Ya sea que se tengan mascotas en casa o no, lo cierto es que siempre es importante enseñar a los niños desde pequeños a tratar con los animales, sobre todo con los perros que son aquellos con los que posiblemente se cruce con mayor frecuencia, queines de por si son seres sumamente nobles y cariñosos, pero que en todos los casos requieren ser tratados con cuidado y respeto para evitar todo tipo de accidentes o problemas que puedan poner en riesgo la salud del niño.
Muchos adultos han crecido con un miedo infundado a los perros y erróneamente le transmiten ese mismo sentimiento a sus hijos, la realidad es que no hay que sentir temor sino contar con las herramientas necesarias para poder controlar cualquier tipo de situación relacionada al contacto con un animal siempre y cuando no se corra peligro. Un perro no morderá porque si, salvo que esté enfermo, asustado o lastimado, fuera de eso si el niño quiere interactuar con perros amigables no habrá mayores problemas, lo único que tiene que saber es la forma correcta.
Hay maneras seguras de acercarse a un perro para que tome confianza e interprete rápidamente que no hay peligro, por eso es sumamente valioso enseñarle a los pequeños este tipo de recomendaciones que seguramente les serán útiles a lo largo de toda su vida. En principio, si se encuentran con un perro que no conocen, nunca deben acercarse a ellos corriendo o de forma brusca, ya que pueden asustarse, lo mejor es caminar de forma calmada y entrar en su campo visual poco a poco, antes de tocarlo lo mejor es extenderle una mano en gesto amistoso, para que el animal pueda olerla y saber que no hay peligro, el segundo paso seguramente lo hará él, moviendo la cola para indicar que todo va bien.
Si el perro es de alguien, el niño debe consultarle a su dueño si a la mascota le gusta ser acariciado, nadie mejor que su dueño sabrá si es seguro o no tocarlo, una vez que haya dado el permiso, hay que tocarlo de forma suave y calmada, nunca de forma fuerte, ni tratar de abrazarlo, alzarlo o darle cariños demasiado bruscos, ya que puede alterarse de un momento a otro. Otra cosa a tener en cuenta es ver qué está haciendo el perro cuando el niño quiera saludarlo, hay que indicarle que si el animal está comiendo, jugando, durmiendo o haciendo sus necesidades no hay que molestarlo ya que se puede sentir invadido, mal interpretar el acercamiento como una agresión y reaccionar de mala manera.
Los niños tienen tendencia a gritar o ser muy ruidosos, hay que enseñarles que cuando traten con un animal se deben mantener relajados para no dañar los sensibles oídos del perro, tampoco hay que mirarlo fijamente a los ojos o acercarle mucho la cara a la suya, ya que puede sentirse amenazado y es sabido que los perros no atacan por ira, sino más que nada por temor, por lo que hasta que conozca bien al niño lo mejor es que todo sea manejado con cautela, con palabras amistosas y con mucho espacio de por medio.
Hay algunos indicativos de que el perro no está a gusto en ciertos casos en los que un niño quiera tocarlo, hay que estar atentos para terminar con la situación y pasar a otra cosa. Si por ejemplo el perro bosteza sin tener sueño o hambre o se lame los labios una y otra vez, esto indica que siente gran ansiedad y está incómodo, lo mismo si quita la cabeza o el cuerpo cuando quieren tocarlo, cuando se queda demasiado quieto o si se intenta retirar de la escena, todas esas son claves que demuestran que el perro no quiere nada con ese niño y que prefiere mantenerse lejos, y hay que respetarlo.
Vía | La Rioja
Foto | RobBixbyPhotography de Flickr
Enlace permanente:
La importancia de enseñarle a los niños a relacionarse con los perros