Revista Cultura y Ocio

La historia de Wikileaks: El Quinto Poder

Publicado el 20 noviembre 2013 por Albilores @Otracorriente

europapress.es

Wikileaks ha revolucionado el mundo y nos ha abierto las puertas de una realidad asombrosamente descorazonadora ya que confirma las sospechas que siempre hemos tenido acerca de las prácticas poco lícitas del poder y los sucios interese que están siempre detrás. La industria cinematográfica, que no es ajena a la realidad ha llevado la asombrosa historia de Julian Assange, adaptando la novela Inside Wikileaks: My Time With Julian Assange At The World’s Most Dangerous Website, al mundo del celuloide.

La película, titulada El Quinto Poder, es una coproducción belga-estadounidense, dirigida por Bill Condon e interpretada por Benedict Cumberbatch (Julian Assange), Daniel Brühl, Anthony Mackie y Alicia Vikander, entre otros, que relata cómo se forjó Wikileaks, una plataforma que permite denunciar de forma anónima y filtrar información secreta, iluminando los oscuros recovecos de los secretos gubernamentales y crímenes corporativos. No tardan en revelar más noticias que todas las organizaciones de comunicación más prestigiosas del mundo juntas, pero cuando Assange y Berg obtienen acceso a la mayor cantidad de documentos confidenciales de la historia de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, se enfrentarán a una de las cuestiones claves de nuestro tiempo: ¿cuál es el coste de guardar secretos en una sociedad libre y cuál es el coste de exponerlos?

En El Quinto Poder descubrimos un poco cómo de una organización a la que no se le daba mucha importancia nace una revolución de la información que ha modificado la percepción de los gobiernos y creado un debate en el que nos preguntamos cuánta información desconocemos y dónde se encuentra la verdad. ¿Son héroes o traidores los que revelan estos secretos? Toda esta trama tan actual, se trata en una película que el propio Assange califica de embustera, así como los libros en los que se basa.

Vivimos en la era de la información y, ahora más que nunca, es más fácil compartir cualquier cosa. Internet ha contribuido a que el modo de pensar, compartir o demandar información cambie y que en este mundo virtual seamos capaces de mostrar nuestra verdad de forma anónima. En busca de la verdad nace Wikileaks, o al menos eso es lo que parece, un sitio web en el que se pueden compartir los secretos de las empresas o gobiernos sin revelar nuestra identidad. En definitiva compartir información sin revelar las fuentes, tal y como éstas la hacen llegar.

Esta es la temática que nos encontramos en El Quinto Poder, abriendo de nuevo el debate de si deberíamos tener toda la información que el gobierno maneja o la verdad es demasiado peligrosa para compartirla. ¿Qué debemos conocer sin filtros, sin que nos suavicen la noticia, y qué debemos tapar para que otros no corran peligro? Quien tiene la información tiene el poder y quizá en este concepto se basa mucha gente para dedicarse a buscar la verdad, puede que Assange también, quién sabe. Sea como sea, El Quinto Poder, evidencia lo importante que es la información y lo delicada que es la mayor parte de los datos que no son de acceso público.

Como película, es sin duda interesante. Tiene muy buen ritmo y un elenco impresionante de actores. No hay un solo actor que no haga un gran papel y que no sea creíble. Su director Bill Gordon ha dirigido películas tan dispares como Crepúsculo o Dreamgirls, por lo que sorprende mucho el resultado, aunque sin duda que el guion venga de las manos de Josh Singler seguro que tiene mucho que ver ya que ha unido dos libros Inside Wikileaks (Daniel Berg) y Wikileaks y Assange (David Leigh y Luke Harding) con un excelente resultado. Además, nos encontraremos con un tratamiento de la imagen exquisito, haciendo visuales, conceptos abstractos y otorgando a la película un tono muy interesante entre lo que podríamos clasificar como escenas reales y fantasías visuales.

Sin embargo, entre las críticas que se le ha hecho está que su resultado acaba siendo bastante decepcionante por la falta de tono del director Bill Condon. Adolece de ambigüedad, confusión y poco interés en general para una propuesta que no parece que vaya a perdurar en la memoria colectiva. Daniel Berg (Daniel Brühl) es un informático de tremendo talento que anda como loco por conocer a Julian Assange (Benedict Cumberbatch), un revolucionario dedicado a destapar la suciedad de los más poderosos. Era cuestión de tiempo que la figura de Assange, fundador de Wikileaks y actualmente recluido en la Embajada de Ecuador en Londres para no ser juzgado por supuesta agresión sexual, saltase a las grandes pantallas de todo el mundo. El resultado, basado en los dos libros adaptados por John Singer, no ha convencido a todos.


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