- Retraso cultural y penuria económica de la sociedad española de la época junto con la inexistencia de una amplia clase media
- Desprecio e incumplimiento de las leyes, en especial de la misma C-31 por parte de los gobernantes
- Falta de autoridad de los gobiernos de turno para reprimir la violencia desatada por los grupos mas extremistas que convirtieron las calles en escenarios de confrontación con toda clase de atentados, sangrientos, muchas veces .
- Incompetencia absoluta de los líderes políticos de la época, llamados desde entonces, con razón, “viejos politicastros” agravada en muchos de ellos por su sectarismo, extremismo, resentimiento revolucionario y obediencia a los dictados de la Internacional Comunista
- Ausencia de un verdadero espíritu de consenso democrático entre los partidos políticos enfrentados en una lucha cainita por el poder, muchas veces con enorme violencia