Lo que está claro es el fariseísmo de esa prensa deportiva que hace ya mucho tiempo que cambió de lado, y ya está alternando planos con las estrellas. En realidad, la mayoría de los gladiadores del Siglo XXI son jóvenes, que saben lo que saben, como la mayoría de la gente de su edad, y que difícilmente resistirían un tercer grado.
Lo ocurrido ayer tras el encuentro de fútbol Francia - España, que a modo de inri habrá que decir que era un partido amistoso, es de juzgado de guardia, y no precisamente por las declaraciones de un Piqué solicito con la prensa.
¡Vamos a ser serios! Todos se conocen, todos nos conocemos. Y esa misma prensa que en el funeral de un famoso preguntaría su familia, cómo se encuentran, mientras en el peor de los casos le meten la "alcachofa" en el ojo, preguntan a un Piqué más cercano a la piromanía que a ejercer de bombero, si en algún momento dado en el futuro, y a colación de unas declaraciones de Raúl, él se ve trabajando con el Real Madrid.
La respuesta conflictiva no tardó, y lo más penoso es que la prensa, como siempre, actuó como ese alumno que ante la ausencia del profesor, empieza a anotar los nombres de sus compañeros que se están moviendo libremente por el aula. Y en cuanto vuelve la autoridad competente se chiva de lo queZutano o Mengano, en este caso Piqué, han dicho. Pero, eso sí, omitiendo las preguntas que dieron origen a la que toda la prensa no ha dudo en calificar como la gran rajada de Piqué.
Y para más inri, muchos notarios de Piqué, creen entrever que el defensa del Barça confía poco en los políticos y en la justicia española. Y este vecino pregunta si no es normal que ante todo lo que se ve últimamente (sobres B, tarjetas "black", esposas de imputados, con buena formación académica, que ignoran lo que gana su marido), la gente sea reacia a confiar en la bondad del individuo con cierto poder, dentro del circo del fútbol o de la política en general.
Al final habrá que dar las gracias a que ningún periodista preguntara a Piqué sobre Carrero Blanco, quizás por lo "blanco" de su apellido, porque seguro que de esa no sale libre.
Lo dicho, está claro que gracias a Gerard Piqué comen muchos, e incluso algunos devoran al que no sea rápido de reflejos.
*FOTO: DE LA RED