La filósofa autodidacta
Marie Le Jars de Gournay nació en París el 6 de octubre de 1565. A pesar de pertenecer a una familia noble, las guerras de religión que asolaron el país en aquellos años los habían sumido en la miseria. La falta de dinero no fue un obstáculo para que la niña inquieta y ávida de saber que a buen seguro era la pequeña Marie aprendiera latín, física, geometría o historia. Lo hizo de manera autodidacta, como, por otro lado, hicieron muchas mujeres de su tiempo. La hija adoptiva espiritual En 1588, cuando Marie tenía veintitrés años, conoció al filósofo Michel de Montaigne. Ella conocía su obra desde hacía tiempo y quedó impresionada ante aquel humanista. Un sentimiento que resultó ser mutuo. Montaigne se convirtió no sólo en admirador de las ideas de Marie sino que la alentó a escribirlas y publicarlas, algo totalmente revolucionario para su tiempo. Convertida en su hija adoptiva espiritual, y a pesar de las críticas recibidas por sus ideas acerca de la igualdad de sexos, Marie le Jars escribió, en 1622, Sobre la igualdad de hombres y mujeres. En sus páginas, la escritora defendía algo que se repetiría de manera reiterada en los siglos posteriores, que las mujeres y los hombres sólo se diferencian físicamente y que si las mujeres no estaban capacitadas para abordar cuestiones como la ciencia o la filosofía o la política era simplemente porque se les había vetado el acceso al conocimiento. Tras su primer libro, Marie le Jars escribió un ensayo corto que tampoco estuvo exento de polémica titulado Quejas de las mujeres. Novela y poesía completaron su obra literaria. Además de su propia obra intelectual, tres años después del fallecimiento de su protector, Marie le Jars publicó en 1595 la tercera edición de los Ensayos de Montaigne. Marie le Jars nunca se casó. Rompiendo con la tradición, se mantuvo soltera toda su vida y se ganó el sustento gracias a sus escritos y a la ayuda de intelectuales de su tiempo que encontraron en el salón de su casa un lugar de encuentro en el que hablar de filosofía, política o literatura. En 1626 se publicó su obra completa. Tras su muerte, acaecida el 13 de julio de 1645, fue olvidada. Tendrían que pasar algunos siglos para que las pensadoras feministas, herederas de aquellas pioneras del pensamiento igualitario, despertaran del olvido su vida y su obra. Si quieres leer sobre ella Mujeres filósofas en la historia Ingeborg GleichaufRevista En Femenino
Adoptiva y espiritual, pero así, como hija del filósofo Michel de Montaigne fue considerada una de las primeras feministas de la historia, la escritora Marie de Gournay. En un tiempo en el que el humanismo había puesto al hombre en el centro de todo y el individualismo pasó a ser el centro de la reflexión filosófica, las mujeres también empezaron a reclamar para sí ese mismo derecho al individualismo. Sin decirlo muy alto, claro está, pues en aquella época las mujeres aun eran quemadas en la hoguera acusadas de ser brujas. Marie de Gournay fue uno de los primeros eslabones de la cadena que culminaría en los logros feministas de los siglos XIX y XX. Una mujer valiente, por tanto, por haber sido pionera en un mundo plagado aún de supersticiones y misoginia. Su relación profesional con Montaigne fue clave para su carrera como escritora y pensadora.