Adaptación muy fiel de la soberbia novela de Stefan Zweig, que trata acerca de la red de mentiras piadosas que se va trenzando en la relación entre los jóvenes Anton y Edith. Él es un prometedor oficial del Ejército austriaco (danés, en la adaptación cinematográfica) y ella pertenece a una familia muy acomodada y vive sobreprotegida debido a su invalidez. Una interpretación errónea de un gesto que él tiene con ella - enviarle flores para hacerse perdonar la torpeza de intentar invitarla a bailar el día que se conocieron - desencadena una espiral de enamoramiento enfermizo que Anton no sabe cómo parar. Zweig lo dejó magistralmente expresado en la obra literaria:"Hay dos clases de piedad. Una, débil y sentimental, que en realidad solo es impaciencia del corazón para liberarse lo antes posible de la penosa emoción ante una desgracia ajena, es una compasión que no es exactamente compasión, sino una defensa instintiva del alma frente al dolor ajeno. Y la otra, la única que cuenta, es la compasión desprovista de lo sentimental, pero creativa, que sabe lo que quiere y está dispuesta a aguantar con paciencia y resignación hasta sus últimas fuerzas e incluso más allá".El director Bille August sabe cómo imprimir clasicismo a una historia que requiere de ello y se deja llevar por la magia del original literario, sin establecer grandes cambios en el mismo, algo que puede estar un poco fuera de lugar en las tendencias del cine actual, pero que en esta ocasión funciona perfectamente y mantiene en todo lugar el interés del espectador. Incluso del que ya conocía previamente la novela.
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