Con el aumento de peso de la mujer gestante, su centro de gravedad cambia, por
eso es muy importante que los zapatos tengan unas cualidades específicas para evitar las molestias en la espalda.
En primer lugar, deben tener una suela gruesa que amortigüe
la carga y que den soporte a sus pies.
Los zapatos ideales serán los que logren que el cuerpo se incline ligeramente hacia atrás para compensar el centro de gravedad y recupe la posición natural de la columna vertebral.
No hay que usar zapatos con puntas ni tacones.