El fósil maldito de Oculudentavis khaungraae. Tomado de Xing et al. (2020)†.
Esta historia inicia el 11 de marzo de 2020 con la publicación en la revista Nature de un artículo titulado "Hummingbird-sized dinosaur from the Cretaceous period of Myanmar". En dicho artículo se propone una nueva especie a partir de un ejemplar conservado en ámbar, de hace 99 millones de años (Cretácico tardío ), procedente de Birmania. Dicha especie es Oculudentavis khaungraae, nombre que significa "ave dentada de Khaung Ra" y como el nombre indica, sus descriptores la identificaron como un avecilla. Pero no cualquiera, sino la más pequeña del registro fósil del Mesozoico, pues extrapolando el tamaño del cráneo, se tendría a un ave del tamaño de un colibrí.
Oculudentavis reconstruido como un ave. Arte de Han Zhixin.
Sin embargo, la crítica no se hizo esperar. Los expertos de Facebook arremetieron contra los autores del estudio alegando que el cráneo era de un reptil no aviano (y tampoco dinosauriano). A estos expertos calificadísimos como mis calcetines, se sumó un grupo de personas que publicó una especie de "artículo" en el repositorio BioRxiv, el 18 de marzo de 2020. Dicho "artículo" en realidad es un preprint, un documento que nadie ha revisado por pares y por ende, no es ciencia. Y ojo con esto, porque actualmente tenemos una marea de pre-prints no revisados que se están haciendo pasar por ciencia. No señores, la ciencia se revisa por pares, no se "publica" en el equivalente de Twitter ese.
El preprint de debate contra Oculudentavis como un ave. Clic para ver.
En fin. Los autores del estudio original de Oculudentavis de todas formas respondieron a ese preprint, con un preprint (touché) el 14 de junio de 2020. Donde rebatieron todas y cada una de las afirmaciones del primer pr-print, descartándolas. E incluso, presentan un nuevo análisis filogenético con más resolución que ubica a este taxón como una enantiornita. Este intercambio espurio no debió de haberse presentado en este tipo de medios, sino en una revista formal, como se ha hecho antes. Quizá con el tiempo estos preprints se conviertan en artículos, pero viendo lo que pasó a continuación, queda muy en duda que pase algún día.
Preprint de respuesta de los autores originales de Oculudentavis. Clic para ver.
Pues resulta que hoy, 22 de julio de 2020, los autores de Oculudentavis fueron obligados a retractar su artículo original (el único que sí fue un paper) de la revista Nature. Bajo la siguiente consigna (traducida):
Nosotros, los autores, estamos retractando este artículo para prevenir que información incorrecta permanezca en la literatura. Aunque la descripción de Oculudentavis khaungraae sigue siendo correcta, un nuevo espécimen no publicado arroja dudas sobre nuestra hipótesis concerniente a la sede filogenética de HPG-15-3 (el holotipo de Oculudentavis).Esto es algo sin precedentes en la paleontología, pues nunca antes se había retractado un artículo para "prevenir que información errónea permanezca en la literatura". Los "errores" no se borran de la literatura, deben permanecer ahí para poder sopesar las consecuencias y poder apreciar mejor el proceso de generación del conocimiento. Si fuéramos retractando papers por erróneos, hay muchísimos que se deberían retractar y casi todos deberían resubirse con correcciones, pero ese no es el modus operandi de la ciencia. Ni que fuera servidor de discord.
La infame retracción del artículo. Clic para ver.
Los que conocemos el otro trasfondo, sospechamos que acá ocurre algo más turbio. Y es que, el ámbar de Birmania ha estado bajo el escrutinio público luego de que se reportasen las condiciones deplorables de su extracción y se asociara su comercio al financiamiento del conflicto armado de la zona. En fin, todo un tema de discusión aparte.
Portada de uno de los artículos más completos sobre el comercio del ámbar de Birmania y sus problemáticas. Clic para ver el PDF completo.
La cosa es que, la Sociedad de Paleontología de Vertebrados emitió una carta dirigida a casi toda revista de paleontología y afines, para que no publiquen más trabajos científicos con ámbar procedente de Birmania. Esta cuestionable y discutida decisión pudo haber influido, pero no podremos estar seguros.
La carta de la SVP a los editores de las revistas científicas. Clic para leer completa.
La cosa es que, por el momento, la verdadera asignación taxonómica de Oculudentavis khaungraae es un misterio (pues no se puede verificar, opinar cualquiera puede). Y la validez de este nombre científico queda en entredicho, pues el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica, que es el que rige la nomenclatura animal, no establece qué hacer en casos como estos, donde un nombre es publicado, pero el artículo donde se publicó es retractado. De tal forma que esto, es un precedente en varios puntos. Esperemos que la comunidad científica aprenda algo de esta experiencia y que esto no se vuelva tendencia por linchamientos en redes sociales, porque así no es como debería funcionar la ciencia.
El tío Palaeos, viendo qué pasó hoy...
¡Fiú! Que bueno que no le hicimos video y tuvimos la mesura de esperar a ver qué pasaba.