¿Los artículos de tu blog publicados aquí? ¡Propón tu blog!
Versión en PDF
</p><p>En esta sociedad el disfrute es una obligación, y la vida en la sociedad de consumo se basa en desear sin interrupción. Esto es lo que se evidencia tras la noción “ir de compras”: salir a ver escaparates sin más objetivo que el de ser estimulados sin saber previamente por qué cosas uno va a ser estimulado; da igual por qué, pues se trata simplemente de experimentar el deseo; y una buena “tarde de compras”, cuando se va a las tiendas porque sí, sin rumbo ni necesidad aparentes, es aquella en que se han adquirido objetos a pesar de que no se sabía qué objetos se iban a adquirir. El objetivo no es el producto, sino la necesidad de sentir el deseo en cada poro de la piel.</p><p>Por ejemplo, lo que Zizek llama la paradoja de la Coca-cola es que se nos invita a beberla para apagar la sed, pero todos sabemos que cuanto más se la bebe más sed provoca. Su éxito radica en que no se desea el objeto en sí, como tal, una bebida gaseosa y azucarada, sino que lo que realmente se desea es poder desear de forma ininterrumpida pues, de ser satisfecho el deseo, se sentiría el vacío. El mensaje del que dicho objeto es portador y que está incluido en cualquier marca de éxito es: “desea desear”. Cuando el individuo adquiere una marca, no está ni mucho menos extinguiendo su deseo, sino alimentándolo para así poder continuar consumiendo; y ese incremento del deseo es lo que en realidad le hace disfrutar.<span id="more-8551"></span></p><p>El ejemplo que quizás muestra esta actitud en su forma más descarnada, continúa Zizek, es el del huevo Kindle. Para disfrutar realmente de la extremadamente fina e insustancial superficie de sucedáneo de chocolate es necesario que el deseo sea atraído por la sorpresa interior, una pequeña figurita de plástico. Pero seguramente nadie pagaría por la ridícula figurita si ésta se le presentara como objeto en sí, ajeno al huevo Kindle; y, lo peor de todo, nadie disfrutaría de la insulsa lámina de sucedáneo de chocolate si no tuviera la figurita dentro. Así que, ¿qué se está pagando cuando se adquiere un huevo Kindle? Humo… deseo de desear.</p><p>Pero el consumismo evoluciona y seduce a todos, incluso a sus opositores. Si en otros tiempos los activistas se podían sentir mal por participar del inevitable juego de las grandes corporaciones multinacionales, ahora se les compensa vendiéndoles gestos de caridad. Se puede ser consumista sin cargo de conciencia paradójicamente consumiendo más que el resto: pagando por un producto más caro porque un porcentaje del mismo será destinado a actos solidarios por parte de la gran corporación. Se consiguen, así, dos triunfos para la ideología dominante: el consumidor se siente bien por consumir y, además, consume más de lo que antes habría consumido.</p><p><img src="//m1.paperblog.com/i/231/2317169/guia-ideologica-pervertidos-L-3cI8lI.jpeg" alt="La guía ideológica para pervertidos" title="La guía ideológica para pervertidos" /><iframe src="//www.youtube.com/embed/YdezVlHLWHE" height="270" width="480" allowfullscreen="" frameborder="0"></p><p>Corto y pego algunos párrafos de un <a href="http://www.erraticario.com/economia-y-sociedad/indignacion-masiva-por-que-lo-llaman-compromiso-cuando-quieren-decir-cinismo/?singlepage=1" target="_blank">viejo post</a>:</p><p>Existe una tendencia que pretende convencer al mundo, y a sí misma, de que es posible un capitalismo global comprometido, esto es, prosperar como empresarios de éxito y al tiempo comprometerse con la responsabilidad social. La justificación de esta tendencia es que para ayudar hay que tener primero los medios para hacerlo, así que el objetivo final no es enriquecerse sino ayudar a la gente con la riqueza obtenida.</p><p>De esta forma, dice Zizek en su libro <em>Sobre la violencia</em>, el problema se presenta como solución de sí mismo:</p><blockquote><p>…la despiadada persecución del beneficio se ve contrarrestada por la caridad. Tal es la máscara humanitaria que oculta el rostro de la explotación económica. Cediendo a un chantaje del superyó de dimensiones gigantescas, los países desarrollados “ayudan” a los subdesarrollados con aportaciones humanitarias, créditos y demás, y de este modo evitan la cuestión clave, es decir, su complicidad y corresponsabilidad en la miserable situación de aquéllos.</p></blockquote><p>La caridad de los grandes multimillonarios del capitalismo global es “el punto de conclusión lógico de la circulación capitalista, necesario desde el punto de vista estrictamente económico, puesto que permite al sistema capitalista posponer su crisis”.</p><blockquote><p>¿Qué pasaría si el mal auténtico de nuestras sociedades no fuera su dinámica capitalista como tal, sino nuestros intentos de sustraernos a ella –sin dejar de beneficiarnos—construyendo espacios comunales cercados y protegidos, desde “barrios residenciales privados” hasta grupos raciales o religiosos exclusivos?</p> <p>[...]</p> <p>Hoy día las figuras ejemplares del mal no son consumidores normales que contaminan el medio ambiente y viven en un mundo violento de vínculos sociales en desintegración, sino aquellos que, completamente implicados en la creación de las condiciones de tal devastación y contaminación universal, compran un salvoconducto para huir de las consecuencias de su propia actividad, viviendo en urbanizaciones cercadas, alimentándose de productos macrobióticos, yéndose de vacaciones en reservas de vida salvaje, etc.”.</p></blockquote><p>De modo que, además de suavizar la lucha contra el sistema que provoca los propios males a los que se está destinando la caridad, se participa del mismo sin sensación de culpa. Así que el consumo, lejos de ser visto como el problema, se convierte en la redención. Es como la confesión para los católicos.</p><p>Zizek pone como ejemplo la película <i>Sonrisas y lágrimas</i>, donde el discurso cantado de la madre superiora resulta ser un alegato en favor de dejarse llevar por el deseo. En la “propaganda” institucional católica hay una contradicción con la acción cristiana: frente al mensaje explícito de renuncia y sacrifico de éste último, a través de aquella el creyente obtiene el permiso oculto para actuar conforme a los impulsos siempre y cuando muestre una actitud aparente de remordimiento; “simula que renuncias y podrás conseguirlo todo”.</p><p><img src="//m1.paperblog.com/i/231/2317169/guia-ideologica-pervertidos-L-5QMeKe.jpeg" alt="La guía ideológica para pervertidos" title="La guía ideológica para pervertidos" /><iframe width="480" height="360" src="//www.youtube.com/embed/EoCPuhhE6dw" frameborder="0" allowfullscreen></p><p>De hecho, el capitalismo tiene una estructura religiosa cuyo dogma es que el capital tiene que circular, expandirse y multiplicarse. Por este principio, todos los demás aspectos de la existencia han de ser sacrificados, tanto los relativos a la naturaleza como a la propia vida de las personas.</p><p>La culpabilidad no reside en el incumplimiento de los deberes morales sino, al contrario, en la sensación de no estar gozando lo suficiente. Es por ello que todo amago de revuelta masiva contemporánea está condenada al fracaso, pues el fondo de sus exigencias no es el fin del sistema, sino la reivindación del goce perdido, del opio que se agota.</p><p>En este sentido, en referencia a las revueltas sociales considera Zizek que no se puede justificar el vandalismo como el resultado de circunstancias ambientales;  todos tenemos un margen de libertad para decidir cómo subjetivamos tales circunstancias y cómo reaccionamos a ellas.</p><p>Las revueltas vandálicas expresan la reacción de gente totalmente atrapada en la ideología dominante, pero que no tiene medios para llevar a cabo lo que esa ideología exige de ellos: el impulso salvaje hacia la acción consumista. Es entonces cuando los cascarones lingüísticos que simulan una sociedad de valores, como justicia, libertad o igualdad, se disuelven ante la única realidad que mantiene en funcionamiento a esta sociedad: la necesidad de gastar.</p><p>Vuelvo a <a href="http://www.erraticario.com/economia-y-sociedad/indignacion-masiva-por-que-lo-llaman-compromiso-cuando-quieren-decir-cinismo/?singlepage=1" target="_blank">cortar y pegar</a>:</p><p>Hace más de cuarenta años, Zbigniew Brzezinski, uno de los personajes más influyentes del planeta en asuntos de política global entonces y ahora –entre otras cosas, apadrinó a Obama cuando éste era senador—, escribía sobre el carácter inofensivo de las protestas sociales y los movimientos reivindicativos surgidos en la década de los 60, debido su incapacidad inherente para materializar algo más allá del berrinche:</p><blockquote><p>Es un fenómeno escapista antes que un movimiento revolucionario tenaz; proclama su deseo de cambiar la sociedad pero en general sólo ofrece refugio para evadirse de ésta. […] Lo que le interesa es crear una atmósfera de participación personal para sus adherentes y dejar que éstos desahoguen sus pasiones. Suministra una válvula de escape psicológica a sus militantes juveniles y un sentimiento de realización vicaria a sus admiradores más pasivos, ricos y viejos.</p> <p>(<i>La era tecnotrónica</i>)</p></blockquote><p>Asimismo, destacaba que si se sabía encauzar el flujo de protestas, éstas podían resultar incluso beneficiosas para los objetivos del poder. Y es que hoy en día no debe ser muy difícil manejar a las masas para convertirlas en corriente catalizadora que facilita reformas superficiales y apropiadas porque no revierten el orden de las cosas pero que, al mismo tiempo, generan un efecto de alivio a la tensión social.</p><p>El primer paso hacia la libertad no es cambiar la realidad para que encaje en nuestros sueños, sino cambiar la manera de soñar. El dolor que esto provoca es debido a que toda la satisfacción que obtenemos procede de los mismos sueños que hemos de erradicar.</p><p><img src="//m1.paperblog.com/i/231/2317169/guia-ideologica-pervertidos-L-m5jZlm.jpeg" alt="La guía ideológica para pervertidos" title="La guía ideológica para pervertidos" /><iframe src="//www.youtube.com/embed/rdSay6s9AA8" height="270" width="480" allowfullscreen="" frameborder="0"></p><p>En la película <i>They live</i>, el protagonista se encuentra unas gafas que permiten ver las instrucciones sociales escondidas tras los carteles publicitarios, periódicos, revistas y otros objetos que conforman la vida diaria; el orden invisible y autoritario que dirige una ilusión de libertad democrática.</p><p>Aquí, explica Zizek, la ideología no es una imposición externa, sino la relación espontánea de los individuos con su entorno social. Es por ello que salir de la ilusión requiere un esfuerzo muy doloroso; y muchos se niegan a ponerse las gafas, como si no quisieran pasar por el sufrimiento de reconocer el engaño, aun sabiendo que existe. La libertad duele, dice Zizek, y mientras no se experimente la realidad a través de las gafas es posible vivir en el autoengaño porque la mirada cínica –“sé lo que hago pero aun así lo sigo haciendo”— no ha sido expuesta en su desnudez al mundo; permanece escondida en el individuo, no ha sido expresada y por tanto confesada. La culpa puede esperar.</p><p>Así, la violencia no sólo es contra el sistema sino contra el peligro intuido de descubrir la mentira del mismo; encubre la impotencia por no mirar, y no querer mirar, al lugar correcto. Esa violencia, dice Zizek, es apropiada, pues es la vía que queda para desahogar la confusión; pero debe ser dirigida hacia uno mismo, no hacia el exterior. En concreto, hacia todo aquello interior que ata al individuo a la ideología dominante.</p><p>Mientras tanto, al igual que el monstruo de las películas concentra en un solo ente todos los miedos del espectador, la sociedad necesita un monstruo, un agente externo al que responsabilizar de los males. El problema, afirma Zizek, es que los grandes males del capitalismo son endémicos; sin embargo, ante la confusión vigente, por un lado, y ante la necesidad de claridad, por otro, se sustituye esa multitud de problemas que se perciben como incoherentes por una figura clara que los reúne y recompone de manera más simple, aunque falsa.</p><p>La mentira mantiene el orden. Esta es una idea implícita en la Historia, según la cual la verdad es tan fuerte que no puede ser contada al pueblo. De este modo, los políticos han de ser cínicos por obligación, por el bien de la humanidad; la verdad desintegra el orden social.</p><p>Entra aquí en juego lo que Zizek refiere como <a href="http://www.erraticario.com/economia-y-sociedad/el-miedo-a-la-realidad/" target="_blank">código rojo</a>, en referencia al código no escrito de los marines, el oculto complemento obsceno sin el cual la maquinaria de virtudes y altos valores no podría funcionar, y que está presente en todos los ámbitos comunitarios de la sociedad; se trata de esas reglas no escritas que hay que obedecer para formar parte de un grupo, a pesar de que tales reglas atentan contra los códigos de conducta explícitos que definen al grupo de cara a la sociedad, y que de hecho jamás se reconocen en público, pero que resultan esenciales como centro aglutinador de los miembros del colectivo en cuestión.</p><p>Los ejemplos más obvios son los comportamientos internos de las instituciones militares o de los clásicos internados ingleses. Pero la mentira se eleva a toda la estructura social humana, y en realidad puede ser entendido como el principio de organización necesario para que el sistema funcione. Desvelar la mentira, entonces, lejos de ser un acto virtuoso, se puede ver como la amenaza perpetrada por un enajenado, ya que sus actos pueden acabar con el orden civilizado. El ejemplo usado por Zizek para la ocasión es <i>El caballero oscuro</i>, donde los buenos han de cubrirse de mentiras para evitar que la identidad de Batman sea desvelada; con el propósito de mantener la confianza de la opinión pública en el sistema legal establecido, se han de esconder todos los actos de corrupción que han tenido lugar, pues de lo contrario todo colapsaría.</p><p>Dice Sloterdijk en su <em>Crítica de la razón cínica</em> que  la expresión de la verdad en una sociedad sometida a la mentira provoca un suceso agresivo, “un desnudamiento que no es bienvenido”. Es la indignación diaria ante las noticias, cuando la reacción no procede tanto de descubrir una verdad, pues en el fondo todo el mundo conoce tales verdades, sino que más bien se trata de la irritación por haber tenido que mirar a través de las odiosas gafas…</p><p>.<br /> <img src="//m1.paperblog.com/i/231/2317169/guia-ideologica-pervertidos-L-XDxCot.jpeg" alt="La guía ideológica para pervertidos" title="La guía ideológica para pervertidos" /><iframe src="//www.youtube.com/embed/lM6PMbcQyh8" height="270" width="480" allowfullscreen="" frameborder="0"></p>
Rafael García Del Valle 3897 vecescompartido ver su perfil ver su blog
Cómo se hablaba a distancia antes
Descarga Geometry Dash 2.1 para PC con Amor
Amor y salud: Alimentación sostenible
Descubriendo el Poder de la Radiación Contra el Cáncer
Marca
Batman
Obama
Ciencia