La importancia de la enseñanza

Es curioso cómo últimamente a todos los políticos se les llena la boca de la importancia de la educación. Es curioso además que muchos de estos políticos provienen de la docencia tanto universitaria como no universitaria. Al final uno piensa qué es lo que ocurre para que la educación no haya conseguido, a lo largo de los años, de un consenso nacional suficiente como para que se mantenga un esquema permanente, independiente del partido político gobernante de turno, tanto presupuestario como de contenidos. Hemos visto pasar siglas de todos los colores, EGB, BUP, PREU, COU, LOGSE, LOU, ESO, LAU,... y al final los índices de valoración internacional nos sitúan siempre en los peores rankings de Europa, con lo que ello representa de competitividad de nuestros egresados en el mercado de trabajo. Para colmo, aquel paradigma "que de la educación no se recorta ni un euro", dura lo que dura un caramelo a la salida de un colegio. El caso más reciente y que vivimos en las noticias es el recorte presupuestario de la educación pública en algunas de las Comunidades más radicales en su enfoque neoliberal, como Madrid o Galicia. Definitivamente si aumentamos el número de horas lectivas de los profesores (que no son las horas de trabajo, que son muchas más), ello implicará un peor nivel de atención a los alumnos por razones obvias y un propósito político que es el fomento de la enseñanza privada. En definitiva se trata de una utilización de la enseñanza como arma ideológica, como herramienta del sistema capitalista donde la enseñanza se mercantiliza y se asocia a la productividad y eficiencia economicista y donde las élites se diferencian de las clases populares por una mejor formación. Para ello el Estado sobra, no debe ir más allá de una enseñanza pública de segunda división, porque la Champion league de la formación se jugará donde solo unos cuantos podrán llevar a sus hijos. La democracia se rinde ante los mercados, como decía hoy Iñaki Gabilondo en El País, y no es solo por la reforma de la Constitución, este es otro ejemplo, lo malo es que al PP que viene, cada vez se le ve con más descaro sus pretensiones de recorte de lo público. Pronto las tijeras se convertirán en corta-cesped...