Revista Música

La graminola – número 60 – 17 de enero de 2019

Publicado el 16 enero 2019 por Perendengon

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.

Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En “Los Pioneros” rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección “Comparte Que Algo Queda” disfrutamos de duetos de los de verdad, de grandes momentos compartidos de la múisca. Por último, la contraportada es el auténtico  colofón con noticias de actualidad, efemérides y música española.

Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.

NUESTRA PORTADA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

La única novedad en forma de entrada de la lista de actualidad de esta semana nos trae a una últimamente asidua Dua Lipa acompañada de las coreanas Black Pink.

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Si hablamos de la música de los 50 hay que referirse a ellos, auténticos pioneros. Hoy nos visitan The Platters, un grupo con una historia repleta de situaciones curiosas sin la que es imposible entender la música.

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La lista de los 60 nos trae la música de Marisol y un clásico entre los clásicos de siempre como es “Eloise” de la mano de Barry Ryan.

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La única entrada que se produce en la lista setentera que analizamos esta semana nos la trae un espectacular músico y gran cantautor como es Jackson Browne. Lo hace, además, con una de esas canciones que todos conocemos y adoramos de verdad y que no puede faltar en ninguna velada romántica que se precie. Una de esas baladas imprescindibles para disfrutar de grandes momentos a la par que inolvidables.

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Otra semana más tenemos un póster central excepcional. Ya estaban tardando en aparecer por aquí y a buen seguro de que no será la última vez que protagonicen la sección de “El Álbum de la Semana”. Supertramp nos ofrecen hoy la primera de sus auténticas obras maestras, el mítico “Crime of the Century”, el disco con el que podría decirse que empezó todo.

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La lista de los 80 nos trae dos nuevas entradas. La primera de ellas de la mano de un grupo español que daba sus primeros pasos. La segunda conquistó a todo el mundo con el silbido más famoso.

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La lista de los 90 que analizamos en el número de eta semana tiene total protagonismo femenino, sobre todo con el regalo que nos hicieron gracias al cine esas dos grandes divas llamadas Mariah Carey y Whitney Houston.

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Terminamos el repaso de las listas graminoleñas de otras épocas con la del nuevo milenio que esta semana nos trae la música de Juanes y de unos renovados La Oreja de Van Gogh que estrenaban ciclo con nueva vocalista.

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Seguimos ofreciendo grandes colaboraciones de grandes artistas. Con solamente decir sus nombres ya sabemos lo que nos van a ofrecer. Esta semana todo corre a cargo de Shakin’ Stevens, Bonnie Tyler, Zoé, Búnbury, Mikel Oldfield y Jon Anderson.

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Como cada semana nos despedimos a lo grande con la música que nos trae la contraportada de “La Graminola”. Para decirnos hasta pronto nos acompañan Paul Young, Los Cardiacos y Basement, quienes nos dejan un perfecto sabor de boca a base de buena música.

LA LISTA DE LA GRAMINOLA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Dos son las canciones de actualidad que vamos a escuchar en el día de hoy. Tenemos una nueva entrada, con música un tanto especial y casi exótica y cambio en el número 1. No es como para tirar cohetes pero tampoco es de los peores días, que vendrán.

Poco le ha durado a Eleni Foureira la euforia por colocarse en lo más alto de nuestra lista ya que solamente ha aguantado en tan privilegiada posición una semana. Supongo que pensará que le quiten lo bailao, pero lo cierto es que ha sido bastante breve. Sus sucesores son un grupo y una solista que han colaborado juntos con una canción reivindicativa de la que ya os hablé en su día.

Los protagonistas son Maroon 5 y Cardi B, quienes juntos están triunfando a lo grande con una canción que rinde tributo de alguna manera al movimiento “#Me Too”. Se trata de “Girls Like You” y viene acompañada de un videoclip en el que aparecen algunas de las mujeres más significativas del momento en distintas facetas como Gal Gadot, Ellen DeGeneres, Jennífer López, Mary J. Blige o Elisabeth Banks, entre otras. Pues nada, que éste es el nuevo número uno de nuestra lista desde el pasado 13 de enero.

Es bastante curioso que ésta sea la segunda oportunidad en la que los chicos de Adam Levine consiguen auparse a lo más alto. En la otra ocasión, en el año 2011, lo harían con un tema interpretado a medias con Christina Aguilera titulado “Moves Like Jagger”. Digo lo de curioso porque mira que tienen buenas canciones Maroon 5 y han conseguido sus mejores logros colaborando con artistas femeninas y con canciones que no pasan del aprobado raspado. Cosas de la música.

Vamos ya con la única nueva entrada que presenta la lista graminoleña de actualidad de esta semana y que yo calificaba como un tanto exótica. Que no se asuste nadie que esta afirmación no la hago por el estilo musical, aunque quien sabe si algo exótico arreglaría lo que vivimos en nuestros días, sino por la procedencia de sus protagonistas, una cantante británica de ascendencia albanokosovar y un grupo formado por cuatro chicas surcoreanas. Casi nada al aparato.

La protagonista principal es Dua Lipa, una joven nacida en Londres tras la huída de sus padres desde Kosovo por motivos políticos. Es uno de los muchos casos que se dan en el mundo de la música en estos días inciertos que vivimos de artistas que se dan a conocer colgando sus canciones en plataformas como YouTube y similares y poco a poco van ganando terreno hasta lograr publicar un álbum y triunfar entonces como mandan los cánones. Los cánones de hoy en día, claro está.

En esta ocasión ha hilado muy fino a la hora de elegir con quien colaborar con la canción que hoy nos ofrece. Ha viajado nada más y nada menos que hasta Corea del Sur para unir su voz a la de las cuatro chicas que componen uno de los grupos del momento en el país asiático y que ya ha lanzado sus tentáculos a países de su entorno como Japón o China.

De un tiempo a esta parte se ha hecho bastante habitual en el país coreano lanzar a distintos grupos femeninos que no son otra cosa que un claro producto de márketing, de ésos de usar y tirar, que logran una tremenda repercusión gracias a una desmedida campaña de promoción y que en un par de años, a lo sumo tres, pasan al olvido, siendo sustituidos de inmediato por otro producto de similares características. El último de estos fenómenos atiende al nombre de Black Pink y son las encargadas de acompañara a la británica en este prescindible “Kiss and Make Up”.

Curiosamente no es ésta la única presencia coreana en nuestra lista. Hace unos años, la música de ese país ya hizo una primera incursión en terreno graminoleño con el famoso e insoportable “Gangnam Style” del histriónico PSY. Ésas son las “exóticas” exportaciones surcoreanas.

LOS PIONEROS

Hace unas semanas llegaba a esta misma sección la figura de Berry Gordy como fundador y dueño absoluto del sello “Tamla Motown” que tantos y tantos buenos momentos nos dejó con esos artistas pioneros que pasaron por su empresa. De esta manera quedaba claro que muchas veces la figura de personajes distintos a los artistas que todos conocemos y admiramos ha sido fundamental para que esa música que tanto nos gusta y que tanto ha significado haya llegado a producirse.

Con el grupo que viene a continuación sucede algo similar. Ellos de por sí se convirtieron en unas grandísimas figuras durante la década de los 50 dejándonos algunos himnos que todos conocemos, pero lo cierto es que sin la figura de su mánager y productor, Buck Ram, todo habría sido muy distinto y es más que probable que The Platters no hubieran ofrecido el nivel que ofrecieron.

Así pues, vamos a deleitarnos hoy en la sección de “Los Pioneros” con la magistral música que nos ofreció este maravilloso quinteto pero siempre con la sombra de su verdadera alma máter detrás de ellos. Ram supo ver lo que hasta los propios miembros del grupo no eran capaces de observar y gracias a ello la música romántica alcanzaría límites casi insospechados.

ONLY YOU (AND YOU ALONE)

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El grupo se formó en el año 1953 y en un primer momento estaba integrado por cuatro hombres: Herbert Reed, Tony Williams, David Lynch y Paul Robi. Sus primeros pasos fueron bastante mediocres ya que no ofrecían nada nuevo ni notable. En un primer momento se movieron en las aguas del doo wop y Reed era el vocalista principal, pero su manera de cantar no llamaba la atención de ninguna casa discográfica.

Sin embargo, su suerte cambiaría en el año 1953 gracias a una simple casualidad. Buck Ram era un mánager y productor muy afamado ya por aquel entonces y había llevado al éxito a un sinfín de grupos que triunfaban en aquella época. Una de las artistas que tenía en cartera era Linda Hayes, hermana de Tony Williams. Para intentar ayudar a su hermano, Linda le habló a su jefe del grupo en el que él cantaba y éste les ofreció hacer una prueba. Lo cierto es que todo fue bastante desastroso ya que la audición que realizaron salió bastante mal y dejaron la impresión de que no tenían nada que hacer en el mundo de la música.

Sin embargo, Ram vió algo en ellos y decidió introducir algunos cambios. Para empezar incluiría una nueva componente al grupo, una jovencísima cantante de quince años de edad que atendía al nombre de Zola Taylor y que si bien le dió otro aire a su música tampoco ofreció unos resultados como para tirar cohetes. Sería entonces cuando el mánager tomaría la decisión más importante y definitiva que cambiaría totalmente el rumbo de los acontecimientos.

Tras finalizar la enésima grabación de la canción que se suponía iba a convertirles en estrellas con los habituales flojos resultados, cuando abandonaban el estudio, Tony Williams comenzó a cantar en broma la canción con una especie de falsete que provocó que Ram se diese cuenta de donde estaba el fallo. El que tenía que realizar las funciones de vocalista principal era él y los demás tenían que ser las voces de acompañamiento, cada uno de ellos con un tono determinado. Podría decirse que en ese instante habían nacido verdaderamente The Platters.

La canción en cuestión no era otra que la mítica “Only You” y con Williams a la cabeza y el resto realizando los coros se convertiría en una de las baladas más conocidas, exitosas y preciosas de la historia de la música. Con ella lograrían un tremendo éxito convirtiéndose en el simple comienzo de una carrera musical repleta de grandísimos momentos.

SMOKE GETS IN YOUR EYES

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Está claro que la figura de Ram es fundamental para entender la historia de The Platters. Él supo darles el lavado de cara que necesitaban para por fin calar entre el público y el resultado final fue tan excepcional como para considerar al quinteto como uno de los mejores grupos corales de la historia de la música.

Aquellos primeros pasos a ritmo de doo wop, tendencia que iba perdiendo fuelle según avanzaba la década de los 50, quedaron borrados de un plumazo para dar paso a una música romántica a ritmo de balada en la que los acompañamientos orquestales que utilizaban les convirtieron en uno de los grupos de referencia del momento. Eso y la coordinación vocal que mostraron desde que Williams tomó el mando de las operaciones les llevaría a convertirse en una de las bandas del momento.

Hubo un momento, todo hay que decirlo, en el que el propio Ram dudó de las posibilidades del grupo incluso con las novedades que él fue incluyendo. Años después reconoció que sin aquella casualidad de Williams bromeando con su interpretación de “Only You”, habrían pasado a la historia como una mera banda de acompañamiento de otros artistas con más pena que gloria y un recorrido juntos bastante limitado. Afortunadamente pasó lo que pasó y la música ganó lo que ganó.

A partir de ese instante se atreverían con todo y nos irían dejando un éxito tras otro. Grandes clásicos de la música de los 50 como la que os ofrezco a continuación, una composición que fue creada en el año 1933 y cuyos arreglos orquestales de cuerda encajaban a la perfección con su manera de interpretar. Otro grandísimo momento.

Esta canción fue escrita por Jerome Kern para un musical titulado “Roberta” y hasta el año 1958 había sido versionada por un sinfín de artistas con buenos resultados en líneas generales. Todas estas versiones, sin embargo, quedarían totalmente eclipsadas por la que The Platters realizaría ese año. Una versión en la que Williams luce todo el esplendor de una voz que no había parado de mejorar con el paso de los años y que nos dejó un momento que yo denominaría mágico con una canción tan magistral como es “Smoke Gets in Your Eyes”.

MY PRAYER

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Todo marchaba en su carrera a la perfección, aunque realmente las cosas no eran tan bonitas como parecían desde fuera. Algunos celos y diferentes formas de entender la música entre sus componentes habían empezado a abrir una brecha que en un primer momento era bastante pequeña pero que con el paso del tiempo se iba a agrandar de tal modo que terminaría por llevarse todo por delante. Pero mientras esto sucedía, ellos seguían ofreciendo grandes canciones, grandes clásicos de la música de los 50.

Otra de las señas de identidad del grupo era su imagen, tanto en lo que a forma de vestir se refiere como en su comportamiento habitual. La música que hacían, los arreglos orquestales que siempre acompañaban a sus canciones tenían que venir acompañados de un comportamiento intachable. Ésta era una de las obsesiones que Ram tenía con ellos por lo que en cualquier imagen que observemos de ellos nos encontraremos con una puesta en escena elegante e intachable, aunque también es cierto que los cuatro componentes masculinos de The Platters tuvieron algún que otro incidente no demasiado grave que su mánager se encargó de ocultar debidamente.

Esa seriedad, esa elegancia que mostraban se hacía extensible a la calidad de su música. Sus interpretaciones eran espectaculares y las canciones que elegían siempre llevaban ese sonido que tan bien encajaba con ellos. La tercera y última canción que os ofrezco hoy en la sección de “Los Pioneros” es otro claro ejemplo.

Cuando decidían versionar alguna canción de otras épocas sabían elegir a la perfección y uno de sus mayores aciertos llegaría en el año 1956 cuando se fijaron en una composición que databa del año 1926 y que había sido creada por un violinista llamado Georges Boulanger. Esta canción, esta grandísima joya llevaba el título de “Avant de Mourir” y era una pieza de música clásica sin letra alguna.

Debidamente adaptada y escrita la correspondiente letra se transformaría en “My Prayer”, y nos ofrecería otro de los momentos culminantes en la carrera de ese magnífico grupo que fueron The Platters.

Como ya os comentaba, las relaciones entre ellos no eran todo lo cordiales que sería de desear, sobre todo en el caso de Herb y Williams. El primero sentía unos celos tremendos del segundo y seguía teniendo la espina clavada de haber sido sustituido por su compañero como vocalista principal. Por este motivo no desaprovechaba la mínima oportunidad para criticar a Williams llegando incluso a boicotearle en algunas actuaciones en directo.

Y es que Herb no supo medir bien sus actos, lo que desencadenaría el final de la banda. Llegó un momento en el que se le fue la mano y durante las actuaciones del grupo en vivo en distintos programas televisivos solía colocarse justo detrás de Williams y mientras éste cantaba le lanzaba insultos a la oreja. Wililams no pudo aguantar más la situación y en el año 1961 decidió abandonar el grupo. Desgraciadamente, The Platters eran ya historia desde ese mismo instante.

Ram intentó que el barco no se fuera a pique con la inclusión de algunos nuevos vocalistas, pero la suerte ya estaba echada. La química que existía con Williams era imposible de alcanzar y ninguno de los otros miembros del grupo tenía potencial suficiente como para convertirse en vocalista principal, por lo que todo terminó yéndose al garete. A partir de ese instante el caos sería la nota predominante en los cuatro miembros restantes de The Platters que parecieron enloquecer.

Desde ese momento, cada vez que uno de los miembros del grupo abandonaba a sus compañeros fundaba una nueva banda a la que le daba el nombre de The Platters, lo que provocaba una tremenda confusión entre el público que no sabía bien lo que iba a encontrarse además de que la calidad de sus interpretaciones no era la misma. Todo terminaría con constantes enfrentamientos legales que empañarían de algún modo una carrera plagada de grandísimos momentos y de muy buena música.

Yo prefiero quedarme simplemente con el aspecto musical y de lo que no cabe ninguna duda es que hablar de la música de los 50, hablar de la música romántica que nunca pasa de moda es hablar de las maravillosas canciones que nos dejaron The Platters.

LISTA DE LOS AÑOS 60

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Empezamos sin mayor dilación el repaso habitual a las listas graminoleñas de otros tiempos. Nos situamos para ello en el 13 de enero de 1969, momento en el que estrenábamos una lista en la que se producían dos nuevas entradas, una que ya os anuncié de alguna manera la semana pasada y otra que está protagonizada por un caso único en la historia de nuestro ránking de éxtios ya que es la única oportunidad en la que una misma canción, con dos versiones distintas, consigue con ambas alcanzar el número uno. Empecemos por este casto tan particular y apasionante.

Esta canción tiene una curiosa historia detrás. Barry Ryan inició su carrera musical compartiendo escenario con su hermano gemelo Paul tomando el nombre artístico de Paul & Barry Ryan. Sin embargo, muy pronto se pudo comprobar que su química sobre el escenario no acababa de cuajar como debía ya que Paul no soportaba demasiado bien el estrés que traía consigo la popularidad y la fama.

Además, el potencial interpretativo que tenía Barry se llevaba por delante la figura de su hermano, aunque éste poseía un talento extraordinario a la hora de componer. Podría decirse que Paul decidiría marcharse prácticamente un minuto antes de que le echaran ya que cuando decidió poner fin a su andadura junto a su gemelo para dedicarse exclusivamente a componer, su sello discográfico había tomado ya la decisión de que Barry continuara adelante en solitario sin el acompañamiento de su hermano.

Lo curioso del caso es que la primera canción que Barry Ryan publicaría en solitario sería una de las que ya había compuesto Paul para el dúo pero que no había llegado a ver la luz. Se trataba de una canción con una estructura espectacular en la que se incluían varias partes instrumentales intercaladas con las cantadas y en la que su ritmo crecía y menguaba constantemente durante sus cinco minutos de duración. Una canción mítica de finales de los 60 como es “Eloise”.

En nuestra lista permanecería 45 semanas llegando a ocupar el número uno en alguna de ellas. Como os comentaba al principio, años después, concretamente en el año 1988, una versión de este tema realizada por Casal repetiría el mismo resultado logrando colocarse en el puesto más alto de nuestra lista favorita. Como siempre os digo, para gustos colores, pero resulta bastante complicado elegir entre una de las dos versiones ya que ambas son extraordinarias.

La segunda entrada de la semana sesentera de la que nos estamos ocupando en el día de hoy no se puede considerar totalmente nueva ya que, como os comenté la semana pasada, se trata de la versión que una de nuestras artistas más queridas en aquella época realizó de un tema procedente de Argentina creado por Palito Ortega que había ingresado en nuestro ránking apenas siete días antes.

Estoy hablando de Marisol, que por aquel entonces ya había dejado de ser esa niña prodigio que a base de películas en las que lucía sus encantos musicales había conquistado totalmente el corazón de los españoles. Ya convertida en una mujer, aunque muy joven todavía ya que únicamente contaba con 21 años de edad, seguía la senda del éxito con esta canción que iba a suponer además su debut en nuestra lista.

Como todos sabéis, esta canción no es otra que “Corazón Contento” y lo cierto es que nuestra Pepa Flores le dió un aire más optimista y de mayor ritmo logrando mejores resultados que los obtenidos por Palito ya que nos acompañaría durante 24 semanas para alcanzar el top 17.

La carrera de Marisol en su época adulta fue poco productiva en cuanto a cantidad pero siguió cosechando unos éxitos espectaculares eligiendo a la perfección las canciones que debía interpretar. Además tuvo la inteligencia de saber quitarse de la circulación a tiempo y dedicarse simplemente a vivir apartada del mundanal ruido sin otro objetivo que ser una más aunque todos supiéramos que era mucho más que eso.

LISTA DE LOS AÑOS 70

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Nos situamos ya en la década de los 70 y vamos a disfrutar de inmediato de una auténtica joya. Una de esas canciones que pase el tiempo que pase sigue vigente y que cada vez que la escucho me trae maravillosos recuerdos. Así que viajamos en el tiempo hasta el 13 de enero de 1979 para recordar lo bien que sonaba la única entrada que se producía en nuestra lista aquel día.

Lo cierto es que se trataba de una versión en directo de una canción que databa del año 1953 aunque no vio la luz hasta el año 1960. Me explico. Un joven de tan sólo quince años de edad compuso la canción en 1953 y siete años después, convertido ya en una estrella con su grupo Maurice Williams & The Zodiacs la publicó para lograr un tremendo éxito. La canción en cuestión llevaba el título de “Stay”.

Casi veinte años después, un prestigioso cantautor que dió sus primeros pasos componiendo canciones para gente como The Eagles, para poco después convertirse él mismo en una estrella interpretando sus propias canciones, publicaba un álbum grabado en directo en el que se iba a incluir una versión de esta canción, casi por casualidad, que iba a convertirse en su éxito más reconocido y en todo un clásico de la historia de la música superando con creces la versión original.

Este artista no es otro que Jackson Browne que cerraba su álbum “Running on Empty” precisamente con esta canción en una especie de homenaje al público que asistía a sus conciertos pidiéndoles que se quedaran siempre con él. Una canción en la que contaría con la impagable colaboración de David Lindley, uno de sus inseparables músicos de apoyo, y la maravillosa voz de Rosemary Butler.

Pasen los años que pasen, esta canción sigue estando vigente. Recuerdo como cada vez que en mis años jóvenes se me ocurría a mí o a alguno de mis amigos lo de grabar una “cinta de cassette” con canciones “lentas”, una de las primeras que nos venía a la memoria de manera inmediata era precisamente ésta. Incluso en la actualidad, cada vez que la escucho me entran unas ganas tremendas de bailar “agarrado”.

EL ÁLBUM DE LA SEMANA

A la tercera fue la vencida. Éste es un dicho popular que en el caso del extraordinario grupo que hoy nos acompaña se convierte en realidad. Ninguno de nosotros ponemos en duda la categoría que Supertramp han tenido en el mundo de la música pero lo cierto es que de no haber sido por su tercer disco de estudio, de no haber logrado el tremendo éxito que lograron con el disco que hoy protagoniza el póster central de nuestra revista, se habrían esfumado a las primeras de cambio y todos esos grandes momentos que nos han hecho disfrutar no habrían existido.

Cuando nos referimos a la banda creada por Rick Davies y Roger Hodgson todos nos acordamos de inmediato de los monumentales discos que crearon y de todas esas maravillosas canciones que nos han regalado mientras permanecieron juntos, pero lo cierto es que sus dos primeros discos fueron un auténtico fracaso que casi se los lleva por delante. Por este motivo, el álbum del que nos vamos a ocupar a continuación tiene una trascendencia enorme que va más allá de contener una música de una calidad indiscutible. Por cierto, no seré yo quien diga que esos dos primeros trabajos fueran malos, simplemente no conectaron con el público como ellos esperaban.

Podríamos iniciar un debate sobre si “Crime of the Century” es el mejor disco de su carrera o no pero de lo que no cabe ninguna duda es de que fue el más trascendental ya que sin él no habrían llegado a donde llegaron, de hecho no habrían seguido adelante. Además, si ellos mismos lo consideran como su punto culminante no seré yo quien les lleve la contraria. Así pues a disfrutar de la tremenda música que se incluye en este imprescindible trabajo publicado en el año 1974.

SUPERTRAMP / CRIME OF THE CENTURY

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Para entender debidamente como se gestó esta auténtica joya hay que conocer un poco los antecedentes de Supertramp. Como os contaba al principio, sus dos primeros trabajos no llamaron la atención del público y, lo que es peor, tampoco lo hicieron con los críticos especializados que prácticamente los obviaron. En ambos discos se movieron en el terreno del rock progresivo con ciertos toques de jazz, una de las señas de identidad de Davies, y las labores de composición recayeron principalmente en otro de los miembros del grupo, Richard Palmer.

La personalidad de Hodgson era muy distinta a la de Davies. Él era más atrevido, más impulsivo, más innovador, en una palabra, era más valiente que su compañero. Gracias a ello el grupo iba a dar un cambio radical a su manera de hacer música con su tercer álbum y romper con los moldes que habían marcado sus dos trabajos anteriores, fruto de lo que surgiría uno de los discos más imprescindibles de la historia de la música moderna.

Para empezar, Hodgson convencería a Davies para que siguieran adelante ellos dos con el acompañamiento de tres nuevos miembros que serían fundamentales en su nueva etapa y en llegar a donde llegaron. Así pues entraron a formar parte de la banda el bajista Dougie Thompson, el batería Bob Siebenberger y el saxofonista John Anthony Helliwell. Acababan de nacer los nuevos Supertramp, acababa de asentarse definitivamente una de las mejores bandas que haya dado la historia de la música.

Desde este momento las labores de composición recaerían a partes iguales entre Davies y Hodgson, lo que sería el principio de sus desavenencias y enfrentamientos, algo que llevaría años después al abandono del grupo del segundo. Pero lo que más cambiaría sería su sonido. Los nuevos arreglos que introdujo Hodgson y el alejamiento al sonido de jazz de sus dos primeros trabajos sería lo que cambiaría definitivamente su futuro. Con estas novedades llamarían por fin la atención del público y los expertos en la materia quedarían conquistados de inmediato por su música.

Todas estas premisas quedan resumidas en la canción que abre el disco. Un tema compuesto por Hodgson que habla precisamente de cambios. Se trata de “School”, una composición espectacular que habla de los cambios que vamos experimentando ya desde que somos unos niños y vamos al colegio, momento en el que los valientes son los que se llevan el gato al agua. Una clara alusión a las distintas formas de entender la vida que tenían él y su compañero de fatigas Davies.

Puede parecer que al ser Hodgson el que llevó la voz cantante a la hora de introducir cambios y ser él el que mostraba mayores progresos a la hora de componer de manera distinta a como lo habían hecho hasta ese instante, que la labor de Davies sería secundaria a partir de ese instante. Nada más lejos de la realidad. Gracias a una de las canciones que él compuso e interpretó dieron el salto definitivo, además de manera un tanto inesperada.

Davies siempre había sido remiso a llevar la voz principal a la hora de cantar. Él mismo reconocía que no le gustaba su propia voz, pero Hodgson le convenció para que tuviera mayor participación en ese sentido y precisamente una de las canciones en las que él iba a ser el vocalista principal sería fundamental para que calaran en el público y triunfaran a lo grande.

Se trata de una canción que en un primer momento fue incluída como cara B del primer sencillo que se publicó de este álbum, del que luego os hablaré, algo que podría ser interpretado como que se trataba de una canción menor, pero lo cierto es que el público pensaría todo lo contrario. Esta melodía conquistaría a todo el mundo de manera inmediata convirtiéndose de inmediato en uno de los clásicos de su carrera y encumbrándolos definitivamente gracias a que las emisoras de radio la emitían una y otra vez. Ninguno de ellos podía imaginarse que una cara B pudiera ser tan importante en su carrera y mucho menos que un tema interpretado por Davies casi se llevara por delante al principal sencillo del álbum cantado por Hodgson.

La canción en cuestión no es otra que “Bloody Well Right”, una auténtica joya que cuenta con una espectacular introducción instrumental de minuto y medio de duración en la que los teclados de Davies marcan la pauta y que rompe posteriormente con su magnífica interpretación vocal y la guitarra de Hodgson haciendo el resto. Lo dicho, una auténtica joya.

Siempre ha surgido la duda sobre si “Crime of the Century” es o no un álbum conceptual. Ellos mismos nunca lo han dejado claro del todo y son más las voces que se inclinan a pensar que no. En esta oportunidad yo voy a ir a contracorriente ya que pienso que sí que puede tener esa consideración. La mayoría de las canciones tienen un aire de pesadumbre y desasosigo más que evidente y sus letras hablan de la soledad o la desesperación pero también de saber cambiar a tiempo, situaciones que ellos mismos habían vivido en sus propias carnes, desde su fracaso con sus dos primeros discos, “Supertramp” e “Indelebly Stamped”, a su resurgimiento con todos los cambios que acababan de experimentar. Es simplemente mi opinión personal, que conste.

Un grupo como ellos, y cuando digo esto quiero referirme al grupo al completo no solamente a la figura de sus dos líderes, estaba concebido para ser grandilocuentes, para ofrecer grandes interpretaciones, para hacer muy buena música, y moviéndose en el terreno en el que se movían no podía faltar en sus discos temas que podían considerarse casi épicos. Canciones de esas que duran más de lo habitual y que cuando son interpretadas en directo adquieren una magnanimidad que roza casi la perfección.

Y es que ésa es otra de las características más marcadas de Supertramp, ser tan buenos a la hora de tocar en directo que sonaban casi mejor que en sus grabaciones de estudio. Esta circunstancia provocó que sus conciertos fueran unos acontecimientos estelares y a partir de ese instante cada una de las giras que realizaron cosecharía unos resultados excepcionales.

Una de estas canciones es la que aparece a continuación en el álbum, un tema de casi siete minutos de duración titulado “Hide in Your Shell” que nos muestra a un Hodgson que canta con una voz, con esa gran y peculiar voz, que irradia sensibilidad y tristeza en cada una de sus notas. Otra descomunal composición obra de su talento con la que demostró que era un músico auténticamente cinco estrellas.

Casi sin solución de continuidad llega otro grandísimo momento. Una canción de también más de seis minutos de duración que enlaza a la perfección con la que acabamos de escuchar. Además nos volvemos a encontrar una letra que habla de la desesperación que se siente cuando se vive sin amor aunque en esta ocasión es obra de Davies. Si esto no es un álbum conceptual que venga Dios y lo vea.

Además, la estructura que presenta el disco en cuanto al orden en el que aparecen las canciones y en quien es el que interpreta cada una de ellas no es algo elegido al azar, sino que obedece claramente tanto a ese sentido conceptual como a intentar mantener un perfecto equilibrio entre las figuras de Davies y Hodgson para que sus más que evidentes diferencias personales no influyeran en la labor de la banda. Os lo explico un poco más detalladamente.

Cuando el álbum fue publicado nos encontrábamos en la época en la que los discos tenían cara A y cara B. De esta manera podemos apreciar bien a las claras que el equilibrio que buscaron era total. Ambas caras tienen la misma estructura: se abren con una canción interpretada por Hodgson, a continuación llega otra interpretada por Davies, en la tercera vuelve a ser Hodgson quien lleva la voz cantante y se cierran con una composición más compleja y especial en la que ambos comparten protagonismo vocal. Lo dicho, equilibrio perfecto.

Al margen de equilibrios, cuestiones conceptuales y similares, el tema que cierra la cara A de este álbum es otro de los grandes momentos del disco. Muchos son los que consideran que “Asylum” es la mejor canción que se incluye en “Crime of Century”. Si os soy sincero yo no me atrevo a hacer esta manifestación ni de ésta ni de ninguna de las otras canciones que lo componen, porque son todas tan excepcionales que es dificilísimo elegir una de ellas sobre todas las demas.

Llega entonces el momento de la canción que fue publicada como primer sencillo y que iba a convertirse en el primer gran éxito de Supertramp en las listas de éxitos de ambos lados del Atlántico. Un sencillo que supuso el principio de su nuevo estatus en el panorama musical internacional y que gracias a que en su cara B aparecía “Bloody Well Right” se convirtió en un single único ya que cualquiera de sus dos caras tenía un potencial excepcional y ambas llamaron la atención del público a partes iguales. Había quien lo compraba por que le encantaba la cara A y quien lo hacía porque estaba atrapado por la B. No pudo salirles mejor la jugada.

Por aquel entonces todavía no había trascendido que la relación personal que mantenían Davies y Hodgson era prácticamente inexisente, algo que se conocería tiempo después. Esta circunstancia no hace más que engrandecer todavía más lo que fueron capaces de crear ya que fuera del estudio ni se dirigían la palabra, se ignoraban mutuamente, pero cuando se introducían en el estudio de grabación o se encerraban en una habitación para crear nuevas letras su conexión era total. Una situación bastante difícil de explicar pero que funcionó a la perfección durante muchos años para regocijo de todos los que siempre nos hemos visto conquistados por su música. Eso sí, con el paso del tiempo cada uno compondría sus canciones por separado y únicamente coincídían en el estudio de grabación o sobre un escenario en sus giras.

Centrándonos en la espectacular canción que se convirtió en el pistoletazo de salida hacia el estrellato más absoluto os diré que se trata de “Dreamer”, otro de los grandes clásicos de su carrera, que trajo consigo una nueva entrega de ese equilibrio del que os hablaba antes. Davies tenía claro que el título del álbum tenía que ser “Crime of the Century” pero Hodgson no estaba de acuerdo con esta situación. Finalmente, se llegaría al acuerdo de que ése fuese el título definitivo del disco a cambio de que el sencillo de presentación fuera precisamente la composición creada por Hodgson de la que disfrutamos en este mismo momento.

Muchos pueden pensar que dado que con sus dos anteriores discos habían tocado en hueso y que las relaciones personales entre los dos fundadores de la banda eran tan distantes, que el disco se grabaría aprisa y corriendo y que de algún modo se improvisó con la mayoría de las canciones. La realidad es muy distinta ya que sabían perfectamente que se jugaban su futuro y se tomaron con mucha calma la composición de los temas con los que podían triunfar definitivamente o por el contrario poner fin a su carrera.

De hecho llegarían a tener sobre la mesa casi sesenta canciones para elegir las que iban a formar parte del disco, algunas de las cuales serían utilizadas en posteriores trabajos como la excepcional “From Now On”, una de mis canciones preferidas de Supertramp de toda su carrera.

Pero retomemos lo que es el disco en sí y centrémonos ahora en una de las canciones más controvertidas de todo el álbum. Un tema compuesto por Hodgson, que pasa por ser el más largo del disco, sobrepasando los siete minutos, y que su amigo Davies no encajó demasiado bien en un principio porque parecía que con esta composición le pasaba factura de alguna manera. La sangre no llegaría finalmente al río ya que fuera de polémicas nos encontramos ante una canción descomunal, una más.

Esta canción habla de un niño que va creciendo y de adulto se convierte en una persona triste, solitaria y pasiva que va viendo pasar la vida ante sí sin mayores ilusiones ni expectativas. Ésta era la impresión que Hodgson tenía sobre Davies, al que siempre acusó de ser un tanto pusilánime y no atraverse a tomar decisiones arriesgadas, aunque siempre negó que esta canción estuviese basada en la figura de su compañero de fatigas. Sea como sea, “Rudy” es otro grandísimo momento dentro del disco.

Lo curioso del caso es que esta canción sería interpretada por Davies, manteniendo la estructura que os comentaba hace un momento, lo que engrandece todavía más su figura. Por cierto, esta composición está considerada como el antecedente a una canción que llegaría años después y que en mi modesta opinión es la mejor de toda la carrera de Supertramp, la majestuosa “Fool’s Overture”.

Nos acercamos sin remisión al final de este tremendo álbum, da un poco de pena ya que es de esos discos que te gustaría que nunca se acabasen y siguiera apareciendo una canción nueva tras de otra, y lo hacemos con las dos composiciones que lo cierran que llegan entrelazadas entre sí construyendo un nexo excepcional que interpretado sobre un escenario lograba sensaciones únicas entre el público.

Podría decirse que escuchando estas dos canciones la sensación que Hodgson y Davies tendrían es de que todo su esfuerzo había merecido la pena. La situación que atravesaban cuando grabaron “Crime of the Century” era más que delicada. Sus fracasos comerciales con sus dos primeros discos les habían sumido en una situación económica bastante precaria por lo que tuvieron que vender todo el equipo que llevaban en sus giras para poder grabarlo. A todo esto había que sumarle la tremenda presión que suponía que si repetían resultados todo se iba a ir al traste de manera inmediata así como la relación tan fría que mantenían entre ellos. Como os he dicho en muchas ocasiones, los grandes genios, los grandes talentos musicales son capaces de sacar lo mejor de sí mismos en las situaciones más extremas.

Ese talento que podríamos denominar “extremo” surgiría a borbotones con la canción más sencilla de todo el álbum y no por ello menos excepcional. Una preciosidad titulada “If Everyone Was Listening” en la que Hodgson lo da todo con su pericia a la hora de tocar el piano y con esa voz con la que era capaz de transmitir lo que no estaba al alcance de muchos. Sensibilidad en estado puro.

No he sido capaz de encontrar un videoclip decente de esta canción intepretada tal como se incluía en el disco, así que os dejo una versión realizada en vivo por Roger Hodgson que aunque no tiene una calidad demasiado buena sirve para entender lo que nos quería mostrar.

Llegamos ya al momento final, a la par que culminante, de este disco, con la canción que le da título. Una espectacular composición obra del talento de Davies que muestra bien a las claras que Supertramp se habían convertido en una de las mejores bandas del momento, algo que iban a seguir confirmando con la publicación de todos y cada uno de los discos que llegaron a continuación.

“Crime of the Century” fue la canción elegida para cerrar el álbum y para darle título porque en opinión de ellos mismos es la mejor que hayan creado nunca. Lo cierto es que es un tema que sirve para demostrar que el protagonismo de la banda no recae en exclusiva en sus dos fundadores, aunque su liderazgo no lo cuestionaba absolutamente nadie, ya que los otros tres miembros que habían pasado a formar parte del grupo eran unos músicos excepcionales que complementaban a la perfección a Davies y Hodgson.

Nos encontramos ante una composición en la que la parte instrumental adquiere una gran relevancia, mostrando una calidad espectacular. Cada uno de ellos cinco brilla en su apartado y los arreglos orquestales le dan un aire de magnanimidad tremendo, convirtiéndose en la canción elegida para cerrar todas y cada una de sus actuaciones en directo, convirtiéndose en el gran broche de oro de sus conciertos y dejando un maravilloso sabor de boca en el público que asistía a sus giras.

Su letra vuelve a ser sombría e incluso apocalíptica. En ella se hace una crítica feroz a la actitud de los hombres que se lleva por delante el mundo en el que vivimos, convirtiéndose de esta manera en una especie de premonición a la situación medioambiental que estamos viviendo en nuestros días. Como podemos ver, “Crime of the Century” lo tiene todo como para ser considerada como una obra maestra dentro de la carrera de Supertramp.

Con este álbum, el grupo que crearon Davies y Hodgson se asentó definitivamente para convertirse en una de las bandas preferidas por el público y mejor tratadas por la crítica. A partir de ese instante seguirían publicando grandísimos discos con un nivel excepcional y con los que siguieron triunfando a lo grande, discos que en próximas fechas irán apareciendo por estas páginas porque si cada semana nuestro póster central está dedicado a grandes trabajos, Supertramp tiene unos cuantos sobre sus espaldas.

Lamentablemente, la agria relación que mantenían Rick Davies y Roger Hodgson provocaría la salida de éste último del grupo en el año 1983. Davies continuaría adelante con el grupo y seguiría publicando discos de una tremenda calidad pero sin la magia y el tirón que tenían cuando estaban juntos. Por su parte Hodgson iniciaría una carrera en solitario en la que seguiría mostrando todo su talento conquistando una y otra vez al público.

Para que nos hagamos una idea de como acabaría la relación Davies-Hodgson os contaré que firmaron un acuerdo en el que se establecía qué canciones de Supertramp podía interpretar cada uno de ellos en sus actuaciones en directo, lo que implicaba que Hodgson no pudiese cantar prácticamente ninguna de las canciones compuestas por su compañero y Davies tuviese que obviar algunas de las más representativas creadas por su antiguo amigo.

Una cosa está clara, al margen de egos, relaciones personales y demás diferencias que mantuvieron mientras estuvieron juntos, disfrutar de su obra es un auténtico privilegio y en próximas fechas seguiremos gozando de la música que nos ofrecieron a partir de este tremendo “Crime of the Century”. Yo no sé vosotros, pero estoy deseando que llegue ese momento porque he disfrutado como nunca escribiendo este artículo.

LISTA DE LOS AÑOS 80

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

La lista graminoleña de los 80 de esta semana nos trae dos nuevas entradas, ambas de un tremendo éxito. Una de ellas se convirtió en una de las canciones más conocidas y escuchadas de aquellos tiempos y la otra convertiría en mediático a un joven grupo español que empezaba a dar sus primeros coletazos en el panorama musical de nuestro país. Empecemos por la de repercusión internacional.

Recuerdo que en cierta ocasión una amiga mía me decía que nunca se había parado a pensar en que las canciones que le gustaban tenían siempre un trasfondo especial detrás de ellas, una historia concreta y que simplemente las escuchaba porque le atraía su sonido, hasta que yo empecé a explicarle lo que escondían realmente. Os cuento esto porque la primera de las entradas que mostraba la lista de los ochenta que hoy analizamos, la que se estrenó el 15 de enero de 1989, encaja perfectamente en estas circunstancias.

Se trata de una canción que conoce todo el mundo pero de la que estoy convencido de que no todos vosotros conocéis de donde surgió la idea de su composición. Además, se trata de la primera canción interpretada acapella, es decir, utilizando solamente la voz y sin la presencia de instrumento musical alguno, que lograba convertirse en número uno de las listas de éxitos norteamericanas. Si a esto le sumamos que cuenta con un único intérprete, el mérito es todavía mayor.

Meher Baba fue un sabio y gurú indio que adquirió bastante popularidad y cuya forma de entender la vida se resumía en una frase que siempre había estado vinculada a él: “no te preocupes y sé feliz”. Esta idea sería la que empujaría a un cantante de jazz como Bobby McFerrin a componer una canción que recogiera en esencia esta manera de pensar y hacerlo además de una manera original aprovechando la cantidad de registros que era capaz de alcanzar con su voz.

Así pues, decidió componer una canción en la que solamente puede escucharse su voz, sus silbidos y algunos sonidos logrados golpeando con sus manos alguna parte de su cuerpo que iba a convertirse en uno de los auténticos himnos de la música de finales de los 80. Una canción que gracias a que fue incluída en la banda sonora de la película “Cocktail”, protagonizada por Tom Cruise, lograría una mayor repercusión y se convertiría en un tremendo éxito, prácticamente el único a nivel internacional de McFerrin.

Como todos os estaréis imaginando me estoy refiriendo a la mítica “Don’t Worry, Be Happy”, una canción que todos hemos cantado, tarareado y silbado en un sinfín de ocasiones y que en nuestra lista permaneció durante 41 semanas para alcanzar el puesto número 4 como mejor registro. La canción más representativa de la carrera de Bobby McFerrin y una de las composiciones más curiosas y especiales de la música de los 80.

Curiosamente, en el año 1992 surgió una noticia que anunciaba que McFerrin, el que nos decía que la vida era maravillosa y que no había que preocuparse y simplemente ser feliz se había suicidado pegándose un tiro en la cabeza. Muchos se hicieron eco de esta noticia en plan burlón diciendo que era sorprendente que alguien que había compuesto este tema terminara arrojando la toalla a las primeras de cambio. Lo cierto es que se trataba de un simple bulo porque el cantante, compositor y, además, director de orquesta, sigue vivito y coleando en nuestros días y sigue subiéndose al escenario en distintos festivales de jazz de reconocido prestigio. En aquella época no existía internet pero sí que había ya “fake-news”.

La segunda entrada de aquella semana estaba protagonizada por un grupo procedente de Santander que venía a demostrar que la resaca de lo que fue “La Movida” nos iba a traer una serie de grupos de un corte bastante similar, que hacían un pop sencillo y sin mayores pretensiones y con un recorrido bastante corto. Estos tres chicos se hacían llamar El Norte y lograron un tremendo éxito con su primer álbum gracias sobre todo a la canción que os ofrezco a continuación y al mundo de la publicidad. Si el cine es fundamental en el mundo de la música, el de la publicidad no se queda atrás.

Bajo el auspicio de Julián Ruiz, que en aquella época se convirtió en el productor de moda de muchos artistas españoles que emergían con mucha energía pero que se desinflaban de manera casi inmediata, publicaban su álbum de debut pocas semanas antes bajo el título de “La Cabaña de la Colina”. Gracias a que una de sus canciones fue utilizada en una campaña publicitaria televisiva adquirirían una tremenda popularidad y esa composición se convertiría en uno de esos himnos que muchos recordamos de finales de los 80.

La canción en cuestión llevaba el título de “Entre Tú Y Yo” y puede considerarse como el único gran éxito de su corta carrera, ya que aunque en el año 1990 publicaron un nuevo álbum con un par de canciones escuchables, su estela se fue difuminando poco a poco. Con esta canción nos acompañarían durante 40 semanas para alcanzar el top 5.

La empresa que utilizó esta canción para su campaña publicitaria en televisión era una conocida marca de joyas que se basó en su letra para anunciar su producto, aunque lo hizo de manera equivocada. Lo que realmente decía la letra era “entre tú y yo, un día amante es para siempre”, pero como sonaba prácticamente como “un diamante es para siempre”, pues eso, a anunciar diamantes. Lo curioso es que si buscáis por interet la letra de esta canción, en todas y cada una de las páginas web en la que aparece hace mención a “diamante”. Únicamente si encontráis la carátula que venía en el álbum con las letras de las canciones podréis observar la expresión correcta.

LISTA DE LOS AÑOS 90

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Avanzamos los diez años de rigor y nos situamos ahora en la década de los noventa para disfrutar de las dos canciones que pasaban a formar parte de la familia graminoleña el 17 de enero de 1999. Dos temas con protagonismo total y absolutamente femenino aunque con distinta procedencia. Vamos con ellas sin más dilación.

Es bastante habitual que cuando coinciden en el tiempo dos cantantes con una trayectoria similar, unos registros vocales muy parecidos y unos grandes resultados comerciales casi idénticos, que tarde o temprano se produzca una colaboración entre ellas. Esta circusntancias se produciría en aquella época con el protagonismo de dos de las grandes divas de la música norteamericana gracias al mundo del cine. El cine, una vez más responsable de ofrecernos grandes momentos musicales.

A finales del año 1998 se estrenaba la película de animación “El Príncipe de Egipto” y ésta sería la excusa perfecta para que Whitney Houston y Mariah Carey cantaran juntas por primera vez ofreciéndonos la canción que aparecía en la banda sonora de este largometraje y que podía escucharse en los créditos finales. Una colaboración esperada y espectacular.

Esta canción llevaría el título de “When You Believe” y en ella ambas lucía su palmito a base de esas espectaculares voces que poseían. Lo cierto es que no se encontraban en su mejor momento ya que Whitney ya había empezado a tontear con las drogas que terminarían finalmente con su vida y Mariah ya empezaba a tener más problemas para vender discos de como lo había hecho hasta entonces. Sin embargo, esta colaboración las ayudaría a demostrar que todavía no estaban acabadas del todo y en nuestra lista obtendrían bastante buenos resultados al acompañarnos durante 45 semanas para alcanzar el top 4.

Está claro que esta colaboración, al margen de pertenecer a la banda sonora de la película, fue una clara operación de márketing que buscaba revitalizar las carreras de ambas. Si bien es cierto que no serviría para ese cometido en concreto de manera contundente, hay que reconocer que demostraría que eran dos grandes artistas y que de haber tenido más luces, mejor cabeza, podrían haber seguido siendo únicas. Una pena.

Para la segunda entrada que se producía en la lista graminoleña de aquel 17 de enero de 1999 no hace falta viajar tan lejos ya que nos quedamos en Europa, más concretamente en Italia, de donde procede la artista que la protagoniza. Una por aquel entonces muy joven artista que estaba asentándose como una de las principales voces femeninas de la música de su país y que había adquirido una grandísima popularidad en el nuestro. Me estoy refiriendo a Laura Pausini quien a base de su música y de su simpatía se ha convertido en uno de los casos de cantantes foráneas más queridas por el público español.

En aquel momento acababa de publicar su tercer disco de estudio titulado “Mi Respuesta”, un álbum que ella misma consideraba más maduro y de mayor calidad pero con el que sorprendentemente obtuvo unos resultados de ventas y popularidad bastante inferiores a los obtenidos con sus dos primeros trabajos. Aún así sus ventas fueron bastante más que aceptables.

Como siempre, el disco fue publicado tanto en su versión italiana como española, algo bastante recurrente entre los artistas transalpinos que han triunfado en nuestro país, y como canción más significativa se encontraba “Una Emergencia de Amor”, el tema que incluía aquel día en nuestra lista y que ofrecía el romanticismo habitual y el sonido de costumbre en sus composiciones. Una canción con la que nos acompañaría durante 21 semanas para alcanzar el top 17.

Al margen de gustos y de que en mi opinión creo que la mayoría de sus canciones suenan muy parecidas salvo contadas excepciones, tendemos a de alguna manera despreciar la carrera de algunas cantantes como Laura. Con ella no nos encontramos ante la típica cantante dicharachera y simpática que simplemente canta y sin más. Para que nos hagamos una idea de que no es sólo eso basta con saber que cuando solamente contaba con ocho años de edad compuso su primera canción, algo que no está al alcance de cualquiera. Algunos de los artistas de trap de nuestros días no serán capaces de componer algo decente ni con sesenta.

LISTA DEL NUEVO MILENIO

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Terminamos ya el repaso semanal a las listas graminoleñas de otros tiempos y lo hacemos con las dos nuevas entradas que tenían lugar en la que estrenábamos el 11 de enero de 2009. Dos canciones en español procedentes de San Sebastián y Colombia.

La primera de ellas nos llegaba de la mano de un grupo de los que más vendía en nuestro país pero que se encontraba inmerso en un cambio trascendental en su carrera ya que su vocalista de siempre, Amaia Montero, había sido sustituida por Leire Martínez. Efectivamente se trata de La Oreja de Van Gogh y con el cambio no solamente seguirían triunfando a lo grande sino que incluso incrementarían las ventas obtenidas con sus anteriores trabajos.

La presentación en sociedad de Leire sería “A las Cinco en el Astoria” un disco con el que su nuevo grupo intentaba demostrar que el cambio de vocalista no significaba cambio de estilo o de sonido, si algo funciona para que vas a cambiarlo, y lo cierto es que su adaptación a sus cuatro compañeros de fatigas a partir de ese instante sería inmediata ofreciendo lo que se le pedía, que nadie echara de menos a su antecesora.

Con un sonido fresco y desenfadado que recordaba al de sus primeros tiempos, los donostiarras triunfaron a lo grande gracias a canciones como “Inmortal”, el tema que incluían en nuestra lista aquel 11 de enero de 2009 y con el que nos acompañarían durante 28 semanas para alcanzar el top 10. La versión “punto dos” de La Oreja de Van Gogh resultaba ser, al menos, igual de buena que la original.

La canción que cierra el repaso semanal a nuestras listas nos llega desde Colombia de la mano de Juan Esteban Aristizábal, que dicho así a buen seguro que casi nadie sabrá quien es, pero si os digo que su nombre artístico es Juanes la cosa cambia radicalmente.

Sus primeros pasos en el mundo de la música los dió al mando de un grupo llamado Ekhymosis, una banda que se convirtió en su momento en uno de los referentes del rock colombiano. Tras iniciar su carrera en solitario al margen del que fuera su grupo introduciría unos tonos más cercanos a los ritmos latinos de su país, cuya mezcla le aportaría unos resultados espectaculares convirtiéndose en uno de los músicos latinos más destacados desde entonces.

Acababa de publicar un disco titulado “La Vida … es un Ratico” con el que no haría otra cosa más que confirmar que se encontraba en un gran momento de creatividad. En este disco se alternan canciones con ritmos más latinos con otras un tanto más cercanas al pop-rock, siendo estas últimas las que obtendrían mejores resultados entre el público.

Entre ellas se encontraba “Odio por Amor”, el tema que incluía en nuestra lista aquel día, en la que permanecería durante 11 semanas para alcanzar el top 25. No es la mejor de su carrera pero mejora con creces sus últimas creaciones en las que ha ido abrazando, como casi todos, la música fácil que triunfa hoy en día. Todavía está a tiempo de rectificar.

COMPARTE QUE ALGO QUEDA

Como todos sabéis, desde la semana pasada tenemos sección nueva en la que van a ir apareciendo colaboraciones estelares entre grandes artistas que nos han ofrecido juntos momentos inolvidables. Una apuesta con la que “La Graminola” quiere mostrar que las colaboraciones se han hecho siempre, no son de ahora, pero que en sus tiempos se llevaban a cabo cuando tocaba, no de continuo, y siempre ofrecían unos resultados excepcionales no como ahora. Así pues vamos hoy con otros tres ejemplos, con otros tres duetos de auténtico lujo.

SHAKIN’ STEVENS & BONNIE TYLER / A ROCKIN’ GOOD WAY

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Hay artistas a los que le cuesta más de la cuenta dar con la tecla del éxito, pero que una vez que la encuentran ya no se bajan de él. El componente masculino del dueto que abre la sección de “Comparte que Algo Queda” de hoy es un claro ejemplo. Se trata de Michael Barratt, a quien todos conocemos artísticamente como Shakin’ Stevens.

Se inició en el mundo de la música muy joven formando parte de varios grupos de rock & roll en su Gales natal pero que no tuvieron ninguna trascendencia. Su vida iba a cambiar en el año 1977 gracias a una obra teatral que iba a significar el espaldarazo que necesitaba para lograr el éxito, ya como solista, cumplidos los 30 años. Ese musical estaba dedicado a la figura de Elvis Presley, su auténtico referente, y gracias a las intepretaciones que ofrecería sobre el escenario y a lo bien que se manejaba cantando temas de rock & roll del Rey del Rock, lograría llamar por fin la atención del público y de las discográficas.

Así pues, tras terminar su andadura en el citado musical iniciaría su carrera en solitario centrándose en versionar grandes clásicos del rock de esas dos décadas, convirtiéndose de repente en el artista gales de referencia, con permiso claro está del señor Tom Jones. Al ritmo del rock más clásico que nos podamos imaginar fue encadenando éxito tras éxito y muy pronto logró triunfar también en el resto de Europa.

En el año 1983 publicaría un sencillo con el que volvería a triunfar a lo grande, pero en esta oportunidad contaría con la inestimable colaboración de otra de las grandes artistas galesas del momento. La voz rota y desgarrada de Bonnie Tyler uniría sus fuerzas a la de Stevens a un ritmo marcadamente oldie, dejándonos un momento para recordar.

La canción elegida sería un tema que data del año 1958 y que lleva el título de “A Rockin’ Good Way”, originalmente grabada por Priscilla Bowman. Uno de los primeros éxitos de rock de la historia que en las voces de Stevens y Tyler sonaba pero que muy bien. Música de los 50 al estilo de los 80.

ZOÉ & BÚNBURY / NADA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

La segunda colaboración de esta semana es muy especial ya que se trata de una canción que a mí particularmente me encanta y que me parece excepcional. Hace un par de semanas os hablaba de la existencia de un grupo mexicano denominado Zoé, liderado por León Larregui, que se aparta claramente del estereotipo que todos tenemos de la música que se hace en su país, que a ritmo de rock progresivo con acompañamiento de música electrónica ofrece muy buena música y que a pesar de que en Europa no es demasiado conocido, en su país natal son un auténtico fenómeno de masas.

Desde que aparecieron en el panorama musical mexicano no dejaron indiferente a nadie y llamaron poderosamente la atención porque de alguna manera vinieron a demostrar que en México se podía hacer otro tipo de música distinto del que hacían los grupos que triunfaban habitualmente, quienes se movían bien en el terreno de los tonos latinos propios del país, bien en el apoyo de unas letras contundentes y críticas con la situación política que allí se vive desde hace mucho tiempo.

Larregui y los suyos se apartaron desde el primer instante de estas características, dejando a un lado el tema político y ofreciendo un sonido de rock casi sinfónico que atrajo al público de manera inmediata. Siempre rodeados de un aura futurista, con unas letras filosóficas, casi de ciencia ficción, se hicieron muy pronto con un nombre en México gracias a la tremenda calidad de su música.

En el año 2009 publicaron el que puede considerarse como mejor álbum, hasta ahora, de su carrera, bajo el título de “Reptilectric”, en el que se incluía una excepcional canción para la que contarían con la colaboración de un artista español que encajaba perfectamente con su filosofía.

Se trata del mismísimo Enrique Búnbury, del que poco hay que decir que no sepamos todos, que aportaría su granito de arena en la canción estrella de este disco. Si hay un grupo que podría considerarse “gemelo” de Zoé ése sería Héroes del Silencio, por lo que no es de extrañar que el resultado final de esta colaboración, esta genialidad titulada “Nada”, sonara lo bien que suena.

La canción es una pasada y aunque el videoclip es de lo más sencillo que nos podamos imaginar, el ambiente cargante que tiene, la atmósfera que crea es la idónea para el sonido que ofrecen. Aunque sea repetitivo ya os digo que Zoé son muy buenos.

MIKE OLDFIELD & JON ANDERSON / SHINE

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Hay artistas que con el paso del tiempo se terminan convirtiendo en auténticos “profesionales de la colaboración” ya que son frecuentes las ocasiones en las que unen su talento al de otros grandes de la música para ofrecer muy buenas canciones. Uno de los dos protagonistas del dueto con el que cerramos la sección de hoy es uno de sus más claros ejemplos. Se trata de Jon Anderson, el que fuera la inconfundible voz de ese lengendario grupo que fueron Yes.

Anderson es uno de esos cantantes que poseen una voz descomunal a la par que inconfundible. Capaz de llegar a unas notas muy altas y agudas pero sin caer nunca en el falsete, es único en su especie y esa capacidad vocal le ha convertido en uno de los vocalistas más importantes de la historia del rock.

En el año 1986 pondría voz a una canción de otro de los grandes genios de la música como es Mike Oldfield. De todos es sabido que en aquella época la productividad de Oldfield era tremenda y entre álbum y álbum, mientras trabajaba en las canciones que formarían parte de sus siguiente disco, siempre tenía tiempo para sorprendernos con la publicación de sencillos sueltos con los que mantenernos a todos atentos a su carrera.

El resultado final, con tanto talento encima de la mesa, no podía ser más que excepcional y el sonido que ambos logran en “Shine” es para escuchar esta composición una y otra vez, porque está claro que la voz de Anderson encaja a la perfección con la música que propone Oldfield.

LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA

Una vez más hemos llegado a toda velocidad a la página final de la revista de esta semana. Para no romper el ritmo y ya que hemos disfrutado hasta ahora de muy buena música, vamos con las tres últimas canciones del día de hoy que mantienen las mismas pautas. Así pues recordemos, cantemos en español y descubramos un disco de actualidad al ritmo de la buena músca.

EFEMÉRIDE

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Celebramos el cumpleaños de uno de los triunfadores de la década de los 80 y que nos dejó un buen puñado de buenas canciones. Felicitamos hoy a Paul Young.

El 17 de enero de 1956 nacía el que años después iba a convertirse en uno de los cantantes británicos de mayor éxito en los 90. Un artista poseedor de una voz que encaja perfectamente en el soul, por lo que no son de extrañar los pequeños tintes que tenían algunas de sus canciones, y que nos dejaría una serie de éxitos que todos recordamos a buen seguro. Se trata de Paul Young.

Sus primeros pasos los dió al frente de un grupo denominado Q-Tips, en el que compartía protagonismo con una serie de grandes músicos pero que muy pronto se vieron eclipsados por la personalidad y la forma de interpretar de Young. Por este motivo no es de extrañar que en el año 1983 el grupo llegara a su fin y su vocalista principal iniciase su carrera como solista, con la que de manera inmediata iba a lograr triunfar a lo grande.

Ese año publicaría su álbum de debut titulado “No Parlez”, en el que se incluía una versión de uno de los temas más representativos de la carrera de Marvin Gaye, ese clásico titulado “Wherever I Lay My Hat (That’s My Home)”, con el que mostraría claramente cual era su potencial y obteniendo una aceptación del cien por cien tanto por parte del público como de la crítica especializada.

Pero yo quiero centrarme en otra de las canciones que se incluían en este larga duración, con la que también obtuvo un reconocido éxito, y que a mí particularmente me encanta. Es el tema con el que yo conocí a Paul Young y que me llevaría a interesarme más por su carrera. Recuerdo que me comprÉ el maxi-single y que acabó prácticamente rallado de tanto escucharlo. Me encanta ese sonido envolvente y ese ritmo medio que ofrece “Come Back & Stay”.

Siempre he pensado que la figura de Paul Young ha sido de alguna manera maltratada ya que su repercusión en el mundo de la música debería haber sido mayor y más duradera de lo que ha sido. Me da mucha pena que gente como él haya acabado llevando a cabo giras en plan “recuerdo” con otros artistas que triunfaron en aquellos tiempos en plan “abuelillos que se juntan para recordar tiempos mejores”. Y mientras soportamos lo de ahora. Sin comentarios.

LA EDAD DE ORO DE LA MÚSICA ESPAÑOLA

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

La música en español de esta semana nos llega desde León a ritmo de ska de la mano de Los Cardiacos, un gran grupo con un corto recorrido y una pésima promoción.

El apartado que cada semana le dedicamos en nuestra última página a la música hecha en nuestro país está protagonizado  en esta oportunidad por un grupo que lo tenía todo para triunfar pero que se dió de bruces con la incompresión de las grandes multinacionales que les maltrataron una y otra vez. Una banda formada por valientes, por auténticos supervivientes, que durante diez años de andadura fueron grabando muy buena música sin que casi nadie tuviera conocimiento de ello.

Procedían de León y se hacían llamar Los Cardiacos. A base de un ritmo trepidante, con la correspondiente sección de metal, crearon una serie de composiciones con sonido de ska a la española de una calidad indiscutible. Que nunca lo tuvieron fácil se demostró desde que dieron sus primeros pasos en el año 1979, momento en el que dos amigos de León llamados Enrique Jiménez y Carlos Suárez dan cuerpo a esta banda con unos medios totalmente artesanales.

Ellos mismos, junto al resto de miembros del grupo, compusieron y grabaron ocho canciones en una cinta de cassette, hicieron copias y fueron vendiéndolas por los bares de León. De esta manera comenzarían a darse a conocer ya que llegarían a vender unas 2.000 copias, algo que tratándose de la ciudad de León y de venta por así denominarla ambulante no está nada mal. En su ciudad natal se harían muy populares y de ahí darían el salto a Madrid al participar en un festival promocionado por una conocida marca de coches cuya fase final se celebró en la Plaza de Toros de las Ventas. Resultarían vencedores del evento y por fin un sello discográfico se fijaría en ellos para que  en el año 1980 publicarían su primer sencillo.

Con un ritmo de ska trepidante, lograrían cierta repercusión con un tema titulado “Salid de Noche”, en el que mostraban una puesta en escena impecable dando muestras de que sus actuaciones en directo eran intensas y divertidas. Por un momento fueron considerados los Madness españoles, ya sabemos lo que nos gusta ponerle etiqueta a todo, aunque la realidad les despertaría de su sueño de manera inmediata.

Tras el éxito cosechado con este tema llegarían algunos sencillos más, entre los que destaca sobremanera “Noches de Toisón”, pero lo cierto es que nunca nadie apostó por ellos de manera clara, ya que a pesar de su insistencia nunca llegarían a publicar un álbum al completo, teniendo que conformarse con la aparición en el mercado de singles y EPs, algo que no acababa de convencerles.

Como era de esperar, la desesperación se iría apoderando poco a poco de ellos e irían perdiendo efectivos y, lo que es más grave, creatividad y ganas de seguir adelante. Pese a que siguieron intentándolo todavía durante algunos años más, con distintas formaciones, en el año 1989 pondrían fin a su andadura, convirtiéndose en un caso más de esas bandas que con un poco de fortuna y promoción habrían hecho cosas grandes, muy grandes.

NOVEDAD

LA GRAMINOLA – NÚMERO 60 – 17 DE ENERO DE 2019

Rock del nuevo milenio al estilo de los 90 o rock de los 90 al estilo del nuevo milenio. Así es como se puede definir la música de los británicos Basement, que acaban de publicar un nuevo disco en el que sus guitarras suenan más potentes que nunca. Otro claro ejemplo más de que en nuestros días se puede seguir haciendo buena música, solamente basta con tener algo de talento.

Vamos a cerrar ya el número de “La Graminola” de esta semana como lo hacemos siempre, con la recomendación de un álbum recién salido del horno y que ofrece muy buena música. En esta ocasión nos llega desde Inglaterra de la mano de Basement, una banda que siempre se ha reivindicado con un sonido cercano al rock de los 90 y que reincide en esta ocasión con su cuarto trabajo de estudio.

Con el vocalista Andrew Fisher a la cabeza, los ingleses acaban de publicar “Beside Myself”, un disco con el que pretender dar un salto de calidad en su carrera, llegar a más gente y convertirse en uno de los grupos de referencia del rock de nuestros días, algo para lo que están capacitados a la perfección con el sonido guitarrero y en ocasiones oscuro que ofrecen y que nos recuerda, aunque sea de pasada, a algunos de los momentos más brillantes de bandas como The Smashing Pumpkinso The Pixies.

El disco muestra desde la primera hasta la última canción un sonido reconocible, apabullante por momentos, pausado por otros, pero siempre liderado por la voz de Fisher, auténtica alma máter de la banda. Seguramente no será un superventas ni batirá records, pero no cabe duda de que canciones como “Be Here Now” estarán entre las mejores composiciones del año que acabamos de estrenar.

Con este ritmo trepidante ponemos fin al número de “La Graminola” de hoy. Ya sabéis, en solamente siete días regresamos con más música.

Os espero a todos, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ


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