Creo que mi primer serie fue el SuperAgente 86 o Brigada A no recuerdo bien cual fue primera pero si que amaba sentarme frente a la TV con mis hermanos y ganarles a Kaos como así también ser un personajes de Brigada A (Los magníficos). Yo era Murdock, no recuerdo el porque de mi elección, quizás pueda analizarlo hoy en día. Apareció también Mac Gyver pero me lo podía obviar no así las dos anteriores.
Estas tres series de mi niñez marcaron algo mi realidad seriefila. Algo dicen. Tienen el mismo efecto que ese primer cuento que lees entero o esa canción que te moviliza y te hace adolescente. Los sentimientos estaban bien marcados: Con el rock nacional escuchaba la supuesta verdad de la vida, en los libros viajaba sin conocer las drogas y en la TV me entretenía como me entretengo ahora.
Fui creciendo, llego Parker Lewis nunca pierde y sus relojes sincronizándose, la TV y las series se prendían los fines de semana, generalmente al mediodía, ahí la sonrisa crecía sin seguir ninguna historia solo por amor a los personajes, a los gags, a esas pequeñas historias que empezaban y terminaban, esa curiosidad de puber que encontraba en la TV.
Debo estar olvidando o reprimiendo alguna que otra serie o novelas argentinas, debo no tenerlas en este momento en mi recuerdo quizás no han sido tan significativas para mi o tan solo me avergüenza contarles sobre otras series que disfrutaba de pequeño mientras comía un rico postre jimmy, o me devoraba los sugus verde oscuros o cualquier otro alimento. Ahí aprendí o desde ese momento me acostumbre a ver una serie comiendo. Hoy es Café y chocolate, antes Jymmy y caramelos.
Catarsis más, catarsis menos fui creciendo y apareció la televisión por cable y con la misma los distintos canales que emitían solo series. Desconociendo esto, desconociendo mi pasión por las series, una nueva pasión que acabo de descubrir al escribir esta oración, seguí mi pubertad con acne, enamoramientos, piquitos, lentos y sueños. Y apareció Dawson´s Creek , serie que miraba cuando me acordaba los lunes por Sony con mi hermano y que luego comentaba con dos amigos del colegio. Placer para pocos, boludos para otros.
Este fue mi primer contacto del tercer tipo con las series, en ese momento el poroto germino sin verlo y casi como quien no quiere la cosa apareció Jack & Jill, 24, Friends y la lista comenzó a hacerse cada vez mas extensa tal como los gustos musicales, o las chicas abrazadas o los goles gritados, cada vez mas hacia lo que me gustaba, seguía mi deseo, el deseo de un adolescente que quería estar con mujeres, jugar al futbol, probar lo prohibido, compartir con amigos, saber que hacer de su vida luego de la secundaria y conocer mas series, y mas chicas.
Todo esto sigue en pie, sigo sufriendo y disfrutando por las mujeres, el fútbol saca lo mas caníbal de mi, mis amigos siempre están ahí aun sin la palabra justa o el abrazo deseado, la universidad paso y un titulo en mi espalda para disfrutar poseo pero también se sumaron nuevos gustos y aromas, nuevos deportes y expresiones artísticas y obviamente la búsqueda, años tras año, de las nuevas series.
Desde Lost a House MD, desde Dexter a Weeds, desde Braking Bad a The Good Wife, desde True Blood a Californication, desde Los Simuladores a Hustle y cientos de series mas que colmaron mi vida, esta parte de mi vida, mis noches, mis charlas con la familia, mi alegrías, mis parejas y mis soledades.
Descubrí que la realidad seriefila que hay en mi me hace bien, quizás pueda ser terapéutica y aun mas, pudo haberlo sido durante toda mi vida así. Cuando algo te entretiene, te gusta, te saca una sonrisa, te deja pensando y se puede compartir es sin lugar a dudas un espacio de placer saludable que vengo generando y disfrutando desde mi niñez con los dibujitos animados.
Mis 29 años sumergidos en mi realidad seriefila, solo esa parte esta en este post.