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Una simple pegatina o una pequeña tira de esparadrapo son suficientes para evitar ser grabados en la intimidad
El ordenador se ha convertido en uno de los mejores amigos del hombre. Incluso ni siquiera imaginamos la cantidad de datos personales que alberga este «gran confidente» sobre uno mismo y que, por ignorancia, podemos «poner a la venta» en cualquier momento. La última filtración de fotografías de famosas es solo una pequeña prueba más de los vulnerables que somos ante las nuevas tecnologías. Y aunque pienses que a ti nunca te pueda pasar algo parecido, estás muy equivocado.
Una de las premisas de los «hackers» para evitar ser víctimas de cualquier filtración es tapar su webcam. ¿Acaso no te has fijado en el portátil de Chema Alonso? El experto en seguridad informática siempre lo dice en toda entrevista: «Todo el mundo me pregunta por qué llevo tapada la webcam de mi portátil». Y si alguien como él lo hace, por algo será.
En su reciente aparición con Pablo Motos en «El Hormiguero» o en su colaboración con «Salvados» en el reportaje «Nos espían», Chema Alonso explica que cada vez es más usual que la gente común ponga en práctica esta medida de seguridad. De esta manera evitaremos que nos graben sin saberlo.
Si crees que no es posible, estás muy equivocado. Tal y como explica este informático en su blog «Un informático en el lado del mal», hay softwares maliciosos especializados en recoger toda la información de ordenadores infectados que activan la webcam y realizan grabaciones. De hecho, a día de hoy existen troyanos especializados en este tipo de ciberespionaje a los que se les conoce como «Creepware» que actúan a través de las funciones que le ofertan los R.A.T.s (Remote Administration Tools), una herramienta de control remoto conocidas popularmente como «ratas».
«Fiarse de que nunca vas a ser infectado y por tanto nunca te van a poder grabar es algo que no pasa por mi cabeza», reconoce el «hacker» en su blog. De hecho, no podemos olvidar la multitud de casos que se han dado, como cuando en 2013 un espía informático se hizo con el control de los ordenadores de cientos de sus vecinos en Zaragoza, a los que grabó la vida íntima y sexual que llevaban en sus domicilios.
Este tipo de grabaciones son expuestas en cientos de foros y se han convertido en un negocio ilícito. Pero también son un arma para «hacer acoso, a compañeros, amigos, trabajadores, etc… para hacer cyberbulling, grooming o extorsiones», recuerda el experto.
Vía | abc.es