Revista En Femenino
Hola amigos!
Ya todos o casi todos sabréis lo de mi nueva maternidad. Estoy más que contenta porque Ana está creciendo muy bien y sobre todo se debe a sus ganitas de comer, por eso hoy me gustaría hacer un pequeño hueco en mi blog para hablar de un tema, la más de interesante e importante, LA LACTANCIA MATERNA. Antes de empezar a hablar de ella, me gustaría desde aquí agradecer a todas esas mujeres que forman los grupos de apoyo a la lactancia. Por el tiempo que le emplean en asesoras y animar a todas esas nuevas mamás de que no hay nada mejor para su bebé que la leche materna, que nos ayudan en esos primeros días de subida y están ahí cuando las necesitamos y todo ello sin animo de lucro. A todas esas asociaciones y en especial a la fundada por mis cuñadas Dori y Carmen, mil gracias por estar ahí y apoyar esta causa.
Ya la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el UNICEF( Fondo de Naciones Unidas para la Infancia) recomienda como imprescindible la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses del recién nacido y recomienda la continuación de la amamantación mientras se introducen poco a poco los nuevos alimentos, hasta un mínimo de 2 años. Yo con Gema lo hice y la experiencia, además de bonita, es reconfortante y he de añadir que, mientras se amamantaba no se puso malita ni una sola vez y a día de hoy, puedo contar con una mano las veces que se ha puesto mala. Los beneficios para la salud de la medre o del bebé, así como sus beneficios en el ámbito familiar, económico o social, se usan a menudo como argumento para la promoción de la lactancia materna. La mayoría son de dominio público, como por ejemplo, proteger al niño de enfermedades, ayudar al recién nacido en su crecimiento y desarrollo y desarrollar y fortalecer un vinculo afectivo maternal. Además, a la madre le ayuda a la involución uterina, disminuye las hemorragias posparto, el riesgo de cáncer de mama y ovarios es más bajo y les ayuda a regresar a su peso natural antes del embarazo. Y como no, los beneficios económicos, pues durante el tiempo de lactancia el consumo está servido, además de añadir que siempre está disponible y a la temperatura idónea.
Es muy común que se les recomiende a las madres tomar o comer algún alimento específico para la producción de leche, aunque esto es solo un mito. La producción depende únicamente de la succión del bebé. Cada vez que las glándulas mamarias se vacían estas generan más leche y por lo tanto, a mayor succión, más producción.
La primera leche que se elabora es la denominada CALOSTRO, caracterizada por su alta concentración de inmunoglobinas, que cubren y protegen el tracto gastrointestinal del recién nacido, vamos, como dice mi Cuñada Dori, la JALEA REAL, de la leche materna. Es muy importante mencionar que la leche materna es un fluido cambiante ya que se va adaptando a los requerimientos del lactante a lo largo del tiempo, en función de las necesidades energéticas y del desarrollo del recién nacido. Si chicos, el cuerpo humano es increíble!
Aunque las propiedades exactas integradas en la leche materna no nos completamente conocidas, el contenido nutritivo es constante y obtiene sus ingredientes del suministro alimenticio de lo consumido por la madre. La composición de esta varía día a día, de toma a toma, inclusive dependiendo si es de día o de noche. La noche liberada al principio de la comida es más aguada, baja en grasas y alta en carbohidratos, mientras que la del final de la toma es más rica en grasas y por ello más saciante. Por este motivo chicas, hay bebés más gandules para comer y se sacian con la primera toma y por ello no cogen peso tan rápido, aunque ello no quiere decir que no estén sanos y saciados. La lactancia materna ha de ser a demanda, el niño os pedirá lo que necesita, cuando lo necesita. Además, está demostrado que a día de hoy no hay ninguna fórmula comercial que pueda igualar a la leche materna, pues, además de carbohidratos, proteínas y grasas, la leche materna también proporciona vitaminas, minerales, encimas digestiva y hormonas que un recién nacido necesita. Además, añadir a estas facultades la contención de anticuerpos de la madre que ayudan al bebé a evitar afecciones. Sinceramente y no solo bajo mi punto de vista, si no el de miles de estudios sobre el tema, se debería recomendar el uso exclusivo de la leche materna en un neonato, puesto que además, la leche de otros animales, como la vaca, puede ocasionarles grandes alergias a los niños.
Por lo tanto, y después de todo este rollo que me he marcado (con la ayuda de la Wikipedia), no olvidéis que:
EL BEBÉ: - Tiene la proporción ideal de nutrientes - El acto de amamantar crea un vinculo especial madre-hijo - Contiene otros no-nutrientes como factores del crecimiento cerebral - Las digestiones son más fáciles y eficientes - Transite inmunidad pasiva - Disminuye la gravedad de las alergias - Disminuye el riesgo de infecciones respiratorias y digestivas - Disminuye considerablemente el riesgo de muerte súbita - Disminuye el riesgo de obesidad - Disminuye el riesgo de diabetes y asmas - Protege al niño de enfermedades de la piel…
Podría nombras muchos más beneficios para el bebé, pero no solo él se beneficia:
LA MADRE: - Evita hemorragias después del parto - Reduce la posibilidades de adquirir Cáncer de mama y ovarios - Mejora la mineralización ósea - Ayuda a la madre después del parto a nivel psicológico - Ayuda a volver al peso habitual antes del embarazo - Siempre está disponible y a la temperatura idónea
Y como no, podría nombrar miles más, y aunque os haya parecido un tanto largo este pequeño articulo, os puedo asegurar que no os he contado ni una milésima parte de los beneficios de dar leche materna a un recién nacido.
Madres de ahora, no os lo penséis, sé que a veces puede ser un tanto esclavo.., pero os aseguro que merece la pena.
Un beso muy fuerte a todas las mamás y próximamente vuelvo con ricas recetas!!!!!