Antecedentes: revolución e independencia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, Indochina era una unión de países bajo dominio colonial francés, formada por Cochinchina, Camboya, Annam, Tonkín y Laos. Aunque la ocupación francesa supuso mejoras en el transporte y las comunicaciones y contribuyó al desarrollo comercial e industrial, el colonialismo conllevó escasas mejoras en el nivel de vida de la mayoría de la población y generó el descontento y el deseo de liberarse del dominio francés. A comienzos del siglo xx se crearon partidos nacionalistas que comenzaron a pedir la independencia; entre ellos destacan el Partido Nacional de Vietnam y el Partido Comunista Indochino creado por el revolucionario Ho Chi Minh.
Cuando en 1940 Japón ocupó militarmente Vietnam, restringió la autoridad de los gobernantes franceses y dio a los movimientos independentistas de Vietnam, Camboya y Laos una buena oportunidad para organizarse y prepararse para la lucha independentista al finalizar la guerra mundial. Con la rendición de los japoneses en agosto de 1945, el ejército vietminh se levantó en todo Vietnam y declaró la independencia de la república en Hanoi.
Al mes siguiente fue derrocado Bao-Dai, quien desde 1926 había gobernado Vietnam como emperador, bajo control de Francia, y se proclamó la independencia de la República Democrática de Vietnam (del Norte) por la Liga Vietminh de partidos nacionalistas que, bajo predominio del Partido Comunista, encabezaba Ho Chi Minh. Éste fue elegido presidente del nuevo país —integrado por Cochinchina, Annam y Tonkín— y estableció su gobierno en la ciudad de Hanoi. También se independizaron Camboya y Laos, cada una por separado, y proclamaron las repúblicas respectivas. Pero al regresar los franceses en octubre de 1945, estos tres pueblos iniciaron una larga lucha libertaria.
Partición de Vietnam. En principio, Francia dio su reconocimiento al nuevo Estado de Vietnam presidido por Ho Chi Minh, pero la imposibilidad de lograr acuerdos políticos y económicos satisfactorios entre ambos países condujo al enfrentamiento armado, iniciado en diciembre de 1946. Con respaldo de Francia, Bao-Dai instauró el reino de Vietnam (Vietnam del Sur) en julio de 1949 y fijó la nueva capital en Saigón (actual Ciudad de Ho Chi Minh). De esta manera el país quedaba dividido en dos partes, una contra la otra.
Estados Unidos reconoció oficialmente al régimen de Saigón en 1950, y el presidente Truman envió un grupo de “asesores” militares para adiestrar sudvietnamitas en el manejo de armamento estadounidense. La guerra entre Francia y el Vietminh llegó a su fin cuando las fuerzas de Ho Chi Minh ocuparon la base francesa de Dien Bien Phu, el 8 de mayo de 1954.
Ese mismo día, en busca de una solución diplomática al conflicto, se celebró la Conferencia de Ginebra, en la que se reunieron los delegados de Vietnam del Norte y Vietnam del Sur con los de Francia, Gran Bretaña, la URSS, Estados Unidos, China, Laos y Camboya a fin de discutir el futuro de toda Indochina. Los acuerdos más importantes fueron: la retirada de los franceses de Vietnam y en general de Indochina; el armisticio para Vietnam; la división temporal de Vietnam en dos países separados por el paralelo 17, uno al norte bajo régimen comunista y otro al sur en manos del gobierno de Saigón; el reconocimiento de la independencia de Vietnam del Norte; se estableció además que en 1956 habrían de celebrarse elecciones para reunificar el país.
Pero además de que estos acuerdos no fueron cumplidos en su totalidad, la región pronto empezó a verse involucrada en el conflicto Oriente-Occidente debido a la expansión del comunismo, al apoyo de China en territorio vietnamita y a la intervención de Estados Unidos para contrarrestarlo. Este país brindó ayuda militar al régimen de Saigón y llevó a cabo actividades encubiertas contra el gobierno de Hanoi. En octubre de 1955 Bao-Dai fue depuesto como resultado de un referéndum, y se proclamó la República de Vietnam del Sur con Ngô Dinh Diêm como presidente, apoyado por la oligarquía latifundista local. Al ocupar el poder, Diêm anunció que su gobierno se negaba a realizar elecciones para la reunificación, bajo el argumento de que habría fraude electoral pues la población del Norte no sería libre de expresar su deseo.
No obstante, el gobierno comunista de Hanoi proclamó su firme propósito de reunificar el país bajo su hegemonía. La paz acordada en Ginebra comenzó a deteriorarse y, hacia enero de 1957, la Comisión Internacional creada para la aplicación de los acuerdos de Ginebra denunció las violaciones del armisticio, cometidas tanto por Vietnam del Norte como por Vietnam del Sur. A lo largo de ese año los simpatizantes comunistas que habían emigrado al Norte tras la división del país comenzaron a regresar al Sur. Estos activistas constituyeron el Vietcong (abreviación del vietnamita Vietnam Congsan; Vietnam Rojo) y empezaron a realizar sabotajes contra instalaciones militares estadounidenses, y en 1959 iniciaron ataques guerrilleros contra el gobierno de Diêm. Al año siguiente, para demostrar que el movimiento guerrillero era independiente, el Vietcong creó su propio brazo político llamado Frente Nacional de Liberación (FNL), con sede en Hanoi.
El gobierno de Vietnam del Sur obtuvo ayuda de Estados Unidos, con cuyo gobierno firmó en abril de 1961 un tratado de amistad y cooperación. En diciembre del mismo año, el presidente Kennedy se comprometió a colaborar para mantener su independencia. Así, empezaron a llegar a Saigón las primeras tropas estadounidenses, aunque se hizo saber que no eran unidades de combate.
Diêm intentó sin éxito destruir la influencia comunista en su territorio, pero su gobierno no pudo sostenerse mucho tiempo debido a varias razones: su intolerancia con la oposición, su favoritismo hacia los católicos con el descontento de los budistas, y el fracaso de sus programas económicos. Estos factores llevaron a una sublevación que, con apoyo de los comunistas del Norte, culminó en un golpe de estado militar en 1963 que puso fin al gobierno de Diêm.
En la confusión política que siguió al golpe de estado, la situación en Vietnam del Sur continuó deteriorándose y en los siguientes dieciocho meses el país tuvo diez gobiernos diferentes. Por fin, en 1965 se formó un Consejo Director Nacional, presidido por el militar anticomunista Nguyên Van Thieu, que restauró el orden político; dos años más tarde se celebraron elecciones y Thieu fue electo presidente. Pero aquella inestabilidad había propiciado el avance de los comunistas del Vietcong en Vietnam del Sur y esto preparó el camino a la intervención directa de Estados Unidos.
Guerra de Vietnam. A comienzos de 1964, el presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, aprobó el bombardeo sistemático de Vietnam del Norte y el envío de tropas de combate a Vietnam del Sur, con lo que se inició la implicación de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, que tan nefastas consecuencias trajo en la historia política de este país.
En agosto de 1964, fuerzas vietnamitas atacaron naves estadounidenses en el golfo de Tonkín. En respuesta, Johnson ordenó el bombardeo de bases navales y oleoductos de Vietnam del Norte para protegerse contra cualquier ataque y prevenir futuras agresiones. De esta manera, sin que nunca llegara a declararse oficialmente la guerra, Estados Unidos comenzó a extender su potencial militar sobre un área cada vez más amplia de la península Indochina. Mientras tanto, el FNL empezó a recibir apoyo diplomático y militar de Vietnam del Norte.
Hacia 1965, las fuerzas estadounidenses generalizaron los bombardeos sobre Vietnam del Norte, aumentando el número de tropas de Estados Unidos en Vietnam del Sur, confiados en que impondrían su superioridad militar. Pero los bombardeos —que produjeron enormes daños en las cosechas, en las vías de comunicación y en los centros industriales de los dos países, además de causar la muerte a un millón de civiles— no lograron someter a los rebeldes en Vietnam del Sur, ni consiguieron que los del Norte dejaran de prestar ayuda al FNL. Durante la campaña de 1967-1968, los norvietnamitas desencadenaron la Ofensiva del Têt (llamada así en referencia al año nuevo lunar vietnamita), una serie de ataques contra más de cien objetivos urbanos. Esta campaña fracasó y las tropas del Vietcong fueron desalojadas de la mayor parte de las posiciones que habían ocupado.
El efecto de las acciones bélicas de Estados Unidos resultó más bien contraproducente al estimular la resistencia nacionalista de los vietnamitas. También originó en la propia sociedad estadounidense un fuerte movimiento de rechazo hacia la intervención de su gobierno en Indochina, actitud que se relacionó en gran medida con los disturbios sociales ocurridos en la década de 1960 en la Unión Americana. En los primeros meses de 1968 el gobierno estadounidense, presionado por la opinión pública de su país, había llegado a la conclusión de que la Guerra de Vietnam no se podría ganar. El 31 de marzo el presidente Johnson anunció la paralización de los bombardeos sobre Vietnam del Norte, gesto que encontró una respuesta positiva de Hanoi, y en mayo siguiente comenzaron en París las conversaciones de paz entre Estados Unidos, Vietnam del Norte, Vietnam del Sur y el Frente Nacional de Liberación del Vietcong. Los primeros resultados de las negociaciones fueron negativos a pesar de que las incursiones aéreas estadounidenses habían cesado por completo en noviembre de ese mismo año.
Al llegar a la presidencia de Estados Unidos en 1968, Richard M. Nixon mostró una posición más realista que la de su antecesor al tratar de resolver el grave conflicto internacional en que se había enfrascado su país, y buscó una “retirada honrosa” poniendo en práctica un plan que consistía en “vietnamizar” la guerra, es decir, retirar las tropas estadounidenses y dejar que los propios survietnamitas lucharan en contra del comunismo. Para tal efecto, Nixon ordenó la retirada de 25 mil soldados para agosto de 1969, y a finales de ese año salieron otros 65 mil.
Sin embargo, ni la reducción de tropas estadounidenses ni la muerte de Ho Chi Minh en 1969 sirvieron para que avanzaran las negociaciones de paz. En 1970, Nixon volvió a enviar fuerzas militares a Indochina, invadiendo parcialmente Camboya y Laos. Nixon ordenó esas operaciones por dos motivos principales 1) atacar las bases, refugios y vías de comunicación de que disponía el Vietcong en esos países; y 2) ayudar a los regímenes pro estadounidenses que gobernaban Laos y Camboya en la lucha que sostenían, respectivamente, con los comunistas que integraban los movimientos del Pathet Lao (en Laos) y el Partido Revolucionario del Pueblo Camboyano.
Esta nueva intervención del gobierno de Washington tampoco tuvo éxito y, en cambio, dio lugar a que aumentara el rechazo de la población estadounidense hacia la presencia militar de su país en Vietnam. Las negociaciones se mantenían estancadas ya que las partes en conflicto no consideraban satisfactorias las propuestas de paz. Mientras tanto, las acciones bélicas continuaban e incluso se recrudecían y Estados Unidos recurría al uso intenso de bombardeos sobre Vietnam del Norte, sin lograr derrotarlo.
Por fin, el 27 de enero de 1973, las delegaciones de Estados Unidos, Vietnam del Sur, Vietnam del Norte y del Gobierno Revolucionario Provisional (instaurado en una porción de Vietnam del Sur por el FNL) concluían las negociaciones de la Conferencia de París, firmándose acuerdos por los que se establecía el cese del fuego y la retirada estadounidense de Vietnam del Sur. En marzo siguiente, los acuerdos se complementaron con otro que preveía la unificación de los dos territorios. Tras la retirada de las tropas estadounidenses, la guerra continuó por dos años más hasta que, en abril de 1975, se consumó la victoria total del FNL y el fracaso definitivo de Estados Unidos con la toma de Saigón y la unión entre el Norte y el Sur; la República Socialista de Vietnam se proclamó en abril de 1976.
Consecuencias. La Guerra de Vietnam marcó un hito en la historia militar convencional, tanto por la amplitud del combate guerrillero como por el creciente uso de helicópteros, que proporcionaron una gran movilidad en terrenos difíciles. Además, fue esencialmente una guerra del pueblo porque la mayor parte de la población civil fue movilizada para algún tipo de participación activa y padeció la situación bélica más o menos en las mismas circunstancias que las fuerzas militares. El amplio uso que hizo Estados Unidos de armas químicas, como el napalm, mutiló y mató a miles de civiles; en tanto que el empleo de defoliantes, principalmente del llamado “agente naranja” utilizado para eliminar la cobertura vegetal, no sólo devastó el medio ambiente de un país esencialmente agrícola, sino que dejó perjudiciales secuelas en la salud física de los seres humanos —vietnamitas y estadounidenses— que estuvieron en contacto con ese agente químico.
Como resultado de ocho años de utilización de estas tácticas bélicas, se estima que murieron más de dos millones de vietnamitas, tres millones fueron heridos, y cientos de miles de niños quedaron huérfanos. La población refugiada se ha calculado en 12 millones de personas; entre abril de 1975 y julio de 1982, aproximadamente un millón 218 mil refugiados fueron reubicados en más de 16 países; otros 500 mil intentaron huir de Vietnam por mar, pero de ellos se estima murió entre un 10 y 15%, y los que sobrevivieron se enfrentaron más tarde a trabas y cuotas de inmigración incluso en países que habían aceptado acogerlos.
Las pérdidas humanas estadounidenses alcanzaron la cifra de 57,685, además de 153,303 heridos. En el momento del acuerdo de alto al fuego había 587 prisioneros de guerra entre militares y civiles, los cuales fueron liberados posteriormente en su totalidad; sin embargo, una estimación actualizada no oficial calcula que todavía quedan unos 2,500 desaparecidos.
La Guerra de Vietnam también se considera un hito en la historia de Estados Unidos. La derrota constituyó un golpe profundo al orgullo estadounidense y a la creencia de que su nación era invencible; afectó la confianza de los ciudadanos en su sistema de gobierno y se sintieron engañados por los líderes políticos que su voto había llevado al poder, pues les habían dado informes falsos acerca de la guerra. Este sentimiento se hizo extensivo a los soldados que regresaban de Vietnam quienes, heridos física y moralmente, no fueron bienvenidos en su patria ni recibieron tratamiento de héroes. Muchos de esos soldados pasaron por grandes dificultades para conseguir trabajo y readaptarse a la vida familiar; de acuerdo con datos del Departamento de Veteranos, medio millón de ellos sufrían problemas psicológicos relacionados con sus experiencias de la guerra. El síndrome de Vietnam dejó huellas imborrables en toda una generación de jóvenes y sus familias, tanto por los daños físicos producidos por las heridas de combate y la exposición a los agentes químicos, como por el efecto psicológico provocado por el terrible recuerdo de la muerte y los sufrimientos de numerosos civiles vietnamitas indefensos.
En el ámbito político internacional, la Guerra de Vietnam trajo consigo el desprestigio para Estados Unidos en un mundo conmocionado por las imágenes que recibía, a través de la televisión y la prensa escrita, acerca de una guerra que la presencia de este país prolongaba inútilmente. En cambio, el bloque comunista salió fortalecido con el hecho de que un país otrora violentamente disputado por los dos bloques en pugna durante la Guerra Fría, se integra plenamente al bando comunista.
("El mundo moderno y contemporáneo. Del siglo XX a los albores del siglo XXI". Autora: Gloria M. Delgado de Cantú)
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