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EL FLORECIMIENTO de la cultura Zen podría describirse como la época de Pericles de Japón. Al igual que con la Grecia del siglo v, esta fue la época que produjo el mejor arte clásico de Japón, al mismo tiempo que las plagas desenfrenadas y las guerras intestinas sangraban la tierra como nunca antes. El gobierno, tal como estaba, descansaba en las manos del clan Ashikaga, hombres siempre listos para sacrificar el bien general en fomento de intereses personales. El hecho de que estos intereses incluyeron el Zen y las artes Zen probablemente trajo poco consuelo a sus súbditos, pero hoy podemos sopesar su egoísmo en contra de la cultura que patrocinaron. En cualquier caso, todos los que admiran las formas culturales clásicas Zen deben ser conscientes de que su precio incluye la despiadada tributación y el desprecio por toda la población campesina de Japón.LEER MÁS »