La hipocresía ya no tiene quien la esconda

Afanados como están todos los próceres mundiales eliminando con fotochop las imágenes en las que le sorben la baba y le ríen la gracia a personajes como Gadafi, (que para el que no lo conozca y acabe de caer del guindo sigue siendo igual de dictador, asesino y fantoche, ahora que cuando aparcaba la jaima en nuestro país), se nos había pasado por alto que nuestro despistado mandamás, junto al rey de las copas, están de gira cual rolling stone intentando captar capitales para que una democracia qatarí nos compre las cajas de ahorros o que ese paraíso de las libertades llamadas Emiratos Arabes Unidos, tenga a bien dejarnos el litro de gasolina a módico precio. Ahí le tienen ustedes en la foto, haciéndose ojitos.

Y el caso es que visto en perspectiva, uno tiene la misma sensación que cuando los dictadores árabes eran agasajados y pasado un lifting en su expediente para que siguieran, sin muchas protestas aquí y -para que engañarnos-, con la esperanza de que los muertos que el susodicho dejaba allí, quedarán enterrados y bien entrerrados en las dunas del desierto, que no veas como molestan las fotos de cadáveres.

Si, si. La misma sensación de abandonar ideales tan tontos como los derechos humanos, que mira tu que son molestos, sobre todo si el que te invita a la cena aparece en esos cables de wikileaks con tonterías como esta:

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