Revista Salud y Bienestar
El control del dolor durante el parto es una de las aplicaciones de la hipnosis que goza de mayor aval científico. De hecho, su utilidad ha sido reconocida por la Colaboración Cochrane, organización que se encarga de realizar revisiones sistemáticas sobre la eficacia de las terapias. También ha demostrado su utilidad en otros tipos de dolor, ya que este es el ámbito que más se ha estudiado. Otras áreas, como la depresión, los trastornos del sueño, el tabaquismo, la obesidad o el asma, no cuentan con tanta evidencia acumulada, pero esto no significa necesariamente que la hipnosis falle, sino que deben ser objeto de mayor investigación.
Profesionales de distintos ámbitos han relatado a ELMUNDO.es su experiencia. M. Elena Mendoza, doctora en Psicología y vocal de la Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada, investiga el Modelo de Valencia de Hipnosis Despierta desarrollado por el catedrático de Psicología de la Universidad de Valencia Antonio Capafons. "La hipnosis se utiliza como una técnica coadyuvante a las intervenciones médicas y psicológicas y ha mostrado su eficacia y eficiencia en diversas áreas. No es un tratamiento en sí mismo, pues en los estudios realizados no se ha encontrado evidencia significativa sobre su eficacia si se utiliza sola", aclara la experta.
Cuando se encuentra cara a cara con un paciente, lo primero que hace es aclararle los mitos que aún existen. "La hipnosis no es peligrosa, pero sí pueden serlo las creencias erróneas que existen sobre ella", apunta. Está desaconsejado utilizarla –porque no existe evidencia de que funcione y puede producir efectos no deseados– como vía para hacer regresiones a vidas pasadas ni para incrementar el recuerdo. También cuenta que esta técnica "fomenta el autocontrol, no pone a la persona a las órdenes del terapeuta".
El usuario está consciente y no hace nada contra su propia voluntad. "Simplemente, la hipnosis potencia y activa sus recursos", señala la doctora Mendoza. El objetivo no es inducir un trance, sino aplicar "sugestiones terapéuticas" que ayuden a la persona a hacer frente a su problema (manejo del dolor, dejar de fumar, superar la ansiedad...). Por ejemplo, se le puede sugerir que "reproduzca sensaciones de frío y/o entumecimiento en la zona donde le duele". Su dolor no desaparecerá del todo, pero puede aliviarse.
Hay mil formas de hacer que el paciente sienta menos dolor. Antoni Castel, psicólogo de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Tarragona Joan XXIII, cita otro ejemplo: "Podemos utilizar la idea de un líquido que va entrando en su cuerpo y calmando el malestar". Y para comprobar que realmente se produce un alivio, antes y después de este ejercicio se mide la intensidad del dolor.
Castel pertenece a uno de los escasos –si no el único– centros públicos que cuentan con una larga trayectoria en el uso de la hipnosis. El resto de experiencias en la sanidad española dependen de las circunstancias de cada departamento. Si da la casualidad de que un profesional de un determinado servicio quiere emplear la hipnosis y sus jefes se lo permiten, entonces se ofrece a los pacientes como una alternativa más.
**Publicado en "El Mundo"
Profesionales de distintos ámbitos han relatado a ELMUNDO.es su experiencia. M. Elena Mendoza, doctora en Psicología y vocal de la Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada, investiga el Modelo de Valencia de Hipnosis Despierta desarrollado por el catedrático de Psicología de la Universidad de Valencia Antonio Capafons. "La hipnosis se utiliza como una técnica coadyuvante a las intervenciones médicas y psicológicas y ha mostrado su eficacia y eficiencia en diversas áreas. No es un tratamiento en sí mismo, pues en los estudios realizados no se ha encontrado evidencia significativa sobre su eficacia si se utiliza sola", aclara la experta.
Cuando se encuentra cara a cara con un paciente, lo primero que hace es aclararle los mitos que aún existen. "La hipnosis no es peligrosa, pero sí pueden serlo las creencias erróneas que existen sobre ella", apunta. Está desaconsejado utilizarla –porque no existe evidencia de que funcione y puede producir efectos no deseados– como vía para hacer regresiones a vidas pasadas ni para incrementar el recuerdo. También cuenta que esta técnica "fomenta el autocontrol, no pone a la persona a las órdenes del terapeuta".
El usuario está consciente y no hace nada contra su propia voluntad. "Simplemente, la hipnosis potencia y activa sus recursos", señala la doctora Mendoza. El objetivo no es inducir un trance, sino aplicar "sugestiones terapéuticas" que ayuden a la persona a hacer frente a su problema (manejo del dolor, dejar de fumar, superar la ansiedad...). Por ejemplo, se le puede sugerir que "reproduzca sensaciones de frío y/o entumecimiento en la zona donde le duele". Su dolor no desaparecerá del todo, pero puede aliviarse.
Hay mil formas de hacer que el paciente sienta menos dolor. Antoni Castel, psicólogo de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Tarragona Joan XXIII, cita otro ejemplo: "Podemos utilizar la idea de un líquido que va entrando en su cuerpo y calmando el malestar". Y para comprobar que realmente se produce un alivio, antes y después de este ejercicio se mide la intensidad del dolor.
Castel pertenece a uno de los escasos –si no el único– centros públicos que cuentan con una larga trayectoria en el uso de la hipnosis. El resto de experiencias en la sanidad española dependen de las circunstancias de cada departamento. Si da la casualidad de que un profesional de un determinado servicio quiere emplear la hipnosis y sus jefes se lo permiten, entonces se ofrece a los pacientes como una alternativa más.
**Publicado en "El Mundo"
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