
El Cholo Simeone retornó a Racing como el hombre indicado para cerrar el círculo dirigencia seria-equipo de nivel-título.
La Academia comenzó muy bien y se fue desinflando con el correr de los partidos, como ya le ha ocurrido alguna que otra vez. La primera fecha empató ante Tigre agónicamente tras buenos pasajes de fútbol. Lucas Castro fue la gran figura y Teófilo siguió su racha goleadora.
Una goleada a Godoy Cruz y los valiosos tres puntos en la visita a Banfield, permitían al hincha ilusionarse con fundamentos. Pelota al piso, llegadas de todo tipo, pressing y un equipo corto que manejaba los partidos. Pero algo se quebró y a Racing le costó ser el mismo. Comenzó a vivir cada partido de local como una tortura con mezcla de nerviosismo y decisiones irresponsables (expulsiones insólitas, insultos a propios jugadores, etc.) generando que su efectividad bajara considerablemente.
El regreso de Moreno no pudo suplir la salida de Lucas Castro, un tapado que hasta el desgarro, estaba siendo de los mejores. Este hecho tiene cierta lógica: no sólo por la inactividad de Gio, sino porque el juego vertical con diagonales de “Pata” se adapta mejor a lo que pretende Simeone.
El 4-2-3-1 que siempre busca el Cholo empezó a variar muestra de la disconformidad del DT. Hauche no se sentía cómodo, la banda izquierda no tenía reemplazante y Moreno en la creación era salteado por sus compañeros. El doble cinco Pelletieri-Yacob fue el equilibrio del equipo y Saja junto a una defensa en ascenso (más la recuperación de nivel de Pillud) completaron el esquema. Arriba Teófilo hizo lo que pudo y se destacó, pr ejemplo, ante Newell´s, donde clavó un golazo en lo que fueron los mejores 45 minutos del equipo.
El empate ante Independiente dejó inmune al pueblo racinguista y los repetidos empates esfumaron las chances. Al mismo tiempo, el camino incorruptible de Boca no permitió ningún tipo de tropezón.
Hay un porqué de la situación. Que Racing esté invicto, es seguramente por su estructura defensiva. Lo dicho anteriormente, la zona baja es de las más sólidas incluso en el juego áereo. El porqué Racing no convierte, es justamente lo contrario: su mediocampo ofensivo no está funcionando y a pesar de los refuerzos que podrían ser variantes (Cellerino-Sarmiento), la creación es un déficit, que lo sufre, principalmente Gutiérrez, fastidiado en los últimos encuentros.
Racing tiene la base como para armar un equipo y ser campeón. Si no es en este Apertura, tal vez sea en el 2012. Más adelante, se deberá saber si es el estado físico de Moreno lo hace jugar así o si el sistema lo perjudica, pero es evidente la importancia del 10. El talento y la habilidad están a disposición del entrenador, encargado de ponerlo en práctica. Mientras tanto, como en lo institucional, Racing intenta determinar su identidad y cerrar el círculo: tiene con qué.
