La nutrición enteral y la alimentación en general, son materias en las que se está avanzando, lentamente pero con paso firme. A ello han colaborado insignes farmacéuticos a los que les debe gran parte en estas investigaciones.
El farmacéutico desde la oficina de farmacia, como dispensador de alimentos a una población tan importante como son los niños de cero a tres años y el paciente adulto a afectos de diferentes enfermedades, tiene un papel indispensable en el asesoramiento de las personas implicadas en la compra de los alimentos.
Por otra parte, el farmacéutico desde fuera de la oficina de farmacia puede y debe ser un eslabón imprescindible en la elaboración de fórmulas teóricas y prácticas encaminadas a dar al paciente una alimentación correcta y equilibrada. Tanto en un caso como en otro, la coordinación e integración con el médico es totalmente necesaria, siempre pensando en el paciente, objetivo común de ambos profesionales.
Por este motivo, es indispensable interiorizarse sobre la nutrición enteral, dado que así se despejarán muchas dudas que sobre el tema que puede haber, esperando que en el farmacéutico se creen las inquietudes necesarias para proyectar sus conocimientos en este campo, tan novedoso y al mismo tiempo apasionante.
Para mantener la vida y una adecuada salud es necesaria una alimentación correcta y equilibrada. Pueden existir circunstancias en las que no es factible la utilización de alimentos ordinarios preparados de la manera usual. En estos casos en que el paciente no tiene la capacidad de ingerir, digerir o absorber una cantidad adecuada de nutrientes a través de los alimentos, es en los que se recurre a la nutrición artificial.
La nutrición artificial se divide en dos tipos:
- Nutrición Enteral: en este caso los nutrientes se van a aportar por vía digestiva.
- Nutrición Parental: el aporte de nutrientes se realiza por vía circulatoria.
La nutrición enteral (objeto del presente estudio) aporta como ventaja frente a la nutrición parenteral el ser una forma más fisiológica de aporte de nutrientes. Es factible su uso siempre que, aunque los pacientes no sean capaces de ingerir cantidades adecuadas de nutrientes, sí tienen un tracto gastrointestinal lo suficientemente funcional como para permitir la adecuada absorción de nutrientes.
La utilización de la nutrición enteral, en este tipo de pacientes ha supuesto un avance considerable en su tratamiento y ha contribuido de manera eficaz a reducir la morbi-mortalidad de los mismos.