidad fuesen decreciendo paulatinamente hasta el extremo de ser recordada prácticamente en exclusiva por esta composición.
LISTA DE LOS AÑOS 70
Esta semana las listas graminoleñas de otras épocas que repasamos vienen repletas de novedades. Ya hemos visto como la de los 60 nos traía tres nuevas entradas y para no quedarse atrás, la de los 70 nos ofrece otras tres. Si hablamos de finales de los 70 es inevitable que hablemos de la música disco, por lo que no es de extrañar que dos de estas novedades se muevan en este terreno. La tercera nos llega de la mano de ni más ni menos que todo un Premio Nobel y por ella vamos a empezar.
Con deciros que la primera entrada de aquella semana está protagonizada por un Premio Nobel, todos os habréis percatado de que estoy hablando de Bob Dylan, quien publicaba en aquel momento uno de sus discos más controvertidos y que más dividió en cuanto a opinión tanto a su público como a los críticos especializados. El álbum en cuestión no es otro que “Street Legal”.
De lo que no cabe ninguna duda es de que se trata del trabajo más “raro” de Dylan, el que más se aparta de su estilo habitual. Un estilo nuevo marcado por la introducción del sonido del saxo y un coro femenino que le acompaña prácticamente en todas sus canciones. La muestra más evidente de estos cambios es precisamente el tema que entraba en nuestra lista en aquel momento.
Se trata de “Changing of the Guards”, una canción que no obtuvo demasiados buenos resultados en cuanto a ventas y que está considerada por gran parte de la crítica como un éxito menor de la carrera de Dylan. A mí personalmente me encanta, me atrae mucho ese coro femenino y los solos de saxo después de cada estrofa todo con un ritmo trepidante. En nuestra lista sí que lograría muy buenos resultados ya que nos acompañó durante 44 semanas y llegó a alcanzar el número 1. De hecho fijaros si está considerada esta canción como menor que no he encontrado más que versiones de ella en directo. Aquí os dejo una de ellas.
Cuando un artista de repente ofrece un disco que se aparta de su discurso habitual no lo hace por capricho, siempre tiene una explicación. En aquel momento Dylan acababa de separarse de su mujer y ello le llevo a cambiar su manera de componer. De hecho, esta canción que acabamos de disfrutar viene a hablar de eso, de un “cambio de guardia” con motivo de una nueva etapa en su vida. Es lo que tienen los genios.
Las otras dos entradas en lista de esa semana están vinculadas ambas a la música disco que se encontraba en su máximo apogeo por aquel entonces. Dos auténticos clásicos de este estilo protagonizados por dos intérpretes que lograron repercusión a nivel internacional solamente con esas dos composiciones. Vamos con la primera de ellas que nos llega desde Suiza.
Su protagonista es Patrick Juvet quien se trasladaría muy joven a Francia para iniciar su carrera musical. En un primer momento su música se adentraría en el terreno del pop cosechando algunos éxitos menores, pero con el paso del tiempo y viendo el auge que la música disco comenzó a mostrar en la segunda parte de la década de los 70, decidió darle un giro a su carrera y comenzar a moverse en este terreno. Atrás quedaron esos tiempos de música más tranquila llegando a representar a su país en el Festival de Eurovisión en su edición de 1973 con la canción “Je Vais Me Marier, Marie” obteniendo un discreto duodécimo puesto.
Su gran momento le llegaría en el año 1978 con la publicación de un sencillo titulado “Got a Feeling” con el que lograría un rotundo éxito en toda Europa. Una canción representativa de la música-disco de la época, con un soniquete continuo y pegadizo y una voz en falsete que le convirtieron en una de las revelaciones musicales de aquel año. En nuestra lista permanecería durante 20 semanas para alcanzar el top 18.
Con la decadencia de la música-disco, su momento de gloria pasaría y se iniciaría la suya propia. No fue capaz de remontar el vuelo y cayó en las garras del alcohol y la depresión. Aunque años después superó sus problemas e intento retomarlo donde lo había dejado, su éxito y popularidad no serían los de antes.
Pero si la canción que acabamos de escuchar es un clásico de la música-disco, la que llega a continuación rompe todos los registros. Se trata de uno de esos temas que no faltan en ningún recopilatorio de éxitos de los 70 que se precie. Una canción que nos llega de la mano de un escocés afincado en Australia desde muy niño que responde al nombre de John Paul Young.
La historia que rodea a este éxito es bastante curiosa. Young había logrado algunos éxitos ya en Australia, pero su trascendencia fuera de las Antípodas era práticamente inexistente. Sin embargo, su suerte iba a cambiar en el año 1977 cuando publicó un sencillo con un sonido tremendamente discotequero que llevaba el título de “Standing in the Rain” que inesperadamente llegó al número uno de las listas alemanas.
El éxito cosechado en tierras germanas haría que Young se trasladara a Alemania a promocionar debidamente su música y allí se empapó bien de la música-disco que gustaba por aquellos lares y los sonidos que más agradaban al público más joven. De regreso a Australia tenía una idea clara de lo que podía ser su siguiente éxito.
De esta manera nacería “Love is in the Air”, una de las canciones más reconocidas y reconocibles de la música-disco de finales de los 70 y un grandísimo éxito a nivel mundial que convirtió a John Paul Young en una de las figuras más destacadas de este estilo. Una canción inolvidable que nos acompañó durante 34 semanas para alcanzar el puesto número 5 como mejor registro.
El éxito que esta canción alcanzaría en Europa y Estados Unidos sería total, pero en Australia se convertiría en poco menos que una especie de himno no oficial del país. De hecho, Young protagonizaría uno de los momentos culminantes de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Sydney del año 2000 al interpretarla en directo y lograr una espectacular química con el público.
EL ÁLBUM DE LA SEMANA
Parece mentira que un grupo con un recorrido de apenas cinco años y con solamente tres discos de estudio en el mercado pudiera convertirse en una auténtica referencia de la música de los años 90. Pues bien, Nirvana y, sobre todo, su líder indiscutible Kurt Kovain se convertirían en la auténtica referencia musical de aquella época hasta el punto de que muchos opinan que la nueva música de esa década empezaría con ellos. Por este motivo ellos son los protagonistas del póster central de “La Graminola” de esta semana.
Corría el año 1987 y en Seattle se estaba cociendo algo grande. Los 80 llegaban a su fin y una nueva forma de hacer música, originaria de ese lugar y llamada “grunge” empezaba a crecer sin parar. En éstas, dos buenos amigos, Kurt Cobain y Kris Novoselic formarían un grupo con una serie de baterías que irían pasando por su formación hasta que en el año 1990 se haría definitivamente con ese puesto Dave Grohl. Habían nacido Nirvana, había nacido la nueva música, había nacido el sonido de los 90.
De lo que no cabe ninguna duda es de que la repercusión que este disco tendría en la música de los 90 sería total. Muchos de los grupos y artistas que publicaron sus álbumes en aquellas mismas fechas se vieron eclipsados totalmente por la irrupción de “Nevermind” y serían legión los que a partir de ese momento seguirían de alguna manera las pautas marcadas por Cobain y los suyos. Un disco tremendo con una trascendencia inimaginable cuando salió al mercado. Una inesperada y maravillosa sorpresa.
NIRVANA / NEVERMIND
Nos encontramos ante un disco descomunal y como tal no puede empezar de otra manera que no sea descomunal. El primer corte del álbum es una de las canciones más representativas del “grunge” que acababa de surgir así como de la década de los 90. Un auténtico himno para los jóvenes de aquella época, de los pertenecientes a la denominada “Generación X”.
Cobain quería darle un giro a la música del grupo y no solamente conseguiría ese propósito sino que de rebote iba a revolucionar el panorama musical internacional. Estaba obsesionado con lograr un sonido duro y contundente pero que no tuviera que ser intenso en cuanto a ritmo. Quería llegar a estremecer con un sonido estridente pero a la vez pausado. En un primer momento puede pensarse que eso es imposible, pero lo cierto es que ellos iban a conseguirlo.
Esta composición puede considerarse como el primer gran éxito de su carrera y el pistoletazo de salida del salto a la fama más absoluta. Una canción espectacular, con un inicio pausado y un ritmo trepidante que irrumpe de repente, sin avisar y que muestra en toda su esencia lo que iba a ser Nirvana. Por si fuera poco venía acompañado de un videoclip extraordinario y lleno de contrastes. Por supuesto que estoy hablando de la mítica “Smells Like Teen Spirits”.
Hay muchas cosas que contar sobre esta canción, pero creo que lo principal es disfrutar de su maravilloso videoclip. Un tema que fue interpretado como un canto a la rebeldía de los jóvenes en sentido metafórico, aunque el propio Cobain siempre manifestó que realmente no quería decir nada en concreto, que escribía muchas de sus canciones en apenas una hora sin querer enseñar nada a nadie. Una canción que fue retocada sobre el original con esa obsesión que tenían por hacer algo contundente y lento a la vez. Una auténtica joya.
El título de la canción fue elegido por Cobain de manera anecdótica y siempre se arrepintió de ello. Me explico. En aquella época había en Estados Unidos una marca de desodorante que se llamaba “Teen Spirit” y el vocalista de Nirvana lo usaba para su higiene personal. Hasta ahí nada fuera de lo normal. Lo que sucede es que este desodorante estaba dirigido a las mujeres y la novia del batería Dave Grohl bromeó con Cobain escribiendo en una pizarra la frase “Kurt smells like Teen Spirit”, viniendo a decir que olía como una mujer.
Cuando se enteró de que su canción incluía una marca publicitaria se enfadó mucho ya que no quería ningún tipo de trato con ninguna clase de empresa. De hecho siempre rechazó que su música fuese utilizada para campañas publicitarias, pero en esta ocasión, de manera encubierta pero bastante explícita, la marca de desodorantes supo sacar tajada del asunto.
En cuanto al videoclip que acompaña a esta composición os diré que recibió unas críticas excepcionales, estando considerado como uno de los mejores de la década de los 90. En él, los chicos de Nirvana nos muestran una serie de contrastes espectaculares. La escena tiene lugar en un gimnasio donde ellos están tocando su música, con un público en un primer momento sentado tranquilamente en sus asientos y unas animadoras vestidas de negro con la “A” anarquista en su pecho. Cuando la canción rompe de manera estridente, el público estalla en una bacanal de violencia y termina destruyendo todo lo que pilla a su paso.
Cuando rodaron las escenas del destrozo la cosa se les fue de las manos y los extras que intervinieron en ellas dieron rienda suelta a todos sus instintos más violentos provocando una situación caótica. Habían permanecido casi cuatro horas sentados aguantando repetición tras repetición de las escenas del videoclip que cuando les dijeron que se levantaran y enloquecieran lo cumplieron al pie de la letra.
Desde el primer momento sorprendieron a propios y extraños, recibiendo unas críticas excepcionales pasando a ser considerados como una de las mejores bandas emergentes del momento. Algo que no les agradaba demasiado era que les tomaron demasiado en serio, como una especie de abanderados de la nueva música y en ese terreno no se sentían nada cómodos. ya que no eran más que tres amigos que hacían lo que más les gustaba y que únicamente quería pasarlo bien y disfrutar. De hecho siempre estuvieron al margen de si vendían muchos o pocos discos o si sus canciones entraban en mejores o peores posiciones en las listas de éxitos.
La segunda canción que aparece en el álbum es una declaración de intenciones en este sentido y deja bien a las claras que no se casaban con nadie. Se trata de un tema que va dirigido a los que no entendía su manera de hacer música y que criticaban el grunge que acababa de surgir. Muchos lo consideraban flor de un día y simplemente música ruidosa pero estaban muy equivocados como pudo comprobarse de manera inmediata.
Una vez más nos encontramos con una composición llena de contrastes y acompañada de un videoclip bastante llamativo. A lo largo de su corta carrera, Nirvana siempre han mostrado bastante cuidado en la puesta en escena de los videos promocionales de sus sencillos y los que se grabaron para Nevermind se llevan la palma en este aspecto.
Nuevamente nos encontramos con una canción que tiene un inicio bastante tranquilo para romper con contundencia en la parte del estribillo. El videoclip no tiene desperdicio. En él realizan una parodia de los programas musicales de la televisión norteamericana de la década de los 60 y aparecen participando en uno de ellos vestidos en plan muy formal y con pinta de muy buenos chicos para contrastar con la intensidad de su sonido y terminar su actuación destrozando sus instrumentos sobre el escenario. Auténticos, geniales, únicos con esta espectacular canción que es “In Bloom”.
Lo curioso del caso es que la versión inicial que grabaron de esta canción presentaba un sonido duro y contundente que les acercaba incluso al rock duro más genuino que pudiésemos encontrar. Sería el bajista Novoselic quien propondría dulcificarlo un poco y acercarlo más al pop y lo cierto es que aunque lo calmaron algo suena fuerte y contundente.
Además de por su música, “Nevermind” pasó también a la historia por su impactante, llamativa y original portada, convirtiéndose en parte de la historia de la música moderna. El protagonismo recae sobre un bebé de tan sólo tres meses de edad y no dejaría a nadie indiferente.
Cobain había visto un documental sobre partos bajo el agua que le había dejado bastante impresionado hasta el punto de que pensó que alguna de las imágenes que se mostraban en ese programa podrían formar parte de la portada del álbum. Sin embargo pronto se dio cuenta de que eran demasiado explícitas y podían herir la sensibilidad de mucha gente. La idea no se le fue de la cabeza y finalmente encontró la manera de crear una portada que impactara a la gente y que estuviera relacionada con bebés y agua.
Movería sus contactos y finalmente lograría una sesión fotográfica en una piscina en la que se enseñaba a nadar a bebés de muy corta edad y de esta manera lograría la impactante foto de un pequeño de tres meses buceando mientras parecía perseguir un anzuelo en el que había clavado un billete de un dolar. Cuando todo estaba listo para maquetar la imagen como portada del disco, surgió el problema de que al crío se le veía de manera muy clara su pene y se recomendó realizar el correspondiente fotomontaje para que esto no sucediera.
Cobain se negaría en rotundo y solamente accedería a que el pene del niño fuese tapado por una pegatina en la que se pudiera leer “Si esto te ofende es que eres un pedófilo encubierto”. Ni que decir tiene que finalmente la portada iría tal cual.
Íntimamente relacionada con esta portada está la canción que aparece a continuación en el álbum, sobre todo en lo que a su videoclip se refiere. Se trata de una canción más optimista de lo habitual y que algunos afirman que está dedicada a la hija de Cobain. En el vídeo pueden verse imágenes bastante inconexas entre las que se encuentra la famosa persecución del billete de dólar por parte del referido bebé. Su título: “Come As You Are”, una de mis debilidades.
La portada de este disco es icónica, como acabamos de comprobar, pero la contraportada no le va a la zaga. En ella se muestra un collage que mezcla fotos de carne cruda, imágenes del infierno de Dante y fotos médicas que muestran vaginas enfermas. En ocasiones Cobain se mostraba bastante retorcido, no nos engañemos.
Su mayor obsesión era sonar potentes y contundentes, casi ruidosos, lo que les llevaría a tener que introducir algunos cambios bastante profundos una vez que el disco estuvo terminado. Cuando lo escucharon para proceder a realizar las oportunas mezclas no estaban satisfechos con el resultado final y decidieron que había que darle más cuerpo a su sonido.
De este modo aumentaron la presencia y el tono de la batería así como la intensidad de la guitarra y del bajo hasta lograr lo que querían. Una vez finalizadas las mezclas quedaron encantados con los resultados y tenían muy claro que cuando se subieran al escenario a tocar sus nuevas creaciones el público iba a entrar poco menos que en éxtasis.
Una de las canciones que más notaría estos cambios sería “Breed”, un tema que estaba dedicado a Tad Doyle, músico del grupo Tad con el que habían entablado amistad durante la grabación de su primer álbum con su anterior sello discográfico. El título de la canción inicialmente iba a ser el de “Imodium”, nombre de un medicamento que debía tomar Doyle, pero a petición de éste se cambiaría convenientemente.
Su letra es una crítica a la sociedad american en general y a la clase media norteamericana en particular a la que consideraban demasiado acomodada y adormilada, algo que se refleja en algo que os contaré un poco más adelante en relación con el título que el álbum iba a llevar en un primer instante. De lo que no cabe ninguna duda es de que el sonido de este tema es en esencia lo que era el auténtico grunge.
Lo curioso del caso es que cuando el disco estuvo definitivamente terminado y en las tiendas para ser vendido, tampoco quedarían satisfechos del todo ya que pensaban que sonaban demasiado “limpios” a pesar de todo. Vamos, que se habían pasado con el pulido y ellos querían más ruido, algo que a mí se me antojaba bastante difícil. En mi opinión creo que el resultado final es el mejor posible.
Durante la grabación surgieron algunos problemas, como le sucede a todos los grupos, en cuanto a la diferencia de entender las cosas de unos y otros. Lo más curioso del caso es que más allá de tener problemas en cuanto a estilo o por algún título o similares, el problema radicaba en que la voz de Cobain en algunos momentos sonaba tan alta, gritaba tanto, que terminaba por tapar el sonido de la batería, por lo que Grohl se las veía y deseaba en muchas ocasiones para encontrar el golpe de tambor adecuado.
Uno de los momentos más complicados a la hora de grabar llegó con la canción que viene a continuación. Se trata de otro de sus grandes clásicos y uno de los temas más aclamados por la crítica. En ella esa especie de duelo al sol entre vocalista y batería llegaría al límite ya que la intensidad de la voz de Cobain fue tal que terminaría rompiéndola debiendo parar la grabación durante un par de semanas.
Se trata de “Lithium”, una canción en la que recurren al habitual inicio de baja intensidad para romper a lo grande a continuación y cuya letra narra la historia de un hombre que se refugia en la religión para vencer sus impulsos sucididas. En aquel momento no se dio ninguna trascendencia a este aspecto, pero con el trágico final de Cobain pocos años después adquiriría una tremenda notoriedad.
En medio de la tremenda repercusión que tuvo su irrupción en el panorama musical internacional, el grupo sería invitado a actuar en directo en la cadena televisiva MTV. En un primer momento se les impuso que tocaran “Smells Like Teen Spirit” pero ellos querían tocar “Rape Me”, una nueva composición que iba a ser incluida en su siguiente álbum. Tras continuas negociaciones, al final llegarían a aquello de “ni pa ti, ni pa mí” y la canción elegida sería “Lithium”. Poco se imaginaban en que iba a terminar la actuación.
Durante la actuación, Novoselic lanzó el bajo al aire y cuando fue a atraparlo se le escurrió y le golpeó en la cabeza, acabando por los suelos. Esta situación provocaría que el público enloquecido ocupara el escenario y los tres músicos abandonaran de manera precipitada el estudio, todo ello en medio de un tremendo caos. Se habían especializado en finales espectaculares fuera cual fuera el escenario en el que se movieran.
A continuación llega la canción que puede considerarse como la más polémica del disco ya que trata un tema tan desagradable y truculento como el de la violación. Se trata de una canción que en un primer momento iba a ser incluída en su álbum de debut “Bleach”, pero que finalmente fue eliminada del mismo ya que su sonido se alejaba del grunge que mostraban el resto de composiciones en él incluidas. Sin embargo, a Cobain le atormentaba tanto lo que esa canción relataba que finalmente decidiría incluirla en “Nevermind”.
Cobain se basó en una historia real que leyó en la prensa sobre una niña de apenas 14 años de edad que fue secuestrada por un hombre cuando salía de un concierto de rock y la violó en repetidas ocasiones dentro de una furgoneta hasta que en un descuido la niña pudo llamar la atención de la gente que pasaba por la calle y pudo así escapar de su tortura. Él cambiaría un tanto la historia contando como poco a poco la cría fue ganándose la confianza del secuestrador hasta lograr escapar.
La polémica surgiría porque en la letra Cobain se pone en el lugar del violador y muchos lo tomaron como una especie de himno proviolación, algo alejadísimo de la realidad ya que él odiaba a este tipo de personas y en algunas ocasiones más abordó este tema en sus letras siempre desde el respeto hacia las víctimas y el repudio hacia quien comete estos actos tan denigrantes.
Esta composición lleva el título de “Polly” y tiene un sonido pausado, casi monótono en el que Cobain toca la guitarra acústica con un acompañamiento de bajo en segundo término con un ritmo muy cadencioso, reduciéndose el sonido de la batería casi en exclusiva al de los platillos. Una grandísima canción que se sale del contexto general del álbum.
Para terminar de rematar todo ese halo especial que rodea a esta canción, os contaré que Cobain utilizó para su grabación una guitarra vieja de segunda mano que compró en una tienda pocos días antes de encerrarse en el estudio de grabación. La utilizó tal cual, sin cambiarle las cuerdas tan siquiera, y por ese motivo el sonido parece desafinado por momentos y con un tono casi constante al que se adaptaron sus dos compañeros. De haber utilizado una guitarra distinta o simplemente haber cambiado las cuerdas estoy convencido que esta canción habría perdido toda su esencia. De nuevo geniales.
De lo que no cabe ninguna duda es de que nunca fueron políticamente correctos y siempre dieron rienda suelta a sus pensamientos y a sus ideas. Como ejemplo más claro valga que en un primer momento el disco iba a llevar el título de “Sheep” (oveja), porque así es como ellos veían a la sociedad norteamericana, como un auténtico rebaño que seguían el camino que marcaba el pastor sin preocuparse si era el correcto o no. Cobain se refería así, además, al público que iba a comprar su disco porque pensaba que una vez que empezaran a comprarlo algunos, de inmediato el resto del rebaño iría detrás. Ni que decir tiene que su sello discográfico les obligó a cambiar el título.
Y si hablamos de comportamientos inadecuados, la canción que viene a continuación se lleva la palma en este sentido. Su título ya es lo suficientemente llamativo como para llamar la atención y llevar a algunos a pensar mal de ella, además de que es una especie de canto antimachista que en los momentos que vivimos habría encajado a la perfección.
Se trata de “Territorial Pissings”, que traducida viene a significar “meadas territoriales”, en la que se mueven con una intensidad desatada hasta el punto de que era la canción elegida para cerrar todos y cada uno de sus conciertos con un final totalmente desatado con un público casi fuera de control viendo como terminaban destrozando sus instrumentos sobre el escenario. Pura energía.
En este sentido, era bastante habitual que en sus actuaciones en televisión no dejaran a nadie indeferente con su comportamiento. En su primer viaje a Inglaterra serían invitados a actuar nada más y nada menos que en el programa nocturno de mayor audiencia de la mismísima BBC, una de las cadenas más serias que uno pueda encontrarse. Estaba previsto que tocaran “Lithium”, pero una vez más se saltarían las normas y la canción que interpretarían sería “Territorial Pissings”. No se cortaron lo más mínimo y cuando terminaron su actuación no solamente destrozaron sus instrumentos sino que también lo hicieron con el escenario. El escándalo que se formó fue espectacular y su casa discográfica tuvo que salir a pedir disculpas públicamente y hacerse cargo de todos los gastos.
Cuando comenzaron a trabajar en este nuevo disco fueron conscientes de que tenían entre manos algo grande, algo que iba a llevarles muy lejos. Era tal el ansia que tenían porque este álbum viera la luz que ensayaron una y otra vez todas y cada una de sus canciones incluso antes de que ni tan siquiera supieran bajo que sello discográfico iban a publicarlo. De esta manera dejarían con la boca abierta a todos los técnicos cuando por fin se encerraron en el estudio de grabación de las pocas tomas que tuvieron que realizar para tenerlo terminado.
Además sorprendería sobremanera la intensidad con la que eran capaces de emplearse en el estudio, llamando la atención poderosamente el “ruido” que eran capaces de hacer solamente tres músicos con unas sencillas notas de guitarra, bajo y batería. Canciones tan intensas como la que aparece a continuación en el álbum.
Se trata de “Drain You”, la canción que estaba considerada por el propio Cobain como la mejor de todo el álbum y que según su opinión marcaba las pautas de lo que debía ser el grunge.
A nadie se le escapa que Cobain tenía una personalidad bastante atormentada y que su manera de comportarse siempre fue muy peculiar. Estaba lleno de manías e intentaba tener un comportamiento con sus seres queridos que en algunas ocasiones llegaba a la obsesión, algo que se veía reproducido en algunas de sus actitudes ante sus composiciones.
Dentro de esas obsesiones sin duda alguna la mayor era la que le producía su amor hacia su mujer, Courtney Love, con la que mantuvo una especie de relación amor-odio-autodestrucción que fue en gran medida la causante de su trágico final. Para que todos nos hagamos una idea de hasta donde llegaba esa obsesión os cuento la historia de la siguiente canción de “Nevermind”.
Antes de iniciar su relación con Courtney, Cobain tuvo una novia llamada Tobi Vail, con la que acabó bastante mal. Su relación fue tan desastrosa que le compuso una canción titulada “Lounge Act” en la que le echaba en cara muchas cosas y no la dejaba en demasiado buen lugar. Esta canción fue incluida casi en el último momento en el álbum porque lo último que Cobain quería era irritar a su nuevo amor.
Para que os hagáis una idea de hasta donde llegaba la inseguridad de Cobain ante su relación con Curtney, solamente interpretaba esta canción si ella estaba presente, por lo que durante sus giras en ocasiones la tocaban y en ocasiones no. Como ya os digo siempre fue una persona bastante atormentada.
A continuación llega otra de las canciones que levantó cierta polémica en Estados Unidos. No por su sonido ni por la temática de la que hablaba sino por una frase que se incluye en su letra y que fue considerada como poco apropiada, por ser finos a la hora de calificar lo que sobre ella se dijo.
Se trata de una canción que reincide en lo del conformismo de la sociedad, en lo de calificarnos de ovejas que comentaba antes, y en la que aparece el nombre de Dios en su letra, surgiendo aquello de “con la Iglesia hemos topado”.
La frase de la polémica dice algo así como que “Dios es gay” y como os podéis imaginar provocaría que el falso puritanismo de la sociedad norteamericana se rasgara las vestiduras. Eso sí, a ellos no les afectaría lo más mínimo, una vez más permanecerían ajenos a cualquier opinión que sobre ellos se vertiera.
Uno de los objetivos que Cobain y sus dos compañeros tenían cuando comenzaron a componer las canciones del disco era la de darle un toque más pop a su música que el ofrecido con su álbum de debut. Su fuente de inspiración era el grupo The Pixies y querían acercarse de alguna manera a su estilo y su sonido. Escuchando la mayoría de las canciones que integran el álbum la impresión que da es que no lo consiguieron del todo porque seguína sonando atronadores, afortunadamente.
De hecho, cuando estaban embarcados en la composición de las últimas canciones que iban a formar parte del álbum se dieron cuenta de que su objetivo no estaba siendo cumplido a rajatabla, por lo que la última canción que crearon pasa por ser la que posee un sonido más pop. Seguramente este era el objetivo real y les queda perfecto.
La canción en cuestión lleva el título de “On a Plain” y a pesar de su inicio, con un sonido totalmente distorsionado, como si de una prueba de sonido se tratase, muestra un sonido más dulce y menos agresivo que el resto de las canciones. A mí me parece muy buena, no sé que opinaréis vosotros.
Llega entonces el supuesto momento de cerrar el disco, y digo supuesto porque como veremos a continuación nos tenían guardada una sorpresa final. Para ello Cobain utilizaría la canción más personalista, intimista y sentimental de todo el álbum ya que fue compuesta en uno de los momentos más delicados de su vida.
Durante algún tiempo Cobain tuvo que pasar las noches durmiendo debajo de puentes, en salas de espera de hospitales o estaciones de tren. Eran los tiempos en los que intentaba abrirse camino en el mundo de la música y todavía no había conocido a los que iban a ser sus compañeros de fatiga. Tiempos complicados y difíciles que el narró a la perfección en una tenebrosa y tranquila balada que costó mucho que saliera finalmente a la luz como a continuación os cuento.
Se trata de “Something in the Way”, una auténtica genialidad, no exenta de dificultad a la hora de grabarla. Cobain grabaría su parte en primer lugar y después Ghrol y Novoselic tendrían que trabajar duro para ser capaces de adecuar la batería y el bajo al ritmo tan tenue y lento que presentaba la composición creada por el talento de su amigo. Para rizar el rizo, introducirían unos arreglos de violonchelo que tendrían que ser repetidos una y otra vez por la tremenda dificultad que llevaba el adecuar su tono al ritmo adecuado. El esfuerzo merecería la pena porque el cierre del álbum es una auténtica joya.
Durante la grabación del álbum, mostraron su intención de incluir al final del mismo, justo después de “Something in the Way”, una especie de canción oculta que no figurara en los créditos del álbum y que significara una sorpresa para todo aquel que lo comprara. En ella daban rienda suelta a todos sus “instintos”, mostrando un sonido totalmente distorsionado, muy duro, cercano al heavy metal más rotundo que podamos pensar, y repleto de gritos descomunales. Una canción difícil de calificar, la verdad sea dicha.
Sin embargo, cuando llegó el momento de maquetar el álbum, esta canción fue omitida y no aparecío en los discos que salieron al mercado para su venta. Cuando Cobain y los suyos se percataron del descuido montaron en cólera y exigieron a su sello discográfico que reparasen el eror cometido de inmediato. Las primeras 20.000 unidades del álbum fueron vendidas sin este añadido pero en las siguientes aparecería como una pista oculta que aparecía diez minutos después de finalizar la última canción que figuraba en los créditos del disco, lo que la convirtió en una especie de mito.
De esta manera, serían muchos los que tras haber comprado el álbum en los primeros días de su salida al mercado, lo volvieran a comprar poco después para tener en sus manos el disco al completo y poder sorprenderse con el desatado sonido de “Endless, Nameless”, la canción más inquietante de todas las que se incluyen en “Nevermind”.
De lo que no cabe ninguna duda es de que “Nevermind” se convirtió en el auténtico catecismo del grunge y batió las espectativas más optimistas que se hubieran imaginado. De hecho, las primeras copias del álbum se agotaron de inmediato en las tiendas y su sello discográfico tuvo que paralizar la producción de otros discos de otros artistas que estaba previsto que se publicaran en aquellas fechas para dedicarse casi en exclusiva al abastecimiento de las tiendas de discos del álbum de Nirvana que se convertía de esta manera en el acontecimiento musical de 1991 y uno de los trabajos más emblemáticos de la década de los 90.
A partir de este instante, Nirvana se convirtieron en un fenómeno de masas y cuando viajaron hasta Europa para llevar a cabo la correspondiente gira promocional se sintieron agobiados de verdad, con recintos repletos de un público que superaba el aforo permitido y un seguimiento por parte de la prensa que ni ellos mismos habían imaginado. Ésa no era su intención ya que nunca fueron amigos de la fama ni del autobombo, pero casi sin querer se habían convertido en la gran referencia musical de la década de los 90.
LISTA DE LOS AÑOS 80
Continuamos ya el habitual repaso de las listas graminoleñas de otras épocas y nos situamos en un primer momento en el 23 de octubre de 1988 para deleitarnos con las dos canciones que pasaban a formar parte de nuestra familia musical aquel día. La primera de ellas nos llega desde las tierras más exóticas de África, mientras que la segunda nos la ofrece uno de los grupos más importantes del pop español. Procedamos.
A finales de los 80 surgió una especie de fervor por la música realizada por artistas africanos. Hasta ese momento su música era residual y solamente podía escucharse en programas radiofónicos especializados en la materia, siendo su promoción y venta bastante precaria. Sin embargo, la aparición de una serie de artistas que comenzaron a colaborar con cantantes europeos y norteamericanos ayudaría a descubrir el talento de algunos músicos africanos que dejaron de ser unos auténticos desconocidos para el público del resto del mundo.
Uno de los cantantes africanos que surgió como un rayo en aquel momento es Mory Kanté, considerado como uno de los mejores artistas del continente africano y auténtica referencia para muchos de los músicos que han ido surgiendo por el mismo. Nacido en Guinea, se trasladó siendo muy niño a Mali donde se empapó de la cultura del país convirtiéndose en un virtuoso de un instrumento propio de aquella tierra como es el Kora, una especie de arpa.
En el año 1987 publicaba su tercer álbum bajo el título de “Akwaba Beach”, que fue debidamente promocionado en Europa y Estados Unidos alcanzando gran aceptación y un buen número de ventas, gracias sobre todo a la canción que fue publicada como tercer sencillo. Se trata de “Yeke Yeke”, un tema que acercó la música africana al resto del mundo y que se convirtió en una de las canciones más aclamadas del año 1988. En nuestra lista permanecería durante 29 semanas para alcanzar el puesto número 12 como mejor registro.
La segunda entrada de aquella semana estaba protagonizada por Duncan Dhu, que habían pubicado por aquellas fechas un álbum titulado “El Grito del Tiempo” con el que habían cambiado totalmente de registro con respecto a su aclamado “Canciones”. Ellos no estaban demasiado convencidos con estos cambios, pero lo cierto es que las ventas que alcanzaron fueron tremendas y dieron por bueno el esfuerzo de aguantar algunas cosas que no les gustaron demasiado, como que las labores de tocar los instrumentos fueran llevadas a cabo por músicos de estudio.
Su música había dado un giro de 180 grados y el público lo había recibido bastante bien. Atrás quedaba su sonido casi acústico y sereno, para dar más protagonismo a las guitarras eléctricas y a unos tonos muchos más contundentes. A pesar de que ellos habrían preferido hacerlo de otra manera, los cambios introducidos por Paco Trinidad, de nuevo productor del álbum, terminarían siendo un gran acierto y marcarían de algún modo el camino a seguir a partir de ese instante.
El caso más evidente de esta llamémosle evolución se hace palpable en “La Barra de Este Hotel”, una canción en la que hay una importante parte instrumental al final que, evidentemente, no lleva su sello sino el de los músicos de estudio que realizaron estas labores, algo que para los tres miembros del grupo tendría un regustillo algo artificial, además de adentrase un sonido que recuerda a ritmos ligados a la psicodelia de los 70.
En nuestra lista su nuevo estilo también obtendría una buena aceptación. Sin ir más lejos esta composición permanecería con nosotros durante 37 semanas para alcanzar el top 8.
LISTA DE LOS AÑOS 90
Avanzamos los diez años de rigor y nos situamos en el 25 de octubre de 1998 para fijarnos en la lista que estrenábamos ese día y que contaba con la única novedad del cambio en el número 1. Eso sí, no os preocupéis que os regalaré los oídos con una canción de aquellos tiempos que no entró en nuestro ránking pero que debería haberlo hecho. Un tema espectacular de la mano de una gran banda. Pero antes recordemos el sonido del que se convirtió aquel día en nuestro nuevo número 1.
D. J. Kun y su “Ponle Sabor” se bajaban del trono tras disfrutar de él solamente una semana. Sus “herederos” eran los mexicano Molotov que con su canción de alto contenido político, algo que ya os conté en el momento de su entrada en lista, titulada “Gimme Tha Power” se situaban al mando de las operaciones durante un largo periodo de tiempo que ascendería a nada más y nada menos que 21 semanas. Sin duda alguna se trata del mayor éxito a nivel internacional de toda su carrera.
Vamos ya con el habitual regalo del que disfrutamos cada vez que no tenemos ninguna nueva entrada en alguna de las listas que repasamos. La de hoy es una pasada. Una canción que me encanta de otro de mis grupos preferidos (digo esto tantas veces que ya pierde su significado). En esta ocasión me refiero a los estadounidenses The Offspring.
La canción que he elegido, además de ser posiblemente la de mayor éxito comercial de toda su carrera, viene apoyada por un videoclip espectacular, en plan irónico y festivo que sirve para parodiar la crítica que hicieron sobre la sociedad norteamericana en general y sobre el comportamiento de los jóvenes hacia la música en particular. Me explico.
Acababan de publicar un álbum titulado “Americana” con el que como ya os digo no dejaban títere con cabeza a la hora de criticar la sociedad de su país. Entre sus canciones más representativas se encontraba este maravilloso “Pretty Fly (for a White Guy)” con el que criticaban acidamente la actitud de los jóvenes aficionados a la música de su país que se sentían los reyes del barrio dejándose llevar por el ambiente del hip-hop que todo lo llenaba en aquella época. Venían a decir que a la mayoría de ellos no les gustaba realmente ese tipo de música pero fingían beber los vientos por ella porque era lo que se llevaba. No les falta razón y se me antoja que puede hacerse extensivo a los tiempos reggaetoneros que vivimos.
Cuando aparecieron en el panorama musical internacional en el año 1984 se convirtieron en una especie de adalides de la recuperación del punk-rock más purista. En esta canción quisieron hacerle un pequeño guiño a uno de los grupos que tomaron como referencia como eran Def Leppard, al iniciar esta canción con una expresión en aleman que no significa absolutamente nada y que éstos incluyeron en “Rock of Ages”, el famoso “Gunter, glieben, glauten, globen”. Geniales.
LISTA DEL NUEVO MILENIO
Cerramos por hoy el repaso a las listas graminoleñas de otros tiempos con las dos entradas que se producían en la que estrenábamos el 19 de octubre de 2008. La primera de ellas la protagoniza un peculiar dúo español que de manera inesperada obtuvo bastante éxito durante aquellos tiempos y una nueva entrega de esos monstruos que son The Cure. Vamos con ellas.
En la segunda edición del famoso concurso televisivo de Operación Triunfo, una joven llamada Mai Meneses se convertía en la primera expulsada del mismo y de alguna manera veía truncadadas sus posibilidades de abrirse camino en el mundo de la música. Sin embargo, la experiencia le valdría para iniciar una relación sentimental con uno de los técnicos de sonido del programa llamado Kim Fanlo que además hacía sus pinitos como músico y compositor.
Casi sin darse cuenta iniciarían juntos un proyecto musical al que iban a dar el nombre de Nena Daconte y con el que iban a lograr un éxito tan inesperado como sorprendente, superior incluso al que lograrían algunos de sus compañeros de concurso que llegaron a las últimas rondas del mismo. Cosas de la música.
Se trata de “Tenía Tanto que Darte”, una canción con un sonido pop sin mayores pretensiones que nos acompañaría durante 55 semanas para llegar a colocarse algunas de ellas en el número 1, algo que ya habían conseguido con anterioridad con “En que Estrella Estará”. A pesar de su prematura eliminación en el concurso televisivo, Mai supo reinventarse y lograr el éxito.
En un primer momento todo el mundo dio por hecho que la letra de esta canción hablaba de amores y desamores, pero comenzó a extenderse el rumor de que Mai la había compuesto poco después de sufrir un aborto. Ella nunca admitió ni desmintió si esos rumores eran ciertos o no, limitándose a señalar que su canción debe de significar cosas distintas para cada persona. Vamos, que “ni pa ti, ni pa mí”.
La segunda entrada que se producía en la lista de aquel 19 de octubre de 2008 es un lujo más de los que The Cure nos iban ofreciendo cada mes en aquellos tiempos. Os refresco un poco la memoria. Durante ese año, la banda del señor Smith fue publicando el día 13 de cada mes un nuevo sencillo de su álbum “4:13” y todos y cada uno de ellos fueron entrando en nuestra lista, para regocijo de nuestros oídos.
En esta ocasión el sencillo llevaría el título de “The Perfect Boy” y vendría acompañado como todos los demás de su correspondiente videoclip grabado en blanco y negro. De todos los que se publicaron, éste es mi preferido.
TAMBIÉN ES MÚSICA
El mundo de la música está repleto de ocasiones en los que distintos artistas versionan grandes éxitos de otros compañeros de fatiga. En unas ocasiones lo hacen con mayor acierto que en otras, pero siempre desde el mayor respeto y con la pretensión de rendir tributo de alguna manera a esas canciones versionadas, en la mayoría de los casos grandísimas composiciones.
Desgraciadamente, en ocasiones esas versiones terminan convirtiendose en auténticos esperpentos, algunas veces de manera deliberada y otras no. Hoy vamos a centrarnos en éstas últimas, es decir, en versiones realizadas por algunos artistas que estaban convencidos de hacer algo grande y que terminaron ofreciéndonos algo casi cómico. Os dejo a continuación tres ejemplos y ya os aviso que el último de ellos es el más sorprendente porque nos lo ofrecen uno de los grupos españoles de mayor éxito de la historia. Hasta el mejor escribano echa un borrón.
RINGO / MARILYN NO SE QUIERE CASAR
En el año 1979 The Buggles publicaban uno de los auténticos himnos del tecno pop de aquella época, el mítico “Video Killed the Radio Star” con el que lograron un extraordinario éxito. Como era de esperar no tardaron mucho en surgir algunos espabilados que viendo la repercusión que esta canción estaba teniendo quisieron ofrecer su propia versión y subirse así al carro del triunfo.
El artista en cuestión inició su carrera en el año 1972 bajo el nombre de Ringo Willy Cat, aunque años después lo reduciría a simplemente Ringo. Durante su carrera no había logrado éxitos sonados a nivel internacional pero tenía cierta aceptación en su país natal, aunque tampoco de mucho relumbrón. De hecho su mejor jugada fue posiblemente el matrimonio que formó durante algo más de seis años con la también cantante Sheila, logrando bajo su sombra dar un pequeño respiro a su carrera.
En el año 1979 vio una gran oportunidad en versionar el gran éxito de The Buggles haciéndolo a su manera. Publicaría una versión cantada en francés en la que le cambió la letra de arriba abajo y que llevaría el título de “Qui Est Ce Grand Corbeau Noir?”, que traducido quiere decir “¿Quién es ese Cuervo Negro? Os podéis imaginar ya cual era la calidad de esa versión, pero lo más sorprendente del caso es que llegaría a ser número uno en el país vecino.
La cosa no quedaría ahí ya que en un alarde de ambición y optimismo lanzaría otra nueva versión de manera inmediata traducida al español. Volvería a cambiarle el título y la letra pasando a convertirse en “Marilyn No Se Quiere Casar” y decía cosas como “De Lejos vengo en mi cohete sideral / No sé si aquí estaré bien o estaré mal / En mi radar, en mi motor hay un puñal”. Si todo lo que os he contado ya os parece tétrico, esperad a oir la canción.
PRÍNCIPE GITANO / IN THE GHETTO
Dejamos Francia y regresamos a nuestro país, para la siguiente versión, a la que no voy a calificar por ser políticamente correcto. Y es que a la hora de versionar algunos no se cortan los más mínimo y por muy distinto que sea el estilo en el que ellos se mueven se atreven con las más grandes canciones de los mayores artistas de la historia de la música. El caso que llega a continuación es uno de esos ejemplos y yo personalmente siento vergüenza ajena cuando me paro a pensarlo.
Enrique Castellón Vargas, artísticamente conocido como El Príncipe Gitano, es uno de los cantantes de flamenco más importantes de nuestro país. Con una dilatada carrera de más de cincuenta años se fue convirtiendo con el tiempo en un referente de la música española en toda su esencia. Sin embargo, no sé que se le pasaría por la cabeza cuando en el año 1995 decidió realizar una versión que evidentemente no estaba a su alcance.
Ni corto ni perezoso se atrevió a versionar el gran clásico “In the Ghetto” del mismísimo Elvis Presley. El intento de versionar esta composición en plan flamenquito y tal ya es toda una osadía, pero hacerlo además cantando en inglés … Lo dicho, vergüenza ajena, que queréis que os diga. Me extraña que Santiago Segura no la haya utilizado en alguno de sus “Torrentes”.
Por cierto, lo cortés no quita lo valiente y está claro que en lo suyo, en el flamenco y la rumba, este artista tiene un grandísimo prestigio, al igual que su hermana Dolores Vargas “La Terremoto”. Deben de ser los genes. Eso sí, para los idiomas no está demasiado dotado el hombre.
MECANO / AL ALBA
Para cerrar las versiones desafortunadas de grandes canciones nos venimos hasta Madrid donde tres jóvenes intentaban abrirse camino en el año 1979 participando en un concurso televisivo que tenía gran aceptación en aquella época. Con el tiempo se convirtieron en un auténtico fenómeno de masas y en el grupo español que más discos vendió pero lo cierto es que aquel día no tuvieron una actuación demasiado afortunada. Me estoy refiriendo a los mismísimos Mecano.
Ana Torroja y los hermanos José María y Nacho Cano son parte fundamental de la música española y sus canciones on conocidas tanto por aquellos que vivieron su carrera en directo como por las generaciones que llegaron detrás, dejándonos un sinfín de composiciones que se han convertido en auténticos himnos y banda sonora de nuestras vidas. Solamente publicarían seis discos mientras permanecieron juntos pero todos y cada uno de ellos supusieron un auténtico hito en su momento.
En el año 1977 José María Cano conoce a Ana Torroja en una fiesta e inician una relación sentimental. Por aquel entonces, él había iniciado su andadura como cantautor tocando la guitarra y desde ese momento contaría con Ana como acompañante en los coros intentando abrirse camino dentro de la música. Casi de inmediato, Nacho, hermano pequeño de José María, se une a ellos tras no haber prosperado su proyecto al frente del grupo Prisma, pese a que su manera de hacer música es muy distinta a la de su hermano mayor.
La voz cantante la llevaba en ese momento José María y el trío atendía al nombre de José María Cano y Amigos. En el año 1979 les llega una gran oportunidad ya que participan en el programa de Televisión Española llamado “Gente Joven”, un concurso que buscaba jóvenes talentos, en el que interpretan un par de canciones entre las que se encuentra una versión muy particular de “Al Alba”, la maravillosa canción de ese genio que es Luis Eduardo Aute. El calificativo de particular es por no ser demasiado cruel.
Menos mal que a partir de ese instante Ana se convertiría en la vocalista principal y su estilo musical cambiaría radicalmente porque de no haber sido así la historia habría sido muy distinta … ya me entendéis.
LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA
Hemos llegado al final del número de “La Graminola” de hoy y, como siempre, nos quedaremos con un inmejorable sabor de boca gracias a las tres canciones que conforman su contraportada. Buena música española aderezada con uno de los mejores grupos de rock sinfónico de la historia de la música. Disfrutémoslas.
EFEMÉRIDE
Una de las más inconfundibles voces del mundo del rock cumple hoy 74 años. Para felicitar debidamente al grandísimo Jon Anderson disfrutamos de su música y de su talento. Uno de los grandes, sin ningún género de dudas.
Hay grupos que más allá de gustos musicales terminan obteniendo el reconocimiento generalizado de los aficionados a la música. Son bandas legendarias que gustan prácticamente a todo el mundo y que cualquiera de sus discos es sinónimo de calidad. El protagonista de la efeméride de esta semana es el vocalista de precisamente uno de estos grupos que además nos ha regalado a lo largo de su carrera grandes colaboraciones con otros artistas igual de notables que él. Estoy hablando de un cantante único en su especie como es Jon Anderson.
En el año 1968 junto a Chris Squire, Peter Banks, Bill Bruford y Tony Kaye fundó el grupo Yes, con el que nos ofrecería unos momento espectaculares gracias a la impresionante manera de tocar de todos ellos y, sobre todo, a su carisma y su inconfundible e insuperable voz.
En la historia de la música podemos encontrarnos a grandes artistas que nos han dejado momentos maravillosos con sus espectaculares voces, pero en el caso de Anderson podemos decir que es único en su especie porque es capaz de llegar a unos tonos altísimos pero sin caer en el falsete como le sucedía a otros cantantes con registros similares al suyo. Nadie ha cantado nunca como él. Podrán haberlo hecho mejor o peor, pero como él ninguno.
Para celebrar que tal día como hoy de 1944 venía al mundo tan gran artista, vamos a recordar uno de sus mejores momentos. He dudado mucho sobre que canción ofreceros ya que tanto en Yes como en sus colaboraciones con Vangelis, con el que grabó varios discos, nos ha dejado momentos tremendos, pero creo que lo justo es recordarle a los mandos vocales de esa gran banda que fundó en el año 1968.
Al final me he decantado por una grandísima canción que a mí personalmente me encanta y que viene acompañada de un videoclip genial. Se trata de “Owner of a Lonely Heart”, una canción que muestra en esencia lo que eran Yes y lo que es Jon Anderson, y que se incluía en el álbum “90125” publicado en el año 1983.
LA EDAD DE ORO DE LA MÚSICA ESPAÑOLA
La música de oro en español de esta semana nos la traen unos chicos que surgieron de la nada y poco a poco se están haciendo grandes. Ellos son Miss Caffeina.
Vamos ya con la música española que cada semana nos acompaña en la contraportada de nuestra revista, aunque como veremos en breve tendrá continuidad en la novedad que hoy os voy a recomendar. Para ello no nos vamos muy atrás en el tiempo ya que los protagonistas son un grupo de actualidad al que el éxito y el reconocimiento merecido no les ha llegado hasta diez años después de su formación. Estoy hablando de Miss Caffeina.
Sus primeros pasos los dieron en el año 2006 y en aquellos tiempos se mostraron muy activos en las redes sociales desde donde publicaban sus canciones y daban a conocer su música. De esta manera, y gracias al boca a boca, se irían haciendo bastante populares en el panorama indie español distribuyendo varios EPs a través de internet. Lo de Juan Palomo, vamos.
Poco a poco fueron adquiriendo mayor popularidad hasta que en el año 2012 publican su primer larga duración titulado “Imposibilidad del Fenómeno”. Pero su gran momento llegaría en el año 2016 con la aparición en el mercado del que es hasta ahora su último trabajo titulado “Detroit”, con el que empezaron a sonar en las radios de todo el país y subir en cuanto a estatus a la hora de promocionar su música.
En este álbum ofrecen un sonido que nos recuerda a los tiempos del pop español de los 80 y en el que introducen de manera más notoria sintentizadores que le dan a algunas de sus canciones un aire que recuerda al tecno más purista de aquella época. Música a todo ritmo y pegadiza que evidencia que si se hacen bien las cosas se puede triunfar con estilos distintos de la electrónica, el hip-hop o el reggaetón.
“Detroit” me parece un muy buen disco y he de reconoceros que me enganchó desde el principio. Entre sus canciones he elegido este “Mira Como Vuelo” que viene a mostrarnos las aguas en las que se desenvuelve su música. Ahora a esperar con expectación su próximo trabajo, que ya va siendo hora.
NOVEDAD
Suele decirse que los viejos rockeros nunca mueren y en el caso de Jorge Martínez y sus eternos Ilegales es así. Pasen los años que pasen siguen en activo y nunca dejan de publicar buenos discos. Acaba de salir al mercado el último, bajo el título de “Rebelión”, y con él no engañan a nadie, ofreciendo su música de siempre casi sin esfuerzo. Disco muy recomendable.
Si hay un calificativo que encaja a la perfección con Ilegales ése es “auténticos”, porque llevan más de 30 años al pie del cañón, haciendo prácticamente la misma música de siempre y sobreviviendo a modas y nuevas tendencias como nadie. Con el siempre histriónico Jorge Martínez acaban de publicar un nuevo álbum con las mismas señas de identidad que de costumbre, mucha guitarra, ritmo rápido, canciones cortas y letras comprometidas y contundentes.
El álbum lleva el título de “Rebelión” y en él se hacen eco de los momentos que vive nuestra sociedad y llama a la movilización contra las injusticias y los abusos. Un Jorge Martínez en estado puro que nunca ha sido políticamente correcto y que ahora lo es todavía menos, aunque reconoce que echa de menos los tiempos de la década de los 80 en los que todo estaba permitido sin que nadie se rasgara las vestiduras por decir cosas que fueran a contracorriente.
Escuchando este disco la impresión que da es que los años no pasan por el grupo, que a pesar de los numerosos cambios que ha atravesado en cuanto a miembros durante todos estos años mantiene su esencia en estado puro como podemos apreciar en este “Si No Luchas Te Matas”, toda una declaración de intenciones.
Por hoy esto es todo, pero ya sabéis que en siete días la buena música graminoleña regresa para acariciaros los oídos.
Hasta entonces, Graminoleños.
JUAN JOSÉ GOMARIZ