"La victoria significa voluntad...Se hará con ella quien aguante más. Las batallas se ganan con restos"
General Ferdinand Foch del IX ejército francés en 1914
Foch contaba con toda la razón, lo que no podía suponer era, que el complejo engranaje de guerra alemán fuera fallar como lo hizo. Todos entendían los ligeros contratiempos que el ejército germano había sufrido y el ambiente en las calles Berlín era de auténtico júbilo: financieros empresarios y hombres acaudalados en general habían empezado planear el reparto de aquella parte de Europa.La coalición anglo-inglesa estaba a punto de desfallecer tras 12 días de retirada continua, pero como vimos en entregas anteriores el ala derecha del ejército alemán estaba totalmente desprotegida; el día 26 de Agosto el gobierno ruso había movilizado a Prusia Oriental dos ejércitos y los franceses veían compensados los 10 000 millones de francos que en el frágil juego de los ententes les había costado Rusia. Además se susurraba en las mortecinas calles de París, que Gallieni y Joffre salvaría, su ciudad.
El genio nacional alemán se iba a enfrentar contra las esperanzas occidentales, y estas últimas contaban con ventaja táctica.
La cabalgada de Gallieni había servido para aprovechar el viraje forzado del ejército alemán, y desde el 5 de Septiembre al 12 se desencadenaría la tormenta. Aquí es donde se vio la calidad de los personajes en juego más allá de los tópicos.Kluck intentó virar lentamente sus ejércitos hacia el Oeste, para encarar a sus atacantes, y consiguió un bonito hueco de 50 kilómetros entre sus dos ejércitos. La BEF y el V ejército francés, repleto de la élite gala se introdujeron por columnas en el hueco y Moltke se hundió. Cuentan que el general no tenía siquiera color. Invadido por el pánico comprobó esta realidad y decidió retirarse al Aisne.
Y de nuevo nos encontramos en Cannas ¿Por qué los aliados no aprovecharon su ventaja? Algunos dicen que el poder de la maquinaria bélica moderna no estaba comprobado y que el temor a las ametralladoras era mayor que su potencia. Otros dicen que las líneas inglesas eran incapaces de continuar. A mi me gusta pensar que fue un duelo entre generales, entre caballeros, que perdieron Moltke y Kluck y invadidos por el pánico se retiraron pero que el resto de oficiales anglo franceses no perdieron su calma y eran conscientes de la realidad.
Los alemanes intentaron rehacer su estrategia: De Yser a Ypres, entre el Aisne y el mar dirigirse hacia el Canal de la Mancha y amenazar de nuevo París. El resultado: un fracaso sangriento que acabó por estabilizar el frente totalmente en una larga línea, de Bélgica a Suiza.
Y así mientras que el frente Oriental despertaba en el Oeste se cavaban trincheras.
PD: A Foch, nuestro decidido vidente le otorgaron el bastón de mariscal del ejército ingles, como su predicción, un caso extraño.