¿Quién eres? ¿Cómo eres? ¿Cuál es la imagen que cultivas de ti mismo? ¿Sueñas con ser diferente de lo que eres? ¿La imagen que tienes de ti mismo está de acuerdo con lo que perciben los demás? Fueron estas las preguntas que me pasaron por mi cabeza al sacar absolutamente todo de mi armario. Y aprendí algo interesante: hay una Valentina minimalista que está muy a gusto consigo mismo, con su estilo semi-formal-ecológico-rústico. Pero había otra Valentina dentro del armario. Una mucho más “business”, más elegante, más segura de mi misma, alguien que inspira respeto a la primera vista. Hay una pequeña dictadora en mi armario.
Lo sé porque he rescatado prendas de ropa que sin pensarlo dos veces hubiera llamado de favoritos, pero que desde haces meses no he puesto. Joyas del armario, cuya única razón de ser es darme una ilusión cuando paso con mi manos por el tejido. Para después volver a ponerlo en el armario, para otra ocasión. Y cuando llega la ocasión dudo un momento, para después sacar otra prenda. Algo con lo cuál me siento más yo para poder concentrarme en mi arte, y no en mi ropa. Porque esta otra Valentina en mi armario también tiene una cierta tendencia de comprar ropa que es atractiva, pero no muy práctica. Y mi yo del día a día no tiene paciencia para tacones demasiado altos y faldas demasiado estrechas.
Así que ya hay un primer resultado de este proyecto 333. Mientras a la hora de hacer intercambio de ropa solo me concentraba en cuales prendas no quería más, ahora tuve que priorizar. Antes era un “sí o no”? Y los “si” siempre podía volver al armario. Ahora era un “este o aquello”. El por si acaso ya no existe.
Así que he sacado aquella otra Valentina del armario. No para deshacerme de ella, pero si para integrarla en mi vida diaria. Entre las prendas que he elegido son muchos de mis favoritos, pero también algunos que he ido guardando desde hace tiempo (1, 3, 4, 12) sin darles mucho uso. Ahora no tendré otra opción que incorporar los blazers en mi día a día (para no pasar frio) y a lo mejor consigo llevar un poco de esta Valentina business a mi yo rústico del día a día. Y si me doy cuenta que realmente no es para mi, entonces por lo menos ya no caeré en la tentación de adquirir más joyas de armario.
Y para finalizar esta entrada fuera del horario, aquí mi lista final, con foto de las 33 prendas.
- Blazer gris
- Rebeca gris
- T-shirt beige (de braintree, una de las mejores marcas cuando se trata de ropa sostenible)
- Blazer verdoso
- camiseta gris-rosa
- camiseta rosa con estampado negro
- camiseta marrón claro
- jersey de punto marrón
- vestido verde
- falda/vestido lila (convertible 3en1: vestido, falda corta, falda larga. También de braintree. )
- jersey lila (regalo de Navidad de mi cuñada)
- falda gris
- top violeta
- medias violetas
- vestido rosa
- medias verdes
- pañuelo verde
- jeans azul
- jeans gris
- falda marrón
- pañuelo marrón con flores
- cinturón
- medias marrones con diseño
- medias grises
- medias de lana gris (que me falta un viaje a la nieve)
- pendientes de perla blanca
- pendientes marrones
- zapatos rosas para oportunidades más oficiales
- botas marrones
- zapatos verdes
- botas rosas
- chaqueta de cuero marrón
- chaqueta de invierno
Bonus piezas (a ser intercambiados más tarde)
- medias marrones con diseño (más ligeros)
- falda verde (más ligera)
- … no lo sé todavía.
Y si quieres recordar las reglas del reto: 33 prendas/accesorios durante 3 meses.