La importancia de contar una historia

Dicen los autores de los estudios, las personas que duermen no están despiertas y de la aclamada encuesta nueve de cada diez es un noventa por ciento, que el máximo de tiempo que tiene un anuncio para captar la atención son dos segundos, pasado ese límite, el cerebro desconecta y deja de procesar el mensaje.

Esta sería una posible respuesta por la que los anuncios cada vez quieren ser más impactantes, captar la atención de forma inmediata y se olvidan de contarnos algo que nos interese, que nos haga ser algo más de lo que pensamos que somos. Es aquí donde el contar una historia, el storytelling que dicen los que hablan el idioma de la pérfida albión, es fundamental.

La historia es fundamental, y hacer que la gente escuche tus argumentos, tus pasiones, lo que te mueve como empresa, la visión que tienes para la humanidad, puede marcar la diferencia entre triunfar o perder. Y lo más importante, define lo que es verdad y lo que es mentira. Con la historia creas tu el universo, creas los personajes y las tramas, y todo queda supeditado a tu capacidad de entrelazarlo todo, dejando la realidad en un segundo plano.

No es que sea una técnica nueva, ni se ha inventado ahora, es algo que siempre ha ocurrido y ocurrirá: contar la historia define el mapa sobre el que dibujamos nuestra percepción. Pasó con Edison en su disputa con Tesla, y el pobre de Nikola se paso media vida intentando salir de la historia que Thomas había edificado alrededor suyo. Vale que ahora se le reconocen muchos méritos, quizás más de los que tocarían, pero cuando era importante que fuera reconocido simplemente era casi un don nadie.

Mires donde mires, verás una historia que define tu realidad. Coca-Cola no era la chispa de la vida, era un jarabe para la tos, el teléfono fue un invento de Antonio Meucci y no Graham Bell, y por mucho que nos pueda sorprender a todos, Mac no fue el primero en crear un sistema basado en gráficos sino que nació en los laboratorios de Xerox, y por último pero no menos importante, Google no inventó internet sino que vino de un desarrollo de ARPANET.

Por eso es importante tener una historia que contar, con sus ídolos, sus misiones y sus carencias. Crear una versión de cualquier película o novela mítica: persona que se enfrenta a un reto y lo supera quedando como ejemplo de algún valor que queramos transmitir. Eso es lo que al final queda en la memoria, el resto, son solo anuncios.

Película: Big Fish

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