Aún no sé si se pueden enumerar las mujeres directivas y líderes de opinión que aparecen en cada periódico, en horas de máxima audiencia de la televisión, en la lista de best-sellers, en revistas populares y, por supuesto, en la vida cotidiana.
Un día leí que la mujer puede desafiar la doble moral a la que se ve sometida en la actualidad, tanto a nivel profesional como personal.
Cualquiera de estas cosas puede hacer la vida de una mujer individual más tolerable (a menudo, la hacen menos) y todas comentan entre sus círculos que los más conservadores critican sobre que la sociedad se está desmoronando con el llamado "feminismo".
Cuando hoy se habla de cambiar el rol sexual destructivo de socialización de las mujeres, se escogen una de las tres soluciones posibles:
- Las mujeres deben ser socializadas de la misma manera que los hombres.
- Las mujeres deben tener más papel decisorio en las empresas. Lo que se llamaba debilidad es realmente fuerza.
- Los hombres deben tener más concienciación social acerca del rol personal y profesional de la mujer.
Considero que que debemos erradicar la división artificial de la humanidad en “masculino” y “femenino” y contribuir a que ambos sexos se conviertan en una combinación de las mejores características de cada uno. No me gusta utilizar la palabra feminismo ni machismo. No creo que los extremos sean buenos. Hablemos mejor de igualdad.
Debemos destruir toda forma de dominación. No solo pueden dominar hombres y mujeres, sino que la fuerza radica en la esencia de ambas.
Este trabajo viene de la mano de dos líderes: El hombre y La Mujer