La Historia Compartida…Por César del Campo de Acuña
Sean bienvenidos una vez más a La Historia Compartida, la sección de www.cincodays.com dedicada a las breves biografías de las más variopintas personalidades de la historia. Si en la anterior entrega les hablaba del viajero Marco Polo, nuestro protagonista de hoy es un fiero conquistador.
¿De quien hablamos?: de Atila (Etil) el último y más poderoso caudillo de los hunos nacido en la Panonia (Rumania) entorno al 395 d.C.
¿Por qué paso a la historia?: Como comentaba con anterioridad, Atila pasó a la historia como el último y más poderos caudillo de los hunos. Sus dominios se extendieron desde la Europa Central hasta el mar Negro, y desde el río Danubio hasta el mar Báltico.
¿Sabias que…?: Atila el Huno, fue el gobernante de los hunos desde el 434 hasta su muerte en el 453. Unificó los hunos y encabezó muchas de las principales campañas de de conquista en Europa. Bajo el mando de Atila, los hunos invadieron la Galia, Italia y los Balcanes. En el 447 atacaron Constantinopla, pero no pudieron tomarla. En el año 451, guerrerazo por Francia y asediaron Orleans. En el 448, invadieron Italia logrando una serie de victorias que casi le llevan a saquear y tomar Roma.
Según algunos informes de su época la estatura de Atila era realmente baja y jamás se bañaba. Prisco de Panio, emisario para el Imperio Romano de Oriente en el 445, le describió como: “Corto de estatura, con un pecho ancho y una gran cabeza, sus ojos eran pequeños, su barba fina y salpicada de canas; tenía la nariz chata y la piel bronceada, remarcando su origen; La espada que colgaba a su lado, los broches de su bárbaro zapatos y la brida de su caballo eran todos de oro”
En el 401, Atila y su hermano Bleda quedaron huérfanos tras la muerte de su padre Mundzuk. Desde ese momento fueron acogidos y protegidos por Rugila, que pocos años más tarde se convertiría en el Rey de los hunos danubianos y en uno de los peores azotes del Imperio Romano de Oriente (tanto fue así que cuando Rugila murió en el 435 todas las iglesias de Constantinopla tañeron sus campana en gesto de celebración).
En el año que nació Atila ocurrieron dos hechos que merece la pena destacar. El primero de ellos es la segunda y definitiva ruptura del imperio romano en dos (17 de enero). El segundo fue la provechosa campaña de los hunos, los cuales arrasaron Tracia, Dalmacia y Armenia.
A los 13 años fue enviado a Roma en calidad de rehén amistoso. Para aquel entonces el joven noble huno ya hablaba a la perfección el latín y el griego, lenguas que aprendió de los prisioneros de origen grecolatino por órdenes estrictas de Rugila. Atila paso 4 años formándose en calidad de rehén con viajes a Ravena (capital administrativa del imperio romano de occidentes) y Constantinopla. Regreso con Rugila a los 17 años y este le encargo varias misiones diplomáticas las cuales supo resolver con éxito lo que le valió el respeto y la admiración de los hunos.
A la muerte de Rugila en el 435, el y su hermano Bleda son nombrados careyes del territorio huno. Esta bicefalia duro poco, ya que en el Tratado de Margus (una reunión entre los delegados del imperio romano de oriente y los lideres hunos en la que estos últimos obtuvieron sustanciales mejoras en el pago de tributos) Atila se otorgo el titulo de emperador de las tribus hunicas. Bleda, se entrego a los placeres y vivió bajo la vergüenza de estar a la sombra de su hermano menor (era 4 años mayor que Atila). Fortuitamente, cuando comenzó a demandar sus derechos, Bleda murió despedazado por un oso durante una cacería.
Atila unió a su pueblo bajo la leyenda de la espada de Marte (de los espíritus para los hunos), una legendaria arma enterrada por un viejo rey uno (Marak) que supuestamente seria portada por el encargado de velar y liderar al pueblo huno en sus conquistas. Aquel cuento le vino que ni pintado al caudillo, ya que muchas voces se habían alzado acusándole de asesinar a su hermano Bleda. La noche en la que empuño por primera vez la espada se le comenzó a llamar Atila (Etil era su nombre), un nombre que significa: “padrecito”.
En el año 451, Atila se puso al frente de un ejército integrado por más de 500.000 guerreros provenientes de las tribus hunicas y de sus múltiples aliados iniciando una campaña en las Galias llena de victorias y saqueos llegando a sitiar Paris (ciudad a la que salvo Santa Genoveva, gracias a su intersección) y Orleáns (ciudad de la que obtendría la capitulación).
Fue conocido como el azote de Dios. Curiosamente Atila detestaba este peculiar apelativo ya que el no creía en ningún Dios (a fin de cuenta los hunos no tenían un panteón de dioses como otras civilizaciones antiguas).
Tres Sagas escandinavas lo cuentan entre sus personajes.
Su muerte supuso el fin del imperio Huno. Una vez desapareció, el imperio se desmembró para alivio de sus enemigos, convirtiéndose en uno de los imperios más efímeros de la historia.
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