Todos sabemos que los alimentos como verduras y frutas son portadores de distintos gérmenes y bacterias que pueden causar inconvenientes a nuestra salud. Por ello, es fundamental realizar una limpieza cuidadosa de este tipo de productos antes de consumirlos.
El hábito de mantener una correcta higiene de los alimentos nos permite proteger la salud de nuestro bebé, sobre todo durante la época estival, en la cual se percibe un aumento de los casos de gastroenteritis que llegan a la consulta médica.
No obstante, más allá del verano y el calor, es indispensable mantener un hábito de higiene y manejo adecuado de los alimentos, no sólo de verduras y frutas, sino también en lo que respecta a la elaboración y almacenamiento de purés y biberones.
Tengamos en cuenta que los niños más pequeños suelen ser más indefensos, ya que según la información difundida por la Organización Mundial de la Salud: “la incidencia más elevada de enfermedades diarreicas ocurre durante la segunda mitad del primer año de vida”, ya que precisamente en ese período es cuando los niños comienzan a incorporar alimentos solidos a su dieta.
Por otra parte, es importante destacar que los biberones suelen ser uno de los transportes principales en lo que se refiere a trasmisión de patógenos, debido a que su higienización puede resultar más complicada que el resto de la vajilla de la casa.
Asimismo, el almacenamiento de alimentos debe ser cuidadosamente observado, ya que puede suceder por ejemplo que los purés caseros que hayamos preparado para nuestro bebé sufran fermentación debido a su exposición al calor.
Todo esto aumenta significativamente el riesgo de contaminación microbiológica, que en definitiva es una de las causas más importantes de la temida diarrea infantil.
Para evitar inconvenientes, a continuación te acercamos una serie de consejos para que puedas poner en práctica con el fin de mejorar los métodos de higiene y conservación de alimentos que consume tu bebé:
- Es fundamental utilizar agua potable para lavar y elaborar los alimentos del bebé, por lo cual cuando nos encontramos en algún lugar donde el agua no es potable, lo ideal es utilizar agua embotellada.
- Cuando preparamos el biberón, nunca debemos emplear agua que haya sido almacenada por varios días. Lo más recomendable es utilizar agua mineral que haya sido abierta en esa misma jornada.
- Lavar cuidadosamente las tetinas, los biberones, la vajilla y los recipientes que se utilicen para alimentar al bebé. Lo mejor es emplear un lavavajillas, o bien realizar la limpieza con agua caliente, con el fin de lograr una desinfección adecuada.
- Siempre utilizar utensilios limpios para preparar y servir los alimentos.
- Analizar el estado de los alimentos para comprobar que estos se encuentren perfectamente, como así también higienizar de forma correcta verduras, hortalizas y frutas.
- Lavar nuestras manos antes de elaborar los alimentos y antes de darle de comer al bebé.
- Es importante almacenar de manera segura los alimentos cocinados, y sobre todo en verano tratar de consumirlos luego de su elaboración.
- Debemos evitar recalentar o romper la temperatura de los alimentos bruscamente.
- Nunca debemos exponer los alimentos al sol o al calor.
Vía | Guía Infantil
Foto | Borderlys