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La humedad y el frío pueden estar vinculados al riesgo de sufrir un derrame cerebral.
Según un reciente estudio de la universidad de Yale, el frío y la humedad alta, unidos a oscilaciones de temperatura pueden provocar derrames cerebrales.
Los resultados del estudio demuestran que los vasos sanguíneos se contraen con el frío y la humedad, provocando un aumento de la presión arterial. El clima extremo, además, puede desencadenar una reacción de estrés en el cuerpo, liberando sustancias que aumentan el trabajo del corazón y hacen la sangre más “pegajosa” y propensa a coagularse.
El climas fríos y húmedos el cuerpo se adapta tomando medidas drásticas; se produce stress cardiovascular.
Este estudio descubrió que las temperaturas más bajas, los cambios grandes de temperaturas y la humedad están vinculados a mayores tasas de hospitalización por accidentes cerebrovasculares.