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La grandeza de Alonso reside en su ejemplo

Publicado el 27 noviembre 2012 por Aposilio @aposilio

El piloto español consigue con trabajo, esfuerzo y dedicación superar las deficiencias de una escudería venida a menos, como la sociedad española


La grandeza de Alonso reside en su ejemplo

Fuente: F1aldia.com


Fernando Alonso ofreció ayer al mundo entero una nueva prueba de por qué está considerado el mejor piloto de la Fórmula 1. Con un Ferrari que está muy lejos de ser la escudería que encandiló a medio planeta, el piloto español demostró que con trabajo, esfuerzo y dedicación se pueden superar las deficiencias técnicas de un prototipo que le impiden situarse en lo más alto del podio. El bicampeón asturiano (2005 y 2006) no solo muestra un talento posiblemente innato, sino que su carácter indómito le impide rendirse ante nada y ante nadie, condición indispensable para superar los malos momentos. Su segundo puesto de ayer en el circuito brasileño de Interlagos, aunque no le valió para proclamarse por tercera vez Campeón del Mundo, sirvió como ejemplo a todos los españoles de las virtudes que hay que poseer para superar la grave crisis político, social y económica que nos invade.
La actuación de Alonso en Brasil fue un compendió de las virtudes mostradas durante de toda la temporada. Su titánica lucha en desventaja con los Red Bull y los McLaren engrandece su imagen sin necesidad de levantar el cetro mundial. Es cierto que Sebastian Vettel ya ha pasado a la historia como el pilotó más joven en sumar tres coronas mundiales, pero Alonso también reside entre los dioses del Olimpo automovilístico por su buen hacer y por dar el máximo de su rendimiento bajo cualquier circunstancia. Cualquier otro de los magníficos pilotos que circulan por la F-1 no habría alargado la intriga de la resolución del campeonato hasta las últimas vueltas del último gran premio. Si ayer disfrutamos de una carrera inolvidable fue principalmente porque el asturiano no dio su brazo a torcer hasta que circuló bajo la bandera de cuadros.

La grandeza de Alonso reside en su ejemplo

Fuente: motor.es

El Nano, como le conocen sus íntimos, ha obrado esta temporada un nuevo milagro. Él solito, pues apenas ha podido contar con su compañero Felipe Massa, ha situado a Ferrari como subcampeón de constructores, con un coche inferior a Red Bull, McLaren y Reanult, incluso a veces por debajo de Sauber y Williams. La temporada del español ha sido una lucha constante contra la superioridad tecnológica de los rivales. Pero su conmovedor tesón invita a todos los que le rodean a dar el máximo. Y si no, que se lo pregunten a los ingenieros de su escudería. Este espíritu de superación es lo que lleva al bicampeón español a que cada vez más millones de españoles sigan sus fabulosas andanzas por televisión. ¿O alguien duda de que si no hubiese estado Alonso a los mandos del Ferrari la escudería del cavallino rampante hubiera bajado los brazos un par de grandes premios antes?
Hay observadores neutrales que resaltan que el asturiano no es un fuera de serie. Incluso algunos lo comparan con el poco afortunado bicampeón del mundo de rallies Carlos Sainz. Y para ello aducen los tres campeonatos que ha perdido en la última prueba de la temporada, como le pasó al piloto madrileño. Así, en el 2007, también en Brasil, cedió la corona mundial a Raikkonen (Ferrari), porque su escudería británica, McLaren, apostó por su compatriota Hamilton en lugar de por el joven español. La desdicha se reprodujo en Abu Dabi en el 2010, aunque en esta ocasión fue la nefasta estrategia de Ferrari la que acabó con sus aspiraciones, lo que le dio el primer Mundial a Vettel. Y ayer, de nuevo en Interlagos, si bien en esta ocasión el asturiano iba detrás en la clasificación y su esfuerzo resultó insuficiente para remontar los trece puntos que le separaban del pilotó teutón (el empate le daba el triunfo al alemán por haber ganado más grandes premios esta campaña).

La grandeza de Alonso reside en su ejemplo

Fuente: abc.es

A pesar de todo esto, el gran campeón español ha reconocido que esta ha sido su mejor temporada. Y los datos avalan su afirmación. Así, a sus tres triunfos (Malasia, Valencia y Alemania) hay que añadirle 13 podios. Además, de las 20 pruebas que se han celebrado, solo en cuatro ha terminado por detrás de la posición que ocupó al arrancar. En dos de estas (Bélgica y Japón) ni siquiera pasó de la primera curva, de modo que sus gatillazos se limitan a Canadá (salió el tercero y terminó el quinto) y Gran Bretaña (de primero a segundo). Alonso ha mejorado posiciones 13 veces, una inercia que le ha llevado a ganar 34 posiciones y que acentúa un poco más esa capacidad para optimizar al máximo el material que le cae entre las manos. Todo este magnífico rendimiento le lleva a ser el quinto piloto con más victorias en la historia de la Fórmula 1, con 30, a una de Mansel; a ser el segundo que más puntos ha logrado en medio siglo de carreras (1.364), con Schumacher a una distancia asequible (1566); a ser el tercer piloto que más veces ha subido al podio (86), por detrás de Schumacher y Prost; y a ser octavo en la clasificación de vueltas en cabeza en grandes premios. Datos que le sitúan entre los más grandes de este deporte.Pero su grandeza no reside solo en los números, sino en el ejemplo que está dando a una sociedad necesitada de honradez y limpieza, a un país que echa de menos los símbolos forjados en el trabajo y el esfuerzo diario; a una ciudadanía ávida de dirigentes inteligentes que cuenten la realidad sin el uso de retórica vacía. En resumen, a una España doblegada por una brutal crisis económica y de valores que necesita de personas como Fernando Alonso para levantar el ánimo y la autoestima.  

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